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Argentina: La lucha contin�a

"Llenar el plato o llenar el tanque: �sa es la cuesti�n"
El negocio del biocombustible y su incidencia directa en el precio de los alimentos

La inminente escasez de combustibles f�siles coloca a Santa Fe en una compleja situaci�n. Frente a la demanda de biodiesel, se multiplican los cultivos de granos en la provincia. Pero, �cu�les ser�n los costos de generar esa oferta?

Graciela Cristina Gomez
Abogada (UBA)-Escribana (UNR)
Romang-Santa Fe-Argentina

"Nos enfrentamos a una competencia entre los 800 millones de conductores que quieren proteger su movilidad y las 2.000 millones de personas m�s pobres del mundo que quieren sobrevivir. Los supermercados y las estaciones de servicio ahora compiten por los mismos recursos".(Lester Brown, fundador del Instituto World Watch )

El avance del negocio de los biocombustibles en el pa�s tiene como escenario principal a las tierras y el complejo industrial vinculado a la soja de la provincia de Santa Fe. Tanto que el Ministerio de la Producci�n provincial cuenta con una Secretar�a de Sistema Agropecuario, Agroalimentos y Biocombustibles. No es para menos: en el sur santafesino est�n las dos m�s grandes plantas procesadoras y exportadoras de este producto en el pa�s, con una capacidad de producci�n de m�s de 200.000 toneladas anuales cada una. La pel�cula reci�n comienza, ya que por ejemplo el gigante franc�s Louis Dreyfus espera empezar a producir 300.000 toneladas en su planta a inaugurar, tambi�n cerca de Rosario. Mientras tanto, empresas ya asentadas invirtieron en el corto plazo lo necesario para duplicar su producci�n de combustible a base de oleaginosas. En la conjunci�n de tierras productivas, capacidad de procesamiento y la inmediata salida a trav�s del puerto rosarino est�n las claves del crecimiento de esta denominada "alternativa renovable" a la crisis energ�tica mundial causada por la lenta muerte de los combustibles f�siles, que lleva sus precios a niveles impensados no mucho tiempo atr�s (ya ronda los 130 d�lares el barril, mientras que hace s�lo 10 a�os se ubicaba en 13 d�lares).
La Secretar�a de Agricultura de la Naci�n inform� que el a�o pasado las ventas al exterior de biodiesel alcanzaron los 268 millones de d�lares, que provinieron de 319.093 toneladas despachadas (lo que equivale a un valor de 841 d�lares la tonelada). De esos env�os, el 73% se destin� solamente a los Estados Unidos, mientras que el resto se dirigi� a pa�ses de Europa. La excitaci�n que produce esta rama de los agronegocios no es para nada producto de una ficci�n, sino que la causan los n�meros a futuro. Por ejemplo, las estimaciones se�alan que este a�o las exportaciones podr�an llegar al mill�n de toneladas y que el valor de la tonelada seguramente superar� los 900 d�lares. Esto fue determinante para que el ex ministro de Econom�a Mart�n Lousteau emitiera la resoluci�n 126, es decir, la siguiente a la tan pol�mica resoluci�n 125 que elev� las retenciones de las exportaciones de cereales y desencaden� los reclamos de las entidades rurales en un conflicto que ya lleva casi tres meses.
Aquella resoluci�n, la 126, subi� al 20% los derechos a la exportaci�n de biodiesel, los que anteriormente estaban en el irrisorio nivel del 5% �con reintegros del 2,5%! En el anterior esquema impositivo se gravaba en 32% las ventas al exterior de aceite de soja. La diferencia con el biodiesel se fundamenta en que �ste es un subproducto de aquella. Estas enormes facilidades seguramente han sido un factor determinante para el boom de inversiones en biodiesel, que en Santa Fe adem�s gozan de exenciones impositivas m�s que atractivas desde el gobierno de Jorge Obeid. En el nuevo esquema, el aceite de soja pagar� en promedio, y siempre que se mantenga en la actual banda de precios, un 40% y el biodiesel, como ya se mencion�, un 20%.

