VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
No a la Guerra

CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA

Resumen Latinoamericano
22/03/03

Pájaros y bombas: una mañana de primavera en Bagdad.

Laurie King-Irani.
Electronic Iraq.

Traducido para Rebelión por Germán Leyens.
"¿Cuándo piensa que va a comenzar la guerra?" me preguntó un amigo iranio en un correo electrónico hace una quincena.
"Probablemente cerca del 20," respondí.
"¡No va a suceder!" me escribió rápidamente. "Primero, sería durante luna llena, y segundo ¡es Now Ruz! EE.UU. no mostraría tan supina ignorancia, ¿no es cierto? Anoche, nos dieron la respuesta.
Volví a casa y encontré a un equipo de la televisión local, media docena de mensajes telefónicos relacionados con los medios noticiosos, y dos gatos muy hambrientos que exigían mi inmediata atención. Todo lo que deseaba era tomarme un buen vaso de Merlot y descansar después de tres noches de trabajo hasta tarde en los sitios de la red, estudiando los rumores de guerra y el asesinato por el ejército de Israel de una estudiante estadounidense. Muerte por aplanadora.
El equipo de la televisión local ya está en la casa, no obstante, montando su equipo, cuando queda en claro que Bagdad está siendo bombardeada.
"Hagamos algunas secuencias en las que usted utiliza el control remoto para cambiar de un canal a otro", dice la joven reportera chino-canadiense, mientras se arrodilla en el suelo junto al sofá, estudiando el nivel de luminosidad de mi oscura sala de estar.
"Sintonice la Fox", sugiere en voz baja, cuando comienzo a escuchar a Ragui Omaar de la BBC que informa desde Bagdad.
"Okay, ponga NBC... Veamos de nuevo CNN. Bueno, ¿Podría ver CBC un poco?" Cada canal muestra una imagen diferente del horizonte verdoso de Bagdad, con la hora y la fecha en la base de la pantalla: 20 de marzo, 6.05 a.m.
Ahora es Now Ruz, Año Nuevo Persa Es el primer día de la primavera en todo el Hemisferio Norte.
Es el Día de la Madre en el mundo árabe.
Es hora de "cruzar la línea de partida" para las tropas de EE.UU. y EE.UU.
Es el noveno cumpleaños de mi hermosa sobrina.
Es guerra de nuevo en Irak.
Es el comienzo del fin de una estructura legal internacional que existió 55 años.
Es una inquietante nueva época.
"Ya tenemos que hacer la entrevista, pero primero, ¿podemos ir a la habitación en la que usted trabaja en el sitio en la red, y hacer algunas tomas que la muestren con su ordenador?" pregunta la reportera.
Estamos a punto de salir de la sala de estar y dirigirnos a mi oficina.
Mientras el camarógrafo recoge sus cosas, la pieza permanece en silencio, fuera de un delicioso sonido que proviene de la televisión.
Asustadizos equipos informativos de CNN, temerosos de que las bombas de EE.UU., que sus presentadores ponderan desde la seguridad de los estudios de noticias en Atlanta, han colocado cámaras estacionarias con micrófonos en los techos por toda Bagdad, antes de irse a un sitio más seguro.
Esos artefactos de grabación están registrando los sonidos de los pájaros de Bagdad, que pían y cantan saludando el nuevo año, el primer día de primavera, el primer día de una guerra más, la madrugada de nuestro aterrador nuevo orden mundial, en vivo, en tiempo real, desde la Cuna de la Civilización, que ahora es la tumba de Naciones Unidas.
El canto de los pájaros es un sonido hermoso y conmovedor que me tranquiliza. Quiero quedarme aquí, con mi vaso de vino, gozando del coro de los gorriones iraquíes, arrullando su despertar en sus nidos sobre los techos que dominan el río Tigris. Quiero contemplar la luz de la madrugada que baña en oro las nubes púrpura. Quiero pensar en Now Ruz y en sus hermosos símbolos y costumbres, anteriores a la locura monoteísta y a los sueños imperiales en este antiguo país.
Mi ensueño no dura mucho. El seco staccato del fuego de artillería, que escuché por última vez en vivo y en persona en Beirut, ahoga definitivamente los cantos de los pájaros.
Me pregunto si hay alguien que celebre Now Ruz o el Día de la Madre hoy en Irak. Las celebraciones de Now Ruz incluyen una mesa hermosamente decorada cubierta con objetos caracterizados por haft-siin: siete objetos que comienzan con la letra "S".
¿Qué hay hoy sobre la mesa de los iraquíes? ¿Sufrimiento? ¿Separación? ¿Silencio? ¿ Supervivencia? ¿Salvación? ¿Sedición? ¿Sumisión? Desde British Columbia, deseo a todos los iraquíes sanidad y serenidad ante lo que viene. Les deseo mañanas tranquilas llenas de cantos de pájaros y de la fragancia de arbustos de bazringosh a lo largo de las riberas de un río antiguo, creador de vida y de civilización.
Deseo a los iraquíes libertad de la tiranía de su insano y egoísta líder y del mío, George W. Bush. Les deseo que se liberen rápidamente del infierno al que mi país ha contribuido a someter a un pueblo tan valiente y brillante durante más de una década.
Irak, te deseo un año verdaderamente nuevo. Basado en tus condiciones, según tus sueños, bajo tus propios cielos púrpura, dorados, y sin bombas.
20 de marzo de 2003

