VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Argentina: La lucha continúa

Diputeando a los diputados nacionales

"El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes y autoridades…"
del art. 22 de la Constitución Nacional

Hugo Alberto de Pedro

Los argentinos estamos a diez días del acto comicial que posibilitará, nuevamente posibilitará…, que se renueven 127 bancas en la Cámara de Diputados de la Nación, los actuales y nuevos miembros podrán ser reelegibles indefinidamente –reincidentes, quedados y debutantes- y deberán trabajar entre el 1º de marzo y el 30 de noviembre de cada año.

La pregunta que nos hacemos es ¿Para qué miles de ciudadanos pretenden ser diputados nacionales desde el vasto arco político de la política nacional? Veamos como podemos responderla.

Durante el año en curso las sesiones del 123º período legislativo dieron una palmaria muestra de que ese cuerpo está en un calamitoso estado de salud. Política y constitucionalmente muerto.

¿Serán los nuevos legisladores los sanadores? Veamos cual es el punto de partida.

Durante el transcurso del presente año 2005 se han realizado diez sesiones en la legislatura nacional, siendo la primera la realizada el 09-02-2005 correspondiente al período 122º (año 2004) y de carácter extraordinaria con la presencia de 131 miembros sobre un total de 257 diputados.

El resto de las sesiones, o supuestas ellas, se informan a continuación:

Sesión

Reunión

Fecha

Diputados presentes

Minutos

En minoría

1

09-03-2005

Sin quórum / Fracasada

1

1

2

16-03-2005

130

8

En minoría

3

16-03-2005

Sin quórum / Fracasada

1

2

4

16-03-2005

184

542

En minoría

5

22-03-2005

Sin quórum / Fracasada

1

2

6

30-03-2005

158

19

3

7

30-03-2005

186

382

En minoría

8

05-04-2005

Sin quórum / Fracasada

1

4

9

06-04-2005

159

272

En las 21 horas de sesiones, en promedio 3 horas en cada uno de los pasados 8 meses, los diputados nacionales han votado lo siguiente:

Proyectos de

Cantidad

Ley

5

Modificaciones de leyes

3

Resolución

82

Declaración

10

El jefe de gabinete de ministros fue una sola vez a informar sobre la marcha del gobierno, cuando está ordenado constitucionalmente hacerlo cada dos meses. ¿Será qué nada debe informar a los representantes del pueblo?

El resto del trabajo en las reuniones estuvo destinado a homenajes, juramentos, planes de labores parlamentarias, mociones de orden y de preferencias, dictámenes varios, manifestaciones, cuestiones de privilegio y al izamiento de la bandera nacional. Aunque parezca mentira en la primer sesión del año se han reunido al solo efecto de para fijar los días y horarios de las reuniones. ¿Parece una farsa legislativa no?

Es mi intención dejar de manifiesto -no el Comunista para que nadie se alarme ni altere después de 157 años- y a la vez denunciado que el trabajo desarrollado por nuestros representantes, término únicamente justificable por la letra constitucional, ha sido una vez más tan escaso como rayano con la falta de moralidad política porque supone no haber estado a la altura de las circunstancias y necesidades tanto para legislar como para efectuar el debido control sobre la actuación del Poder Ejecutivo Nacional. Ese que reemplaza con sus decretos de necesidad y urgencia el accionar del Poder Legislativo.

Esta delegación legislativa está expresamente prohibida constitucionalmente. ¿Lo sabrán los diputados en funciones y los candidatos a serlo?

Con estos datos de la realidad, y por cierto comprobable desde la mismísima información suministrada por esa "Honorable" cámara, haré algunas preguntas sobre las diputaciones en juego antes de decidir nuestro voto el 24 de octubre.

¿Legislarán sobre temas de interés fundamental para las necesidades del pueblo?

¿Proveerán las legislaciones que conduzcan a la prosperidad del país, al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social y a la generación de empleo?

¿Serán custodios de la soberanía y controlarán todos los actos del Poder Ejecutivo Nacional que se presenta a todas luces como hegemónico y predominante?

¿Arreglarán el pago de la deuda exterior de la Nación e intervendrán en la contratación de empréstitos sobre el crédito de la Nación?

¿Proveerán las leyes conducentes al adelanto y bienestar de todas las provincias y acordarán subsidios del Tesoro a las mismas?

¿Reconocerán la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas?

¿Realizarán las acciones legislativas tendientes a corregir las deficiencias de los sistemas de educación, salud, justicia y seguridad de la Nación?

¿Se tomarán el trabajo de discutir temas como el aborto, salud reproductiva, anulación de indultos a los genocidas, privatizaciones, recursos naturales y energéticos, desarrollo de economías regionales tanto nacionales como latinoamericanas y tantos otros temas pendientes?

¿Arreglarán y establecerán el correo general de la Nación?

¿Contribuirán al debate público para determinar la conveniencia o no de mantener el sistema capitalista liberal de explotación del pueblo?

En síntesis: ¿Representarán efectivamente al pueblo argentino?

Solamente algunos diputados merecen mi respeto y reconocimiento por sus trabajos y sus luchas inclaudicables, pero no alcanza para sentirme conforme como ciudadano.

Las preguntas serían tantas y de una importancia esencial como fundamental para la Nación, de cuya destrucción ya no caben dudas, que sería imposible de ser transcriptas aquí.

Aunque hay una que seguramente es la piedra angular del problema que presenta el sistema representativo y federal, que desde su republicanismo nos ordena la Constitución Nacional y que el pueblo argentino deberá contestar dentro de unos días:

¿Hay que votarlos?

Mi respuesta está incluida en todo el desarrollo anterior. Y es que NO.

13 de octubre del 2005