Hebe de Bonafini en el acto por el 24 de marzo de 1976

Carlos Aznárez (desde Buenos Aires)

Agitando una bandera de Iraq, mientras una multitud coreaba que ³los yanquis hijos de puta se tienen que morir², la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, cerró ­el domingo 23- el acto de recuerdo al golpe militar del 24 de marzo de 1976 en el que precisamente EEUU tuvo una actuación destacada en apoyar a los militares genocidas.
Bonafini, muy emocionada, empezó su discurso dirigiéndose al pueblo iraquí, señalando: ³los amamos y los apoyamos por como están resistiendo frente al mayor asesino de la humanidad, los Estados Unidos. Queridas madres iraquíes estamos con ustedes y vuestras luchas, estamos con la resistencia contra el invasor al que maldecimos y odiamos con todas nuestras fuerzas². En ese momento, la multitud ­compuesta por militantes de organizaciones piqueteras y juveniles que llenaban la Plaza de Mayo-, prorrumpieron en gritos contra el imperialismo y sus cómplices.
En el vibrante acto se homenajeó a los 30.000 militantes populares que dieron su vida en la lucha contra los fascistas dirigidos por la viuda de Perón, Isabel Martínez, que gobernó hasta marzo del 76 y posteriormente contra los militares de Videla, Massera y Agosti,. Pero la agresión imperialista contra Iraq signó todas las intervenciones.
Por el palco desfilaron algunos de los más imporantes dirigentes de las organizaciones piqueteras, como los del Movimiento de Trabajadores Desocupados ³Aníbal Verón², el Movimiento Teresa Rodríguez, y también los de las fábricas recuperadas que están marcando un nuevo tiempo en la lucha popular argentina, como los integrantes de Zanón y Brukman. Todos ellos, pegaron fuerte al actual gobierno, convocaron a no votar en las próximas elecciones de abril ³porque son una verdadera farsa² y condenaron enfáticamente a los yanquis e ingleses que se quieren apoderar de Iraq.
Poco antes de empezar el acto y enteradas de que la policía no dejaba entrar a la Plaza a importantes columnas piqueteras que venían desde el sur del gran Buenos Aires, las Madres se encolumnaros solas y portando una enorme bandera marcharon a contramano por Avenida de Mayo hacia el Obelisco, donde los trabajadores desocupados estaban rodeados por un importante operativo policial.
Justamente allí, una gruesa barrera de uniformados armados hasta los dientes cerraron el paso a las Madres, que sin amedrentarse y animadas por numerosos militantes y peatones que observaban la escena, decidieron quebrar la muralla de policías federales, forcejearon con ellos, les gritaron ³asesinos², fueron duramente zarandeadas y finalmente lograron su objetivo.
Miles de piqueteros rompieron los controles policiales y al grito de ³Piqueteros, carajo² avanzaron hacia las madres y literalmente las abrazaron. El pueblo pobre y combativo otra vez había triunfado y juntos, madres y piqueteros retornaron a la Plaza gritando lo que hoy se ha hecho una consigna definitiva para todos los antiimperialistas del planeta: ³Bush fascista, vos sos el terrorista².
Los 30.000 hijos de estas heroicas luchadoras de juveniles 26 años de lucha, se sentirán ­sin ninguna duda- orgullos de sus queridas viejitas, por esta nueva batalla ganada a punta de coraje y decisión.