El d�a despu�s de ma�ana :

El conflicto entre las entidades rurales y el gobierno puso al desnudo buena parte de la pol�tica agropecuaria nacional, que hasta hace poco era desconocida por la gran mayor�a de los argentinos no vinculados directamente al sector.
Pero lamentablemente la discusi�n ha quedado enfrascada en la cuesti�n de las retenciones (que en definitiva no implican m�s de 1.500 millones de pesos) sin que se ponga sobre el tapete el problema m�s grave, esto es, el modelo agropecuario del pa�s, que se relaciona directamente con la seguridad alimentaria de los argentinos.
En ese marco, el rol de los biocombustibles producidos localmente despierta grandes temores por su v�nculo lineal con la tendencia nacional al monocultivo -de soja transg�nica en este caso- con una consecuente expansi�n casi sin l�mite de la frontera agr�cola.
Seg�n datos de la organizaci�n ambientalista Greenpeace, para proveer materia prima para las plantas de biodiesel existentes y proyectadas en Santa Fe y todo el pa�s se necesitar�n m�s de 9 millones de hect�reas destinadas s�lo al cultivo de soja, cifra que casi iguala a la superficie de la provincia.
A esto se suman las especiales condiciones del complejo sojero en el sur santafesino para el procesamiento del cereal, tanto para aceite como para biodiesel.
El a�o pasado Pablo Bertinat, del Taller Ecologista de Rosario, se�al�: "Santa Fe posee el mayor complejo internacional de producci�n de aceite de soja: las particulares condiciones geogr�ficas y econ�micas del pa�s despu�s de la devaluaci�n de 2001 permiten a las empresas radicadas en el Gran Rosario generar costos de trituraci�n del poroto de soja dos veces menores que los de Estados Unidos y hasta tres veces menores que los de Brasil. Con una nueva coyuntura de demanda internacional con precios favorables y con las proyecciones de consumo en el tiempo, la voracidad por ampliar la frontera agr�cola y obtener m�s tierras para el cultivo de la soja -el cual se est� perfilando como la principal fuente de producci�n de agrocombustibles- presenta perspectivas alarmantes. Se trata de un negocio para las corporaciones y los bloques de poder ligados a los agronegocios en el pa�s".
Una de las consecuencias m�s preocupantes de este crecimiento desproporcionado se ve en las g�ndolas. Es que la ausencia de pol�ticas acertadas ha conducido a que disminuyan profundamente producciones vitales para la seguridad alimentaria nacional, como por ejemplo la ganader�a, la lecher�a y dem�s cultivos, todos ellos desplazados por la seducci�n de las ganancias que proporciona la soja. Hay leyes b�sicas de cualquier econom�a capitalista: aquella que indica que a menor oferta y mayor demanda los productos se encarecen, aqu� se cumple a rajatabla. Los �ndices de inflaci�n de la canasta b�sica (no oficiales, dem�s est� decir) as� lo indican: las proyecciones para este a�o la ubican en el 30%.
"La carne sube, porque cada vez tenemos menos vacas. La gente no quiere ser ganadera sino sojera", se�al� la doctora Graciela G�mez, de Romang, quien se ha pronunciado varias veces y por distintos medios para alertar de las consecuencias de la feroz ampliaci�n de la frontera agropecuaria para la soja, entre ellas las vinculadas a los fertilizantes.
"Si a los productores les explic�s lo del glifosato, no lo entienden o no lo quieren entender. Creen que el glifosato es biodegradable", dijo casi resignada.
Tras subrayar que las ganancias generadas por el negocio biodiesel son solamente para "las grandes corporaciones cerealeras", invit� a observar lo que sucede en M�xico, donde "la comida b�sica, que es la tortilla de ma�z, se encareci� a niveles impensados desencadenando protestas. All� el ma�z se exporta masivamente a Estados Unidos para producir bioetanol. Es muy grave". A esto a�adi� que en la provincia "no hay granjas hort�colas y las que quedan y est�n cerca de plantaciones de soja son afectadas con las fumigaciones. En 10 a�os, las tierras que se cultivan con soja no servir�n para nada y a esto lo advierten los mismos organismos oficiales. No hay un p�jaro, las tierras no tienen ni gusanos. Esta era una tierra rica en nutrientes, pero ahora no hay nada, no hay aves. Las pocas que hay se las encuentra muertas".
"Hay momentos en los que el precio del tomate est� por las nubes, las papas y el zapallo parecen un lujo; nuestro famoso asado pasa a formar parte de las guarniciones. Y mientras, las vacas no tienen donde pastar. �Las pondremos en los techos de las casas?", se pregunt� la profesional.
Siguiendo en esa l�nea de pensamiento, explic� que los biocombustibles "dan beneficios cada seis meses, y los pastos en los que se cr�an las vacas lo dan a varios a�os, por lo que se comenzaron a usar estos terrenos para la producci�n de biocombustibles. La conclusi�n es un aumento de precio en la carne de vaca, duplicando o triplicando su valor en Argentina".

