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        Zapatismo 
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México: Rumores en Chiapas
Cuando los rumores se refieren a "posibles levantamientos de grupos 
armados", aun tratándose de siglas diferentes a las del EZLN, la presión militar 
se intensifica sobre las comunidades zapatistas 
Gloria Muñoz
La Jornada
En semanas recientes una ola de rumores invade el estado sureño en el que 
hace 26 años se implantó la primera célula de lo que una década después se 
conocería como EZLN. En los casi 16 años de lucha pública, los momentos de 
silencio de la comandancia general zapatista han sido aprovechados por otros 
para propagar versiones de toda índole, como comunicados apócrifos, manifiestos 
con firmas colectivas que los incluyen, anuncios de un próximo ataque zapatista 
o un plan militar con miras a descabezar el movimiento. La política del rumor no 
se inaugura en Chiapas en estos momentos, pero antes y ahora: ¿a quiénes 
convienen los rumores de posibles iniciativas militares en Chiapas? ¿Quién sale 
beneficiado? ¿Dónde se inicia el rumor? ¿Quién lo cocina y para qué? 
Cuando los rumores se refieren a posibles levantamientos de grupos armados, aun 
tratándose de siglas diferentes a las del EZLN, la presión militar se 
intensifica sobre las comunidades zapatistas, se fortalecen los patrullajes y se 
crean nuevos puestos de control. En este contexto, pudiera pensarse que las 
versiones son propagadas desde alguna esfera del poder para justificar la 
presión que de por sí ejercen sobre las comunidades en resistencia. ¿De qué 
instancias pueden venir? ¿Del Ejército? ¿Del gobierno estatal? ¿Del Ejecutivo? 
¿Son ellos lo mismo, representan los mismos intereses o cada uno tiene sus 
propias apuestas? 
Lo cierto es que, más allá de los rumores, en Chiapas hay una guerra que rebasa 
los tres lustros y de ella en diferentes momentos han querido sacar provecho los 
gobiernos en turno, el Ejército, las multinacionales, la Iglesia y algunas ONG. 
Cuando la palabra del EZLN está ausente, el vacío se llena no sólo de rumores, 
sino de iniciativas y estrategias de toda índole que siembran zozobra en 
sectores realmente interesados en saber qué está ocurriendo. 
El pasado 17 de noviembre el EZLN cumplió 26 años sin festejos públicos y, al 
parecer, tampoco privados. Hay cosas que sí están ocurriendo: en días recientes 
las juntas de buen gobierno con sedes en La Garrucha, Roberto Barrios y Oventic 
alertaron sobre diversas provocaciones provenientes de grupos paramilitares en 
coordinación con las fuerzas armadas y gobiernos locales. Por su parte, la 
agrupación civil Las Abejas, de Acteal, denunció que continúan operando grupos 
paramilitares en Los Altos, al mismo tiempo que organismos de derechos humanos 
advirtieron sobre el permanente hostigamiento en su contra. A pesar de la 
tensión y de la falta de festejos, en las comunidades el trabajo autónomo no 
para. Pareciera que se viven dos tiempos.