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Causa La Perla
El "capit�n" Barreiro y sus andanzas
Katy Garc�a
Prensared
Jorge De Breuil afirm� que cuando fue trasladado a La Ribera, Ernesto Barreiro en tono burl�n le pregunt�: �Te gust� la org�a de sangre que hicimos con tu hermano?, aludiendo a los fusilamientos de Gustavo de Breuil, Miguel Hugo Vaca Narvaja y Arnaldo Higinio Toranzo, presos en la UP1. Adem�s cont� que lo tortur� e interrog� en La Perla, lugar al que defini� como "un servicio de amedrentamiento y terror".
El ex preso pol�tico y militante de Montoneros, declar� ante el TOF 1, integrado por los jueces Jaime D�az Gavier (presidente), Juli�n Falcucci, y Jos� Camilo Quiroga Uriburu. En su extenso relato manifest� que una "patota para estatal" irrumpi� en su domicilio y lo secuestr� junto a su padre (Eduardo Enrique) y a sus dos hermanos Gustavo y Eduardo, la ma�ana del 7 de agosto de 1975. Dijo que (Calixto) Flores presid�a el grupo. "Mi secuestro es casual y fortuito porque el proceso se inicia con el secuestro del militante Fernando Haimal", coment�.
Cont� que fueron llevados al D2 donde se encontr� con su t�o y otros compa�eros de militancia: Sebasti�n Canizzo, Antonio Canizzo, Roberto Daniel Juez, Jorge Garc�a, Diana Fidelman, Julio C�sar Ram�rez, Rub�n Santill�n, Luis Young, y los l�deres de la organizaci�n: Horacio Mendiz�bal y Marcos Osatinsky.
El testigo revel� que por la v�a de un acuerdo pol�tico con Lacabanne -que se encontraba debilitado- ces� la tortura y fueron legalizados y pasados a la UP1, excepto el dirigente Marcos Osatinsky que queda como reh�n y es asesinado tras el intento de copamiento del D2, por parte del ERP. Recalc� lo que ya fue probado en el Juicio Videla respecto al cambio dr�stico en el r�gimen carcelario a partir del 24 de marzo de 1976.
Antes de centrarse espec�ficamente en su paso por los centros de detenci�n clandestina La Perla y La Ribera, objeto de este juicio, manifest� que los fusilamientos realizados en la UP1 "no eran un hecho aislado" porque tambi�n se produc�an otras masacres como las de Margarita Bel�n y Las Palomitas con la finalidad de "propagar el miedo en la poblaci�n" y mostrar un "poder ilimitado".
Vincul� al hecho XI del juicio Videla -cuando fueron trasladados sus hermanos Gustavo y Eduardo (sobreviviente), junto a Miguel Hugo Vaca Narvaja, y Arnaldo Toranzo, ocurrido el 12 de agosto de 1976-, "con el asesinato de C�ceres Moni�, en la provincia de Entre R�os". En ese sentido, dilucid� que la decisi�n fue "matar a los hermanos m�s ajenos, menos comprometidos".
Junto a Jorge Garc�a, tambi�n fusilado en la UP1, fueron llevados al campo de La Ribera con una orden firmada por el coronel (Vicente) Melli. Lo interrogaron sobre la estructura familiar y lo ubican en una celda peque�a a la que reconoce por la descripci�n que hizo Vaca Narvaja al regresar de ese lugar.