Bombas por la madrugada.

Bettejo Passalaqua.
Iraq Peace Team-Electronic Iraq.

Pensábamos que los bombardeos comenzarían el jueves cerca de las 4 de la mañana. Estuvimos todos juntos hasta cerca de medianoche cuando comenzamos a oír que una tormenta de arena había impedido el despegue de los aviones militares y que postergarían la invasión. Luego, a las 3 de la mañana, se nos informó desde EE.UU. que los aviones venían en camino. Algunos se fueron al refugio y otros permanecieron juntos en las habitaciones. A las 5.30 se opìnaba que si no venían de madrugada, ya no vendrían esta noche. La primera explosión ocurrió justo cuando Cathy Breen dijo, "Bueno, ya es de madrugada, así que supongo que podemos volver a acostarnos". El ataque duró como una hora y media. Dos explosiones estremecieron nuestro edificio, pero ocurrieron bastante lejos, pienso.
No ha habido bombardeos desde entonces, así que Cathy y yo fuimos a la sala del hospital en el que he estado trabajando. Estaba enteramente vacía.
Incluso el ruido de los niños llorando cuando les daban infusiones intravenosas hubiera sido un sonido agradable en comparación con el espantoso silencio.
Pero incluso el silencio fue eclipsado por la escena que encontré cuando entré al hospital. El pasillo estaba repleto de camas vacías (por lo menos 20 camas a cada lado) esperando a víctimas de la guerra.
Hablé con una enfermera en la sala vacía y me dijo que había trabajado toda la noche en la sección de emergencia de un hospital corriente. Había muchos ancianos que llegaban con problemas cardíacos, la mayoría como reacción a la angustia por la situación.
Gracias a todos ustedes por lo que están haciendo por detener la atrocidad de esta guerra antes de que cueste más vidas. No sé cuántas personas murieron en el bombardeo de hoy. Pero es demasiado tarde para salvarlos. No sé cuántas personas han muerto en guerras pretéritas. Pero sé que es demasiado tarde para salvarlas. No sé cuántas personas morirán en los días venideros como resultado de esta guerra, pero sé que no es demasiado tarde para salvarlas.
20 de marzo de 2003.

Revelaciones sobre la guerra en Irak.

Joao Pedro Stedile.
Movimiento Sem Terra, Brasil.

