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No a la Guerra

Un Puñetazo


La guerra no se basa en la ficción de "seguridad nacional" o cuestiones de "armas de destrucción masiva", o en contra del "terrorismo". Nunca hubo, no hay y nunca habrá una guerra contra este llamado enemigo "terrorista".

Jon Hillson | Los Ángeles

Frente a cientos de legisladores republicanos y demócratas agrupados en la sala magna del congreso estadounidense, el Presidente George Bush da el discurso tradicional, "El Estado de la Unión". El desafío principal es preparar el mundo para la guerra contra Irak. En medio de las calumnias, el cinismo, y la demagogia hay un hecho claro. "Consultaremos [con los aliados]", dice el comandante en jefe de las fuerzas armadas —150 000 de sus miembros ya están cerca de Irak, con 100 000 más listos para llegar—"pero que no quede duda que si Irak no se desarma totalmente, por la seguridad de nuestros pueblos y por la paz del mundo, lideraremos una coalición para desarmarlo".
Bush dice que Estados Unidos utilizará "todas sus fuerzas" para alcanzar esta meta. Es decir, habrá una guerra si el régimen de Bagdad no se suicida.
El discurso de Bush es el segundo golpe de un puñetazo "uno-dos" tirado a Irak en 24 horas. El día antes, Hans Blix, jefe de inspección de la ONU, en su informe al Consejo de Seguridad, dice: "parece que Irak no ha aceptado genuinamente, ni siquiera hoy [lunes, 28 de enero], que se le demandó desarmarse".
Un día después, el ministro del exterior Colin Powell dice que Bagdad está cometiendo una "violación material" de las resoluciones del consejo sobre el desarme lo que permitiría una guerra "autorizada" por la ONU.
Debemos recordar que bajo la bandera de la ONU, la "coalición" imperialista dirigida por Estados Unidos concluyó la guerra al matar a más de 100 000 personas —tropas en repliegue, civiles, familias— en el camino de Kuwait City a Basora, una de las matanzas más grandes en la historia de guerra. Tal vez el alto mando yanqui comience donde paró.
En los siguientes días, habrá una ola desenfrenada de "diplomacia" hasta el último momento, supuestamente para "postergar" la agresión. Pero la gente conciente sabe que esta farsa significará solamente los pasos finales hacia una guerra inevitable. La historia juzgará la ONU —al fondo una hoja de higuera que intenta tapar el imperialismo mundial— y, sobre todo, al Consejo de Seguridad unos de los instrumentos no solamente más responsables por esta guerra, sino también de los horrores ya sufridos por el pueblo de Irak. El pirómano no puede extinguir el fuego que ha iniciado.
ARMAS NUCLEARES LISTAS
El 26 de enero salió un artículo en el Los Ángeles Times que describe las posibilidades contempladas por oficiales estadounidenses para usar armas nucleares de "rendimiento bajo" contra Irak, en "el peor caso", para penetrar los llamados "búnkeres" donde hay "armas de destrucción masivas". Como se había previsto, el discurso provoca a los sectores del liberalismo burgués y sus acólitos pacifistas quienes ya se sienten desesperados. Exigen "más tiempo" para permitir que los famosos inspectores "hagan su trabajo".
Pero si los yanquis no usan armas nucleares, tienen otras formas de destrucción titánica disponible.
Según CBSNews.com y un oficial anónimo del Pentágono, las fuerzas aéreas y la marina de Estados Unidos "lanzarán entre 300 y 400 cohetes de cruceros [cruise missiles]", en el primer día de la guerra, llamado "A-Day", más que durante los 40 días de la primera guerra del golfo en 1990-91. El segundo día lanzarán otros 300 a 400 cohetes.
"El plan de batalla" se basa en un concepto realizado por la Universidad Nacional de Defensa, se llama "Shock y Sobrecogimiento [Shock and Awe]", según CBS.
Este tipo de ataque "nunca ha sido contemplado anteriormente", según el oficial del Pentágono.
LA OPOSICIÓN LEAL
La respuesta formal a Bush del partido democrático viene del gobernador del estado de Washington, el demócrata Gary Locke. Critica a Bush desde la derecha. "La guerra de terror no termina," dice. "Todavía Osama bin Laden anda suelto".
Estados Unidos no debería empezar la guerra sin "aliados…debemos convencer al mundo que Saddam Hussein no es únicamente el problema de América", dice el representante de la oposición leal —que no es ningún tipo de oposición.
El senador democrático Thomas Dodd —líder de sus colegas en la minoría del senado— dice que el Presidente debe dar una explicación "clara, completa y definitiva" de por qué Irak representa una amenaza a la seguridad nacional "que justifique arriesgar vidas estadounidenses". Estas vidas supuestamente tienen más valor que las del resto del mundo.
