Argentina, la
lucha continua....
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La actual crisis pol�tica del Estado liberal
Juan Francisco Coloane
Argenpress.info
Los pol�ticos centralizan su atenci�n en la econom�a, y no son proclives a
discutir un tema demasiado fuera de la contingencia-contingencia. Se discute con
moderaci�n en la academia, aunque no es el tema que provoque entusiasmo. Los
medios de m�s llegada se encargan de posicionar una lista de temas cr�ticos,
aunque en lo esencial evitan asociarla a una crisis pol�tica.
Pero all� est� expres�ndose con toda la inconmensurabilidad de sus situaciones.
El sistema pol�tico se las arregla para acomodar, con representantes sentados en
sus esca�os, bebiendo los mismos c�cteles con acad�micos y personajes de los
medios. La sociedad los sufre, y la bomba social crece.
Lo cierto es que la actual crisis pol�tica del estado liberal, no forma parte de
la agenda, aunque todos los temas que se discuten pol�ticamente, desde la
Argentina hasta Indonesia pasando por Nigeria, el medio oriente y Malasia,
tengan que ver con este tema.
Especialmente se observa en las dificultades que enfrenta el presidente Barack
Obama para la aprobaci�n de su propuesta de reforma al sistema de salud. Como
pa�s pivote, EEUU es fiel expresi�n de la actual crisis del estado liberal y su
problema central: un sistema econ�mico que virtualmente tiene secuestrado al
sistema pol�tico.
Se podr�a plantear de otra forma: el sistema pol�tico (poder ejecutivo,
estructuras de representatividad, partidos) se desajusta o se comprime con la
omnipresencia de la determinante econ�mica.
Los �ltimos discursos de Barack Obama, ha apuntado a un tema central inadvertido
para algunos: Si el actual sistema econ�mico opera sobre un sistema pol�tico
abierto, o m�s bien funciona bajo una dictadura disfrazada en poder de los
grandes consorcios financieros y las grandes compa��as manufactureras y de
servicios.
Es as� que al discutir las caracter�sticas de los sistemas y partidos pol�ticos,
emerge el dilema del estado liberal en las actuales condiciones que impone el
sistema econ�mico, encapsulado en la globalizaci�n, y en las transacciones entre
sistema econ�mico y pol�tico. La l�nea divisoria entre �stos dos �ltimos es cada
vez m�s invisible y en la promiscuidad, se hace dif�cil distinguir entre la
rentabilidad para el consorcio y la pol�tica.
M�s all� de EEUU, en las recientes elecciones regionales francesas, en lo
subyacente se manifest� ese desajuste entre sistema econ�mico y sistema
pol�tico, expresado en el descontento a las medidas del presidente Sarkozy para
conducir la econom�a.
Las contradicciones que exhibe y enfrenta el gobierno de la presidenta Cristina
Fern�ndez, o la oposici�n de una acomodada clase media (profesionales
especialmente) que ha perdido cierto poder en Ecuador, a las iniciativas de
mayor participaci�n ciudadana del presidente Rafael Correa, tambi�n forman pare
de esta crisis. En Chile, el nuevo presidente de derecha neoconservadora
Sebasti�n Pi�era se ve obligado a buscar un "gobierno de unidad nacional", para
poder tener un margen de maniobra y poder gobernar.
El estallido de violencia, a pocas horas del terremoto en Chile, en la ciudad
sure�a de Concepci�n y su periferia, refleja el fen�meno, as� como lo es el
suicidio de agricultores en India por su insolvencia para pagar deudas. (Ver EPW).
Por los cuatro costados del planeta, los brotes de violencia y descontento
social, son el resultado de un sistema pol�tico que no absorbe debidamente las
demandas econ�micas.
Como que el liberalismo centrado en los derechos del individuo y en la justicia
social, de pronto se viera incapaz de entregar una respuesta pol�tica frente a
un sistema econ�mico que niega esa justicia social y esos derechos..
Este problema tan marcado en el estado liberal de hoy, es de �ltima generaci�n.
Proviene de la aplicaci�n del ajuste estructural a la econom�a mundial en la
d�cada de los A�os 80, que se subsume bajo la apelaci�n de "modelo neoliberal",
t�rmino que le entrega al conservadurismo ideol�gico el concepto de liberal en
forma gratuita. �Desde cu�ndo la ideolog�a que sustenta el ajuste estructural es
liberal?
