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Argentina: La lucha continúa

Sobre el campo, sus miserias y sus miserables

Lobisón

Anarquistas frente al conflicto rural :: Entre tanta mentira, tanto burgués levantisco, tanto periodismo oportunista, tanta mentira oficial y tanto opositor zurdo de ocasión, dejemos hablar a los números
Dan asco. Unos y otros. Los soberbios y enriquecidos ruralistas, que son gente con campos, y no gente de campo, como decía una compañera. El gobierno desplegando su demagogia y su autoritarismo, buscando recaudar lo máximo posible para rellenar los agujeros financieros de la deuda. Todos por el poder y por mantener llenos sus bolsillos.
Desde que comenzó el "paro" del campo, he escuchado frases ilustres, algunas tan representativas como: "un mundo hambriento con alimentos en alza es la gran oportunidad de la Argentina, no debemos desaprovecharla". Toda una declaración de principios para quienes propugnan un modelo de país; es difícil ser más burgués, más egoísta y más miserable. Otra que hizo furor hace un par de meses: "la 4x4 la necesitan para entrar a los campos a trabajar, o ¿cómo se creen que hacen los productores cuando llueve?"
Toda una demostración de ignorancia: no hace falta una camioneta de lujo para ir al campo los días de lluvia por dos razones: los días de lluvia no hay nada que hacer en el campo (sojero, triguero o maicero) y las camionetas no trabajan en la producción, ya que lo hacen los tractores, las cosechadoras y otras máquinas agrícolas.
Como último ejemplo, los que dicen que "los productores rurales trabajan de sol a sol todo el año", otra muestra no solo de ignorancia sino también de sentido común: una vez sembrado y envenenado la tierra con agro-tóxicos, hay que esperar hasta la cosecha. Ocios que se dan lo productores sojeros, pero que nunca han podido darse los chacareros con explotaciones de escala familiar, que crían animales y producen diversidad de cultivos.
Entre tanta mentira, tanto burgués levantisco, tanto periodismo oportunista, tanta mentira oficial y tanto opositor zurdo de ocasión, dejemos hablar a los números (no a los del Indec que manipula el gobierno para inventar una realidad a su medida) que expresan una realidad fría, sin edulcorar, pero con una carga trágica que las palabras han perdido en medio de la marea desinformativa.
- El modelo neoliberal de las grandes corporaciones agroindustriales y cuyo modelo alimentario tiene como único objetivo la rentabilidad, eliminó a casi 300.000 productores pequeños y medianos, expulsándolos a las ciudades como marginales y desocupados.
- Según la jerga de las entidades rurales, se considera pequeños productores a quienes tengan menos de 300 hectáreas, aunque estos no produzcan alimentos para el pueblo sino forrajes para el mercado externo (soja en su mayoría).
- Una hectárea produce entre 2,5 y 3,5 toneladas de soja, que tiene un precio al mercado interno en la industria aceitera de 330 dólares y un precio internacional que puede oscilar entre 550 y 400 dólares, pero que con las retenciones que aplica el gobierno rondaría los 370 dólares por tonelada. Por hectárea se obtendría una ganancia en bruto de 1200 dólares, entonces un productor pequeño de 100 hectáreas obtendría unos 120.000 dólares de ganancia bruta por cosecha, cifra que debe elevarse al doble, porque la soja transgénica se cosecha dos veces por año.
- El 50% de la tierra cultivable del país pertenece a las 1000 familias de la oligarquía terrateniente poseen 35 millones de hectáreas, mientras que 140.000 agricultores poseen solo 2,5 millones de hectáreas.
- El modelo sojero expulsa la mano de obra rural creando tan sólo 1 puesto de trabajo cada 500 hectáreas. Los agro-tóxicos como el glifosato destruyen el medio ambiente y producen en nuestro pueblo una de las tasas más altas de cáncer del mundo. Además el desmonte producido para ampliar la superficie de cultivos sojeros es causa de las inundaciones devastadoras que sufren las provincias del noroeste.
- El salario de un peón rural es de 1080 pesos mensuales, más 5 pesos diarios en concepto de almuerzo y una bonificación del 1% por cada año de antigüedad. El salario más alto es el del tractorista, en unos 1250 pesos y los salarios del capataz y el encargado de campo, todos inferiores a los 1500 pesos. Los menores de 18 años cobran entre 500 y 800 pesos, cuando se les reconoce el trabajo.
- En la provincia de Córdoba, por ejemplo, el salario del peón rural es el más bajo de todas las ramas productivas, y la actividad agropecuaria la que menos empleo genera: 29.000 puestos de trabajo contra 92.000 de la industria. El campo produce bienes por un valor de 11.000 millones de pesos aproximadamente y paga remuneraciones por un valor de 433 millones de pesos anuales, percibiendo los trabajadores menos del 4% del producto, ya que la mitad del empleo rural de la provincia es en negro.
- Una hectárea en la zona sojera de la pampa húmeda tiene un valor de 15.000 dólares y se alquila a las empresas inversoras a unos 600 dólares la hectárea, por lo que un "pequeño productor" de 100 hectáreas recibe 60.000 dólares sin arriesgar un peso.
- El Estado con el aumento de las retenciones recauda unos 1200 millones de dólares más por año, bocado que le reclama el sector rural para sí.
- El 30% de los argentinos vive con ingresos bajo la línea de pobreza, y la mayoría de estos son menores de edad, subalimentados y hacinados.
Crónicas publicadas en el último número de Libertad! (Nº 48).

Fuente: lafogata.org