El capit�n que era teniente
Al otro d�a, los llevaron a un descampado y all�: "Se me acerca una persona que con los dedos toca mi quijada, me pregunta por mi barba, que hac�a mucho hab�a dejado de usar. Como no le contesto, me pregunta textualmente: �Te gust� la org�a de sangre que hicimos con tu hermano? La pregunta hecha en tono c�nico y burl�n hizo que levantara la vista para ver qui�n era. Una persona joven, de alrededor de treinta a�os, maciza, que vest�a parcialmente un uniforme militar. Borcegu�es, pantal�n, camisa y gab�n de combate, no llevaba armas, y ten�a descubierta su cabeza. Rostro ani�ado, ojos saltones, pelo rubio peinado hacia atr�s. Llevaba en su uniforme la insignia del grado de capit�n pero no el gal�n de su identificaci�n personal", as� describi�, a quien muchos a�os despu�s, reconoce como Ernesto Barreiro, quien origin� el levantamiento de Semana Santa cuando decidi� que no se presentar�a a declarar. (1)
El testigo interpret� que esa pregunta indicaba que hab�a estado en el lugar cuando los fusilaron a Gustavo De Breuil, Vaca Narvaja y Toranzo. "Una persona que no estuvo, dif�cilmente la hubiera hecho", consider�. "Ahora estamos preparando otra para tu padre", record� que le dijo. "Tiempo despu�s supe que su insignia era de Capit�n pero en realidad era teniente".
Y a�adi� que en las declaraciones finales de (Osvaldo C�sar) Quiroga –quien traslada a las v�ctimas, sabiendo cu�l era el destino que les esperaba -, lo incrimina entre l�neas. "En su descargo final dice casi textualmente que �l y su familia podr�n ser tildados de ilusos pero que siempre creyeron que el desenlace fatal de los hechos ser�a asumida por quien realmente estuvo por razones de honor y de hombr�a y en su caso as� lo hubiera hecho", dedujo. En ese razonamiento explica que cuando el empleado penitenciario le dice firme aqu� –capit�n- fue porque vio la insignia", ampli�. (2)
Especialista en tortura
Relat� que durante las sesiones de tortura, Barreiro lo interrog� sobre las actividades de Montoneros.
Puntualmente, sobre una supuesta f�brica de armas denominada Sabino Navarro. Explic� que uno de los l�deres Horacio Mendiz�bal en una entrevista period�stica mostr� un lanzagranadas antitanque y posiblemente de all� haya surgido esa idea. "Mientras yo trataba de que Barreiro comprendiese que esta estructura no ten�a nada que ver con lo que �l imaginaba como un establecimiento fabril, y no quer�a entender, me torturaba para que hablaba y cuando hablaba me torturaba para que me callara", dijo que luego perdi� el conocimiento por efecto de la tortura y escuch� entre sue�os que orden� que trajeran un medicamento. "Es lo �ltimo que recuerdo. Me despierta un chorro de agua helada", grafic�. Lo depositaron en un banco donde se duerme, y es despertado a puntapi�s por Barreiro. Luego lo arrojan a la cuadra junto a Jorge Garc�a que permanece en la colchoneta.
Durante su permanencia en La Perla a la que caracteriz� como "una especie de servicio p�blico criminal, un servicio de amedrentamiento y terror", dijo que escuch� conversaciones entre los represores preocupados por c�mo sacarse de encima los cad�veres y que algunos propon�an hornos crematorios. O como hacer si en un grupo de diez hab�a un subversivo, como identificarlo y cosas por el estilo.
Apenas lleg� fue dejado en un "espacio amplio" y all� pudo escuchar el relato de una prisionera y tambi�n "el dolor de una persona torturada". Luego fue golpeado desde atr�s en la columna y le dicen: "Estas en manos del Comando Libertadores de Am�rica". Cuando pregunta si esto tiene relaci�n con la causa en manos del juez Zambos Ledesma "se rieron de mi planteo" y le dijeron "Zamboni tambi�n es Comando".
Sobre este punto aclar� que en declaraciones anteriores dijo que no pensaba que fuera parte del CLA. Y que tras contactarse dos veces con el ex Juez (fallecido) le pareci� m�s bien "un hombre apesadumbrado moralmente". No obstante dej� en claro que ello no lo exime de la complicidad con la dictadura.