El problema del estado liberal pos segunda guerra mundial y su inclinaci�n de
concebir la democracia con altos grados de calidad de representatividad, -
enti�ndase por calidad, la aceptaci�n de altos grados de tolerancia, de
pluralismo, de solidaridad y de igualdad de derechos individuales- , es haber
"encontrado" un sistema econ�mico � el del ajuste estructural de los 80- que se
"impuso a espaldas de ese desarrollo de pluralismo, y un grado aceptable de
igualdades.
La gobernabilidad se traduce en manejar, como forma de proteger, la actual
asincron�a entre sistema econ�mico y sistema pol�tico. Al ampliar el rango de
representatividad con el pluralismo pol�tico, hay un temor a la p�rdida del
orden. La fragmentaci�n de opciones pol�ticas no expresan solamente una adhesi�n
o un rechazo al sistema econ�mico, sino que se plantean como formas menos
ortodoxas de hacer pol�tica, perjudicando la eficacia econ�mica.
A partir de 25 a�os de aplicaci�n del ajuste, con sus tres ejes centrales:
privatizaci�n, desregulaci�n y apertura externa, el sistema pol�tico y el
car�cter de su representatividad, comienzan a experimentar "fatiga de material".
Al parecer, no es posible desde las bases del estado liberal, sustentar el
sistema econ�mico impuesto en los a�os 80.
El debate acerca de la eficacia pol�tica del sistema de representatividad para
llevar adelante las medidas del ajuste, fue en la pr�ctica avasallado por la
indispensable necesidad de implementar las medidas que al final requer�an de un
verticalismo notorio. Es as� que el ajuste a la econom�a de los 80, encontr� un
sistema pol�tico que no lo cuestionaba y aparec�a como nacido desde las barbas
del liberalismo puro de justicia social y pluralismo.
El sistema econ�mico deb�a encontrar una acomodaci�n en el sistema de
representatividad que aseguraba el sistema pol�tico -esencialmente electoral-
instrumentalizado a trav�s de los partidos pol�ticos. Esa fue la gran trampa,
porque en forma "gratuita" se le conced�a el ep�teto de liberal de nuevo tipo, a
una masa de ide�logos y tecn�cratas profundamente conservadores en cuanto a no
cambiar un �pice aquellos aspectos de la matriz capitalista que m�s da�o le
estaban haciendo al proyecto liberal: justicia social y participaci�n ciudadana.
Surge lo que ya sabemos: la salud es una f�brica de rentabilidad de compa��as y
no una f�brica de bienestar social con un margen de rentabilidad para
sustentarse; la educaci�n no es primero una f�brica de conocimientos y formaci�n
social productiva primero; debe funcionar como una industria para la
rentabilidad. El bienestar social supeditado al banco y al mercado.
Los sistemas pol�ticos y de partidos en este escenario de poder corporativo,
reducen las posibilidades de una representatividad efectiva y real en el sentido
de no poder representar las diferencias de la poblaci�n y la evoluci�n de sus
intereses.
El sistema econ�mico que se ha impuesto a partir de los a�os 80 socava las bases
mismas del estado liberal y del liberalismo. El sistema econ�mico no concibe un
sistema pol�tico de car�cter m�s horizontal y participativo que lo sustente,
porque con este tipo de horizontalidad pierde eficacia.
El sistema econ�mico solo puede aplicarse con autoritarismo y verticalidad a
trav�s del poder de los grandes consorcios econ�micos que secuestran las bases
del Estado y de los partidos pol�ticos (ver NYT 3/16 y dem�cratas). �
El Estado es as� cooptado para poder fabricar bienestar social en la poblaci�n y
abrir espacios de participaci�n ciudadana que planteen reformas sustanciales al
sistema. Cada vez m�s, los partidos (o parte de ellos) que ganan las elecciones
en el pa�s que se analice, con las excepciones de rigor, son sucursales del gran
capital.
EEUU es un pa�s que norma al resto. Si Barack Obama no logra la aprobaci�n de su
propuesta a la reforma a la salud, ser� la gran victoria del conservadurismo
extremo apoyado por los consorcios de negocios y los enclaves financieros.