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Zapatismo

México
Polémica por izquierda

Tras el lanzamiento de lo que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) llama la "otra campaña" –cuyo objetivo es un reordenamiento de la izquierda y el cambio social desde las bases–, el desconcierto y la desazón provocados por las duras y sostenidas críticas del subcomandante Marcos contra Andrés Manuel López Obrador y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) predominan en amplios círculos solidarios con el zapatismo.

Carlos Fazio
Desde México

Los dirigentes del PRD "han construido una relación de desprecio en contra de nosotros, y van a pagar, se lo aseguramos, se lo prometemos y lo vamos a cumplir", amenazó Marcos el 6 de agosto al reaparecer en la selva tzeltal, después de cuatro años y cuatro meses de ausencia.
Ante delegados de 32 organizaciones que asistieron a la primera de seis reuniones programadas con distintas agrupaciones de la izquierda no parlamentaria de México para analizar la VI Declaración de la Selva Lacandona y sentar las bases, de manera conjunta, de lo que deberá ser la campaña política nacional del EZLN –cuyo objetivo primordial es crear un movimiento estratégico anticapitalista, no partidario, autónomo de la clase política y generador de la autoorganización y una nueva forma de hacer política de abajo hacia arriba–, el jefe insurgente descartó cualquier posibilidad de acuerdo o apoyo político a López Obrador de cara a los comicios presidenciales de 2006.
Marcos señaló que el EZLN no va a apoyar a López Obrador ni la candidatura de ningún partido. "Vamos con todo, no los vayamos a salpicar; sin disparar un tiro, compañeros, sin equipos de campaña, sin asesores de imagen, sin anuncios pagados por televisión (…) van a pagar todos ellos lo que han hecho, o vamos juntos a pasarles la cuenta o vamos solos, pero todos son una bola de vividores, se han burlado de nosotros y de mucha gente y lo van a pagar porque lo van a pagar." Varias veces en sus dos intervenciones, aclaró que "no es cierto que nada más estamos en contra del PRD; vamos contra toda la clase política", en obvia alusión a los integrantes de los partidos Acción Nacional (PAN, oficialista) y Revolucionario Institucional (PRI). No obstante este último matiz, las baterías estuvieron dirigidas contra López Obrador y ése era el sentido final de una frase que enfatizó ante la concurrencia: "No podemos enganchar la otra campaña a una campaña electoral".
La otra campaña marcará el nuevo caminar de los zapatistas fuera de la geografía chiapaneca y no estará sujeta al calendario electoral, aunque en la coyuntura se superpone con el arranque de las campañas de los precandidatos a la presidencia con vista a los comicios de julio del año próximo. Las críticas a López Obrador, hasta ahora el único precandidato del PRD y quien marcha primero en las encuestas, habían sido recurrentes en los últimos comunicados de Marcos, que coincidieron con el "alerta roja" de julio pasado que volvió a darle visibilidad pública al EZLN.
Así, el 24 de julio, en un comunicado titulado "Un pingüino en la selva Lacandona", el vocero del EZLN dijo que los zapatistas "desconfían" del "Proyecto alternativo de nación", documento de 50 puntos que reúne las bases programáticas para un eventual gobierno de López Obrador. Marcos no vio en el documento más que un "maquillaje plástico" que contiene "una lista de promesas olvidables".
El 6 de agosto, al reabrir el fuego verbal, el sub aludió a López Obrador y pronunció una frase que generó desconcierto en el mundo político de México y, sobre todo, entre las bases perredistas: "Él no quiere regresar al pasado populista, nos va a partir la madre a todos".
Algunos intelectuales como Elena Poniatowska, Octavio Rodríguez Araújo y la crítica de arte Raquel Tibol cuestionaron al líder rebelde. La autora de La noche de Tlatelolco y Tinísima, quien ha dado su apoyo solidario al EZLN y a AMLO, declaró que "lo que está haciendo Marcos es dividir a la izquierda, lo cual me parece absurdo". Rodríguez, ferviente seguidor del zapatismo en los primeros años, dijo que para entender las palabras de Marcos habría que "consultar a un psicoanalista". Más dura, Tibol señaló: Marcos "es un golpeador tramposo y exhibicionista, que en su aventurerismo de ostentarse como legitimador de las izquierdas arrastra peligrosamente a los indígenas de Chiapas".
Marcos también mencionó una entrevista del diario estadounidense The New York Times al aspirante presidencial perredista, quien, interrogado sobre su "fama de autoritario", respondió que los movimientos sociales "exigen mano dura" (durante su mandato como jefe del Distrito Federal, López Obrador pagó una millonaria asesoría al ex alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani, quien le recomendó que aplicara la "tolerancia cero" en la capital mexicana). "Se darán cuenta de qué pasó con el movimiento urbano popular durante su gobierno", comentó Marcos.

