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Argentina, la lucha continua....

Entrevista a Gerardo Bavio

recordando el primer triunfo electoral de Per�n hace 67 a�os

Al comienzo de los 40 ya se viv�a en Argentina lo que Gramsci calificaba una "crisis org�nica".

Mario Hern�ndez

Rebeli�n

Mario Hern�ndez (MH): Se�ala F�lix Luna en El 45: "El domingo 24 de febrero fue un d�a caluroso en todo el pa�s. Tres millones y medio de ciudadanos varones estaban convocados para elegir a 376 electores que, reunidos posteriormente en Colegio Electoral, designar�an al presidente y vicepresidente de la Naci�n". Buenos d�as Gerardo Bavio en Tucum�n. Me gustar�a compartir tu recuerdo de aquel 24 de febrero de 1946.

Gerardo Bavio (GB): En ese momento yo ya era peronista. Formaba parte de la juventud del peronismo y particip� de las elecciones desde un lugar un poco lejano, la provincia de La Rioja, donde trabajaba mi padre. Fue realmente un momento de alta tensi�n pol�tica que vivimos en toda la Rep�blica Argentina.

Es interesante hacer un peque�o repaso de lo que pas� desde el 17 de octubre de 1945 hasta el 24 de febrero del a�o siguiente.

En ese momento Per�n no ten�a organizados apoyos pol�ticos concretos. Hab�a que institucionalizarlos y largarlos a la lucha pol�tica. En general se minimizan a los dirigentes del radicalismo que apoyaron a Per�n como Hortensio Quijano, Diego Luis Molinari, Armando Antile y Oscar Albrieu, una cantidad de radicales combativos, de ra�z irigoyenista, que desde el comienzo apoyaron a Per�n.

Adem�s debemos incorporar a los grupos de FORJA (Fuerza de Orientaci�n Radical de la Joven Argentina) con Arturo Jauretche, Hern�ndez Arregui y Ra�l Scalabrini Ortiz y otra cantidad de personas que ten�an una idea bastante clara de la lucha que se estaba dando.

Tambi�n es importante se�alar que el movimiento obrero, que fue el protagonista principal del 17 de octubre, ese mismo mes, el 24, se integr� como Partido Laborista con un programa realmente muy profundo, dir�amos revolucionario.

Con todo esto quiero desvirtuar la idea de los or�genes del peronismo vinculado a sectores de derecha. La oposici�n en los esl�ganes y la campa�a hac�an figurar la lucha por la democracia y contra el fascismo, endilg�ndole a Per�n y a los que apoyaban al peronismo el r�tulo de fascistas, lo que era evidentemente una mentira.

El fascismo estaba metido en algunos grup�sculos que apoyaban al peronismo, pero fundamentalmente eran parte de los sectores de oposici�n. La lucha no era entre fascismo y democracia, como pretend�an los opositores, sino como lo dijera el "gordo" Cooke, emergente de la lucha de clases en Argentina. Tenemos que profundizar sobre cu�les eran las fuerzas sociales que apoyaban o estaban en contra de Per�n como la Sociedad Rural, la Bolsa de Comercio y las c�pulas de los partidos pol�ticos tradicionales.

Al comienzo de los �40 ya se viv�a en Argentina lo que Gramsci calificaba de una "crisis org�nica", es decir, que esos partidos pol�ticos, esos grupos de la derecha empresaria, que fueron protagonistas de la corrupci�n y el fraude de la d�cada anterior, estaban pasando por una crisis de legitimidad, de credibilidad de la gente. Eran grupos que iban quedando aislados de las bases. Esto determin� esa apresurada corriente que se fue formando alrededor de Per�n.

El Partido Laborista que lo apoyaba ten�a un programa que podr�amos calificar de revolucionario. Los grupos radicales cr�ticos al Comit� Nacional y los de FORJA, intelectuales de origen radical irigoyenistas, eran los mismos que hab�an luchado en la d�cada del �30 contra las dictaduras de Justo y Uriburu. Todos formaban parte, sobre todo en las provincias, donde eran mayoritarios los radicales renovadores, de los que apoyaron al peronismo, a la f�rmula Per�n-Quijano. Igualmente el Partido Laborista con Gay y Cipriano Reyes, con un programa realmente revolucionario que como te dec�a, le daba la t�nica al peronismo desde sus or�genes.

Esto desvirt�a la teor�a del entrismo en el sentido que la izquierda en los ‘70 quiso penetrar desde afuera al peronismo. Este en su composici�n, bases sociales, en el antagonismo y polarizaci�n que despert� desde sus or�genes, fue un movimiento de profunda transformaci�n social.

El "misterio aritm�tico"

Tambi�n recuerdo que cuando tuvo lugar la elecci�n hab�a una gran euforia por parte de los sectores antiperonistas. Se consideraban triunfadores porque no pod�an concebir que el coronel Per�n, que reci�n entraba a la vida pol�tica, tuviera los apoyos suficientes.

