Argentina: La lucha contin�a
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Tras la muerte de 32 presos en Magdalena
Todas las miradas apuntan a Sol� y al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB)
Emilio Mar�n
La Arena
La c�rcel de Magdalena, que supo albergar a pocos presos militares
'ilustres', pas� en 1996 al Servicio Penitenciario Bonaerense. Y entonces se
emparej� con las 40 unidades que dependen del mismo: hacinamiento, poca comida,
extorsiones contra los presos, represi�n interna y otros delitos. Este domingo
murieron 32 presos: todas las miradas fueron hacia el SPB y las cr�ticas para
Felipe Sol�.
Unidad 28
Los condenados en el juicio de 1985 a las ex juntas de comandantes supieron
comer muchos asados con su parentela cuando Magdalena era una c�rcel para
militares atendidos a cuerpo de rey. Hasta el nombre de la ciudad, ubicada a 60
km de La Plata, manten�a cierta aureola castrense porque a un general lo
apodaron el 'Zorro de Magdalena' en los enfrentamientos de 'azules' y
'colorados' en 1962. No era Rommel pero lo llamaron de ese modo.
No s�lo los genocidas Jorge R. Videla y sus colegas estuvieron a sus anchas
all�. Otro militar de una vertiente distinta a ellos, 'carapintada', como el
coronel Mohamed Al� Seineld�n, vivi� all� luego de su sangriento levantamiento
en 1990, hecho con los albatros.
Pero desde 1996 en adelante la unidad cambi� de rango. Pas� a jugar en la
primera 'B', en la liga de los 40 establecimientos del Servicio Penintenciario
Bonaerense. La proliferaci�n de la pobreza y las leyes de 'mano dura',
provocaron una inflaci�n en el n�mero de detenidos. Ninguno de �stos hizo
desaparecer a 30 mil personas, como Videla; ninguno tuvo los beneficios de la
c�pula dictatorial.
La amarga comprobaci�n de que hay presos de primera y de cuarta se reiter� este
domingo. Por causas que la pericia y la investigaci�n judicial deber�n
esclarecer, murieron asfixiados 32 detenidos del pabell�n 16 de buena conducta
('autodisciplina') en la unidad penitenciaria n� 28.
Seg�n el ministro de Justicia provincial Eduardo Di Rocco y los jefes del
Servicio, se trat� de una pelea entre presos con posterior mot�n. A�n en esta
hip�tesis benigna con el poder, esas autoridades deber�n explicar porqu�
cerraron todo, llamaron tarde a los bomberos y no ten�an agua ni extinguidores
en condiciones.
Explicaci�n oficial
El ministro Di Rocco compr� la versi�n del SPB: se tratar�a de un mot�n, sin
descartarse que encubriera un intento de fuga, nacido de una reyerta de presos
por el dominio del pabell�n 16. Los internos habr�an prendido fuego a sus
colchones y mantas, muriendo por intoxicaci�n con el cianuro desprendido de la
quemaz�n del poliuretano.
Suponiendo que as� fueron las cosas, lo que no se entiende es porqu� los
guardias no abrieron a tiempo las puertas del pabell�n ni porqu� los bomberos
tardaron dos horas en llegar al lugar del siniestro.
La diputada bonaerense Marta Ferrara, titular de la Comisi�n de Asuntos
Penitenciarios de la Legislatura, anunci� que promover� acciones legales por
abandono de personas a Di Rocco y quiz�s al mismo gobernador. Se quej� de que en
mayo se intervino el Servicio Penitenciario pero se dej� intacta la Direcci�n de
Administraci�n, que maneja fondos millonarios. Ferrara deplor�: 'hoy vemos
c�rceles sin matafuegos y sin agua, por ejemplo'.
La falta de esos dos elementos claves ya est� certificada por los funcionarios
judiciales intervinientes. El pabell�n 16 estaba en un 80 por ciento seco, o sea
que all� no se arroj� agua para contener las llamas.
Seg�n el corresponsal de Clar�n en la capital provincial, la primera orden del
gobernador Sol� fue 'asegurar el per�metro del penal, contener la situaci�n y
negociar con firmeza'. En esta instrucci�n oficial falt� algo esencial como
tratar de salvar vidas.
