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Latinoamérica

Canto Norte: Guerra de carteles?

Miguel Suárez *

Es de vieja data el enfrentamiento entre los carteles de la droga en Colombia. Desde mediados de los años 70 en Colombia se conformaron dos grandes agrupaciones mafiosas conocidas como el Cartel de Cali y de Medellín, llamadas así porque sus jefes mafiosos eran oriundos de estas ciudades, sin tener esto nada que ver con la hospitalidad y laboriosidad de los habitantes de esta ciudades.

Estos grupos mafiosos comenzaron sus enfrentamientos por repartirse el mercado colombiano y luego por los mercados europeo y estadounidense, en una guerra que ha dejado miles de asesinados y cuantiosos daño materiales así como la penetración o toma de estado por parte de estas mafias.

En Cartel de Cali, al frente del cual estaban entre otros por los hermanos Rodríguez, muy tempranamente se alió con la clase politiquera del país y comenzó a ganarle terreno a sus competidores del Cartel de Medellín con Pablo Escobar a la cabeza, que entre otras desataron un cruel ofensiva en la cual detonaron en todo el país cientos de bombas. Entre los actos terrorista mas recordados están el haber hecho estallar un avión en pleno vuelo, con un saldo de casi doscientos muertos.

En la campaña presidencial de 1989, con la participación de los mal llamados organismos de seguridad del estado, asesinaron a varios candidatos, entre ellos Luis Carlos Galán, candidato del partido Liberal, uno de los partidos de la oligarquía.

Dinamitaron el edificio del DAS, la policía política de la oligarquía colombiana, buscando acabar con su director, el general Miguel Alfredo Maza Márquez, quien según se denunciaba estaba al servicio del Cartel de Cali.

Entonces eran normal ver a los grandes politiqueros colombianos reuniéndose en hoteles cinco estrellas con los jefes mafioso, todos muy bien custodiados por el ejercito de la oligarquía colombiana. Casos comprobados de estas relaciones hay miles y hoy en Colombia, casi todos los delincuentes que dicen gobernar al país, hacen parte de esa inmensa lista de hombres la servicio de estos carteles.

Todo el pueblo sabia quienes eran los mafioso y solo ellos los corruptos oligarcas aducen hoy no haber estado enterados de ello pero si recibían de los mafiosos millones a manos llenas.

Luego del asesinato de Rodríguez Gacha y de Pablo Escobar, así como detenidos los hermanos Orejuela, muchos pudimos pensar que esa guerra entre narcotraficantes había concluido, pero la verdad esto parecer que no es cierto.

Aunque la oligarquía en ocasiones hace alianzas con miembros de los diferentes carteles, con la llegado al gobierno de uno de los escuderos del cartel de Medellín, Álvaro Uribe Vélez, esta guerra parece haberse recrudecido.

Es bien conocido que salvo algunas excepciones, los cientos de colombianos extraditado por Uribe a los Estados Unidos parecen ser miembros del Cartel de Cali, o se su sucesor, conocido como el Cartel del norte del Valle.

Entre los altos personajes ligados a este cartel hay que destacar al general Oscar Naranjo, quien según la oligarquía colombiana el mejor policía del mundo en cuestiones de lucha contra el narcotráfico, que según el desconocía que hermano Juan David Naranjo, quien fue detenido el pasado tres de mayo en Alemania con varios kilos de cocaína, era narcotraficante.

El mencionado General Maza Márquez, director del Das, era otro de los miembros de los aparatos de represión de la oligarquía colombiana al servicio del cartel de Cali, hoy ese aparato de represión de la oligarquía esta en manos de lo que se conoce como herederos del cartel de Medellín y son muy conocidos sus atentados fabricados con los cuales Uribe llego a la presidencia y con los cuales pretende seguir gobernando.

