Argentina, la
lucha continua....
|
![]() |
Enfoque mercantil de la biodiversidad preocupa en Am�rica Latina
Por Emilio Godoy
IPS
En julio de 2015, el gobierno mexicano concedi� un permiso a una firma estadounidense sobre uso de material gen�tico obtenido en su territorio con fines comerciales y no comerciales, en un caso de los que avivan la preocupaci�n en Am�rica Latina sobre el enfoque mercantil de la biodiversidad.
El acuerdo, catalogado con el identificador �nico de Absch-Ircc-Mx-207343-2, fue avalado por el Servicio Nacional de Inspecci�n y Certificaci�n de Semillas y beneficia a la empresa estadounidense BioN2 Inc, de la que no hay muchos detalles.
Se asegura que se obtuvo el consentimiento previo e informado de la organizaci�n o individuo que posee los derechos de acceso al material, pero el expediente oculta, por ser confidenciales, la identidad de tal titular y del material gen�tico obtenido.
Este es un ejemplo de pr�cticas de confidencialidad que generan inquietud sobre la aplicaci�n adecuada delProtocolo de Nagoya sobre Acceso a los Recursos Gen�ticos y Participaci�n Justa y Equitativa en los Beneficios que se Deriven de su Utilizaci�n, firmado en esa ciudad japonesa en 2010 y vigente desde 2014.
Ese instrumento, complementario a la Convenci�n sobre Diversidad Biol�gica que est� en vigor desde 1993, se enfoca en el cuidado de la biodiversidad y el reparto de beneficios por el aprovechamiento de los materiales gen�ticos de todos los seres vivos.
Por Am�rica Latina y el Caribe, solo Cuba, Guatemala, Guyana, Honduras, M�xico, Panam�, Per�, Rep�blica Dominicana, Uruguay lo han ratificado.
Entre otros aspectos, el Protocolo estipula que cada pa�s parte adoptar� medidas para asegurar el acceso a los conocimientos tradicionales asociados a recursos gen�ticos que est�n en posesi�n de comunidades ind�genas y locales.
Ello se har�, precisa, mediante "el consentimiento fundamentado previo o la aprobaci�n y participaci�n" de esos grupos, y con el establecimiento de condiciones mutuamente acordadas.
"Las expectativas de los indigenas no est�n bien cubiertas por el Protocolo", sostuvo a IPS la investigadora Lily Rodr�guez, del Instituto para los Alimentos y Econom�a de los Recursos de la p�blica y alemana Universidad de Bonn.
La experta subray� desde la ciudad alemana que el protocolo es "la oportunidad de �reconocer" los conocimientos tradicionales como parte del patrimonio de cada naci�n y de establecer mecanismos para respetar las decisiones que ellos quieran tomar en cuanto a compartir sus conocimientos o no".
Am�rica Latina y el Caribe es la regi�n con la mayor diversidad biol�gica en el planeta, al albergar a varios de los pa�ses megadiversos, como Brasil, Colombia, Ecuador y M�xico.
Los temas del Protocolo de Nagoya formar�n parte del debate de la 13 Conferencia de las Partes de la Convenci�n, que se desarrollar� en el sudoriental balneario de Canc�n entre el 4 y el 17 de diciembre.
Las cr�ticas de pueblos ind�genas y organizaciones de la sociedad civil al Protocolo versan sobre el reconocimiento de propiedad intelectual a los llamados bioprospectores, los centros de investigaci�n o empresas que buscan la informaci�n biol�gica para su eventual aprovechamiento.
Adem�s, el reparto de los eventuales beneficios monetarios y no monetarios a pueblos y comunidades ind�genas se basa en los "t�rminos mutuamente acordados", pactados, en contratos con empresas e investigadores. Eso puede situarlos en desventaja.
En Guatemala, organizaciones de la sociedad civil y pueblos originarios han forjado al rojo vivo su postura de excluir a ese pa�s centroamericano del Protocolo de Nagoya, al cual pertenece desde 2014.
En junio, una resoluci�n provisional de la Corte de Constitucionalidad, el m�ximo tribunal nacional, suspendi� esa incorporaci�n.
"Nos oponemos porque falt� el n�mero necesario de diputados para aprobarla, no se consult� a los pueblos ind�genas y da permisividad para la experimentaci�n, trasiego y consumo de transg�nicos", resumi� Rolando Lemus, dirigente de la no gubernamental Red Nacional por la Defensa de la Soberan�a Alimentaria en Guatemala.