Ojal� la justicia pueda esclarecer lo sucedido. Mientras eso no ocurra ser� m�s
cercano a la verdad enfatizar en la muerte de 32 presos que en el mot�n, el
clich� gubernamental. Utilizar una u otra f�rmula subraya la culpa
gubernamental-penintenciaria, o la deriva hacia los reos.
En materia de motines la mayor parte de las muertes fue provocada por el fuego o
la represi�n de los guardiac�rceles. Eso surge de lo sucedido en los tres m�s
graves de la historia en cuanto a n�mero de fallecidos: Villa Devoto en 1978,
Olmos en 1990 y ahora Magdalena.
Existen s� pero en general en esas revueltas no predominan las muertes de presos
por peleas propias, excepto en el mot�n de los 'Doce Ap�stoles' en Sierra Chica.
Incluso la matanza de presos en Coronda, este a�o, habr�a sido instigada por un
sector del Servicio Penitenciario, que dio las �rdenes y dej� '�rea liberada'
para que acuchillaran a los rosarinos.
Es notable la forma como el Estado trata de hacer la gran Pilatos frente a
acontecimientos como el de Magdalena, sobre todo en �poca de elecciones. Los
presos se mataron entre ellos o se suicidaron con el incendio, afirman los
funcionarios ahora y en todos los motines. En junio de 2002 dijeron que los
piqueteros se hab�an tiroteado entre ellos. Algunos de los historiadores
oficiales, citados la semana pasada por La Naci�n, afirmaron -respecto a la
conquista- que los indios se mataron entre s�.
La otra campana
Para ser ecu�nime con el �rgano de prensa ganadero y burs�til, hay que decir que
sobre lo sucedido en Magdalena reprodujo los dichos de un empleado del SPB que
no dejaban bien parado al Servicio ni al gobierno de La Plata: 'hace tiempo que
hab�a malestar, por el hacinamiento, la falta de comida y el trato de los
guardias con los internos'.
Estas denuncias de medios opositores y diputados ligados al duhaldismo hizo
brotar de paranoia al jefe de Gabinete. Esos sucesos habr�an sido manipulados e
incluso originados por grupos cercanos al ex presidente provisorio para
perjudicar a Sol� y por elevaci�n a Kirchner.
Aunque algunas jugadas puedan estar en marcha, Sol� se perjudica a s� mismo con
sus pol�ticas penitenciarias. Un aliado del gobierno, Horacio Verbitsky,
escribi� en P�gina/12: 'la muerte de tres decenas de reclusos es consecuencia
directa y previsible de la pol�tica decidida por el gobernador Felipe Carlos
Sol�, el ministro de justicia Eduardo Di Rocco y el subsecretario de Pol�ticas
Penitenciarias, Carlos Rotundo, en cuyas cuarenta c�rceles la vida y la
integridad humana no valen nada'.
Un integrante de la Comisi�n Provincial de la Memoria (CPB), Hugo Ca��n, declar�
a Cadena 3 que esos establecimientos bonaerenses son de terror. El ex fiscal
bahiense dijo que hab�a entregado documentos al comisario de derechos humanos de
la Uni�n Europea y que el funcionario no pod�a creer que ese espanto ocurriera
hoy en Argentina.
Justamente esa CPB hab�a presentado el viernes, un d�a antes de la tragedia, un
recurso de h�beas corpus a favor de los presos de Magdalena, luego de comprobar
las p�simas condiciones de detenci�n. �Habr� sido s�lo una casualidad que casi
inmediatamente se prendi� fuego el pabell�n de presos primarios y muri� m�s de
una treintena? �O ser� una respuesta de la mafia enquistada en el SPB, esa que
tortura presos con picana el�ctrica, saca internos a robar en su provecho,
rapi�a la mercader�a de los detenidos y los deja morir en los incendios?
El gobierno de Kirchner dice defender los derechos humanos. Pero en Buenos
Aires, centro de sus esfuerzos electorales, su aliado tiene a los presos como en
los campos de exterminio. Verbitsky no exager� en el t�tulo de su nota de ayer
'Las ESMAS de Sol�'.