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Argentina: La lucha continúa

Retenciones, ¿qué retenciones?

R.Gomez Mederos

Hay algo que prima sobre todo, y es la naturaleza saqueadora del sistema capitalista, su nervio motor, su dinámica esta alimentada por el festín de la avaricia, y su poder reside en el robo, en la apropiación de lo ajeno…

El gobierno nacional anunció sin pudor y vergüenza que quiere establecer un canon de retenciones a la minería de alta escala, aproximadamente el 5%, así como las retenciones al agro y demás; quiere cobrar a las mineras un canon fiscal, y aprovechar la suba internacional de los mal llamados "commodities". Recordemos que el precio internacional del oro pasó de 300 a 800 dólares la onza, entre tantas razones por la crisis mundial energética y por el alicaído sostén que significa el petróleo en el mundo para los tesoros nacionales, sobre todo y ante todo de las naciones más poderosas.

Un país no puede establecer un rango de "commodities" a un recurso estratégico y soberano, estos recursos tienen que estar manejados, planificados y orientados desde una política de estado que los proteja como un bien estratégico. Recordemos que para que estas explotaciones sean posibles se ha armado una jurisprudencia que le da rango de propiedad privada a territorios en la alta Cordillera, lo cual es objetivamente un tercer país entre los dos países, Chile y Argentina, gobernado por las compañías mineras.

Las características geológicas y metal genéticas de la Cordillera de los Andes en toda su extensión son una fruta dulce para las empresas multinacionales que están detrás del oro y otros metales tan importantes para ellos, y que se llevan con la complicidad de los sucesivos gobiernos, desde la década del 90.

Los noventa estuvieron marcados por una política de entrega, que además de ceder por nada las empresas que hasta ese momento eran del estado, prepararon el camino del despojo de nuestros bienes comunes al imperio y sus intereses. Al momento de hablar de retenciones a las exportaciones metalíferas, hay que tener en cuenta esto, seguramente, ellos supieron ver la resistencia que iba a provocar la instalación de estas empresas en Argentina; no sorprende que toda esta discusión sobre las retenciones ya estuviera sabida de antemano.

El rol del estado no es precisamente el de defender los intereses de la nación; está más que demostrado que viene haciendo lo contrario; y en este sentido, al igual que con las retenciones al agro, lo que hace el estado es en realidad devolver estas, en forma de infraestructura, a los grupos económicos, que además son monopólicos y son los que "aportan" a este fondo de retenciones.

Los estamentos científicos y académicos de la orbita del estado han servido en los últimos años del apologético "modelo" neoliberal, para transferencia científica e investigaciones a las compañías transnacionales. Un ejemplo claro son los contratos del INTA con la universidad de Arizona para recoger cien especies de plantas durante cinco años, las que se utilizan luego para la elaboración de medicamentos, en la que EEUU se queda con la patente.

Este es un ejemplo claro de cómo el estado devuelve a las empresas con valor agregado lo que les retiene, no solo en forma de divisas invertidas en infraestructura vial, etc. sino que además les regala conocimiento científico.

En el caso del agro, Grobocopatel, Monsanto y también la Venezuela de Chávez, se benefician de lo que el estado argentino invierte en estas cuestiones.

La triplificación del dólar en el 2002 dio lugar a la aplicación de las retenciones o derechos de exportación, para poder equilibrar el desfasaje que producían las ganancias extraordinarias de la devaluación.

Paradójicamente, las devaluaciones sirvieron en el mundo para compensar la baja internacional de los productos exportados. Pero la mega devaluación en Argentina coincidió con el aumento de los precios de las materias primas en el mercado mundial.

El rey de la soja de Carlos Casares, Grobocopatel, ni se inmutó cuando escuchó la noticia del aumento de las retenciones a las exportaciones de granos porque sabe, como buen capitalista, que estos aumentos no afectan la rentabilidad, sino que también absorben la devaluación del peso con respecto al euro y el real, en tanto devolución internacional del dólar.