Compañeros/as: Quien les escribe es Joao Pedro Stedille, del MST (Movimiento de los Sin Tierra). Me gustaría compartir con todos Uds. una información muy importante relacionada con la guerra que el gobierno de Bush quiere imponer al Irak.
En esta semana que pasó [la comunicación está fechada 28/2/2003], tuvimos la oportunidad de oír la exposición de la Hermana Sharine, monja Dominica, iraquí, que vive en Bagdad y vino al FSM (Foro Social Mundial) de Porto Alegre. Aprovechamos su presencia para reunir militantes sociales en San Pablo, y escucharla.
Ella hizo muchas revelaciones, que serán ampliadas con más detalles en largas entrevistas para la revista "Caros Amigos", y para el periódico "Brasil de Fato". Pero lo que más me llamó la atención, y que quisiera compartir con Uds., respecto de las revelaciones de la Hermana Sharina, es: 1) Una de las causas del hambre que padece el pueblo iraquí, es que hace más de 8 años que los Estados Unidos continúan bombardeando diariamente a Irak.
Y una de las técnicas utilizadas, fue bombardear la agricultura,los campos iraquíes, con todo tipo de microorganismos. Lanzaron virus y gérmenes de todo tipo, que acabaron con la agricultura nacional. Hasta ratas lanzaron, en bolsas, por paracaídas...! 2) Los Estados Unidos utilizaron armas químicas en sus bombardeos sistemáticos, que vienen haciendo desde entonces. Prácticamente, no existe más el agua potable en todo Irak , y sobre todo, en Bagdad, como consecuencia de esos bombardeos químicos que contaminan el agua.
3) Hasta la actualidad, la población iraquí sufre las consecuencias de la guerra de 1990, por el uso que hicieron los Estados Unidos de munición con uranio empobrecido, que produce cáncer en los sobrevivientes.
4) Las Naciones Unidas, con toda su prepotencia, no han liberado hasta hoy el ingreso de medicamentos para aprovisionar los Hospitales. Miles de niños mueren por la carencia absoluta de medicamentos esenciales.
5) El pueblo iraquí está deprimido, como aceptando la condenación, su "sino", su destino, de ser un pueblo que duerme sobre un colchón de petróleo, y por ello, atrae tanta ganancia de las empresas estadounidenses, y por estar asentado sobre tanta riqueza, está condenado a la pobreza, y muchos, a la muerte.
6) No habrá ninguna reacción del pueblo. El Pueblo no está armado. Es una mentira de la televisión. Y lo peor, todos saben que será una verdadera masacre. Un genocidio. Desde la guerra de 1990, Bagdad aumentó 8 veces su población, y hoy tiene 8 millones de habitantes. De ellos, un 70% vino del interior, sin trabajo, recibiendo del gobierno una canasta básica, para no morir de hambre. Uds. pueden imaginar como estará esta población con bombardeos aéreos sobre la capital? (nos preguntaba la Hermana).
7) La certeza de la tragedia es tan grande, que su Madre Superiora, al despedirla en Bagdad para venir a Porto Alegre, recomendó que ella se quedara en Brasil, por 6 meses, así, después de la guerra, ella podría regresar y recomenzar todo de nuevo en la Congregación de las Dominicas, pues ellas tienen la certeza de que morirán todas.
Este sábado ella partió para Madrid, de allí, para Amman, en Jordania, de allá, hasta la frontera con Irak, y luego, 17 horas en automóvil, por el desierto, hasta Bagdad. Partió confortada con la solidaridad brasileña, mas impotente frente a la estúpida ofensiva del señor Bush-Hitler..... ¿Y nosotros nos quedaremos callados?

James Petras: "El inicio de los ataques estadunidenses contra Irak confirman la unilateralidad de Washington".

Ricardo Martínez Martínez.

