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ARGENTINA, LA LUCHA CONTINUA
 

Feminicidios & Argentina
Gatillo veloz

Por Luciana Peker
www.cuartopoder.es

En Florencio Varela y Hurlingham los femicidios de amigas o de familias enteras generan espanto y son tildados de masacre. Pero siete de cada diez mujeres asesinadas son baleadas. No es una excepci�n, sino un fuego enemigo e �ntimo de la violencia machista. La polic�a debe implementar ex�menes con perspectiva de g�nero e inhabilitar y sacar las armas a quienes son denunciados. Las pol�ticas de desarme est�n frenadas y el mercado ilegal no est� controlado. Las armas aumentan doce veces el riesgo de ser asesinadas para las v�ctimas de violencia.

Denise Ju�rez y Sabrina Barrientos fueron asesinadas y N�mesis y Magal� heridas a balazos el 11 de febrero de este a�o, cuando sal�an de bailar de "Santa Diabla", en Florencio Varela. El 6 de febrero Diego Loscalzo -ya denunciado por violencia de g�nero- le quit� el arma reglamentaria a su ex mujer Romina Maguna (polic�a bonaerense) y la mat� a ella, a su cu�ada Vanesa Maguna y su marido Dar�o D�az e hiri� a Cinthia L�pez, una vecina, en Hurlingham. Se subi� a su moto y asesin� a la suegra Juana Paiva y a un hermano de Romina, Jos� Maguna, e hiri� a su pareja. Fue detenido en C�rdoba. El hijo de 11 a�os de Romina Maguna logr� huir y alertar sobre los femicidios. No son casos aislados, masacres alocadas, ni mucho menos pasiones desatadas. Son femicidios cometidos con armas que no las carga el diablo, sino que no las regula ni controla el Estado.

Setenta y dos mujeres fueron baleadas por ser mujeres en el 2016. Casi el 50 por ciento de los femicidios se comete en la vivienda de la v�ctima o de la casa compartida del agresor. De hogar dulce hogar, nada, solo m�s peligro sin testigos ni protecci�n. De 290 mujeres asesinadas cuarenta y seis hab�an denunciado y/o ten�an una orden de exclusi�n del hogar o de prohibici�n de acercamiento de quien las asesin�. La responsabilidad es del que les quit� la vida y del Estado que no les puso escudos para proteger la vida que ellas dijeron que corr�a peligro. El 17 por ciento de los agresores se suicid� despu�s de matar a la persona que consideraban tan suya como el aire, en un escenario de inmolaci�n que solo es asimilable al terrorismo y que necesita nuevas y mayores estrategias de protecci�n a las v�ctimas frente al todo vale del victimario.

El �ltimo a�o se registraron 290 femicidios y femicidios vinculados de mujeres y ni�as y 37 femicidios vinculados de hombres y ni�os. Adem�s 401 hijas e hijos quedaron sin madre (y m�s de la mitad son menores de edad) y 19 asesinos pertenec�an o hab�an integrado fuerzas de seguridad con lo que el arma del delito y la capacitaci�n para usarla provino del propio Estado. Por lo que 2 de cada 10 veces que un hombre termin� con la vida de una mujer fue entrenado por el propio Estado y casi 4 de cada 10 mujeres le pidieron ayuda al Estado antes de ser asesinadas pero no consiguieron salvar su vida, seg�n la investigaci�n realizada por el Observatorio de Femicidios "Adriana Marisel Zambrano" (y dirigido por la Asociaci�n Civil La Casa del Encuentro, con el apoyo de Fundaci�n Avon y la Direcci�n de Fortalecimiento de la Sociedad Civil del Ministerio de H�bitat y Desarrollo Humano), con datos que abarcan desde el 1 de enero al 31 de diciembre de 2016, de las agencias informativas T�lam y DyN y 120 diarios de distribuci�n nacional y/o provincial.

El riesgo aumentado

El gatillo femicida es demasiado f�cil, ya que las balas se disparan de armas provistas por el propio Estado por parte de personal de fuerzas de seguridad, de vigiladores privados o de personas autorizadas a portar armas. Pero que incrementan doce veces el riesgo de las v�ctimas de violencia de ser asesinadas. "Cuando la violencia �ntima involucra el uso de un arma, el riesgo de vida para la mujer aumenta doce veces en comparaci�n con otros medios de violencia porque las armas producen lesiones m�s severas y ponen en riesgo la vida y porque reduce las posibilidades de que la v�ctima escape o de que intercedan otras personas para ayudarla", se�ala en el informe "Un arma en el hogar aumenta la inseguridad de las mujeres" de la Red de Mujeres de International Action Network on Small Arms (IANSA).

