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No a la Guerra

16 de febrero de 2003

España: Los iraquíes residentes en el estado contra la guerra
Sufrimos un embargo y un régimen... ży todavía quieren enviarnos bombas?

Canal Solidario / Rebelión
Iraquíes afincados en Catalunya miran impotentes cómo la guerra está cada vez más cerca y recuerdan que las bombas sólo afectarán a la población, a sus amigos. Sin embargo, dicen, su pueblo 'no perderá nunca las ganas de vivir'.
Para Pius Alibec, Mazin Hermes y Kamal Sultán, por desgracia, su país "está de moda". El nombre de Irak se escucha desde hace meses y no precisamente para exaltar su arte, su literatura ni su forma de vida. La amenaza de ataque contra Irak cobra cada día más fuerza y se barajan cifras de armamento y números de resoluciones, pero nada se dice de la vida cotidiana del pueblo iraquí, que desde hace doce años sufre un embargo económico y ha visto morir a más de un millón y medio de ciudadanos.
Hace casi dos décadas que el pintor Kamal Sultán llegó a Catalunya. "Vine a estudiar y en todos estos años he intercambiado muchos momentos con la gente de aquí. Pero las circunstancias nos privan de nuestro derecho a regresar a nuestro país", explica. Sultán vio desde España cómo las bombas caían sobre Irak durante la Guerra del Golfo y en 1998 y afirma no poder "soportar, de nuevo, ver caer bombas sobre mi país". Los sentimientos del ingeniero Mazin Hermes son los mismos; lleva años sin ver a sus amigos y familiares "y parece que seguiré sin verlos". Cuando aún estaba en Irak, Hermes vivió un bombardeo pero lo recuerda como si fuera ayer: "Fue una sola noche, pero nos levantamos al día siguiente sin agua, electricidad ni gas... no tuvimos luz en seis semanas". Toda esta violencia, dice, ha afectado a miles de jóvenes iraquíes, a varias generaciones.
Como explica Kamal Hermes, Irak es "un mosaico de etnias, religiones y culturas" con un país "en común" que sufre desde 1991 un embargo económico. Tras muchas conversaciones con amigos y conocidos en Irak, este ingeniero está capacitado para decir que en su país de origen "cada año empeora la situación". "Tienen un embargo, un régimen... y ahora encima les envían bombas." Sin embargo, continua el filólogo Pius Alibec, "un iraquí no perderá nunca las ganas de vivir".
Esta afirmación la comprobó hace pocos días la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Guerra, que visitó Irak para conocer de cerca su realidad y transmitir sus impresiones a la ciudadanía española. Según la periodista Magda Bandera, que acompañó a la delegación, "la gente intenta vivir como si no pasara nada. En pocos días podrían caer bombas pero siguen construyendo viviendas".
En este contexto, recuerdan que lo importante "son las personas", quienes realmente sufrirán las consecuencias de un posible ataque a su país. "Me da igual el Gobierno iraquí. Los gobiernos vienen y se van, pero los pueblos quedan y esta guerra va contra un pueblo", señala Pius Alibec, al tiempo que se pregunta cómo aceptar "la aniquilación de un pueblo con la excusa de castigar a un Gobierno (el iraquí) que mañana no estará" y más aún cuando el ataque viene de otro Gobierno (el estadounidense) "que tiene el poder cuatro años, que viene y se va".
Desde el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe repiten que la guerra sólo persigue "intereses económicos y políticos" y afirman que la población se encuentra ante "una nueva guerra por el petróleo". De hecho, la ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, ha reconocido que los intereses económicos "están ahí" a la hora de decidir un país si sumarse a una posible acción bélica estadounidense o no.
Para el iraquí Pius Alibec, los intereses en el petróleo son claros, pero recuerda que también "entran en juego" otros elementos como "la supremacía de Israel en la región".
"Miedo" hacia un país culto "del Tercer Mundo"
El analfabetismo afecta hoy día a "un alto porcentaje" de la población iraquí, situación bien distinta antes del embargo. "Era difícil encontrar a un iraquí sin estudios y eso da miedo en un país del Tercer Mundo", advierte Pius Alibec. El Gobierno iraquí proporcionaba educación gratuita hasta la universidad. "Los estudiantes universitarios que tenían que desplazarse a otra ciudad contaban con un alojamiento proporcionado por el Estado; si un alumno faltaba al 10 por ciento de las clases suspendía la asignatura. Además, al acabar la carrera se les proporcionaba a los alumnos un empleo", añade Alibec.
Ahora, en cambio, el embargo ni siquiera permite la importación de lápices y las escuelas no cuentan con los recursos suficientes ni el material. "Las clases están vacías y el porcentaje de analfabetos ha aumentado." Para Pius Alibec, Mazin Hermes y Kamal Sultán toda esta situación únicamente significa una cosa, que "no se trata de quién tiene la razón, sino de volver a ser personas".
Como Pius Alibec, Mazin Hermes y Kamal Sultán, otros iraquíes participan esta semana en el ciclo 'Cartas desde Irak', que organiza la FNAC l'Illa de Barcelona. Las jornadas, que finalizan el viernes, quieren mostrar la vida cotidiana de la población iraquí y hacer llegar su cultura y sus modos de vida.