³Con las operaciones militares sobre Irak, Estados Unidos busca sentar un precedente para que cualquier otro país que plantee cierta disidencia o antagonismo, sea señalado como blanco de ataque², sostuvo en entrevista vía telefónica el sociólogo estadunidense James Petras.
Al tiempo de que Estados Unidos lanzó misiles por quince minutos luego de una hora y media de haberse agotado el tiempo que dio al gobierno de Sadam Hussein para deponer el poder en Irak, el movimiento civil internacional contra la guerra volvió a salir a las calles para manifestar su rechazo al genocidio. El especialista en temas geopolíticos de la Universidad de Binghamton de Nueva York, James Petras, señaló en una breve plática con este periodista que todavía hay muchas cosas por hacer para enfrentar las agresiones del imperio.
Con su característica forma aguda de abordar los temas actuales mundiales, James Petras apuntóque frente al factor de la ley de la selva, la solidaridad y la movilización harán fracasar los intentos de Washington de imponerse en el mundo como la nación hegemónica.
-En el ultimátum de 48 horas que lanzó el presidente George Bush a las autoridades iraquíes se señala ³el fracaso de la Organización de las Naciones Unidas y la necesidad de la acción militar contra Irak² ¿Qué futuro le depara al multilateralismo y al equilibrio entre las naciones?.
-Lo que realmente pasó es que Washington siempre quiso actuar de manera unilateral e independiente de las decisiones de las Naciones Unidas y contra toda ley internacional. Al declarar que la ONU fracasó significa que no siguió la directriz de Estados Unidos. Los diferendos son calificados como un fracaso y, en ese sentido, los países que no aceptaron la guerra también son un fracaso para Bush puesto que no la apoyaron. Esta forma de actuar por parte de los jefes de la Casa Blanca debilita la ley internacional e introduce el factor de la ley de la selva.
Washington busca establecer un precedente para que cualquier otro país que plantee cierta disidencia o antagonismo sea señalado como blanco de ataque.
Es claro que las operaciones bélicas contra Irak están basadas en una guerra preventiva, dirá Bush, para que después pueda lanzar una serie de guerras ofensivas poniendo en cuestión toda relación internacional. Creo que la gran amenaza actual es que con esta guerra el régimen de Bush tiene planificado hacer otras guerras. Ya empieza a apuntar, por ejemplo, a Irán.
Washington ha planificado estratégicamente esta guerra para presentarla como un ejemplo de sometimiento a todo aquel país que se oponga a sus planes de dominación económica o política, en este sentido, creo que es una medida que muestra que este gobierno está fuera de control y no consulta a nadie, no reconoce fronteras o límites en su ejercicio de poder. Hay otro gobierno que actúa exactamente de la misma forma, es el caso de Israel que está siempre violando las normas de la ONU, la legislación de Ginebra y toda ley internacional de autodeterminación. Tenemos así dos Estados que actualmente actúan fuera de toda legalidad internacional: Estados Unidos e Israel.
-Profesor James Petras ¿En qué sentido se interpreta la frase de George Bush, ³Estados Unidos tiene la autoridad soberana para aplicar la fuerza a fin asegurar su propia seguridad nacional²?.
-Es una declaración que se refiere a la soberanía del imperio y no de una nación. Cuando un gobierno declara sus leyes por arriba de las leyes internacionales, cuando un país asume que su soberanía incluye todos los territorios del globo, estamos ante la presencia de un tipo de imperialismo extremo que no reconoce ninguna soberanía de otros países, no reconoce a ningún pueblo, ni siquiera al suyo propio. Actúa en función de sus intereses particulares, en este caso económicos y políticos.
