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Latinoamérica

Evo Morales admite que fue un error aliarse a la pequeña minería privada
Huanuni y el cueteo del Estado

Redacción Bolpress

¿Qué diferencia existe entre la administración Evo Morales y los gobiernos "neoliberales" que entregaron los ministerios a representantes de la burguesía nacional y extranjera interesada en los recursos naturales? Ninguna. Los sucesos de Huanuni tienen su origen en el empoderamiento político del cooperativismo minero, un sector dispuesto a matar por las minas de Comibol.

Morales se alió con la minería privada; olvidó de plano la refundación de Comibol y sus ofrecimientos nacionalistas de la campaña. En el tema de la minería, Morales reconoce que aún no ha cumplido con el pueblo.
El conflicto en Huanuni no es reciente y era previsible. Los llamados cooperativistas mineros, en base a la sobreexplotación de la fuerza de trabajo, las ventajosas condiciones tributarias y los buenos precios de los minerales, adquirieron cada vez mayor poder económico y político con los años. Comenzaron con los parajes desechados, pero en su empoderamiento se lanzaron a la conquista de los mejores yacimientos. Eso ocurrió en Colquiri, Caracoles y ahora en Huanuni.
En la defensa de sus intereses, los cooperativistas incurrieron en las mismas prácticas que las transnacionales, con la ventaja de que pueden disfrazarse de "movimientos sociales". En esas condiciones, en los últimos tres gobiernos avanzaron en su capacidad de formar un cada vez más influyente grupo de presión sobre el Poder Ejecutivo, al que cercaron con la amenaza de radicales "movilizaciones sociales". Eso ocurrió en el gobierno de Carlos Mesa, presidente que tuvo en los cooperativistas mineros a uno de sus principales aliados y a quienes tuvo que cederles el Viceministerio de Minas y la prefectura de Oruro.
Con la victoria del MAS, los cooperativistas siguieron intercambiando su apoyo por prebendas consistentes en mejores condiciones para el negocio minero. Pocos días después de conocidos los resultados de las elecciones de 2005, Walter Villarroel, ex presidente de la Federación de Cooperativistas Mineros (Fencomin), se anunciaba ante sus amigos como el nuevo ministro de Minería. Era como un gato cuidando la carne.

El ejemplo de Huanuni:

Huanuni es el principal distrito productor de estaño en Bolivia y su cerro Posokoni es considerado uno de los mayores reservorios de estaño del mundo. Calculan que en sus entrañas hay 948 mil toneladas de estaño valuadas en 4000 millones de dólares. Huanuni produce entre 500 y 600 toneladas mensuales; según el Instituto Nacional de Estadística, la tonelada métrica pasó de 4890 dólares en 2003 a 7385 dólares en 2005.
Este centro minero fue incluido en el plan capitalizador de Gonzalo Sánchez de Lozada, pero no pudo se transferido a inversionistas privados gracias a la oposición de los sindicalistas. Sin embargo, la privatización estaba comprometida (entiéndase "ordenada") por el Fondo Monetario Internacional en el marco de los llamados planes de "ajuste estructural". En esas condiciones, el gobierno de Hugo Banzer-Jorge Quiroga entregaron Huanuni en concesión a la inglesa Alian Deals.
No mucho tiempo después la empresa quebró, a la par que los trabajadores mineros de Huanuni -en ese entonces dirigidos por Jaime Solares- iniciaron una serie de movilizaciones que terminó con la reversión del proceso de privatización y la retoma de la empresa. Entre 2002 y 2006, Huanuni produjo 96 millones de dólares con utilidades netas de 27 millones de dólares. El centro minero bajo control obrero se convirtió en el ejemplo perfecto -aunque casi nunca publicitado- de una buena administración en manos de los trabajadores.

Cambio de timón


Morales se preocupa por el enorme costo político de enterrar muertos igual que en los regímenes anteriores. El fin de semana sepultaron a Johnny Tejada Poma, Javier Escobar Choque, Juan Carlos Flores Oruri, Luís Alberto Choque Nina y Braulio Díaz Balcázar; mineros asalariados que trabajaban en Comibol; y a Edwin Choque Antonio (cooperativista de La Salvadora), Maribel Arroyo Encinas (La Salvadora), Pedro Mamani Plata (Karazapato), Julián Condori Choque (La Salvadora), José Luís Zárate (La Salvadora), Juan Carlos Condori Crispín (Nativas Libres), Teodora Ticona de Calle (ama de casa) y otro cuerpo no identificado.
Indirectamente, el partido del Presidente es co responsable de los sucesos del 5 y 6 de octubre porque recibió en el Ejecutivo a sectores que venían tomando las minas de Comibol desde hace mucho. Una vez en el poder, el cooperativismo minero se sintió con el derecho de copar todo para sí y a cualquier precio.
La Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) pidió al gobierno cuantificar los daños materiales en Huanuni: se volaron compresoras, se dañaron vehículos, se arrojaron llantas bomba que destruyeron viviendas. La antena y las instalaciones de Radio Nacional Huanuni fueron dañadas por las dinamitas, hubo destrozos en el hospital de la zona. La Empresa Minera Huanuni, habría perdido millones de bolivianos en bienes materiales. La Prefectura del de Oruro declaró zona de desastre a Huanuni mediante la Resolución Prefectural 334/06 instruyendo la designación de recursos económicos y la dotación de vituallas.
Aunque no hay razón para dar luz verde a una nueva privatización de Huanuni, ya sea a privados extranjeros o a la pequeña burguesía emergente, algunos sectores del MAS proponen no refundar la empresa estatal sino crear otra de economía "mixta". En el Ejecutivo prefieren romper con el cooperativismo y poner al mando de la minera nacional a un ex obrero de interior mina, con tendencias izquierdistas. 

Fuente: lafogata.org