El activista, cuya organizaci�n surgi� en 2004 y que agrupa a unas 60 entidades, manifest� a IPS, desde el departamento guatemalteco de Chimaltenango, que el uso de la biodiversidad es parte de la cultura y la vida diaria de los grupos ancestrales mayas, en cuya cosmovisi�n "no se permite lucrar con el conocimiento ancestral".
Guatemala hab�a acogido tres solicitudes de investigaci�n con la planta medicinal b�aqche� (Eupatorium semialatum), cedro y caoba. La primera, usada contra dolencias estomacales como los par�sitos, estaba en evaluaci�n y las otras dos recibieron el aval en octubre de 2015 para su investigaci�n por la privada Universidad del Valle de Guatemala.
Al ser subsidiario de la Convenci�n, el Protocolo acoge tambi�n actividades que se realizaron desde la d�cada pasada, reguladas por las legislaciones nacionales, en diferentes pa�ses de Am�rica Latina y que recoge un estudio regional publicado en 2014.
Por ejemplo, Brasil ha concedido al menos 1.000 permisos para investigaci�n no comercial desde 2003 y 90 no comerciales desde 2000.
Entre 2000 y 2005, Bolivia autoriz� 10 contratos de acceso, de unas 60 solicitudes presentadas y de las cuales varias versaron sobre la quinoa y otros cultivos andinos.
De ellos, dos fueron para fines comerciales. Pero a partir de leyes aprobadas desde 2010, en la naci�n sudamericana se veta que los sistemas de vida y los procesos que los sustentan se puedan mercantilizar, ni convertirse en propiedad privada. Eso supone un freno a su adhesi�n al Protocolo.
En Colombia existen permisos para recolectar muestras y para enviar material al extranjero. Desde 2003, esa naci�n ha otorgado 90 contratos, sobre 199 solicitudes, y ha rubricado un contrato para investigaci�n comercial.
Aunque Costa Rica no ha avalado licencias para acceso al conocimiento tradicional o recursos gen�ticos en territorios ind�genas, ha posibilitado 301 permisos para investigaci�n b�sica para el acceso a recursos gen�ticos y 49 para bioprospecci�n y acceso a recursos gen�ticos desde 2004.
La bioprospecci�n define la b�squeda sistem�tica, clasificaci�n e investigaci�n de nuevos elementos con valor econ�mico en el material gen�tico. El Protocolo debe evitar que ella no prive a los guardianes originarios de su conocimiento y de sus beneficios.
Ecuador ha recibido 19 solicitudes desde 2011 y en 2013 negoci� un contrato comercial.
Por su parte, M�xico ha autorizado 4.238 permisos para colecci�n cient�fica desde 1996, con un bajo porcentaje de peticiones denegadas.
Finalmente, Per� requiere un contrato para todos los tipos de acceso. Desde 2009, ha autorizado 10 contratos, de m�s de 30 solicitudes, y 180 permisos para investigaci�n de recursos biol�gicos.
Ecuador es un buen ejemplo regional del expolio de material gen�tico, seg�n la denuncia de sus propias autoridades.
En el "Primer informe sobre biopirater�a en el Ecuador" , divulgado en junio por la Secretar�a de Educaci�n Superior, Ciencia, Tecnolog�a e Innovaci�n, se revel� que Alemania, Australia, B�lgica, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, Gran Breta�a, Holanda e Israel han explotado indebidamente esa riqueza biol�gica.
De 128 patentes identificadas, empresas estadounidenses poseen 35, alemanas 33, holandesas 17, australianas 15 y el resto se reparte entre varias naciones.
"Todo depende de c�mo los gobiernos de cada pa�s protegen a los ind�genas, seg�n sus propios marcos legales", plante� Rodr�guez.
A su juicio, "si la legislaci�n dice que ellos solos van a negociar el consentimiento fundamentado previo � incluyendo cl�usulas de condiciones mutuamente acordadas- si no est�n en la capacidad de negociar, ser�a bueno que el gobierno los apoye para que esa negociaci�n sea m�s equitativa y favorable para los pueblos tradicionales".
Lemus conf�a en que la suspensi�n en Guatemala quede en firme. "Pensamos en otras acciones. Los pueblos deben poder tener mecanismos para protegerse de la propiedad intelectual y la contaminaci�n gen�tica", asever�.
Editado por Estrella Guti�rrez.
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/2016/07/enfoque-mercantil-de-la-biodiversidad-preocupa-en-america-latina/