-¿Cómo defines la estrategia de Washington en términos de alianzas y discursos para determinar la guerra en territorio iraquí?.
-Lo que es obvio es que EU consiguió algunos apoyos tales como el gobierno de Colombia, vinculado con los paramilitares; los gobiernos de Centroamérica que Washington conquistó a partir de los escuadrones de la muerte en el Salvador o de los Contras en Nicaragua.
En Europa el caso es que Aznar y Blair actúan contra el 80 por ciento de sus propios ciudadanos. La principal oposición, Rusia, China, Alemania y Francia son los países que realmente son influyentes tanto en Asia como en Europa y creo que junto con ellos está una amplia gama de países, Suecia, Finlandia, Noruega. De tal forma que sólo la derecha mundial está apoyando a Washington y algunos otros Estados que buscan donaciones económicas y, por ello, prestan sus apoyos militares y logísticos para realizar el genocidio.
-¿Qué intereses defiende EU al acusar directamente a Francia de ³falta de determinación para enfrentar a Hussein²?.
-Porque Fracia todavía cree en las normas de las Naciones Unidas y no quiere ciegamente seguir los mandos de EU. Este país europeo cree que la forma de solucionar los problemas en Medio Oriente es a partir de la diplomacia, y ello representa una afrenta para George Bush y los intereses detrás de él.
La política estadunidense no respeta el principio de autodeterminación.
Washington quiere proyectar su política militar para definir la que según debe ser la política internacional y creo que, en este caso, Francia con todas sus limitaciones defiende un principio fundamental para todo el mundo: el derecho a la autodeterminación. En este caso, debemos decirlo con toda franqueza, Francia tiene la razón y Washington está en un camino hacia la política de destrucción masiva.
-El presidente Bush enfrenta una amplia oposición civil dentro y fuera de sus fronteras de la Unión Americana, sin embargo, no se logró detener esta guerra ¿Qué mecanismos necesita la sociedad civil internacional que opta por la paz para hacerla efectiva?.
-Yo creo que hay muchas cosas que uno puede hacer todavía. Si el movimiento pacifista no paró la guerra, sí generó enormes presiones contra el imperio.
Estoy seguro que la movilización civil mundial va a derrotar a algunos de los aliados de Washington en próximas elecciones o en la arena política. La imagen de Bush mismo en la opinión pública de Estados Unidos está cada vez más debilitada. Se va a repetir lo que pasó con su padre, perder las elecciones del 2004, es decir,no tanto por hacer una guerra genocida pero sí tras proseguir la guerra destruyendo la economía doméstica y afectando el bolsillo estadunidense; creo que resulta muy probable que vaya a perder las próximas elecciones.
La movilización social mundial es poderosa y creo que con un boicot económico a los productos estadunidenses se puede afectar al gobierno de Bush. Se debe buscar, creo, limitar la afluencia de petróleo hacia los centros de poder que hoy hacen la guerra por diversos mecanismos y acciones; también creo que a partir de la movilización contra la guerra podremos ver algunos cambios de gobierno en ciertas regiones del mundo que podrían tener un efecto bumerang contra el gobierno de Bush, principalmente en los países árabes...
-El catedrático y analista en geopolítica, James Petras, subrayó que Estados Unidos prepara una serie de guerras agresivas en el globo con el pretexto del antiterrorismo y las acciones preventivas. Indicó que la gama de movimientos sociales y antiimperialistas crece con la esperanza de desnudar y derrotar las verdaderas intenciones de Washington en el planeta, puntualizó.