Otras preguntas del interrogador fueron sobre su relaci�n con Gustavo Roca y de �ste con Montoneros. Roca, era su abogado defensor en la causa que le segu�an por asociaci�n il�cita. Tambi�n averigu� porqu� a Rub�n Mota lo llamaban "Gelbard". Mota era militante montonero y adem�s hab�a trabajado en la empresa familiar como contador. Y respecto a "Rolo", un dirigente del movimiento villero, a quien le hab�a recomendado que visitara al m�dico Nasser, el torturador le dijo: "Mir� que el turquito es muy hablador". Cont� que fue picaneado "por las partes m�s sensibles del cuerpo", que a su derecha se ubic� el represor y a la izquierda una persona de guardapolvo blanco, que lo auscultaba, y otras personas que permanec�an en silencio.
Garz�n Maceda
El testigo denunci� los ataques sufridos por el estudio jur�dico de Gustavo Roca y Lucio Garz�n Maceda. "Fue tomado por asalto e incinerado. Ya con anterioridad, el 27 de octubre del 1975, una patota paraestatal se hab�a dado cita en el domicilio del doctor Garz�n Maceda, y al no encontrarlo, prendieron fuego a la vivienda incendiando la biblioteca de su padre el historiador, Ceferino Garz�n Maceda", cont�. De ese bufete fue secuestrado Carlos Altamira, amigo de la familia y compa�ero de Gustavo en el Colegio Nacional de Monserrat y que adem�s colaboraba en su defensa con Roca. "Hab�an competido duramente por la medalla de oro en el �ltimo a�o y despu�s ingres� a la facultad de derecho", evoc�.
"Mientras soy interrogado en La Perla es secuestrado de La Calera el doctor Capdevila, y enviado a La Ribera, antes de pasar a la UP1. El mismo me relata que el motivo era su amistad con Garz�n Maceda y el 4 de octubre del ‘76 Men�ndez convoca a una conferencia de prensa para dar a conocer la condici�n subversiva del doctor Lucio Garz�n Maceda y de Roca y exhibe con total desfachatez material saqueado del estudio de los abogados", atestigu�.
�Qu� pas� con N�stor De Breuil?
El cuadro Montonero y sobreviviente de la represi�n ilegal explic� que un d�a antes de llevarlos a La Ribera escucharon por Radio Universidad que "fueron abatidos tres delincuentes subversivos". La noticia hablaba de "un extremista fugado" y de la b�squeda de "una pista de la f�brica de armas de Montoneros". En La Ribera, Irene Bucco, esposa de su primo le confirm� los hechos.
Una de sus t�as -madre de N�stor De Breuil- asisti� al funeral de su hermano Gustavo y "curiosamente en un enfrentamiento rodean la casa donde vive mi primo y dan muerte a tres guerrilleros.
Despu�s tuvo conocimiento que las otras dos personas muertas eran Ra�l Milito y su esposa Silvia Bianchi, embarazada de ocho meses. Los cad�veres fueron llevados a la morgue, pero lo sugestivo es que el cuerpo de su primo nunca apareci�. En ese sentido razon� que "tiene cierta l�gica que al interrogatorio de mi primo hubiera seguido el m�o y el de Jorge Garc�a. En el caso m�o por razones obvias, en el de Jorge Garc�a porque se hab�an conocido en un viaje a Cuba, que fue una l�nea seguida con mucha intensidad por los militares".
Mientras estuvo en La Perla -vendado- le pusieron enfrente a una persona que se quejaba, y le dijeron: "mira a quien volv�s a ver". El testigo cree que bien podr�a haber sido su primo N�stor al que hab�an informado como muerto en un enfrentamiento, como ocurri� con Norma Arrostito a quien mantuvieron viva como trofeo de guerra.
Tras 14 d�as en La Perla fue devuelto a La Ribera donde no quisieron recibirlo porque estaba en muy malas condiciones. "Mir�, es tu problema, porque es un preso de ac�", dijo el que los llevaba. All� estuvo hasta que lo regresan a la UP1 donde encontr� todo cambiado. Despu�s los llevaron a Sierra Chica y otras c�rceles hasta que fue liberado en 1983.