Una guerra contra los pobres:

A principios de a�o, en el diario ingl�s The Guardian, George Monbiot se explay� en torno a la grave crisis mundial de las fuentes de energ�a. All� dio cuenta de que la Uni�n Europea ha reconocido que "la dependencia del petr�leo del sector del transporte es uno de los problemas m�s serios que sufre Europa en cuanto a la inseguridad en el abastecimiento de energ�a". Por lo tanto, para diversificar los abastecimientos de combustible y, en parte, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la UE orden� a los estados miembros que para 2020, el 10% del combustible usado en los coches sea reemplazado por biocombustibles. No es casual entonces que tantos capitales internacionales inviertan en Santa Fe en el negocio del biodiesel: los n�meros van a cerrar y m�s que positivamente.


"Esto no resolver� el pico del petr�leo, pero puede que incluso lo ponga en perspectiva al provocar un problema aun mayor", anticip� Monbiot. Sucede que la misma UE acept� que "los biocombustibles no son una panacea verde. Las reglas incluidas en borrador dicen que estos no deben ser producidos destruyendo bosques primarios, pastos y humedales, ya que esto puede causar un aumento neto en las emisiones t�xicas. Tampoco se podr� da�ar ning�n ecosistema con una gran biodiversidad para producir biocombustibles".
Sin embargo, en Santa Fe se deforestaron entre 1998 y 2006 m�s de 32.000 hect�reas de monte nativo, seg�n datos de la Secretar�a de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Naci�n.
"Si los biocombustibles no pueden ser cultivados en tierras v�rgenes, estos deben confinarse a la existente superficie agr�cola, lo que significa que cada vez que llenamos el tanque quitamos comida de las bocas de la gente. Esto adem�s aumenta el precio de los alimentos, lo que anima a los agricultores a extender los cultivos hacia otras tierras, bosques primarios, pastos antiguos, humedales y todo lo dem�s. Nos podemos felicitar por mantenernos moralmente puros, pero los impactos son los mismos. No hay salida para esto: en un planeta finito con un abastecimiento de alimentos muy ajustado, o se entra en competencia con los pobres o se utilizan nuevas tierras", concluy� dr�sticamente el art�culo del matutino ingl�s.
La tendencia apunta a que si el mundo reclama biocombustibles, se cumplir� con esa demanda. �Ser� al costo de los bolsillos y el hambre de los santafesinos?
Y una vez que los tanques de los modernos veh�culos del primer mundo est�n repletos de combustible extra�do de vegetales plantados aqu� �con qu� se llenar�n nuestros platos?

Radiograf�a del negocio del biodiesel en la provincia de Santa Fe :

Empresas que ya operan : Ecofuel AGD-Bunge (Puerto General San Mart�n) ,Renova Glencor-Vicent�n y Patagonia Bioingenier�a,(San Lorenzo) ,Vicent�n (Avellaneda) ,Biodiesel S.A ( Sancti Sp�ritu )
Las que se van a instalar: Louis Dreyfuss , ( General Lagos),Asociaci�n de Cooperativas Argentinas, Explora y Puerto Quebracho ( Puerto General San Mart�n),Raiser, Noble, Enarsa y Green Fuel Corp. ( Timbres)

M�s producci�n, menos due�os :

El Censo Nacional Agropecuario (CNA) de 1988 en Santa Fe arroj� que exist�an 37.029 explotaciones agropecuarias. En 2002 el n�mero hab�a disminuido a 28.103, lo que significa una reducci�n m�s del 24%. La cuesti�n se explica en un an�lisis de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNL, en base a un estudio hecho sobre el departamento Las Colonias. All� se se�ala que, seg�n el CNA, hab�a en 1988 3.128 establecimientos y que en 2002 quedaban 2.122. Sin embargo hab�a crecido la cantidad de hect�reas ocupadas: en la primera muestra eran 581.388; en la segunda 606.454.

Verdadero peque�o productor :