El asalto a la razón:Desafío a la humanidad.

Miguel Urbano Rodrigues.
(para Resumen Latinoamericano).

El presidente George Bush informó al mundo después del 11 de septiembre que los EEUU en breve darían inicio a una guerra larga, diferente de todas las anteriores.
Esta vez no mintió. El genocidio afgano fue el prólogo de una tragedia moderna. Los misiles que explotaron sobre Bagdad en la madrugada del 20 de marzo le han dado continuidad. Serán recordados como instrumento de una estrategia de poder demencial sin precedentes por la ambición planetaria y el espíritu de barbarie.
Regresaba de México cuando, en La Habana, la noticia, esperada, me angustió.
Traía aún conmigo las imágenes y las emociones del combate por la paz del pueblo mejicano. En la mayor ciudad del mundo había participado de las manifestaciones contra la guerra del pueblo de Cuauhtémoc y Cárdenas.
Aquí, en Cuba, no me era posible acompañar como allí, por inumerables canales de TV, la evolución de la crisis mundial. Pasé la noche escuchando emisoras europeas que transmitían programas especiales en onda corta. Me indignó el discurso arrogante de George Bush. Los nombres contradictorios de los operativos genocidas -«Decapitación» y «Libertad para Iraq»- tenían algo de humor negro que me hizo recordar el discurso oficial de la Alemania nazi el 1ro. de septiembre de 1939 cuando las bombas de la Luftwaffe comenzaron a destruir Varsovia. También entonces los agresores -no lo he olvidado- intentaban justificar el crimen afirmando que actuaban en defensa de un nuevo orden civilizatorio, prometiendo una era de felicidad y bienestar para el pueblo alemán.
La historia, lo sabemos, nunca se repite de la misma manera. Pero la amenaza a la humanidad, esa sí, es otra vez global, aunque el peligro, hoy, sea infinitamente mayor, porque en este año 2003 la guerra iraquí, por sus consecuencias a largo plazo, cuestiona la propia sobrevivencia del ser humano.
Transcurridas más de cuatro décadas, un sistema de poder con raíces en el irracionalismo opta también por la guerra para imponer un proyecto monstruoso de dominación que aspira a la perpetuidad.
El portavoz del desafío a la humanidad no es ahora un líder mesiánico trastocado. Quien aparece en el vértice del sistema de poder imperial, desafiando, es un hombrecito agresivo pero ignorante, casi un analfabeto funcional, que sostiene contar con el apoyo de Dios para la cruzada genocida.
El paralelo no debe ir más lejos. En el III Reich de Hitler, un régimen ferozmente represivo elevaba el racismo al nivel de política de estado y proclamaba la primacía de la fuerza sobre los derechos del hombre, suprimiendo las libertades y ridiculizando la democracia.
En los EE UU las instituciones son todavía formalmente democráticas, pero el sistema desarrolla ya una estrategia planetaria de contornos neofascistas, pasando por encima del derecho internacional y la Organización de las Naciones Unidas. Esa contradicción dificulta extraordinariamente la comprensión extensiva del peligro que amenaza al planeta.
En Europa avanza la conciencia de que sus pueblos, o crean rápidamente condiciones para la formación de un contrapoder, o el continente, del Atlántico a los Urales, será rápidamente transformado en protectorado. La Comunidad de los 15, gigante económico, es un enano político. Sin embargo, la derrota infligida en el Consejo de Seguridad a EEUU y su sumiso aliado, el Reino Unido (Aznar es un lacayo de tercera categoría) alertó a centenares de millones de ciudadanos sobre una realidad que no era tan transparente: el nuevo imperialismo no es invulnerable. La opción por la guerra -más exactamente por una cadena ininterrumpida de guerras llamadas «preventivas»- surge como consecuencia de una crisis estructural del capitalismo. El sistema -como demuestran István Mészaros y Samir Amin con discursos diferenciados pero convergentes- no encuentra ya soluciones para los problemas que enfrenta. Ha entrado en un proceso irreversible de decadencia y se aproxima al agotamiento en el ámbito de su propia lógica. Para sobrevivir recurre por lo tanto a la violencia como instrumento de acción permanente e imprescindible; la irracionalidad asume en él un papel primordial.
Por eso mismo la tragedia y la farsa aparecen en la política de escalada tan íntimamente asociadas. Goebbels, el ministro de propaganda del Reich nazi, no fue tan lejos en defensa del absurdo como los epígonos bushianos de las guerras preventivas. En Washington, la apología de la irracionalidad nos transporta a una ópera trágica. La captura o muerte de dos hombres -el saudita Osama Bem Laden y el afgano Muhamad Omar- fue transformada en objetivo prioritario de una guerra repugnante que devastó y recolonizó Afganistán. La meta, sin embargo, no fue alcanzada y se desconoce el paradero de ambos.
En el caso de Iraq, el presidente Bush no solamente hizo de Sadam Hussein y sus hijos el tema de un ultimato como blanco del primer bombardeo de Bagdad.
Pero el operativo «Decapitación», concebido por la CIA, también fracasó.
Las imagenes que nos llegan del bombardeo de Bagdad son apocalipticas. La tentativa asesina de aniquilación de la gran megalopolis 85 millones de habitantes) es una demostración practica de lo que saignifica para Washington «desarmar Iraq».
