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Argentina: La lucha continúa

Desmonte, soja, pinos y represas

Salta: desmonte y agua para pocos

Entre 2002 y 2006, en Salta dejaron de existir 415 mil hectáreas de bosque nativo, índice de desmonte que supera el promedio mundial, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente, que también reconoce a la soja como la causa de ese mal. Sobresalen los conflictos en tierras aledañas a la Ruta Nacional 86, al norte provincial, históricas disputas con ingenios azucareros (el San Martín, de la compañía Seabord Corporation es el más resonante) y, en el sur provincial las disputas se dan con grandes fincas (en su mayoría viñateras) que adquieren extensiones de tierra con históricos ocupantes dentro y manejan unilateralmente el agua. La organización Encuentro Calchaquí advierte el avance de otro mal: más de cuarenta prospecciones mineras de oro, plata, cobre y plomo.

Jujuy: industrias contrarias al indígena

Con gran presencia del pueblo Kolla y Guaraní, además de la disputa por la tierra, sobresale la actividad minera (yacimiento Pirquitas, Minera Aguilar y Orosmayo) y los conflictos con empresarios turísticos en la zona de Humahuaca. "El gobierno provincial alienta cuatro polos productivos: la industria del azúcar y el tabaco, el turismo y la minería. Todas ellas atentan contra nuestros territorios y nuestra forma de vida", explicó Ariel Méndez, de la Red Puna. En el reciente conflicto, apuntaron hacia ambos bandos: "Repudiamos las políticas de exclusión y saqueo de los territorios en que vivimos; políticas promovidas por los grupos económicos que tienen como cómplices a los gobiernos de turno".

Córdoba: FAA y su otro rostro

"El campo profundo reclama tierra, que no se destruya más el medio ambiente, agua, y reclama políticas para frenar el éxodo hacia las ciudades. Y todo esto no depende de las retenciones, depende de políticas reales que ningún gobierno impulsa", afirma el Movimiento Campesino de Córdoba (MCC), fuerte en el norte provincial. Sus pesares pasan por los agrotóxicos que envenenan huertas comunitarias, animales y familias, los desalojos y la falta de agua. Denuncian el rol silencioso y silenciado de la Federación Agraria. "La FAA no dice que sus afiliados, con la complicidad del sistema político y jurídico, desalojan campesinos. Y sinceremos que esos productores no cosechan alimentos en beneficio del pueblo, producen forrajes para la especulación en el mercado externo."

Chaco: deforestación, soja y muerte

Histórica provincia algodonera, de población indígena y campesina, el modelo de agronegocios tuvo un costo: perdió la mitad de sus tierras fiscales (1,7 millón de hectáreas), aumentó la concentración de campos, sufrió el masivo traslado de la población rural hacia zonas urbanas y se volvió noticia cotidiana por la muerte de población indígena. Existe un centenar de comunidades originarias, la gran mayoría vio el "conflicto del campo" como una pelea ajena, con enemigos en ambos bandos y el modelo agrario como causa de sus males. Similar mirada aportan las 29 organizaciones campesinas que articulan en la Mesa Provincial de Pequeños Productores, que nuclea a 4500 familias minifundistas. "Esas cuatro patronales no nos representan, pero tampoco el Gobierno, que nos ha fallado, nos abandonó", explica tajante Angel Machuca, referente de la Mesa y presidente de la Unión de Pequeños Productores del Chaco (Unpeproch).

Misiones: pinos, represas y turismo

Los sucesivos gobiernos misioneros fomentaron tres actividades que chocan con comunidades indígenas y campesinos. Plantas de celulosa, emprendimientos turísticos que avanzan sobre territorios ancestrales y represas. En la provincia no siembran soja, pero de la mano de las pasteras llegó el monocultivo de pino, que tienen los mismos impactos que la oleaginosa: expulsa campesinos e indígenas y contamina con agrotóxicos. Ilustrativo de la concentración de tierras es el caso de la Papelera Alto Paraná, propietaria del diez por ciento del suelo provincial. Existe un amplio mapa de organizaciones rurales. La más histórica, el Movimiento Agrario de Misiones, golpeada por el reciente conflicto: parte de sus bases son federados y también cuenta con dirigentes cercanos al Gobierno. Otras dos organizaciones, con diferentes estilos pero igual componente –familias numerosas, que siembran para la subsistencia y resisten desalojos– son la Comisión Central de Tierras (CCT) y el Movimiento Campesino de Misiones (Mocami), ambas cuestionan el monocultivo, pero también el papel del Gobierno.

Fuente: lafogata.org