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NO A LA GUERRA
REFLEXIONES DE UN BOMBARDEO

Los oleoductos, un sueño de la rosca energética en Asia

Apenas nombrado Hamid Karzai para dirigir los destinos de Afganistán, éste colocó el tema energético, oleoductos más gaseoductos, en el orden del día.
Era evidente que en Afganistán los objetivos no se limitaban, ni mucho menos, a la lucha contra los talibanes y Al Qaeda, y que detrás de las promocionadas consignas de la "Lucha contra el Terrorismo" y la "Infinitiv Justice" se escondían los propósitos de los consorcios petroleros internacionales, fundamentalmente americanos, de apoderarse de las inmensas reservas de petróleo de Asia Central.
Reservas de 60 billones de barriles
Recordemos que en cinco ex repúblicas soviéticas --Kazajstán, Kirguiztán, Tadjikistán, Turkmenistán y Uzbekistán-- se calculan reservas de 60 billones de barriles. Una riqueza nada despreciable, para la cual había que lograr espacios seguros para invertir en costosas instalaciones de pipeline a través de Afganistán para llegar a puertos de embarque del Océano Indico.
Había dos caminos, usando territorios de Irán o Afganistán para las instalaciones. En las más altas esferas del poder americano se decidió la vía de Afganistán, siempre que en Kabul se instalaba un gobierno de confianza de los inversores, afirmó el representante de la empresa americano-saudita Unocal, John J. Maresca. Se creó la Central Asia Gas Pipeline Consortium, Centgas, que tiene a su cargo llevar adelante el proyecto.
Era evidente, por otro lado, que el gobierno de Washington está dispuesto a entrar de lleno en el dominio de los yacimientos de Asia Central, que hasta ahora estaban bajo control de Rusia. Expertos opinan que es muy probable que la guerra de Afganistán haya sido planificada detalladamente mucho antes de los terribles acontecimientos del 11 de setiembre. En un informe de la publicación "Indiareacts" del 26 de junio de 2001 se preveían acciones militares para resolver la situación afgana a favor de las petroleras.
Estrecha ligazón de Washington con las petroleras
No es novedad que varios miembros del gobierno americano, inclusive el presidente Bush, están muy ligados al negocio petrolero. Arbusto Energy y Haarken Energy Corporation son empresas de la familia Bush.
El actual vicepresidente de los EEUU Cheney ocupó hasta fines de 2000 la presidencia de la empresa Halliburton, que estuvo, entre otros emprendimientos, ligada a la construcción del oleoducto Yadama en Burma. El actual ministro americano de comercio Donald L. Evans integra la dirección del consorcio energético Tom Brown Inc. Y finalmente Condoleezza Rice, asesora de seguridad del gobierno de Bush, ha sido hasta su nombramiento directora de la empresa petrolera Chevron y el nuevo encargado americano para asuntos afganos Zalma Khalizad, ocupó el cargo de consejero de la Unocal.
En la medida en que la situación afgana se estabiliza, se ha de encarar la concreción de los proyectos del oleoducto de Asia Central.
No ha sido causa, que uno de los primeros contactos de Hamid Karzai ha sido con el presidente paquistaní Musharraf por cuyo territorio pasará el oleoducto. Kabul e Islamabad se pusieron de acuerdo sobre la "enorme importancia" del emprendimiento, se dijo en un comunicado de Karzai. *

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