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Latinoamérica

ZELMAR MICHELINI -"La gran deuda de una izquierda amnésica"

Mensaje de la 36

El 20 de mayo de 1976 los militares del Plan Cóndor asesinaron en Buenos Aires, a Zelmar Michelini y a Gutiérrez Ruiz junto a dos integrantes del MLN William Whitelaw y Rosario Barredo.
Dice el escritor y destacado dirigente del Frente Amplio hoy ya fallecido Mario Jaunarena en las páginas de su libro "Uruguay vencerá" que en los últimos cuatro o cinco años de la vida de Michelini dejó no menos de diez mil páginas con sus artículos, intervenciones de todo tipo y correspondencia sobre lo que estaba ocurriendo en Uruguay.

Jaunarena denunciaba que muchísimas de esas páginas están bloqueadas en archivos oficiales del país.
Michelini nació otro 20 de mayo de 1924. Fue secretario de la Federación de Estudiantes y del gremio bancario. Desde su juventud militó en el Batllismo.
Luis Batlle, por dos veces presidente de la República, le ofreció la secretaría política y en pocos años ocupó los cargos más altos del país.
Michelini fue Diputado, presidente de bancada, senador y ministro.
Hoy que la radio volvió a irradiar algunos de sus discursos se pudo constatar su oratoria apasionada convincente y conmovedora.
Michelini era reconocido por todos como un conductor y líder nato.
Cuando en 1967 fallece el presidente Oscar Gestido se instala en el poder Jorge Pacheco Areco. No bien asume su cargo decreta en diciembre de 1967 la disolución de seis movimientos políticos, entre otros el Partido Socialista, la Federación Anarquista, el Movimiento Revolucionario Oriental. Y a la vez clausura siete periódicos y envía a prisión a los responsables del Diario Época.
Desde aquellos hasta hoy muchos dirigentes políticos con la complicidad de los grandes medios de prensa permanecieron en silencio sin inmutarse ante los crímenes cometidos por los asesinos de la dictadura.
Inclusive hoy que el Frente Amplio es mayoría y ejerce el poder los dirigentes frenteamplistas pretenden pasar por alto las responsabilidades asumidas públicamente por diez jefes militares de la dictadura.
La vida en estos días está tratando de manera muy injusta a uno de los hombres más decididos y valientes que tuvo nuestro país y la izquierda uruguaya en todo el periodo represivo y de la dictadura.
Michelini fue un gran batallador por los derechos humanos en el Uruguay. Tal vez el más grande defensor de la libertad y la democracia en tiempos de fascismo. Recorrió todo el mundo reclamando por la libertad de los presos políticos uruguayos. Denunciando la tortura en los Foros Internacionales.
Dando a conocer las conversaciones entre los Tupamaros y el Gobierno de Pacheco. Levantando la voz en el Parlamento para dar a conocer las denuncias del Bardecio sobre la existencia del "Escuadrón de la muerte".
Michelini más que nadie fue defensor de los presos políticos, de la denuncia contra la tortura, luchador inclaudicable contra la represión estudiantil y obrera, tribuno notable contra la doctrina fascista, el autoritarismo, y la violencia de arriba.
Michelini defendió a todos estos mismos hombres y mujeres que hoy se callan y no abren la boca ante la prepotencia y el desparpajo de las declaraciones de aquellos mismos que fueron los asesinos de uno de los mayores crímenes intelectuales de nuestra historia.
Cuando las cárceles y los cuarteles estaban llenos de presos políticos y sociales, por allí andaba Zelmar sin detenerse, denunciando en el parlamento los atropellos, la tortura, la injusticia. Y al otro día escribiendo en Marcha, acusando a los dirigentes políticos de la derecha, a los errores de la Justicia, a la complicidad del poder político con los militares.
Y ahora cuando se necesitaría que alguno de aquellos a los cuales Zelmar tanto defendió son los más preocupados para que los militares de la dictadura no sean extraditados, se les respeten sus privilegios, su ley de impunidad, hablan de soberanía y son sus mejores abogados.
