Argentina: La lucha contin�a
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Tarifazos e inflaci�n despu�s de la crisis del campo
Daniel Cadab�n
El kirchnerismo sufri� en el Senado, la madrugada del jueves 17 pasado, la
derrota m�s contundente de su corta historia pol�tica nacional. No hace m�s de
seis meses, N�stor y Cristina so�aban con haber consolidado una especie de
dinast�a que mediante una secuencia de sucesiones permanecer�a en el poder por
tiempo indeterminado; razones no le faltaban al matrimonio, la composici�n de
las C�maras parlamentarias, resultantes de las elecciones de 2007, les daba una
mayor�a absoluta lo que les permitir�a realizar las reformas constitucionales
necesarias para cumplir con su sue�o de un poder rotativo y hereditario.
Cuando Julio Cleto Cobos le neg� el voto a la resoluci�n 125 -con un discurso
que deber�a usarse en las escuelas secundarias como ejemplo para demostrar como
act�a la elipsis entre los burgueses a la hora de traicionar alianzas y vender
votos- no hizo m�s que agrandar la crisis que consume al kirchnerismo y
acorralar a la presidenta en el reducido espacio que la derecha le tiene
reservado.
Cobos, a pedido de las entidades rurales, decidi� asumir el ejecutivo. No es
casual entonces que sea tratado como h�roe por la patria sojera.
El kirchnerismo, por su parte, auto cumpli� su profec�a "destituyente" ese
jueves a la madrugada en el Senado, cuando don Julio Cleto tom� el poder
ejecutivo por asalto.
Cobos se comport�, es este sentido, m�s kirchnerista que el propio Kirchner, si
entendemos al kirchnerismo como una forma de actuaci�n oportunista y capaz de
morder cualquier mano para ganar poder, y no como un programa pol�tico.
'Que se acepten los resultados', hab�a exigido Kirchner desde el escenario de la
contramarcha en congreso, todo un gui�o que anunciaba que no estaba dispuesto a
movilizar al pueblo en contra de la "derecha gorila que s�lo mide sus propios
beneficios".
El parlamento un �mbito capitalista El parlamento es el �mbito de los
Grobocopatel, los Werthein, Esquenazi, los Cargill y Monsanto; el kirchnerismo
sab�a a lo que se expon�a al visitar el �mbito parlamentario con su resoluci�n
125, pero no le quedaban demasiado alternativas. Era esto o la convocatoria a
una movilizaci�n popular con un programa de rompimiento con los intereses de los
pooles de siembra y los fondos de inversi�n.
Ni el kirchnerismo ni los "chacareros" de la Federaci�n agraria, tienen
intenci�n de irritar a los grupos financieros que movilizan capitales
conspirando contra "la mesa de los argentinos".
La votaci�n de Cleto Cobos, que termin� por darle un nuevo aire al
parlamentarismo, no es llenar "con m�s democracia a la democracia"; es,
simplemente, la estrategia que han adoptado los grupos econ�micos desplazados
por el kirchnerismo para restarle poder a las camarillas asociadas a los De Vido
y compa��a.
El parlamento ha recobrado despu�s del 17 de julio, y de la votaci�n de don
Cobos, su capacidad para volver a ser la caja de resonancia de los lobbys
burgueses, que hasta ahora ven�an soportando resoluciones unilaterales que
beneficiaban a algunos en detrimento de otros. El porqu� esto es tomado por la
"media conciencia de la clase media" como un acto heroico lo reservamos para
otra nota.
Queda claro que este triunfo de las entidades agrarias tiene una sola
explicaci�n: la cobard�a que le despierta al matrimonio presidencial, la
posibilidad de ver a las masas obreras y pobres en la calle le impuso su propio
l�mite y es lo que hizo que prefiriera la p�rdida de poder antes que movilizar
al pueblo detr�s de consignas nacionales.
El kirchnerismo, en su debacle de la �ltima hora, nombra a Juan Per�n, pero a la
hora de emularlo se le achicharran las patas.
Lo de don Cleto, entonces, no es heroico; es la reacci�n natural de un burgu�s
que ha comprendido por donde empieza a alumbrar el sol.
En realidad la burgues�a, tanto la agraria como la industrial, se comporta
injustamente con don N�stor y do�a Cristina, el verdadero h�roe de la jornada
del jueves fue el kirchnerismo, que acept� el "golpe" poniendo la otra mejilla
como un verdadero gentleman que lo �nico que sabe, para combatir a la derecha,
es meterle m�s derecha, no m�s democracia.
