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Latinoamérica

Brasil: Reportaje a Alipio Freire, del MST y Consulta Popular

"Con Lula se mantiene la vieja doctrina de Seguridad Nacional"
 
Prensa De Frente
Foto: Periódico Alinteri
desde Estambul.-

Alipio Freire es un sobreviviente de la lucha armada de la década del 60 en Brasil. En 1969 fue encarcelado y torturado por su actividad en una organización armada. Luego de pasar cinco años preso, formó parte de la creación del Partido de los Trabajadores, para luego alejarse por diferencias políticas. Es un intelectual con intensa militancia en diversos movimientos sociales. Con 60 años, fue fundador de la revista Sin Tierra, del MST, es profesor de comunicación, de economía, de filosofía y de artes. Es artista plástico, videasta y periodista. Actualmente colabora con
Brasil De Fato, un periódico semanal de los movimientos del Brasil y contribuye con la editora Expresión Popular que publica libros de ficción y de teoría política a precios accesibles.

Los organizadores de la
Asamblea de Trabajadores de Turquía
convocaron a representantes de movimientos de distintos países de Latinoamérica y Africa. Alipio viajó en representación del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra y de la Consulta Popular. Allí, dialogamos con él sobre las luchas del pasado y las del presente.

¿En que organización comenzaste tu militancia y cómo era la situación en esos años?
En los años ´60 pertenecí a Ala Vermelha, que en castellano quiere decir Ala Roja. Era una organización de militantes marxistas. Luchábamos por la toma del poder y en esa época defendíamos la lucha armada. Es necesario entender que en el ´64, el golpe civil militar destruyó todas las organizaciones del pueblo: los sindicatos, las ligas campesinas, los movimientos. A la Unión Nacional de Estudiantes le metieron fuego la noche del golpe. Eso provocó un gran aislamiento de todas las agrupaciones de izquierda. La organización en la que yo militaba y la mayoría de las organizaciones que defendieron y practicaron la lucha armada no entendíamos que íbamos a hacer la revolución en lugar del pueblo. Sabíamos que era necesario organizarlo. En ese momento creíamos erróneamente que los organizaríamos a partir de las acciones armadas, simplificando un poco. Esto nos hizo practicar acciones de lo que se llama hoy, en la historia latinoamericana, guerrilla urbana. Fue en ese momento, en el ´69. que fui preso con otros camaradas. Me quede hasta el 74.

¿Cómo fue la situación después de la cárcel?
En la prisión junto con los compañeros y la organización en libertad, hicimos un nuevo proceso de autocrítica de la guerrilla. En primer lugar evaluamos que en aquella correlación de fuerzas no era el momento de sacar las armas y además entendimos que las concepciones que se aíslan de los movimientos reales del pueblo tienden siempre a la derrota. Definimos una política de organización del pueblo y a la clase obrera como la principal clase a ser organizada, y volcamos toda nuestra militancia en las industrias de punta de Brasil. Después de que salimos de la cárcel, fuimos a hacer trabajo de organización en sindicatos, barrios y asociaciones. Creamos varios periódicos populares en regiones estratégicas y centros culturales para desarrollar un trabajo legal. Definimos que ante los desastres y la derrota que sufrimos con las armas, y dada la fragilidad de la izquierda brasileña y de nosotros en particular, era necesario construir un amplio frente que no buscara como objetivo en un corto o mediano plazo la toma del poder, sino que tenga por objetivo la construcción de una democracia que nos permita propagandizar nuestras ideas y acumular fuerzas. Salió bien. A fines de los ´70 -con el trabajo de los militantes de izquierda de nuestra organización y de infinitas otras, con el crecimiento del sector progresista de la Iglesia Católica y sus Comunidades Eclesiástica de Base-fue un momento de auge de movimientos de masas muy importante para la lucha en Brasil y para la construcción de esta democracia que tenemos hoy. Es precaria, es limitada y burguesa, pero es una conquista muy importante de todo el pueblo brasileño.

¿Cómo fueron los origenes del PT?
Al final de los años `70 hubo un crecimiento de los movimientos populares y sindicales en Brasil. Millones de nuevos protagonistas entran en escena. Las organizaciones de izquierda tenían un perfil muy definido, un recorte muy preciso. Para militar en una organización había que tener definiciones ideológicas precisas, marxistas leninistas. Era necesario crear un gran frente de masas para que toda esa gente que venía de los movimientos sociales, sindicales, construyeran un proyecto para el país. Se discutía si era un partido estratégico o táctico. Para mi el PT sería lo que fuésemos capaz de hacer de él. El PT cumplió un papel importantísimo. La constitución del ´88 no sería tan democrática si no fuese por el PT, los movimientos populares y otros sectores de izquierda. La historia está hecha de derrotas, no sólo de victorias. Ocurrió que nuestras concepciones fueron derrotadas, el PT se burocratizó muy rápidamente y se transformó en un partido electoral.