¡Zelmar dio su vida por los demás, sin medir las consecuencias personales, no merece una respuesta de esta naturaleza! En junio de 1968 Pacheco decreta medidas prontas de seguridad recurriendo al pretexto de la agitación estudiantil por el precio del boleto. Estas medidas y otras aún más represivas fueron aprobadas por los partidos blanco y colorado. El 24 de junio de 1968 se decretó la congelación de salarios y el Poder Ejecutivo desconoció los acuerdos que había alcanzado con los sindicatos de respetar los aumentos salariales cada seis meses.
Pacheco volvía a llevarse por delante los acuerdos, los compromisos, las leyes, la Constitución. Militarizó gremios, clausuró diarios y creó el escuadrón de la muerte.
Así se venía abajo el Uruguay liberal burgués y las instituciones, la justicia, el parlamento, los sindicatos, los gremios estudiantiles, los partidos políticos, todas las ramas de la enseñanza, serían avasalladas salvajemente.
Desde ese entonces hasta hoy se creó la gran "historia negra" de este proceso absurdamente las víctimas de estos hechos fueron acusadas por los dirigentes políticos de la burguesía de ser los responsables de la pérdida de democracia y del advenimiento de las supuestas medidas de orden.
Ustedes los jóvenes que desconocen esta historia los que hoy pueden escuchar un discurso un recuerdo sepan que Michelini peleó a brazo partido por los perseguidos, humillados y martirizados.
Y para ello queremos mostrarles estas pruebas reales y concretas.
Michelini enfrentó desde el Senado esa política gubernamental y para ello están sus interpelaciones a los ministros Eduardo Jiménez de Aréchaga, del Interior, en la que le pide explicaciones sobre "el uso de escopetas de balines por la policía contra manifestaciones estudiantiles frente a la Universidad".
Recordó la muerte de Susana Pintos y Hugo de los Santos un mes después de haber sido asesinado Liber Arce, también interpeló a Mora Otero de Relaciones Exteriores en la que la protesta contra el falso panamericanismo de la OEA, cómplice entre otras cosas de las invasiones a Guatemala, Santo Domingo y Bahía de Cochinos.
¿Cuántos de aquellos jóvenes hoy están en los ministerios progresistas, el parlamento y la administración pública ocupando cargos jerárquicos? ¿Y Zelmar Michelini no merece que ahora se haga justicia con los que lo asesinaron? ¿Qué les falta? ¿Pruebas? ¿No son cárceles los cuarteles? ¿No los torturaron y ajusticiaron con un tiro en el nuca? ¿No mintieron los militares? ¿Acaso no reconocieron en una carta su culpabilidad? Blancos y Colorados se unieron en diferentes agrupamientos políticos, rencillas y discrepancias, acuerdos y desacuerdos eran la comidilla diaria y convertían la filosofía política de aquellos días de los finales del sesenta y comienzos de los setenta.
Un ejemplo insólito de estos agrupamientos "ideológicos" que cortaban transversalmente a los partidos de la burguesía blanco y colorado está dado por un personaje de extrema derecha un fascista Juan María Bordaberry. Este político de extrema derecha fue electo Senador por el Partido Nacional en 1958, y en el 1971 presidente de la República por el Partido Colorado, en ambas oportunidades pero fundamentalmente en la última con el apoyo de la extrema derecha de ambos partidos de la burguesía.
Las divisiones entre los partidos burgueses por cuotas de poder siempre existieron sin que ello los debilitará pues las fracciones permanecían dentro de los partidos. Pero cuando aparece la grave crisis de los años sesenta por la imperativa orden imperialista de aplicar las recetas del Fondo Monetario Internacional la política antipopular agudiza los enfrentamientos y obliga a los grupos discrepantes a romper con las organizaciones tradicionales.
Algunos disidentes de los partidos burgueses se vieron obligados a separarse de ello, tenían que elegir entre las reformas económicas y sociales y la represión a sangre y fuego.
Michelini tenía una concepción del mundo y se enorgullecía de no haber votado nunca contra los obreros.
El 5 de diciembre de 1970 Michelini se separó del Partido Colorado  y con el Movimiento por el Gobierno del Pueblo declaró. "Así votemos solos y perdamos todo, nuestra lucha no estará al servicio de la represión".
Michelini junto al Partido Demócrata Cristiano, Comunista, Socialista y varios otros y algunos sectores del Partido Nacional y del Partido Colorado, formaron un gran movimiento popular que en ocho meses de actuación obtuvo más del 30% de los votos montevideanos y el 20% de todo el país el Frente Amplio con el que Michelini podía contribuir a promover el cambio verdadero.