POWELL: MANO DERECHA DE BUSH
El 5 de febrero de Colin Powell expone las "pruebas" estadounidenses para ir a la guerra ante al consejo de seguridad de la ONU. Según un sondeo conducido por el CNN y el Gallup Poll —no soy un fanático de tales encuestas— sobre la cuestión de en quién tiene más "confianza" el público en "la política de EE.UU. hacia Irak", gana el 63 por ciento Powell y solo el 24 por ciento Bush. El ex jefe del estado mayor, quien combatió contra los vietnamitas y dirigió la invasión yanqui a Granada en 1983 —peleando contra los obreros de construcción cubanos internacionalistas— juega un papel clave en la enorme campaña de la agresión que se avecina.
El día después sin intervención previsible— ¡con apoyo audiovisual!— Powell recibió ofrendas florales del New York Times, la voz del imperialismo liberal.
Powell le dijo al senado el 7 de febrero: habrá una "resolución" de la situación con Irak, "en semanas, de una manera u otra".
El mismo día, Mohamed ElBaradei dice, frente la ONU, que le dirá a Saddam Hussein que debe hacer "cambios drásticos" pronto o habrá "consecuencias"—un eufemismo diplomático usado en lugar de guerra. Casi a la misma hora, el departamento de "defensa"—de guerra— anuncia la movilización de las 20.000 tropas de la división del ejército 101, las "Águilas que gritan [Screaming Eagles]", según CNN, "probablemente" al Medio Oriente.
NO HAY GUERRA CONTRA EL "TERRORISMO"
La guerra no se basa en la ficción de "seguridad nacional" o cuestiones de "armas de destrucción masiva", o en contra del "terrorismo". Nunca hubo, no hay y nunca habrá una guerra contra este llamado enemigo "terrorista".
Es una guerra de conquista —la primera de muchas— para reconquistar y redividir los recursos naturales del mundo a favor del último imperio. La guerra no será el resultado de las "malas ideas" o decisiones tomadas por la camarilla de Bush, el fruto de los problemas psicológicos del hijo del primer presidente Bush. Sino, la guerra resulta directamente y desde la lógica del sistema capitalista en su fase superior, el imperialismo.
La clase dominante de Estados Unidos también hace guerra —en este caso, guerra económica— contra sus aliados-rivales de Berlín y París, entre otros poderes capitalistas, sobre los repartos de botines. Tales guerras son naturales en el contexto de competencia, el corazón de las fuerzas motrices del capitalismo.
"Si Estados Unidos quiere lanzar la guerra, nadie puede detenerlo", dice Fidel en una entrevista con Andrea Mitchell de NBC el 23 de enero.
No hablo del "neoliberalismo" porque no existe. Uso la palabra imperialismo, y no globalización, porque es mucho más clara. De hecho, tal proceso es el fin de su existencia, como explicó Frederich Engels hace mucho, cuando el imperialismo era algo nuevo. "[Al extenderse el capitalismo] por toda la Tierra; y debido a la unión en un solo grupo de todas esas contradicciones, donde están cara a cara, producirá la lucha, la cual resultará en la emancipación del proletariado", dijo. Somos testigos de ese fenómeno.
Necesitamos claridad sobre todo para entender y preparar —si es que uno puede prepararse— para lo que viene: la dialéctica entre horrores sangrientos y oportunidades enormes.
IRAK NECESITA SOLIDARIDAD MUNDIAL
Ya Irak tiene menos soberanía que cualquier país en el mundo. Los yanquis y los británicos vigilan —con sus aviones— el norte y el sur de Irak. Los inspectores están penetrando casi todos los rincones del país. Las sanciones de la ONU han matado cientos de miles de niños. Más que todo, el pueblo de Irak necesita la solidaridad del pueblo del mundo, pero recibe poca. Su defensa debería ser una causa, porque la agresión imperialista es un ataque contra el Tercer Mundo entero y las clases trabajadoras del planeta.
No debemos olvidar —ni por un momento— la crisis en la península coreana. La República Democrática Popular de Corea anunció el 5 de febrero que iba a comenzar a usar su planta nuclear de Yongbyong. Si sufre un ataque "preventivo" contra ella de Estados Unidos, la RPDC responderá —dice Pyongyang— con "guerra total".
Es decir, el pueblo de Corea del Norte está listo para defender su soberanía a cualquier costo. Pocos días antes, puso en alerta el secretario de "defensa" —guerra— Donald Rumsfeld más de 20 bombarderos B-52 para un posible deber en Corea.
Ya, Putin, de Rusia y Mubarak de Egipto, proclamaron su disposición a estar al lado de Estados Unidos en Irak. El 6 de febrero el parlamento de Turquía, como miembro leal de la OTAN, votó a favor de ofrecer su territorio a las tropas yanquis,
Nunca hemos visto un pueblo más aislado esperando un ataque militar —un asalto en que se va a usar cualquier arma supuestamente necesaria para conquistarlo. Con tal destrucción, los yanquis y sus socios menores quieren enviar un mensaje a los pueblos del mundo: quién será el próximo. Y el próximo.