"La sola presencia de armas de fuego incrementa las posibilidades de que ocurra un femicidio, un accidente, un suicidio. Las armas est�n hechas para matar, constituyen un vector que transmite violencia. Contrariamente a lo que muchas veces se piensa la mayor cantidad de homicidios dolosos por armas de fuego no se produce en ocasi�n de otros delitos como un robo, sino que se dan ante conflictos interpersonales. Vecinos que se pelean, discusiones territoriales, o bien en casos de violencia de g�nero", dimensiona Aldana Romano, directora Ejecutiva del Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (INECIP) e integrante de la Red Argentina contra el Desarme (RAD). Ella subraya: "La desigualdad y la violencia de g�nero est� tambi�n presente en la violencia con armas de fuego: la proporci�n de mujeres con tenencia (legal o ilegal) de armas de fuego es claramente inferior a la de los hombres. Existe una vinculaci�n subyacente del arma como elemento f�lico, asociado al poder patriarcal". En Argentina el 96,5 por ciento de los usuarios civiles de armas son varones y el 3,4 por ciento mujeres.

Inseguridad �ntima

La idea de la inseguridad como eco medi�tico del miedo se muerde la cola y conduce a mayor desprotecci�n. La polic�a carga armas que pueden ser usadas por agentes de seguridad violentos fuera y dentro del horario de servicios. Y encima en San Valent�n sacan un video de amor que -m�s all� de toda parodia bizarra- se terminan besando la camiseta como si se tratara de un cuadro de f�tbol cuando la idea no deber�a ser sumar m�s enfrentamientos que siempre existen entre dos bandos. El miedo a los otros -a veces ampliado, impostado o fogoneado y a veces un miedo genuino en ciudades esquivas de lazos e impulsoras de desigualdades urbanas que exacerban el odio y el s�lvese quien y como se pueda- potencia pr�cticas que no salvan del miedo (ni del peligro) sino que habilitan a que el miedo crezca como el reparto de armas entre personal de la seguridad privada. Si todav�a no est� claro ni es seguro el manejo de armas por parte de fuerzas de seguridad p�blicas, mucho menos en la seguridad privada.

Y como si no se pusiera a cuidar a dragones con fuego en la boca que incendian m�s el ardor del peligro, la Justicia violenta y machista es la que tiene que investigar el machismo violento. En Florencio Varela el fiscal que intervino en el caso de las amigas acribilladas -aunque con estatus de subrogante-, Hern�n Bustos Rivas, fue denunciado por golpes a su ex mujer y por incumplir sistem�ticamente con la cuota alimentaria de sus dos hijas durante toda su adolescencia. La violencia f�sica, psicol�gica y econ�mica deber�a inhabilitar a un fiscal. En este caso fue corrido de la causa, despu�s que el programa Va de vuelta, que conduce Romina Manguel en Radio Nacional, descubriera el prontuario de violencia machista del fiscal que ten�a que investigar la violencia machista -y no solo las pericias t�cnicas- del m�ltiple femicidio de Florencio Varela.

El abogado que representa a la ex mujer y las hijas del fiscal, Dar�o Saldando, explic�: "Hace diez a�os no estaban tan visualizadas las cuestiones de violencia de g�nero. No obstante eso, desde hace diez a�os no pasa alimento a las hijas ni a la esposa, que qued� en una situaci�n muy precaria". La idea de todo vale o que hay vidas que valen m�s que otras no es azarosa, sino parte de un discurso que no resguarda, pero s� exhala furia. El 13 de septiembre del 2016 el carnicero Daniel Oyarzun persigui� a dos ladrones que hab�an robado su comercio, en Z�rate, con un Peugeot Partner, y mat� a uno de ellos cuando lo aplast� entre su auto y una columna. "Si no hay riesgo de fuga, porque es un ciudadano sano, querido, reconocido por la comunidad, �l deber�a estar con su familia, tranquilo, tratando de reflexionar sobre todo lo que pas�, mientras la Justicia decide por qu� sucedi� la muerte que hemos tenido", recomend� el Presidente Mauricio Macri. "Hay un mensaje equ�voco que asocia el arma con la seguridad cuando en realidad es exactamente a la inversa. El arma, absolutamente en todas las situaciones, aumenta los riesgos de consecuencias letales en resoluciones de conflictos. De cada diez casos donde las personas intentan defenderse, nueve terminan mal. El arma siempre es un riesgo. Y, desde ya, la proliferaci�n de las armas de fuego en manos de la sociedad civil incrementa las posibilidades de nuevas muertes y de nuevos femicidios", advierte Romano.

Fuente:https://www.pagina12.com.ar/21936-gatillo-veloz

Fuente: lafogata.org

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