La unidad popular tan anhelada había venido madurando durante años y en ese momento cada uno por sí solo no está en condiciones de llevar a cabo sus propósitos y reconocieron también que entre ellos había mucho en común.
Michelini fue un hombre clave para la formación del Frente Amplio, se dice inclusive que fue él quien propuso y pidió que fuera el General Liber Seregni su presidente.
Michelini fue un factor decisivo para su creación y su firma encabeza la declaración Constitutiva del 5 de febrero de 1971.
El fue quien mejor que nadie comprendió que se trataba de un cambio cualitativo, que se había creado una fuera dinámica y a la vez comprendió que la derecha no se detendría ante el avance del pueblo. Supo por tanto de los riesgos desde un principio al comprender que quienes tenían el poder económico estaban temerosos y no se detendrían ante nada para tratar de conservar sus privilegios.
La decisión de Michelini de emprender este rumbo fue a conciencia su unión con los trabajadores, la izquierda y el pueblo fue natural.
En aquellos años donde el peso electoral era enorme Michelini reconocía en cambio diciendo que "somos una fuerza política de acción ininterrumpida, de esclarecimiento, que en todo momento tenemos que estar en condiciones de luchar por el Poder, de vencer y ejercer el poder, y ese es el problema, nuestra lucha no es sólo contra la dictadura sino también contra el régimen", afirmó a partir del golpe de estado del 27 de junio de 1973.
Este es el legado su testamento político el que los jóvenes frenteamplistas y de izquierda de todos los partidos deben conocer; la renuncia a los cargos electorales y la lucha por el poder y por ejercer el poder.
Muchos de aquellos por los cuales Michelini dio la vida, hoy ocupan encumbrados puestos de gobierno ¿pero ustedes han visto que tomen una sola medida a favor del pueblo? No pueden repartir tierras, aumentar los salarios, mejorar la seguridad social, devolverle el patrimonio a la nación, ejercer libremente su voto en los ámbitos internacionales, manejar la caja a favor de las necesidades sociales del pueblo.
¿Y en cuánto a la acción permanente? ¿En qué quedó Zelmar? Se cerraron los Comités de Base.
En la dirección hay clase A y Clase B unos tienen voz pero no votan y otros tienen voz y cinco o seis votos, en función de los votos electoral.
Aquel Frente Amplio de Michelini convertido en un poderoso baluarte para organizar al pueblo, se transformó ahora en un aparato elitista a puertas cerrada que le teme al pueblo, se reúne en locales pequeños, cerrados y estrechos, donde el pueblo ya no participa.
Ya el 17 de marzo de 1972 el general Seregni advertía en un discurso que la defensa del capitalismo en crisis engendraría el fascismo, su terror, su represión, ignorancia y mentiras.
En abril de 1972 siendo Michelini, senador de la República el gobierno decreta el estado de guerra interno, lo que se consideró inconstitucional pero que sin embargo, el Parlamento aprobó y el único que votó en contra fue el Frente Amplio.
Primero se ensañaron contra los Tupamaros y los mismos tratos de tortura, asesinatos y persecuciones se extendieron enseguida a todos los demás presos políticos y sociales. Los suplicios y los asesinatos, las desapariciones se generalizaron, familias enteras se apresaban y se torturaban por las dudas a unos delante de los otros.
Ahora los jefes militares han aceptado la responsabilidad de aquellas aberraciones y violaciones de los derechos humanos.
Ahí en esa etapa Michelini se dedicó con vida y alma a defender a los presos, a denunciar diariamente los tratos inhumanos. Otros podrán haber hecho mucho o poco por los presos y los torturados pero de los que estamos seguros -así lo sentimos y lo decimos- nadie hizo jamás tanto por los derechos humanos cuando las papas quemaban como Zelmar Michelini.
Michelini no dejó pasar nada y no olvidó lo que otros olvidaban en materia del derecho. "Las personas tienen derecho a hacer todo lo que la ley no prohibe; los organismo públicos sólo pueden hacer lo que la ley les permite; si no se cumple con ese principio y si no se respetan los derechos de los demás, si se avasalla el funcionamiento de las instituciones entonces no hay democracia".