DISPAREN SOBRE MARCOS

Las declaraciones y comunicados de Marcos generaron desconcierto y asombro en algunos dirigentes y militantes de base del PRD que desde 1994 han venido brindando su apoyo a la lucha zapatista. También en algunos intelectuales del entorno del EZLN o que han sido solidarios con ellos, como el filósofo Luis Villoro y el politólogo Guillermo Almeyra. Villoro señaló con delicadeza que no se puede "obstruir" el "camino", "la alternativa" que representa para muchos mexicanos la candidatura de López Obrador. Según él, "es necesario pasar por la contienda electoral. Ese es un medio, no un fin".
El "lenguaje pendenciero" de Marcos y la "distancia combativa" del EZLN con respecto al PRD –según las expresiones utilizadas por Miguel Ángel Granados Chapa– llevaron al intelectual cristiano Javier Sicilia, hasta ahora firme aliado del zapatismo, a cuestionarle que coloque "como su enemigo más acérrimo al único partido con el que pueden tener y exigir una interlocución (…) ¿Por qué sabotear la posibilidad de que un partido de ‘izquierda’ llegue al poder y logre así mejores condiciones para el avance de la alternativa zapatista? ¿Qué quieren usted y el EZLN con esta pugna: hacer fracasar al PRD y fortalecer al PRI que, con su voto duro y el dinero del narco, llegará sin un buen contrincante al poder? (…) O, por el contrario, ¿usted, el EZLN y las organizaciones de la izquierda radical apuestan con ese proceder a crear los focos de insurrección que en 1994 no pudieron crear y generar una revolución; o simplemente pretenden apostar por una desestabilización más aguda del país que permita crear las condiciones para que el país avance por el camino de las autonomías? ¿Es posible en condiciones de mayor inestabilidad generar procesos de independencia política, que suponen años de construcción crítica de las conciencias?".
A ninguna de esas críticas ha respondido el subcomandante Marcos hasta ahora. A quienes sí respondió Marcos fue a dos militantes de base del PRD que, perplejos, desconcertados y agraviados después de haber apoyado por años la causa zapatista, le enviaron sendas cartas. "La realidad es que ni López Obrador ni quienes simpatizamos con él somos enemigos del EZLN; por eso es muy importante analizar lo que ahora está planteando Marcos… Pareciera que la otra campaña es contra López Obrador y el PRD", escribió Benito Rojas Guerrero. Y Fermín Hernández preguntó: "Con mucho respeto, no creemos que atacando a los compas es como vamos a ganar".
El subcomandante contestó a esos lectores de La Jornada. Las respuestas se concretaron a denunciar acciones del gobierno municipal perredista de Zinacantán, Chiapas, y de una agrupación campesina de esa filiación, que agredieron con violencia a comunidades y bases de apoyo zapatistas. Y abunda en generalizaciones sobre la "traición" de dirigentes del PRD al movimiento indígena, entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador.
En su larga misiva a don Fermín, le dice que los zapatistas actuaron con "paciencia", y que "tal vez comprenda ahora por qué estamos enojados, indignados y rabiosos". A renglón seguido, plantea una serie de preguntas para que don Fermín le formule a López Obrador si se lo encuentra en la campaña. Entre ellas, si va a privatizar la industria eléctrica, el petróleo, el agua, la seguridad social, la educación. Y por qué si toda la crítica contra López Obrador "proviene de Salinas de Gortari, del PRI y la derecha, está entonces rodeado de puros salinistas, ex priistas y derechistas. Y pregúnteles a los dirigentes del PRD por qué han convertido al partido en una máquina de reciclaje para lo peor del priismo, una pista de circo más para los que brincan al compás del presupuesto. Pregúntele a López Obrador por qué, si muchos suponen que su proyecto es de izquierda, su ‘Proyecto alternativo de nación’ no lo es. Pregúntele por qué a los gringos y a los empresarios les ofrece un gobierno de centro, ‘facilitador de la inversión privada’ (o sea favorable a los ricos), y al resto les dice que es de izquierda (o sea, favorable a los pobres). Pregúntele, tal vez a usted sí le responde, porque nosotros señalamos todo eso (y muchas cosas más) y él respondió que está contento, durmiendo en hamaca para no sofocarse".