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Argentina: La lucha continúa

Las mentiras tienen patas cortas

Prof. Juan Carlos Sánchez

Las declaraciones del ministro del Interior, Dr. Aníbal Fernández y del Presidente de la Nación, Dr. Néstor Kirchner revelan, una vez más, la hipocresía de un oficialismo dispuesto a engañar y a confundir a la ciudadanía con respecto a lo que acontece en la Provincia de Santa Cruz, con la ayuda de los aliados mediáticos que se benefician con la suculenta pauta publicitaria destinada desde la Secretaría de Medios encabezada por el publicista Albistur.

El mismo que denominó 'izquierda siniestra' a quienes se expresaban en oposición al gobierno durante el acto de conmemoración de los 30 años del golpe militar de 1976, en marzo del año pasado, hoy intenta hacernos creer que los docentes y el pueblo santacruceño se 'autohiere' para el martirologio. En tanto, el Presidente de la Nación, en clásico discurso de barricada, intenta demonizar a quienes osaron escrachar la casa de su madre y a los mismos docentes, a quienes pretende jubilar con 161 pesos de sueldo básico.

La demagogia, la mentira, la extorsión y la cooptación son las armas de un kirchnerismo que no soporta el incremento de la ira popular en su propio terruño y que se va extendiendo en algunas provincias de nuestro país. Entre los cambios cosméticos de un modelo que, desde luego, no abandonó la matriz neoliberal; la deliberada deformación de los hechos a través de la manipulación informativa, a la que se acoplan los multimedios en su temor a la ira presidencial; las sutiles presiones a los opositores que no bajan sus banderas y que conservan sus convicciones y la compra de aquellas voluntades que, sin dudas, prefirieron la comodidad del calor oficial antes que la lucha inclaudicable por los derechos nos encontramos ante un Gobierno Nacional que, aún renegando de Menem, hace culto de la frivolidad política para la construcción de poder destinada a las elecciones que se avecinan.

Pero conviene tener en cuenta que las mentiras tienen patas cortas. Del mismo modo, la demagogia, la extorsión y la compra de almas también tienen los días contados. Si bien la resurrección de la clase política después de la crisis de 2001 ha permitido recrear las condiciones para la perpetuación de sus privilegios de clase, al igual que el resto de la dirigencia social, hoy podemos advertir una crisis de representación que afecta, y afectará aún más, a lo institucional.

Mientras la Constitución es letra muerta, los Derechos Humanos son simple recuerdo del pasado reciente y se ignora el presente, junto a la recreación de métodos demasiado ligados a la dictadura militar, podemos advertir que, más tarde que temprano, tronará el escarmiento para quienes hoy hacen gala de la soberbia, el mismo pecado capital del menemismo.

Las mentiras tienen patas cortas y el pueblo lo sabe, porque está cansado de un discurso y de una praxis que está destinada a seguir beneficiando a esos pocos, a esa minoría privilegiada que constituyen los herederos de la oligarquía terrateniente del siglo XIX y los nuevos ricos generados por la patria contratista, la patria financiera y la patria menemista. Y esas mujeres y esos hombres sumergidos en las profundidades de la sordidez económica no van a dudar en acompañar a quienes hoy luchan por sus derechos laborales, a pesar de una burocracia sindical que se viste de Armani y que se traslada en autos lujosos en lugar de estar junto con sus representados.

Todos, absolutamente todos, sabemos que el kirchnerismo juega por izquierda y cobra por derecha. Trata de mimetizarse con lo popular, escondiendo su verdadera cara a través del engaño. Sin embargo, es tarde porque muchos y muchas ya nos dimos cuenta de ese juego, de ese camuflar sus propósitos aunque sepamos que debemos construir una alternativa política que hoy no existe en la Argentina.

Pero de algo no tenemos dudas, que las mentiras tienen patas cortas, cortísimas y que no pueden engañarnos...

Fuente: lafogata.org