"La violencia que aplica el gobierno es propia del régimen que pretende subyugar y que desprecia los fines de la justicia por los que lucha el pueblo; es la violencia del régimen la que engendra violencia. El pueblo responde en forma combativa, movido por la urgencia que anima la mente y el corazón de los que luchan por la justicia, pero la violencia del pueblo aparece al fin de todo un proceso y no al principio, al principio están el infraconsumo, el subdesarrollo, el privilegio, el abuso, la arbitrariedad , la miseria, la desigualdad, está la clase dominante.. No empieza la violencia con los tupamaros, que ni se mencionan entre los motivos de las medidas del 13 de junio de 1968.
Michelini defiende las instituciones pero por su contenido el orden jurídico e institucional vale la causa que sirve, y él no se considera esclavo de formas institucionales vaciadas de contenido.
Michelini defiende las instituciones por su contenido, nombra a los tupamaros que ya se intentaba demonizar en época que hasta las palabras estaban prohibidas. Cuando no era tan fácil ni ser ni parecerse a los tupamaros.
Y estos de hoy, que defienden a los monopolios imperialistas y al cumplimiento de los compromisos con el FMI, hay que recordarles lo que decía Zelmar Michelini y por lo que dio su vida.
El estudio de la situación económica lo llevó a denunciar la intervención del imperialismo y de sus organismos financieros como el Fondo Monetario Internacional que congelaba salarios, los precios y la supresión de la función social del Estado.
Si aprendieran algo de aquel grande los de hoy. El mismo renunció como ministro de gabinete de Gestido a mediados del '67 por discrepar con un acuerdo de gobierno con el FMI. "Por ser esta una política que lleva a la ruina a las empresas nacionales y el Estado protector se transforma en estado torturador", denunció Michelini.
Posiblemente algunos jóvenes sepan que Zelmar Michelini fue asesinado en Buenos Aires, pero pocos militantes de izquierda conocerán que los militares que hoy reconocen su culpabilidad colocaron bombas en su casa, mantuvieron detenida a su hija Elisa y Zelmar seguía sin poder ser silenciado, por eso los militares fascistas lo asesinaron.
Le siguieron temiendo inclusive después de muerto.
Obligaron a que se enterrara dos horas antes de lo anunciado para evitar que el pueblo se congregara, a pesar de la represión que existía..
Entre los años 1972 y 1973 la personalidad de Michelini se agiganta, su audacia política se multiplica y su desarrollo intelectual adquiere niveles de brillantez. El país se derrumbaba y Michelini se daba cuenta por eso cuando todo se derrumbaba inclusive la fuera que el había contribuido a crear puso en juego su propia vida para evitar y detener el derrumbe y la dispersión.
Trató al principio, de que el Parlamento no votara las Medidas de Excepción ni las leyes reaccionarias enviadas por el Poder Ejecutivo.
Pelea a muerte para que las instituciones funcionen, para que el Poder Ejecutivo controle a las Fuerzas Armadas y para que los militares no se adueñen del poder, para que el Parlamento cumpla su función.
Hasta que comprende que la presencia militar en el Estado uruguayo es irreversible, pero ya es tarde, la derecha envalentonada con el apoyo de los militares y actuando al estilo de las dictaduras centroamericanas.
Ya a esa altura las ideas democráticas de Michelini aparecían como ideas de locos que no surtían efecto ninguno.
Cuando los militares consideraron derrotados los tupamaros a fines del '72 en diálogo con varios de sus dirigentes más connotados los uniformados consideraron llegado el momento de combatir los "ilícitos económicos".
Bordaberry se opuso y hay una pugna por varios días entre los mandos militares y el jefe de gobierno. Bordaberry pacta con los militares para que todo siga igual y el Ejército continuará siendo el brazo armado de la oligarquía a pesar de los cantos de sirena que unos días antes había entretenido a buena parte de la izquierda uruguaya con los comunicados 4 y 7.
Michelini sabía bien que en el Ejército existía una poderosa corriente formada en las escuelas norteamericanas la misma que habían formado y creado a Pinochet, a Trujillo, a Somoza, corrientes constituida en aquellos años por la doctrina de seguridad nacional, un ejército de ocupación en su propio país al servicio de la oligarquía y de los intereses de las transnacionales esa fue la corriente que dio el golpe de estado en 1973.