EL PUEBLO DE IRAK RESISTIRÁ
Pero, a la vez, nunca se ha preparado una guerra imperialista con menos estabilidad en el mundo. El sistema económico imperialista está más débil que nunca. Hay una crisis social, política y moral —más de lo que el mundo y el pueblo estadounidense saben— en las entrañas del monstruo. El 6 de febrero se anunció la "pérdida de empleos" más grande en 20 años: el despido de más de 130 000 trabajadores en el mes de enero en el contexto de "turbulencia" e inseguridad incesante en la bolsa de valores.
Por eso, no se puede saber de antemano cuáles serán las repercusiones.
"El pueblo de Irak [resistirá] cualquier ataque", dice Fidel a Mitchell. "Yo pienso que harán eso".
Y si lucha la gente de Irak, nadie puede pronosticar qué pasará. "El gobierno ‘americano’ no puede decir con seguridad cuál será la reacción violenta", anota Fidel en su entrevista.
El New York Times, como defensor del imperio, comparte este temor. La administración Bush necesita que "nuestros aliados" se unan a la campaña para fortalecer las posibilidades de hacerla más "efectiva," dice el 26 de enero. Los dueños del periódico temen —y dicen— "Si algo va mal —y algo sí irá mal— más pronto o más tarde Estados Unidos cargará la responsabilidad solo".
A la vez, los hechos de la guerra y su inmensa brutalidad impulsan a más gente —especialmente jóvenes— a protestar en las calles. Las marchas tienen un ambiente pacifista, a veces formadas por conceptos patrióticos o a favor de la ONU. Sus dirigentes siguen repitiendo la ficción utópica de que con movilizaciones se puede parar la guerra. Tales ideas significan que estamos en un momento "preguerra", que va a cambiar bien pronto.
El "equilibrio" que existe en el mundo de hoy es una casa de naipes. La guerra que lanzará Estados Unidos tiene la meta de imponer el orden sobre el mundo: algo imposible, utópico, reaccionario. Al contrario, incrementará la inestabilidad dramáticamente en los días que se avecinan, mucho más de lo que mucha gente piensa. La existencia y el dominio del imperialismo significan inestabilidad permanente.
"Cuando las fuerzas controladas se ponen en marcha", como dijo Frederich Engels —quien por ser experto también en la ciencia militar se conoció por el apodo "el general"—"fuerzas incontrolables [también] se ponen en marcha".
Gracias, maestro marxista, por su observación más útil que nunca.
NOTA AL LECTOR:
El año pasado escribí sobre la lucha de cientos de pacientes y clientes, trabajadores, sindicalistas, médicos y enfermeras para defender su hospital Rancho Los Amigos, en Downey, California, en el condado de Los Ángeles.
Rancho, unos de los hospitales más distinguidos del país, presta servicios a clientes que tienen problemas graves de la columna, enfermedades respiratorias, esclerosis múltiple y diabetes, entre otras. Es el único hospital de tal tipo que ofrece servicios a los que no tienen seguro médico. Hay 2,5 millones de ellos solamente en el condado de Los Ángeles. Se realizaron más de 65.000 consultas en Rancho durante el año pasado.
En protestas contra los recortes presupuestarios, muchos médicos y clientes dijeron que sin tales servicios, cientos de pacientes morirían. El gobierno del condado —la junta de supervisores— está haciendo recortes brutales para "ahorrar" fondos, debido a un "déficit". Para empezar, atacan los beneficios de la gente más vulnerable.
El 29 de enero, después de horas de testimonios en contra —y una protesta de cientos de pacientes dentro y afuera el edificio de los supervisores— los politiqueros votan cuatro a uno para cerrar el hospital, y a la vez reducir el número de camas en otro hospital. Los cuatro son demócratas liberales.
Habla como testigo a favor de Rancho Richard Devylder que nació sin brazos y piernas. Tiene 33 años. Gracias a Rancho, dice, pudo hacerse profesional y graduarse en la universidad. "Sin el Rancho no podemos tener la independencia ni las oportunidades que provee nuestra Constitución", explica a los supervisores. Hace una pausa entre sus palabras para inclinarse y voltear una página con su boca.
No importa a los supervisores.
Si el lector quiere entender qué es lo que hacen los verdaderos terroristas, mire a este gran logro gubernamental hecho en "la ciudad de ángeles" que ya es una práctica típica en el país "bienaventurado"—la palabra usada pocas horas después por George Bush en su discurso sobre el Estado de la Unión, para describir a Estados Unidos
Saben muy bien los pueblos del mundo de estas bendiciones yanquis, que ya las reciben más y más la gente de la yuma.