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Argentina, la lucha continua....

Los muros no detienen la pobreza

CORREPI

Durante el desarrollo del capitalismo, distintos estado modernos fueron recreando los muros que la historia construy� con el fin de resguardarse de otros pueblos� pueblos que no pod�an resguardarse de los constructores de muros� ni defenderse� solo rebelarse�

Los muros, reales o pol�ticos, identifican al enemigo de clase. Protegen a los de adentro, y garantizan la explotaci�n a distancia de los de afuera, a trav�s de f�bricas que pagan salarios de esclavo, o de la explotaci�n legitimada contra los pocos invasores que logran atravesarla, tambi�n con salarios de miseria por los servicios de alba�iles, sirvientas o trabajadoras sexuales.

Como ocurre en los m�s de 1.100 km en la frontera entre Estados Unidos y M�xico, o los 1.700 entre Espa�a y Marruecos, o los 650 km entre Israel y Palestina, por poner algunos ejemplos.

Pero para ejercer la dominaci�n no solo es necesario tener un enemigo externo. En las sociedades modernas, es casi imprescindible que los estados cuenten con enemigos internos, los pobres, sean inmigrantes de pa�ses extranjeros o inmigrantes internos que van a las zonas urbanas y ricas para poder sobrevivir.

En la ciudad de R�o de Janeiro, Brasil, tambi�n construyen muros contra la pobreza. El objetivo es que las favelas no se expandan por la ciudad, como si la pobreza estructural dejara de crecer gracias a un muro. Para eso, tres metros de hormig�n armado, que costar�n 13.000 millones de euros, han comenzado a levantarse en favelas como Babil�nia y Vidigal; Morro dos Cabritos o la Rosinha, la mayor favela de Am�rica Latina, que contar� con el muro m�s extenso: 2.800 metros.

Los enemigos internos, los pobres, son recluidos en c�rceles, comisar�a, reformatorios� y tambi�n son encerrados en sus propios barrios pobres para pobres.

Como ya ocurri� varias veces en la villa 31 de Retiro, con gobiernos militares o con Ibarra como jefe de gobierno, hoy sucede Villa Jard�n, San Fernando, un barrio obrero urbanizado que dista s�lo 400 metros de La Horqueta, San Isidro, una de las zonas m�s lujosas de la provincia de Buenos Aires.

"No tenemos otra intenci�n m�s que cuidar a nuestra gente y debemos cumplir con nuestro deber que es estar al lado del vecino", explic� el intendente Posse. Como bien lo aclara, �l est� para cuidar a su gente, y levanta el muro para "estar al lado del vecino". Lo que no aclar� �no hace falta- es de qu� vecinos se trata.

Por m�s que la justicia, la presidenta y sus ministros tilden al muro como discriminatorio, derribado o en pi� no va impedir que la pobreza crezca, que los ni�os se mueran de hambre, que el paco que introduce la polic�a mate chicos y j�venes, que la desocupaci�n los mate de a poco, que los polic�as le disparen m�s r�pido, que los medios los tilden de ladrones, ni mucho menos que el capitalismo deje de necesitar de su pobreza y su trabajo para seguir existiendo.

Fuente: lafogata.org

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