¿Cómo te acercaste al MST?
Hasta el ´83 fui vicepresidente del PT de San Pablo. Después de las elecciones del ´82, percibí que las concepciones que yo defendía habían sido derrotadas. Yo estaba aislado y Ala Vermehla se disolvió. A mi no me gustaba quedarme en una dirección en la que yo era minoría, sin perspectivas de cambio. Quedarme ahí era hacer una carrera política que no me interesaba. Yo decía que acabaríamos haciendo lo que están haciendo ahora. Así, busqué en otras organizaciones del pueblo y milité en organizaciones de derechos humanos. A partir del ´89 comienzo a trabajar con el MST. No soy de la dirección ni campesino, pero colaboro con el colectivo de comunicación y con la formación cultural y política de su militancia, con cursos y debates. Creé y dirigí durante 5 años la revista Sem Terra.

¿Qué es la Consulta popular?
Es un movimiento amplio para construir un proyecto popular en Brasil. Estamos reuniéndonos desde hace 7 años. Tratamos de elaborar una propuesta política para el país. Hay una coordinación nacional, en los estados y en las regiones de los estados. En este momento estamos estudiando la realidad brasileña ya que la estructura de Brasil es muy diferente a la de los ´70.

¿Qué organizaciones participan?
En la Consulta Popular no hay movimientos, hay dirigentes y militantes de varios movimientos, como el MST, los pequeños agricultores, mujeres, jóvenes, movimientos contras las represas, movimientos de negros. Hay también cuadros de origen de izquierda, antiguos militantes, gente ligada al Hip Hop, el movimiento por la tarifa libre en lo transportes públicos para los estudiantes, de la universidad, militantes de partidos políticos que no están satisfechos con la política de su partido, parlamentarios ligados a la izquierda del PT, compañeros del viejo Partido Comunista Brasileño, gentes ligadas al PSOL. Vamos construyendo una unidad en la posibilidad de un proyecto que nos unifique y nos apunte un camino para los cambios estructurales en el país, porque son necesarios.

Nos llama la atención en el listado de movimientos, la participación de personas ligadas al Hip Hop
Hoy en Brasil tu tienes un vasto movimiento de Hip Hop, sobretodo en la periferias de las grandes ciudades. Son muy activos. Trabajan mucho con las expresiones populares, el graffiti, la danza, un poco de teatro. Están organizados. Hacen un trabajo de carácter social en sus barrios. Es necesario, los jóvenes y niños están totalmente expuestos al crimen organizado. No es un movimiento centralizado. Muchos de estos jóvenes participan de varias actividades con los movimientos sociales. Algunos participan también de la Consulta Popular por decisión individual. El Hip Hop es muy significativo para las grandes ciudades como San Pablo. Crea una perspectiva para la juventud.

¿Que caracterización hacés de Lula?
Lo que Lula expresa en el PT, que es lo mayoritario, es el cambio en las bases sociales que representa. Él dislocó las bases del PT, que estuvieron siempre en las ciudades, donde había una clase trabajadora con una organización más avanzada, sectores de punta, de la producción o servicios, o el movimiento en el campo, como el MST. Lula cambió esas bases, en la disputa electoral, por sectores más atrasados, con menos información. Amplió su arco de alianzas junto a la derecha. Esto estaba claro cuando Lula publicó su Carta a los Brasileños, que es una reafirmación de todos lo compromisos con el FMI, la banca internacional y el capitalismo. Tiene políticas neoliberales, con reformas conservadoras, como con la de la seguridad social. Todo eso se hace colocando contra la pared a los movimientos sociales; es una trampa para nosotros. Tu puedes criticarlo: lo criticamos y planteamos exigencias. Pero hay una derecha histórica que se aprovecha de esto.

¿Cómo está la situación de criminalización de la protesta social?
Los parlamentarios de extrema derecha crearon una comisión de investigación sobre la actividad del MST. Las ocupaciones no son ilegales. La constitución del ´88 dice que las tierras inutilizadas
deben ser destinadas a la reforma agraria. La comisión propone que las ocupaciones sean tratadas como crímenes imprescriptibles. Es una criminalización, con una estigmatización. Esto lo tenemos contra el MST y con todos lo movimientos populares. La brutalidad con la que reprimieron a los estudiantes que luchan por el boleto estudiantil no tiene nombre. Más grave: con Lula se mantiene la vieja doctrina de Seguridad Nacional, no explicitada. Esperábamos que con un gobierno que se dice democrático y popular, las fuerzas armadas retomasen su papel antiguo. Pero hace poco, cuando tuvimos lo problemas con los narcos, pusieron al ejército en 8 favelas. Además Lula creó el Batallón de Infantería Liviana, ubicado en la ciudad de Campinas, donde hay un aeropuerto muy importante. El batallón puede ser movilizado en cualquier momento a cualquier lugar. Están entrenados para la disolución de motines y para garantizar la "paz social". Todos sabemos lo que quiere decir esto. Son instrumentos del estado para perpetuar la represión. 

Fuente: lafogata.org