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No a la Guerra

El Informe Powell

Por Isaac Bigio (*)
Rebanadas de Realidad

Colin Powell, secretario de estado nortemericano, ha dado su esperado discurso ante Naciones Unidas. Allí ha mostrado las pruebas que sus servicios secretos tendrían acerca que Irak sigue teniendo armas de destrucción masiva.
En sus evidencias están grabaciones telefónicas donde se alega que funcionarios irakíes habrían declarado que deben esconder ciertos equipos. Se sostiene que Irak no ha dado respuesta acerca del paradero de las armas químicas-bacteriológicas que tenía hasta 1995. Cuestiona a Bagdad por no colaborar más con los inspectores aduciendo que no se permite a los científicos irakíes prestar declaraciones fuera de su país o que no se les permite a aviones estadounidenses sobrevolar libremente el país.
Ha mostrado fotografías de desplazamientos de equipos, pero no se puede precisar exactamente de qué realmente se trata. Mencionó que unos 1,600 prisioneros habrían sido sometidos a experimentos con gases. Calcula que Irak posee entre 100 a 500 toneladas de agentes químicos. Los laboratorios serían móviles y muchos depósitos habrían sido enterrados debajo de ríos, templos u otros lugares.
Los lazos con Al Qaeda quedarían claros por el hecho que uno de sus jefes, Abu Musab Zarqawi fue hospitalizado en un hospital irakí y por que en el norte del país opera un grupo binlandista llamado Ansar Al-Islam.
Para Blair y los aliados de EE.UU. estas revelaciones muestran que el curso hacia la guerra se va convirtiendo en la única opción. China, Rusia y Francia, los otros 3 miembros del consejo de seguridad, han mostrado su cautela indicando que sus servicios seguirán investigando. El canciller galo continua aduciendo que se debe dejar trabajar a los inspectores.
Los irakíes podrán responder que ninguna de las pruebas mostradas son sólidas, que no tienen porque seguir humillando la soberanía de su propia nación dando carta libre a los aviones que les han bombardeado para que circulen por todos sus cielos o que temen que sus científicos, en caso de ser llevados al exterior, sean tentados u obligados a decir lo que occidente quiere que hagan.
Las interferencias telefónicas fueron previamente usadas para justificar el bombardeo de Libia. Ni éstas ni las fotografías presentadas pueden servir de evidencia en sentido que Irak posee las armas de destrucción masiva.
Los aducidos lazos entre Bin Laden y Hussein no son muy convincentes. Ambos tienen ideologías e historias diferentes. Al Qaeda nació como un aliado de la CIA para luchar contra el comunismo y tiene una doctrina monarquista y confesionalista. El Baath nació como un partido que se reclamaba socialista y antiimperialista, fue aliado soviético, derrocó al rey de Bagdad y su doctrina es republicana y pro-secular.
El informe de Powell, al igual que el que anteriormente presentó Blair, no ha mostrado fehacientemente mayor poderío bélico por parte de Irak. Es más, si se ve entre líneas uno puede analizar que la capacidad bélica de Hussein es inferior a la que tenía en la década e los ochentas cuando occidente le armó con misiles y gases para socavar a la revolución iraní.
Incluso si se probara que Saddam sigue teniendo algunas armas químicas, su arsenal sería mínimo en relación a cualquiera de las potencias. EE.UU. de por sí sólo cuenta con mayor equipamiento nuclear y químico que todos los demás miembros del consejo de seguridad. Tan poderosas son sus armas que una fracción de éstas bastaría para exterminar a toda la humanidad. Washington, no obstante, plantea que Irak sí puede usarlas contra ellos. Para los pacifistas el desarme debería empezar por quien más armas de destrucción masiva tiene.
Para Bagdad no habrán mayores evidencias y aducirán una serie de trucos propagandísticos. Para Washington ya no hay otra salida más que desarmar a cualquier lugar a quien más tarde podría prestar gases a nuevos operativos tipo once de septiembre.
(*)Isaac Bigio: analista internacional, especialista en zonas de conflicto; profesor en la London School of Economics & Political Sciences, donde obtuvo grados y postgrados. En 1998 recibió los Premios a la excelencia de Dillons (Waterstone), la mayor librería inglesa y el EH Carr del departamento de Política Internacional de la Universidad de Gales (Aberyswyth), el primer departamento de dicha disciplina en el mundo. En la actualidad realiza análisis internacionales y colabora en la BBC, El Comercio, La Opinión, Noticias, CNI, Grupo de Diarios de América y numerosos decanos de la prensa Ibero Americana.