¿Y quiénes defienden ahora la doctrina de seguridad nacional, la oligarquía y los intereses de las transnacionales?.
En 1972 y 973 cuando las fuerzas conjuntas del ejército y la policía ejercieron una represión desenfrenada Michelini defendió como sagrado y supremo el recurso a "la rebelión contra la tiranía y la opresión" y decía por ejemplo: "El pueblo argentino tiene derecho a levantarse en armas contra la dictadura militar, como el pueblo brasileño tiene perfecto derecho a derrocar a un gobierno torturador, entreguista, que ha retrasado el proceso latinoamericano; también Aparicio Saravia se consideró con derecho a levantarse en armas en 1897 y en 1904 apoyado por Batlle en la primera ocasión contra Batlle en la segunda; Artigas y San Martín ejerciera ese derecho como libertadores. ¡O vamos a negar ahora a los pueblos el derecho a levantarse en armas!".
Michelini alentaba constantemente a que los orientales siguieran juntos adelante, para enfrentar resueltamente al gobierno de Bordaberry al que denunciaba por corrupto y falta de moral. "Los compañeros del Frente Amplio, los trabajadores organizados en la CNT, el Movimiento de Liberación Nacional y algunos hombres, los menos, -dijo- del Partido Nacional".
Hoy orientales, cuando el Poder está en manos del gobierno progresista se realizará una nueva marcha por verdad y justicia.
Recuerden todos los progresistas y recojan los jóvenes esa juventud de izquierda, el mensaje de Zelmar Michelini, que es conciencia de todo lo más avanzado lo más lúcido de la conciencia humana de nuestro proceso.
Pero Zelmar nos dejó más que eso todavía, la historia más negra y oscura de todos los tiempos está en el rastro de Zelmar Michelini, dejado adentro y fuera de nuestras fronteras.
Zelmar escribió miles de paginas aún secuestradas en los archivos del Estado, allí deben estar todos los crímenes de la dictadura y los represores uruguayos, los 56 mil uruguayos que pasaron por las cárceles y calabozos de la dictadura, los familiares que fueron pisoteados, el período de mayor corrupción, robo abuso, privilegios destrucción de la economía, entrega al extranjero, endeudamiento con el FMI.
Todo ello para explotar más a los trabajadores, por eso se destruyeron y se prohibieron los sindicatos, se amordazó la cultura y la educación, se destituyeron miles de maestros y profesores, se clausuró los medios de prensa, se encarceló a los militares demócratas verdaderos patriotas hijos del pueblo oriental y verdaderos hijos de las armas de la patria las de Artigas.
Los dictadores terroristas de Estado los que reconocen a cara descubierta sus crímenes en medio de la impunidad del Gobierno y la justicia actual.
Esos que tramaron y ejecutaron el asesinato de Zelmar, esos militares, el ex presidente Bordaberry y el ex canciller Blanco asestaron un golpe mortal y terrible a la izquierda y el proceso uruguayo. Claro que la figura de Zelmar alcanzó la inmortalidad pero en nuestro pequeño mundo material, así quedamos de huérfanos y desproteguidos los frenteamplistas. En el momento que más se le necesitaba, en los tiempos que más se le necesita, los frenteamplistas nos preguntamos cada día qué haría Zelmar en esta, o qué pensaría Germán en tal otra.
Esta tarde y noche por la gran Avenida de 18 de Julio una marcha más a pesar de los deseos del Presidente de la República de que fuera la última vez por los progresos alcanzados en las relaciones con los jefes militares.
Zelmar Michelini estará presente y será homenajeado hoy junto a todos los que dieron su vida por el cambio.
PERO LA HONRA NO HA LLEGADO TODAVÍA.
POR ESO HABRÁ QUE MARCHAR MUCHOS AÑOS TODAVÍA.
HASTA QUE EL PUEBLO HAGA JUSTICIA Y CASTIGUE A LOS CULPABLES Y ASESINOS DE ZELMAR.
CUANDO EL PUEBLO ENTIENDA A ZELMAR, LUCHANDO POR ALCANZAR Y EJERCER EL PODER.   
                

Fuente: lafogata.org