En el medio, al costado o abajo (Palermo y Congreso) Es necesario desmentir que
el pueblo y los trabajadores se ubican en el medio de esta gran pulseada entre
el gobierno y el campo. Los trabajadores est�n abajo, oprimidos por el peso de
estas facciones y sus intereses.
En el acto del martes 15 de julio en Palermo, se juntaron peronistas y
radicales, dirigentes gremiales y seguidores de Elisa Carri� y de Mauricio Macri,
oligarcas de la Sociedad Rural y del resto, golpistas y clase de media
conciencia.
En el acto del martes 15 de julio en Congreso, se juntaron peronistas y
radicales, dirigentes gremiales y seguidores de la transversalidad que plantean
las otras Carri� y los otros Macri y clase media, de media conciencia.
La ideolog�a imperante en torno al acto de Palermo es de derecha, aunque
morenistas y mao�stas decoraran con algunas banderas rojas el evento. La
ideolog�a que circund� el acto de Congreso es de la misma orientaci�n.
La diferencia es que, mientras que en Congreso el kirchnerismo plante� una
defensa a su forma de ejercer el poder; en Palermo se plante� algo m�s profundo:
la defensa de una forma capitalista de producci�n agraria reservada por el
imperialismo para los pa�ses semicoloniales como el nuestro. Puede que esto
transforme al acto de Palermo en m�s reaccionario que el de Congreso, pero no
mucho m�s.
La defensa pol�tica de los m�todos y de los modelos de producci�n agropecuaria,
la consideraci�n del campo como estructura econ�mica crucial para la vida del
pa�s, coloca a la poblaci�n como un reh�n de las pautas capitalistas de
producci�n agro-exportadora y le da aire al "campesino de Recoleta y Belgrano".
Don Cleto, el mao�sta La pol�tica de la FAA, y de los grupos de izquierda que
acompa�aron esta convocatoria es canallesca, si lo que se pretende, es la
construcci�n de una conciencia independiente y nacional del productor chico y de
los trabajadores urbanos y rurales La ruptura de diferencias entre grandes y
chicos, marcadas por la convocatoria en el acto de Palermo, no es m�s que una
pol�tica de conciliaci�n de intereses que debilita las perspectivas futuras de
resolver de ra�z el problema de la tierra en nuestro pa�s.
La FAA orienta objetivamente "la lucha de los peque�os chacareros" hacia una
p�rdida de identidad en las reivindicaciones nacionales "por el problema de la
tierra". De la misma manera que la izquierda que interviniente en el acto de
Palermo, pierde cualquier car�cter clasista para disolverse detr�s de las
posturas de la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas, etc.
Tanto es as� que Julio Cleto Cobos pareci� burlarse abiertamente de los sectores
"clasistas y combativos" cuando despu�s de su votaci�n para desempatar a favor
del campo, y sin dejar de ser un burgu�s ignoto y mediocre, inici� una "Larga
Marcha" para recibir el calor y la adhesi�n del pueblo sojero, entre los que se
le�an carteles con las 3 C (Corriente Clasista y Combativa).
La crisis sigue y los de abajo la pagamos De todas maneras la crisis seguir�
profundiz�ndose m�s all� de c�mo se resolvi� en el Senado el problema de las
retenciones.
Se estima que se encuentra paralizadas cerca de unas 27 millones de toneladas de
soja sobre una cosecha de 48 millones de toneladas (algunos hacen subir la cifra
de granos retenidos a 36 millones de toneladas si le sumamos el ma�z); todo esto
ha abierto una especulaci�n internacional por el precio de los granos, que hasta
ahora ha impulsado para arriba los precios.
Esta especulaci�n ha hecho que se frenaran los ingresos de divisas al pa�s, lo
que provoc�: por un lado, la sangr�a de reservas del Banco Central para mantener
contenido al d�lar, y por el otro el tan discutido enfriamiento de la econom�a
que termin� por derrumbar el consumo en una cifra cercana al 40% en los �ltimos
meses.
Si de golpe se dispusiera la venta de todo el grano acumulado, Argentina
terminar�a exportando, adem�s de porotos, su propia crisis, al hacer caer los
precios internacionales y con esto generar un fuerte descalabro en las reservas
del pa�s.
El kirchnerismo, ya ha anunciado que al sostenido aumento de los precios de los
alimentos, se le sumar� un tarifazo en la energ�a (gas, luz, combustible),
avalado por las sociedades de los ruralistas. Es decir, el kirchnerismo
continuar� enfriando la econom�a y afilando el l�piz recaudador entre los
sectores asalariados.
La crisis que rodea la situaci�n pol�tica tiende agravarse, la idea de las
facciones en pugna es descargarla nuevamente sobre los trabajadores.