Los enfrentamientos entre esto grupos mafiosos han sido relevantes en los últimos tiempo, especialmente en el gobierno de Uribe, donde se ha dado casos como el de Guaitarilla, en el departamento de Nariño, al sur de Colombia, donde Siete policías y cuatro paramilitares fueron asesinados por unidades del Ejército de la oligarquía colombiana, en un enfrentamiento por proteger a narcotraficantes.

Otro enfrentamiento entre los aparatos de represión de la oligarquía colombiana en defensa de los grupos mafiosos fue el acontecido en Jamundi, donde el Batallón de Alta Montaña que opera en Los Farallones de la cordillera occidental, al sur occidente de Colombia, asesino a once policías y un paramilitar, buscando con esto evitar el allanamiento a la finca La Margarita del 8, de propiedad de Fabio Ochoa, patriarca del clan de los narcotraficantes conocido como los "Ochoa", familiares de la esposa de Álvaro Uribe Vélez.

Un caso mas de estos enfrentamientos se dio en abril pasado (2006) cuando 16 agentes del Das, fueron asesinados por el ejercito entre los municipios de Hacarí y Playa de Belén.

En este marco entonces se circunscribe el auto atentado conocido ahora como el Canto Norte donde el jueves 19 de octubre, en pleno corazón del más importante complejo militar del país, estallo una bombita, que parece ser una advertencia a varios miembros de la oligarquía colombiana, pero especialmente a los generales general Mario Montoya comandante de ese descompuesto ejército y al general Mario Correa Zambrano, director de la mal llamada escuela de guerra.

Según denuncio el senador Uribista, Luis Élmer Arenas, el general Mario Correa es un hombre al servicio del narcotráfico y aseguró que mostrará las pruebas sobre los nexos entre Eduardo Restrepo Victoria, narcotraficante conocido con el alias de ‘El Socio’ y el general Mario Correa Zambrano.

El senador Arenas, ex miembro de la Policía, señaló que ‘El Socio’, es un reconocido narcotraficante que fue capturado a mediados de julio sindicado de ser la mano derecho de Wilber Alirio Varela, alias ‘Jabón’, uno de los jefes del cartel del Norte del Valle, al cual también se ha señalado esta vinculado el general Oscar Naranjo, ahora consentido por los Estados Unidos.

Según el congresista este delincuente uniformado "Cuando era segundo comandante de una brigada en el Urabá facilitó una avioneta para la masacre de Mapiripán (...) También intentó tapar la masacre de Guaitarilla cuando estaba en la Tercera Brigada y parece que estuvo involucrado en la muerte de dos policías en La Cumbre", aseguró el congresista en una entrevista radial.

Es de tener en cuenta que los enfrentamientos entre el ejercito oficial y la policía por proteger los intereses de los narcotraficantes ocurridos en Guaitarilla y Jamundi esta en lo que ellos llaman jurisdicción de la Tercera brigada de ese criminal ejercito y que el general Mario Correa Zambrano, fue ascendido a director de la escuela de guerra luego de un espeluznante historial criminal en esa zona, según relato el parlamentario.

Uribe, quien esta comprobadamente vinculado al Cartel de Medellín, aprovecho el auto atentado o advertencia mafiosa para sacudirse de esa incomoda pose de conciliador, para intentar tapar los escándalos por las denuncias del computador de Jorge 40, que muestra al uribismo en toda su dimensión mafiosa y para tratar de engañar a una delegación imperial que llegaba a Colombia.

Este caso del Canto Norte y la bombita, nos muestra la cloaca en que se debate la oligarquía colombiana, como esta de incrustado el narcotráfico en todos los estamentos oligárquicos en Colombia, su tremenda descomposición, las crecientes contradicciones internas entre los oligarcas, el rotundo fracaso de la política de la seguridad democrática y los avances del pueblo colombiano en su tarea de despojar del poder a los narcotraficantes que hoy lo detentan.

* Director de Radio Café Stéreo
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E-mail: info@ajpl.nu  
 
Fuente: lafogata.org