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Argentina, la lucha continua....

Elogio de la gratitud

Alfredo Grande

APE

 

"No me preocupa no haber buscado la felicidad. Pero me asusta que pude haberla encontrado y no me di cuenta"

(Aforismo implicado)

Creo que fue Hobbes el que afirm� que "el hombre es el lobo del hombre". Toda idea, incluso la delirante, tiene un n�cleo de verdad. Para llegar a ese n�cleo es necesario aceptar la afirmaci�n que fuera sin cuestionarla. Es p�sima estrategia empezar con un "no". Por ejemplo: no, el hombre nace bueno, la cultura lo hace malo". El arte de cuestionar comienza con un "si". Ni siquiera un "si, pero". Ante el inmediato cuestionamiento, nuestro interlocutor se defiende. Se eriza. Se parapeta. O sea: aumenta la resistencia ante nuestro cuestionamiento. Y nos obliga a la antip�tica actitud de sobre actuar nuestro desacuerdo.

Nuestro interlocutor se victimiza ante el supuesto agravio de nuestra pregunta, la intolerancia que mostramos ante sus expresiones e incluso puede amenazarnos con denunciarnos ante el Inadi. Toda idea con un componente asertivo exagerado se acerca demasiado, digamos que se toca, con una ideaci�n dogm�tica. No cuestionable, algo as� como una verdad revelada. Sin tener demasiado claro revelada por qui�n. Un maestro inmaculado, la propia divinidad, la tradici�n familiar que siempre es cultural, la Academia.

Chocar de frente contra un muro de cemento no es aconsejable. La estrategia que sugiero hay que sostenerla con fe, que dicen que mueve monta�as. Empezar siempre con un "si" entusiasta. Elogiar la afirmaci�n escuchada con adjetivos laudatorios. Y con una expresi�n de duda, de incertidumbre frente a la propia afirmaci�n, dejando traslucir incomodidad y una actitud similar a caminar en puntas de pie, lo opuesto a salir con los tapones de punta. Y balbucear: "quiz�, a lo mejor, no estoy seguro, lo mas probable es que sea una pavada, me siento tonto diciendo esto".

En ese momento nuestro interlocutor tiene la guardia baja. Ese momento le costar� car�simo y al contado. Le contesto: "estoy totalmente de acuerdo. El hombre es el lobo del hombre. Lo que me preocupa es qui�n tiene la capacidad de transformar a un hombre en lobo". Por lo tanto la cuesti�n se desliza desde una verdad convencional encubridora (el hombre es el lobo del hombre) a un nivel fundante: los procesos pol�ticos y culturales que desalojan el deseo y el placer para transformarlos en mandato y en culpa.

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El hombre es el lobo del hombre como efecto de lo que he nombrado como "cultura represora". El nombre de la Bestia. La cultura represora entroniza a la Jerarqu�a como �nico organizador social. La llamada familia patriarcal es una de las expresiones m�s cotidianas de la Organizaci�n Piramidal. En lo m�s alto de la pir�mide hay un solo lugar. Y solo un elegido o una elegida podr�n ocuparlo.

Los mecanismos de la elecci�n var�an. Desde los designios inescrutables de la divinidad hasta los designios muchas veces inescrutables de la voluntad popular. El elegido o la elegida arrastran por efecto pegoteo a m�ltiples seguidores, ac�litos, amanuenses, testaferros, c�mplices, arribistas, oportunistas. Y tambi�n no pocos convencidos, al menos por un tiempo.

La Organizaci�n Piramidal, algo as� como la ley del gallinero pero mucho m�s cristalizado, garantiza que la cooperaci�n y la competencia sean desalojadas por la absoluta rivalidad. Todos y todas se convierten en alpinistas can�bales cuya garant�a para seguir subiendo es arrojando al precipicio a los que pretenden lo mismo. Pobres contra pobres, pobres contra excluidos, excluidos contra ocupas, de planta contra tercerizados, conductores de autom�viles contra piqueteros fuera de la ley, candidatos contra entenados. Y cuando el alpinismo se torna depredador, todos contra todos. Luego el colapso y la construcci�n de nuevas pir�mides.

Algunos llaman a esto gobernabilidad. El hombre acorralado no podr� dejar de ser lobo para otro hombre acorralado. No luchar�n espalda contra espalda como el gaucho Mart�n Fierro y el Sargento Cruz. Se matar�n como si fueran enemigos culturales, gladiadores de alg�n imperio que siempre inventar� su propia versi�n del circo con algunas migas de pan. El hombre no puede dejar de ser lobo del hombre en una Organizaci�n Piramidal. Lo que hay que subvertir es ese tipo de organizaci�n. La familia patriarcal, las diferentes formas de catequesis laica y religiosa, los diferentes cultivos de subordinaci�n sin valor, las apelaciones abstractas a una Patria �nica y Verdadera.

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Nuestros originarios seguir�n padeciendo a la Organizaci�n Piramidal que se hace llamar Estado Naci�n. Una de las modalidades m�s habituales de ese hombre convertido en lobo, es el ejercicio sistem�tico de la ingratitud. Arrasa el pasado para construir nuevos presentes. Confunde autogesti�n con autoengendramiento. No tiene nada que agradecer y mucho menos para lamentar.

La ingratitud quiz� no sea un pecado capital, pero sin dudarlo es una mordida cruel de la cultura represora. No es lo mismo la deuda con el origen que la gratitud por aquello que hemos recibido. La gratitud solamente florece en una organizaci�n asim�trica pero no jer�rquica. La b�squeda terca de la horizontalidad lleva en su fracaso el huevo de la serpiente jer�rquica. No es con ovejas que derrotaremos a los lobos. Y mucho menos con perros, que en los albores de la humanidad traicionaron a los dem�s animales para unirse al depredador m�s cruel: el hombre. Que ha sido y ser� el lobo de los dem�s animales.

El perro ingrato con los dem�s animales es el mejor amigo del ingrato hombre. La ingratitud y el espanto tambi�n unen. O por lo menos, amontonan. La gratitud no germina cuando hay pactos perversos. Y esos son los pactos fundantes en la cultura represora. La batalla cultural no ser� suficiente. Incluso puede ser contraproducente porque no plantea con claridad contra qu� se combate. Propongo pasar de la queja a la protesta y m�s temprano que tarde, de la protesta al combate. Declarar la guerra contra todas las formas de la cultura represora.

Mala prensa tiene la guerra, ignorando que la emancipaci�n, la liberaci�n solamente es posible cuando resistimos el exterminio que la Organizaci�n Piramidal planifica. �A las armas ciudadanos! clama La Marsellesa. El hambre es un crimen y hace d�cadas se declar� la guerra contra los hambreadores. S� que utilizo una terminolog�a poco habitual. Es lo que sucede cuando nos apartamos de las diferentes formas del relato y las palabras se acercan a las cosas. Mi gratitud es con esa forma de militancia que sabe endurecerse con el enemigo y m�s sabe ejercer la ternura con el compa�ero.

De esa gratitud nos hablaba el Che. Gratitud por haber sabido alejarse de toda Organizaci�n Piramidal para construir Colectivos Autogestionarios. Que sabiendo que tienen riesgos, afirmo que vale la pena enfrentarlos. Militancia, activismo, gratitud, tres formas para enfrentar los mandados de la cultura represora. Una forma de la felicidad de la que ojal� podamos darnos cuenta cuando la encontramos.

II Encuentro de la Gratitud Militante

S�bado 7 de junio de 15:00 a 20:00.

En �tico Cooperativa. Teodoro Garc�a 2578, Colegiales CABA.

Fuente: lafogata.org

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