La esposa
Su esposa, Isabel Terraf de De Breuil, tambi�n estuvo en La Perla. Narr� que era de San Francisco y que estudiaba en la Facultad de Psicolog�a. Que milit� en la JUP y que a fines de 1974 se apart� "por diferencias pol�ticas bastante profundas con el responsable regional de ese momento". No obstante trabajaba sobre la violencia y la represi�n institucional. Mientras estaba preso ella comienza a recibir amenazas y reci�n en enero de 1976, cuando los secuestros arreciaban, y son secuestrados Humberto Anone, Jos� Mart�nez Ag�ero, Osvaldo Su�rez y su esposa Silvia y Rub�n Mota, deciden que por seguridad emigre con sus dos hijas a Buenos Aires.
Lo visit� por �ltima vez el 19 de marzo y la ma�ana del 20 se despiden sabiendo que se avecinaba un golpe. En la navidad del mismo a�o, sus padres lo visitan en Sierra Chica, con sus hijas menores y le cuentan que su mujer las dej� a su cuidado porque "las cosas estaban complicadas". Nunca m�s apareci�. Su madre hizo la denuncia ante organismos nacionales e internacionales. "Cuando estaba por salir en libertad me llegaron en forma confidencial dos sobres: uno con el listado de los sobrevivientes de La Perla Y otro con quienes hab�an sido vistos en La Perla", coment�.
El testigo analiz� en t�rminos pol�ticos que los represores aplicaban "T�cnicas de diluci�n de las responsabilidades del hecho criminal, usadas por los franceses, bajo el concepto de guerra revolucionaria. Uno lo traslada, uno lo venda, otro lo esposa, el otro lo conduce, el otro lo custodia, y esto va de alg�n modo eximiendo de responsabilidad a los autores criminales", explic�.
De ese modo –agreg�- lograban reforzar ideol�gicamente la participaci�n y la obediencia mec�nica para que "frente a la orden, las fuerzas represivas respondan sin ning�n tipo de miramiento" logrando por reiteraci�n que "la acci�n se termine realizando sin pensar y les hace pensar que es normal".
Por la tarde del martes declararon Carlos Badillo y Carmen Torres de Nieva.
Antes de comenzar la audiencia hicieron uso de la palabra Manzanelli, Padov�n, Herrera y Barreiro quienes presentaron quejas y realizaron aclaraciones, no sin antes alegar sobre pasado y presente y reinstalar la teor�a de los dos demonios. Esto motiv� la reacci�n de la querella que le solicit� al Tribunal que respete lo pactado y destine un d�a para darles el uso de la palabra a los acusados y as� cumplir con la ronda de testigos planificada.
En cuanto a las acusaciones realizadas por varios testigos que se�alaron a Luis Rueda, m�xima autoridad de la Justicia local, como c�mplice durante la represi�n ilegal, el Tribunal inform� que remiti� las versiones taquigr�ficas a la fiscal�a a cargo de Marcelo Senestrari. Cabe consignar que Rueda hizo una presentaci�n espont�nea.
Pese al paro judicial las audiencias seguir�n con la recepci�n de testimonios. Hoy, se encuentra declarando Liliana Deutch. Toda la informaci�n sobre la megacausa en www.eldiariodeljuicio.com.ar
Notas
1-Barreiro, adem�s de haber sido el jefe de torturadores de La Perla, durante el gobierno de Ra�l Alfons�n fue citado por la C�mara Federal de C�rdoba para ampliar la indagatoria precisamente de esta causa. Se neg� a presentarse y logr� el levantamiento de varios cuarteles. Alfons�n, finalmente, negoci� las leyes las leyes de la impunidad. Durante el menemismo, trabaj� en la FELAC junto a Kohan, fue asesor de los banqueros Trosso y fue fundador del partido Modin. En 2004 se fug� a EE.UU y fue reci�n deportado en 2007. Afronta varias causas por violaciones a los DD.HH.
2- Quiroga fue absuelto en el Juicio Videla. El fallo fue apelado por la querella y la fiscal�a. Actualmente se encuentra en la CSJN para su resoluci�n definitiva.
Fuente: http://www.prensared.org/12302/causa-la-perlael-capitan-barreiro-y-sus-andanzas