VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
NO A LA GUERRA
REFLEXIONES DE UN BOMBARDEO

AFGANISTAN:
UNA GUERRA EN ASIA CENTRAL
CON OLOR A GAS Y PETROLEO

(Publicado por Clarín, de Buenos Aires, el 12 de octubre de 2001)

La caída de los talibán y una paz duradera en Afganistán permitiría, a largo plazo, desbloquear las rutas del petróleo y el gas natural del mar Caspio y de Asia Central hacia los mercados mundiales, lo que no sería una buena noticia para los productores del golfo Pérsico, opinaron hoy distintos especialistas en el tema.
"Las reservas del mar Caspio y de Asia central no se pueden comparar con las del Golfo, que representan el 65 por ciento del total mundial, pero igual pueden convertirse en un pequeño golfo de México", explicó Naji Abi Aad, experto del Observatorio mediterráneo de la Energía, con sede en Francia.
Abi Aad se refería de este modo a los yacimientos oceánicos en México, cuya explotación tiene un alto costo, y cuya principal razón es diversificar el aprovisionamiento mundial y dejar de depender de una región tan imprevisible como Oriente Medio.
"La pacificación de Afganistán permitiría que numerosos proyectos avancen, como el petróleo y el gas del Mar Caspio, de Turkmenistán y de Kazajastán hacia Pakistán, India y otros mercados", agregó Abi Aad.
La ventaja de esos proyectos, según el especialista, radica en que Occidente puede evitar rutas largas, costosas y políticamente arriesgadas, a través de Irán, el Cáucaso y Rusia.
"El impacto económico en los productores del Golfo sería mínimo, pero su influencia en el mercado disminuiría", consideró este experto, quien insistió en que "el mar Caspio no constituirá a largo plazo un rival para el Golfo, ya que sus reservas sólo representan un 1,7% del total mundial".
"El mapa energético de Asia central y de Afganistán está siendo rediseñado", estimó por su parte Michael Ritchie, editor de la revista Neftecompass de Londres, especialista en los países de la ex Unión Soviética.
"Una aparente seguridad y estabilidad en la región podría abrir de nuevo la puerta a los inversores occidentales para estudiar de nuevo los proyectos de oleoductos y gasoductos que desbloquearían países como Turkmenistán", agregó.
"Pero ese escenario sigue siendo a largo plazo", explicó Ritchie.
Algunos expertos se arriesgan incluso a aventurar que la frialdad de la monarquía saudita ante los ataques aéreos contra los talibán están motivados en la cuestión petrolera, y no solamente por su delicado equilibrio interno y su intención de no enardecerla.
En Afganistán también hay intereses privados sauditas en juego, aunque centrados en la conducción del gas natural.
La compañía saudita Delta Oil, dirigida por una persona cercana a la familia real, el jeque Badr bin Mohammed al Aiban, tiene desde 1998 una posición dominante en el consorcio Centgas, tras el retiro de la empresa californiana UNOCAL de ese proyecto.
El plan es construir un gasoducto de 2.000 millones de dólares para bombear el gas turkmeno hacia Pakistán a través de Afganistán, una obra de ingeniería de 1.400 kilómetros de longitud.
Según las fuentes, UNOCAL había abandonado Centgas tras la indignación que produjo en Occidente el trato de las mujeres por parte de los talibán.
Delta Oil había reiniciado las negociaciones en 1999 con los talibán para culminar satisfactoriamente ese proyecto.
La caída de la milicia afgana podría redistribuir de nuevo las cartas en favor de las compañías occidentales.
A la espera de esta situación, el exministro de Petróleo saudita, Ahmed Zaki Yamani, advirtió a Estados Unidos y sus aliados contra una extensión de los bombardeos a otros países islámicos. Ello podría provocar una crisis petrolera "seria", comentó en una entrevista publicada ayer en el diario italiano Corriere della Sera.
"En caso de ataque contra territorio de Irak los 2,2 millones de barriles de crudo diarios de Bagdad desaparecerán del mercado y su precio sobrepasará los 30 dólares", agregó.
Yamani, uno de los fundadores de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP, cree que si las operaciones militares se limitan a Afganistán, no tendrán "efectos significativos" sobre el mercado y el precio del petróleo.

Ir arriba -Imprimir esta página