De todas formas las obras de infraestructura son a favor del campo, esto ha dicho la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner en su campaña proselitista.

En el caso del "campo" el impuesto inmobiliario rural y urbano en la provincia de Buenos Aires recaudaba en el año 2001 el 17 %, cayendo al 10,9 % en el 2006. Como verán los beneficios son múltiples y diversos para los verdaderos dueños del poder.

Respecto de las imposiciones fiscales a las mineras, el caso es muy similar pero bastante mas beneficioso para estas, por las exenciones tributarias a largo plazo establecidos por la ley minera vigente y demás beneficios obtenidos, en créditos internacionales, donde el estado Argentino es el verdadero garante.

No pocos salieron a festejar cuando el gobierno de Kirchner anunció esta "imposición" a las mineras, inclusive a justificar al gobierno, poniéndolo de esta forma como el defensor patriota de nuestros mal llamados "recursos naturales", para nosotros bienes comunes.

Si hay algo en que el gobierno de Kirchner es especialista, es en este asunto de desviar la verdadera discusión, llevarla al plano de sus intereses y arrastrar a partir de esta a más de un desprevenido.

Kirchner, su gobierno, la construcción de consenso, la hegemonía de su discurso y la aceptación diversa que este provoca, se basa no solamente en manejar a las mil maravillas el doble discurso, sino en poder captar, para sí y para sus intereses políticos y personales, a parte, o mejor dicho, a la mayor parte de actores vinculados con los conflictos que pueden entorpecer su poder.

Una gran parte del movimiento piquetero, los sectores relacionados con los derechos humanos, fueron captados por Kirchner; lo mismo quiere hacer con el movimiento ambientalista, que en Argentina viene tomando un poder inusitado. A lo largo y ancho del país se vienen dando luchas contra la contaminación, el saqueo y la destrucción de los modelos productivos regionales, como Gualeguyachu, Esquel, la lucha contra las mineras en la Rioja, Mendoza, San Juan , Catamarca etc.; para eso esta usando la Comisión de Recursos Naturales del MERCOSUR de la Chancillería Argentina, con Silvia Ferreyra como encargada de articular una posición, que lleve la discusión al plano de que es posible una explotación con "control" ambiental, el aumento de puestos de trabajo por parte de las mineras, como también de asociar al estado con las empresas transnacionales, etc.

Los Kirchner tienen suficiente experiencia y nexos con las empresas mineras, que datan de su época de gobernador, donde Julio De Vido era miembro del directorio de la empresa estatal Fomento Minero Santa Cruz.

Actualmente la Sudafricana Anglo Gold Limited posee el 92,5% de la explotación de Cerro Vanguardia, que produce el 25% de exportación de oro de la Argentina, 8.100 Kg. anuales; y el resto es de Formicruz SE (Sociedad del Estado); como así también el proyecto de oro y plata llamado Veta o mina Martha de la estadounidense Coeur D¨Alene Corporation, la cual adquirió la Compañía Minera Polimet S.A. de la Yamana Resourtces Inc. todas ellas en la provincia de los Kirchner.

Nosotros decimos que las transnacionales imperialistas deben irse de nuestros territorios, que no queremos que destruyan las economías regionales, que hasta este momento han venido marcando el camino de desarrollo de nuestros pueblos. Nosotros debemos elegir como y de que manera queremos vivir, no las compañías imperialistas. Esta es una lucha por demás desigual, y lo va a ser más en la medida en que el régimen utilice a más de un desprevenido para no tener conflicto y poder llevarse nuestros bienes comunes.

La salida la tienen los pueblos, en nosotros está el destino esperando, la esperanza de un futuro sano y limpio para las generaciones futuras, depende de nuestra voluntad, pero ante todo de nuestra inteligencia.

* Asamblea Ambiental Sanjuanina. Observatorio Geopolítico del Sur.

En tiempos oscuros seamos lo suficientemente inteligentes como para ser desobedientes, cuando recibimos ordenes contradictorias con nuestra conciencia o con nuestro sentido común. Eduardo Galeano

Fuente: lafogata.org