Argentina: La lucha continúa

 Agencia R. Walsh

La quinta visita del presidente Néstor Kirchner a Mendoza desde que llegó al poder tuvo, el 22 de septiembre, una nota diferencial que no estuvo dada por las clásicas pujas de campaña electoral, sino por la irrupción, en el acto central de Violeta Aires, integrante de Hijos de Mendoza, quien franqueó el cerco oficial y le espetó al primer mandatario: "Creemos que el mejor homenaje que le podemos hacer a los 30 mil desaparecidos y desaparecidas y a la lucha de los organismos de derechos humanos es empezar a exigir las cosas por las que mataron a los nuestros". Tal vez por eso, el paso de Kirchner por la provincia cuyana fue escasamente difundido por los grandes medios.
 
Las palabras de Violeta retumbaron en el Polideportivo de Maipú, un tradicional bastión peronista, donde se habían congregado alrededor de 7 mil personas para escuchar al presidente. La voz pareció surgir de casi 30 años atrás, implacable, serena para reclamar justicia tanto para las víctimas del genocidio de los 70 como para los millones de argentinos que hoy padecen a diario la impunidad y la pobreza. Los organismos de Derechos Humanos, también aprovecharon la oportunidad para entregar al presidente un documento.
 
Mendoza ostenta un condimento local extra en materia de Derechos Huamnos: tiene una de las policías más bravas de todo el país y no se detiene a la hora de disparar, como lo hizo un mes atrás, en plena cacha frente a un jugador de fúltbol como Azcurra, en un clásico entre San Martín y Godoy Cruz. Por otro lado, la situación carcelaria de la provincia es realmente crítica. Tanto es así que el 18 de junio, la Corte Interamericana de Derechos Humanos -después de dos años de reclamos- ha dispuesto que el Estado argentino deberá informar bimestralmente a sobre las medidas que adopte para garantizar la integridad de quienes están en las penitenciarias mendocinas. (ver despacho Agencia R. Walsh, del 7 de julio de 2005).
Actualmente, en esta provincia existen 2.229 personas presas. Según datos del Indec (Censo Nacional de Población, 2001) en la provincia, la cantidad de personas presas es similar a la de turistas albergados en hoteles. Recordemos que Mendoza es uno de los principales destinos turísticos del país.
 
Fuera de agenda

Todo estaba fríamente calculado para una visita de Kirchner, con una agenda apretada, en que se previó repartir los tiempos entre congraciarse con el gobernador Julio Cobos, de extracción radical y el justicialismo mendocino, que esperaba un gesto de apoyo expreso de cara a las próximas elecciones.
 
Kirchner había llegado por la mañana, a la IV Brigada Aérea en el Tango 01 junto a una nutrida comitiva, que incluyó a una parte de su gabinete, al subsecretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde y al candidato del peronismo a diputado nacional en la provincia, Enrique Thomas. Fue recibido por unas 500 personas que lo esperaban en la puerta, todas con carteles apoyando a su gestión.
 
Tal cual habían previsto los organizadores, Cobos fue con Kirchner sentado en los primeros asientos de un minibus, de manera de poder capitalizar el contacto con la ciudadanía al recorrer las calles de Las Heras, Guaymallén y Maipú. Los saludos se fueron repitiendo ante cada grupo que vieron a lo largo del recorrido. En la ciudad de Maipú, finalmente lo aguardaba un estadio colmado por miles de mendocinos agitando banderas argentinas, esperando el anuncio de nuevas obras.

Para contrarrestar el fervor peronista, desde la Casa Rosada y del Ejecutivo provincial se definió que en el palco sólo estuvieran sentadas autoridades nacionales, provinciales y los intendentes, de manera de hacer un acto puramente institucional. En la mesa que presidió el evento estuvieron Kirchner, Cobos, el vice Juan Carlos Jaliff, el intendente anfitrión, Adolfo Bermejo, y el gabinete nacional. Nadie más.
 
¿Nadie más?
En el transcurso del acto se había previsto entregar una placa a la agrupación H.I.J.O.S. Violeta, no se contentó con recibirla: pidió ocupar un lugar en el palco previamente, pero no se limitó a agradecer el presente.
Beatriz Blanco