�ngel Strapazzon es dirigente del Movimiento Campesino de Santiago del Estero-V�a Campesina, que ante la cuesti�n del conflicto con el agro tiene una postura que no se alinea ni con el gobierno ni con las entidades agropecuarias sino que, por el contrario, es cr�tica con ambos. En la cuesti�n puntual del alza de los alimentos, Strapazzon lament� que en Argentina "estemos destinando el 25% de los monocultivos para hacer biocombustible, comida para los autom�viles. Sabemos que de los 800 millones de autom�viles que andan en el mundo, 500 millones no tendr�an que andar. Los ricos se compran en sus casas tres y cuatro autom�viles. En Europa, por casa, hay uno por persona. Es incre�ble que tengamos que destinar lo que comemos los seres humanos a darle de comer al exceso de autom�viles que hay en el mundo. Debemos trabajar la tecnolog�a renovable como la energ�a solar, la energ�a e�lica, debemos seguir incursionando en eso", propuso.
El dirigente santiague�o expuso adem�s, como otra raz�n del alza de los precios a nivel mundial, que "el 80% de los alimentos est�n en manos de ocho o nueve corporaciones transnacionales como son la Dreyfus, Monsanto, Syngenta, Cargill. No puede ser que los gobiernos del mundo se hayan dejado robar de las manos. Esto lo ha afirmado la FAO (el organismo de la ONU encargado de agricultura y alimentaci�n): el derecho a conducir o, por lo menos, poner normativas al ida y vuelta de los alimentos del mundo".
Para Strapazzon, el problema de la escalada del precio de alimentos no se cierra solamente en la soja, sino que tambi�n se vincula a otros monocultivos. Da otro ejemplo: "es tambi�n un problema la siembra de monocultivos como el eucalipto. En Uruguay, Entre R�os y Corrientes hay ricas tierras que se utilizan para hacer pasta de celulosa en vez de alimentos. Un eucalipto bebe m�s de 100 litros de agua por d�a. La vaca, la famosa vaca uruguaya que hasta hace poco compet�a por el favor con la nuestra, usa entre 40 y 50 litros por d�a y, sin embargo, han cerrado un mont�n de establecimientos ganaderos para poner eucaliptos. M�s de 25.000 trabajadores rurales, peones, estos gauchos uruguayos, los charr�as uruguayos que eran excelentes productores de vacas, se han quedado en la calle: el eucalipto no necesita mano de obra. Con Botnia dicen que van a tomar a 5.000 empleados. Est� bien, pero �y los otros 20.000? �Y los otros 100.000 que trabajaban en frigor�ficos o en el sistema de agroindustria de la carne?", se pregunt�.

El genocidio seg�n Fidel Castro :

Excitado por las perspectivas comerciales del bionegocio, el ex gobernador Jorge Obeid explicaba el a�o pasado: "Para los que tenemos m�s de 50 a�os esto puede ser dif�cil de entender, porque para nosotros los combustibles est�n bajo tierra en el sur de pa�s o en zonas petroleras, pero hoy tenemos la posibilidad de que en pocos a�os seamos los productores de biocombustibles del mundo". Y sent� posici�n: "Yo estoy convencido de que es una discusi�n incorrecta y en algunos casos mal intencionada. Los que est�n interesados en esto (en cuestionar este tipo de emprendimientos) son los grandes productores de petr�leo que quieren seguir con su negocio". Paradojas de la realidad, uno de los principales opositores a los biocombustibles es Fidel Castro, con quien Obeid dialog� tanto que hasta escribi� el libro Cuba, Fidel y el peronismo. Mis encuentros con Castro y otros textos. Qui�n sabe, quiz�s en esas reuniones el viejo l�der cubano le haya hecho saber al santafesino su pensamiento: al referirse al impulso que George Bush y Lula Da Silva le dieron a la producci�n de etanol a partir de la ca�a de az�car, Castro lo calific� como "la internacionalizaci�n del genocidio" por considerar que "el negocio en general condenar� a la muerte de hambre y sed a 3.000 millones de personas en todo el mundo".

De nutrientes y de plagas :

(Fragmentos de un informe del doctor Walter Pengue, incluido el estudio "El avance de la frontera agropecuaria y sus consecuencias", de la Secretar�a de Medio Ambiente de la Naci�n)
-"En Argentina, la intensificaci�n de la producci�n sojera ha llevado a una importante ca�da en el contenido de nutrientes del suelo. La producci�n continua de soja ha facilitado la extracci�n, s�lo en el a�o 2003, de casi un mill�n de toneladas de nitr�geno y alrededor de 227.000 de f�sforo. S�lo para reponer a estos dos nutrientes, en su equivalente de fertilizante comercial, se necesitar�an unos 910 millones de d�lares".
"La investigaci�n ecol�gica sugiere que la reducci�n de la diversidad paisaj�stica devenida por la expansi�n de los monocultivos a expensas de la vegetaci�n natural, ha conducido a alteraciones en el balance de insectos, plagas y enfermedades. En estos paisajes, pobres en especies y gen�ticamente homog�neos, los insectos y pat�genos encuentran las condiciones ideales para crecer sin controles naturales. El resultado es un aumento en el uso de agroqu�micos los que, por supuesto, luego de un tiempo ya dejan de ser efectivos, debido a la aparici�n de resistencia o trastornos ecol�gicos t�picos de la aplicaci�n de pesticidas. Adem�s, los agroqu�micos conducen a mayores problemas de contaminaci�n de suelos y poluci�n de aguas, eliminaci�n de la biodiversidad y envenenamiento humano".

Fuente: lafogata.org

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