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No a la Guerra

12 de marzo del 2003

La guerra de 'Cuarta Generación' y el peligro de ser la única superpotencia
Una advertencia de Clausewitz

William S. Lind
CounterPunch
Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Ahora parece seguro que habrá una guerra de EE.UU. contra Irak. Aun si Sadam Husein aceptara renunciar e irse al exilio, no está claro que Washington vaya a privarse de ocupar Irak e instalar un gobierno militar de EE.UU. El wilsonismo está en pleno florecimiento, en lo que probablemente va a ser una falsa primavera..
Al contemplar cómo se desarrollan los acontecimientos, deberíamos recordar dos aspectos. Primero, el centro de gravedad de esta guerra -el sitio o los sitios en los que probablemente ocurrirá una decisión- no estará en Irak. Como también vale para la guerra en Afganistán, los centros de gravedad de una guerra con Irak se encuentran en Pakistán, Arabia Saudí y Egipto. De estos tres, Pakistán es el más importante..
Estratégicamente, Irak no constituye la clave para gran cosa. Se podría argumentar que si Irak cae, también cae Siria, pero no es decir mucho. Irak no es una clave para Irán; al contrario, su rivalidad es centenaria. Todo lo que Irak significa para Turquía es una mayor amenaza de un posible estado kurdo independiente y tal vez una ocasión para apoderarse de los campos petrolíferos del norte de Irak. La noción de que un Irak conquistado por EE.UU. pudiera florecer para llegar a ser una democracia al estilo suizo, que reformará el Oriente Próximo, proviene del País de las Nubes y de los Cucos. Si se quiere ver lo que la democracia en esa región significaría realmente para los intereses estadounidenses, basta con contemplar el voto del parlamento turco de este fin de semana contra la autorización para que las fuerzas de EE.UU. invadan Irak desde Turquía..
Pakistán, Arabia Saudí y Egipto, al contrario, son puntos clave para muchas otras cosas. Pakistán tiene bombas nucleares, Arabia Saudí control los precios del petróleo mundial, y Egipto ofrece a Israel su única esperanza de algún tipo de acuerdo (temporal) con los árabes. Si cayera el régimen pro-occidental de cualquiera de esas naciones, habremos sufrido un desastre estratégico. Si desaparecen todos, nuestra posición en la región se derrumbará. La cuestión estratégica central, por lo tanto, es el efecto que un ataque de EE.UU. contra Irak tendrá en la estabilidad y el ejercicio de los regímenes paquistaní, saudí y egipcio..
Esto lleva al segundo punto: si las fuerzas estadounidenses capturan Bagdad -si lo logran- y derriban a Sadam Husein, la verdadera guerra no habrá terminado, sino que no habrá hecho que comenzar. Se librará en parte en Irak, cuando una variedad de elementos no-estatales comiencen a combatir a EE.UU. y a luchar entre sí. Será librada en parte en el resto del mundo islámico donde los objetivos serán no sólo los estadounidense sino todo régimen local que se muestre amistoso hacia EE.UU. Y, por cierto, será librada aquí en EE.UU., cuando los hijos de Mahoma recuerden a los estadounidenses que la guerra es una calle de doble sentido..
Este tipo de guerra, de 'Cuarta Generación', es algo que las fuerzas armadas de EE.UU. y de otros estados no saben cómo combatir. No va a resultar, y entre las víctimas se encontrarán probablemente los gobiernos pro-estadounidenses de Pakistán, Arabia Saudí y Egipto. En breve, una victoria de EE.UU. sobre el Estado de Irak (que no es nada seguro) conducirá más probablemente a un fracaso estratégico de EE.UU. que a un éxito estratégico..
En su famoso "De la Guerra", Clausewitz escribió:.
"El primer acto de juicio, el más importante y decisivo que incumbe a un estadista y al general en jefe es conocer la guerra que emprende: ... no confundiéndola, o tratando de convertirla, en algo que es ajeno a su naturaleza. Es el primero de todos los temas estratégicos y el más absoluto" .
Con la invasión de Irak, Washington está tratando de convertir una guerra de 'Cuarta Generación', una guerra con entidades no-estatales, en una guerra de 'Segunda Generación', una guerra contra otro Estado que puede ser conquistado con la simple aplicación de potencia de fuego contra objetivos. Si Clausewitz estuviera entre nosotros, sospecho que advertiría que marchamos hacia Jena, la batalla en la que Napoleón derrotó decisivamente a Prusia en 1806..
El camino español .