La estructura de la UCR (Comit� Nacional) integraba la Uni�n Democr�tica (UD) apoyada por el Departamento de Estado norteamericano en la figura del embajador Spruille Braden, quien impuls� esta Uni�n autodenominada Democr�tica.

MH: Y que diera lugar a una de las consignas centrales de la campa�a electoral por parte del peronismo: "Braden o Per�n".

GB: Justamente. El manejo del Departamento de Estado fue muy claro. Publicaron el Libro Azul donde acusaban a Per�n de fascista y que fuera desvirtuado a los pocos d�as por el Libro Azul y Blanco donde se pon�an de manifiesto todas las tergiversaciones del documento originado en EE. UU.

Braden fue el organizador de la UD junto con Tamborini, Mosca, Laurencena, etc., dirigentes de lo que podemos llamar con claridad la derecha radical, la gente aliada a la Sociedad Rural y a los grupos econ�micos dirigentes.

Adem�s no podemos olvidar la pol�tica social de Per�n que pon�a de manifiesto cu�l era la orientaci�n del naciente peronismo.

Como te dec�a, la UD cre�a ganada la elecci�n. Estaban totalmente seguros. La elecci�n del 24 de febrero de 1946 fue la primera leg�tima desde 1928 que llev� por segunda vez a la presidencia a Hip�lito Irigoyen. Fue la primera elecci�n legal sin proscripciones, apoyada por todos, incluso por Tamborini y todos los radicales.

La UD estaba integrada por la UCR (CN) que eran los alvearistas, los galeritas como les llamaban, el Partido Dem�crata Progresista, el Partido Socialista y el Partido Dem�crata Nacional, o sea los conservadores.

MH: Te falt� el Partido Comunista.

GB: Cierto, con Victorio Codovila y Rodolfo Ghioldi a la cabeza. Las primeras cifras le daban un leve triunfo en los centros poblados a la f�rmula de la UD. Ten�an una euforia total. Ya se cre�an ganadores. Ellos calculaban sus votos en base a sus electores anteriores pero ya no los ten�an. Sumaban cada una de sus partes y de all� que confiaran en ganar la elecci�n. La realidad fue muy distinta, fue el "misterio aritm�tico" como dec�a John W. Cooke porque ellos calculaban la suma de las partes y resulta que la totalidad era mucho menor. Esa fue la realidad.

Al poco tiempo se conoci� ese triunfo electoral magn�fico, de una potencialidad muy grande. Tengo a mano las cifras. Para el peronismo 1.478.500 votos contra 1.207.080 de Tamborini-Mosca, por m�s de un 50%.

MH: 55% contra 45%.

GB: Ese fue el resultado sorpresivo del "misterio aritm�tico".

MH: Hay que agregar que aunque fue la peor elecci�n de Per�n en toda su trayectoria, fue suficiente para conquistar el poder presidencial, la mayor�a de dos tercios en Diputados, casi la totalidad del Senado, trece de catorce provincias y todas las legislaturas, salvo la de Corrientes. Un resultado extra�o teniendo en cuenta que Quijano, su compa�ero de f�rmula, era correntino.

Lamentablemente se nos acaba la tarjeta telef�nica. Tengo que despedirte.

GB: Ha sido un gusto poder dar testimonio de este momento hist�rico transcurrido hace 67 a�os.

Gerardo Bavio, nacido en Salta el 23 de febrero de 1926. Se recibi� de Ingeniero Civil en la Universidad de C�rdoba. En 1962 fue contratado por el Ministerio de Industrias de Cuba, a cargo de Ernesto Che Guevara. Tambi�n se desempe�� como profesor en la Universidad de La Habana. Participa de la campa�a por la restituci�n de la democracia a principios de los �70, donde milita en la organizaci�n Montoneros. El 25 de mayo de 1973 es designado Intendente de la ciudad de Salta por el gobernador Miguel Ragone, desaparecido en marzo de 1976. Fue detenido durante la gesti�n de Isabel Per�n. Liberado en febrero de 1975 constituye la Junta Promotora del Partido Peronista Aut�ntico junto a ex gobernadores, Miguel Bonasso, Andr�s Framini, Armando Cabo y otros. Dado el golpe genocida permanece en Argentina hasta mayo de 1978, fecha en la que parte al exilio en M�xico donde suscribe un documento cr�tico a la conducci�n de Montoneros junto al poeta Juan Gelman, entre otros. All� se desempe�a en la Universidad Aut�noma Metropolitana hasta 1990 en que regresa a Argentina donde era acusado de asociaci�n il�cita. Se desempe�a como asesor legislativo de la C�mara de Diputados de la Provincia de Tucum�n. En 2008 es designado Profesor Honorario de la Universidad Nacional de Salta. Actualmente reside en Tucum�n y est� pr�ximo a publicar su obra testimonial

Huellas de la Memoria. Historia, vivencias y reflexiones sobre el siglo pasado.

Fuente: lafogata.org

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