John Boyd definió la estrategia como el arte de conectarse con tantos centros del poder como sea posible, mientras se aísla al enemigo de tantos centros del poder como sea posible. Según esa definición, parece que Sadam Husein es mejor estratega que la administración Bush. Desde que los inspectores de armas de la ONU recomenzaron su trabajo en Irak, Sadam ha logrado forjar alianzas de facto con Francia, Alemania y Rusia. Parece estar desarrollando una conexión positiva con los propios inspectores, con la ONU, y posiblemente con una mayoría de miembros del Consejo de Seguridad. En comparación, la Administración en Washington se ha aislado de varios de sus aliados más antiguos, ha provocado una seria división en la OTAN, y se ha colocado fuertemente a la defensiva frente al proceso de inspecciones que sigue sin encontrar Armas de Destrucción Masiva en Irak -y por lo tanto ningún casus belli para EE.UU..
żEs sólo ineptitud, u ocurre algo más importante? Sugiero que se trata de lo último. Durante algún tiempo, elementos en la Administración [Bush] han estado mirando más allá de Irak. Han hablado con cada vez más franqueza de modificar el Oriente Próximo, de instalar gobiernos "democráticos" que se muestren amistosos no sólo hacia Estados Unidos sino también hacia Israel (coloco "democráticos" entre comillas, porque elecciones auténticamente democráticas en la mayor parte de los países del Oriente Próximo llevarían al poder a regímenes islamistas radicales, lo que no representa el resultado que esperan los nuevos wilsonianos.). EE.UU. no debe convertirse sólo en "la única superpotencia" sino en una "hiper-potencia" a la que nadie puede soñar con resistir. China tiene que ser intimidada mediante una carrera armamentista que no se puede permitir; los elementos no-estatales caerán ante las Fuerzas Especiales de EE.UU.; la ONU será una herramienta de la dominación mundial de EE.UU. EE.UU. será la nueva Gran Bretaña, tal vez la nueva Roma..
O, sería más probable, la nueva España. La analogía española no es algo del conocimiento de la mayoría de los estadounidenses, y a los nuevos wilsonianos no les gustará demasiado. Pero puede ser adecuada..
El esfuerzo por crear la "monarquía universal", que fue el término original para "la única superpotencia", comenzó en serio con el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos V, padre del Rey Felipe II de España. Carlos gobernó virtualmente toda Europa, con la excepción de Francia. Sus reinos incluían a España, que poseía el primer verdadero imperio mundial. Alimentada por el oro y la plata del Nuevo Mundo y con un ejército tan exitoso que no fue derrotado durante más de un siglo, España ofreció a Carlos, y luego a Felipe, la posibilidad de gobernar el mundo. Se recordará el caso de la Armada, cuando el rey Felipe decidió terminar con la impudencia de una isla advenediza, Inglaterra, y su reina protestante, Isabel I. No resultó como creía -un poco como nuestro asunto actual en Afganistán- pero no importa: España era tan rica que cuando la Armada fue destruida, Felipe simplemente construyó otra..
Lo que finalmente detuvo a la España habsburga y, después, a Francia bajo Luis XIV y a Napoleón y a la Alemania hitleriana en su intento de establecer una monarquía universal fue una característica fundamental del sistema internacional de Estados: cada vez que una nación intenta lograr el dominio mundial, empuja a todas las demás a formar una coalición en su contra. Esa dinámica, y no el amor por Sadam, es lo que está detrás de la oposición alemana y francesa al plan de la administración Bush para una guerra contra Irak. Es lo que impulsa a otros, incluyendo a Rusia, a apoyar a los franceses y alemanes. El embajador holandés en Estados Unidos fue recientemente citado en el Washington Post diciendo que está preocupado por "un monopolio del poder sin frenos ni contrapesos. Demasiada seguridad en sí mismo y la arrogancia del poder, son cosas que preocupan"..
En realidad, el embajador holandés se equivoca: hay frenos y contrapesos, y ahora estamos viéndolos en acción. El fracaso de la estrategia de EE.UU., y el creciente auto-aislamiento de EE.UU. están garantizados mientras Washington aspire a la hegemonía mundial. La naturaleza misma del sistema internacional de Estados asegura que nuestra búsqueda de la monarquía universal fracase, de la misma manera como todos han fracasado. Y nuestros militares "invencibles" se verán derrotados, tal como el ejército español fue derrotado en Rocroi, por quien para ellos era pan comido..
La verdadera cuestión no es si el impulso de EE.UU. hacia la hegemonía mundial tendrá éxito o no. El tema es por qué estamos intentándolo..
8 de marzo de 2003
William S. Lind es Director del Center for Cultural Conservatism en la Free Congress Foundation. Su correo es: slilienthal@freecongress.org