En estos días de angustia, la resistencia de los pueblos, como sujetos de la historia, fortalece la esperanza. El ejemplo de Francia apunta el camino que debe ser seguido. Lo que ocurrió parecía imposible. La presión firme del pueblo francés, en línea con su gran tradición humanista, fue decisiva para que un gobierno de derecha, alineado con el neoliberalismo, miembro del Club de los 7, superase la barrera del gran miedo universal. Las contradicciones de intereses económicos mucho han contribuído,es cierto,a la oposición frontal de París a la capitulación que Washington exigía del Consejo de Seguridad. El apoyo a la actitud francesa de aliados de ocasión tan diferentes como Alemania, Rusia y China abrió paso a una situación inédita que cambió la correlación de fuerzas, aislando primero a EEUU, para, en una segunda fase, obligar Bush a montar la gran farsa de Azores, cuando el lobo se quitó la máscara. El ultimato permitió al mundo contemplar el rostro neofascista del sistema de poder planetario.
Ahora, cuando para «desarmar» a un estado que se había sometido a todas las exigencias de las Naciones Unidas, una tempestad de metralla devasta Iraq, las Fuerzas Armadas de los EE UU surgen ante el mundo a plena luz como cómplices directos de una estrategia monstruosa. Por actos comparables los feld mariscales de Hitler respondieron en Nurenberg (y fueron condenados a muerte) como co-responsables de la práctica de crímenes contra la humanidad.
Bush es simplemente una pieza del engranaje. Pero se apresura a identificar en las tropas a las que cabía la tarea de consumar el genocidio iraquí una vanguardia de la civilización que cumple, con disciplina, una tarea heroica.
No hay como negar que una mentalidad neofascista, por la misma naturaleza del crimen, contamina más y mas, día a día, el cuerpo de oficiales del ejército, de la Fuerza aérea y de la Marina de los EE UU.
En este contexto, la lucha contra la barbarie imperial se presenta como deber colectivo a las generaciones del inicio del siglo, protagonistas y no simples espectadoras, de una época simultáneamente trágica y maravillosa.
Parece improbable que un hombre primario como el presidente Bush tenga siquiera la noción, aunque superficial, de que la ciudad ahora bombardeada por sus misiles Tomahwac ha sido por largo tiempo el polo más brillante de la cultura islámica durante el Califado Abássida. Probablemente nunca haya oído siquiera hablar de Seleucia, la gran ciudad fundada en el Tigris por los greco-macedonios (1). Y seguramente ignora que las ruinas de Ctesifon, vecinas de Bagdad, transmiten la memoria eterna de los esplendores de la Persia Sasánida que puso término a la expansión del Imperio romano hacia el Oriente y sintetizó lo mejor de la herencia civilizatoria de la Babilonia de Nabucodonosor y del helenismo, ofreciendo una contribución fabulosa al progreso de la humanidad (2).
El aplastante poder desinformativo de un sistema mediático controlado hegemónicamente por transnacionales al servicio del sistema de poder responsable del crimen de lesa humanidad en desarrollo retrasa, y en muchos países impide, la movilización de los pueblos contra esta guerra abyecta. El solo hecho de que unos cuantos gobiernos, tanto en Europa como en América Latina, Asia y Africa se doblen ante la exigencia de Washington apoyando esta guerra con olor a petróleo, desconociendo el rechazo de los respectivos pueblos a la escalada bélica, es definidor de la extrema complejidad de la situación creada.
Incluso estadistas que participaron de campañas anticomunistas en la época de la guerra fría reconocen hoy que la desaparición de la Unión Soviética fue un desastre para la humanidad. Mientras ella existió, EEUU, consciente del equilibrio de poderes existente, no intentó desarrollar la estrategia de dominación universal generadora de las agresiones y crímenes contra los cuales la humanidad se levanta.
Quizá nunca el discurso sobre la libertad y la democracia haya sido tan perverso y farisaico como el que pronuncian hoy dirigentes como Bush, Blair y Aznar cuando pisotean la democracia y la Carta de la ONU.
No son los pueblos estadounidense, británico y español los que están cuestionados, como desde luego quedó claro en las manifestaciones del 15 de febrero y en las posteriores. Ellos se sitúan en la primera línea de combate al engranaje de terror que amenaza a la humanidad.
La marea de resistencia sube en todo el mundo, incluso en los EE UU. Los ejemplos bellísimos del pueblo de Francia, del pueblo de Alemania, del pueblo de Turquía, entre otros, son una exhortación a la lucha. Con su firmeza confirman que es posible asumir la defensa de la humanidad en un momento decisivo de la historia, que es posible y necesario resistir, incluso sin armas, que un gran viraje está a nuestro alcance.
Es posible e indispensable derrotar el asalto a la razón, el proyecto irracional del nuevo imperialismo estadounidense.
Una palabra de orden que incita al combate adquiere actualidad. La guerra de genocidio contra Iraq justifica un punzante llamamiento internacionalista, humanista, solidario: !Pueblos de todo el mundo, uníos contra la barbarie neofascista!.
(1) Seleucia del Tigris, fundada por el general macedonio Seleuco, uno de los herederos de Alejandro, llegó a rebasar los 600 000 habitantes a comienzos del siglo III de nuestra era. Era entonces, con Alejandría y Babilonia, una de las mayores ciudades del mundo.
(2) Un enorme ejército romano, comandado por el emperador Valeriano (253-260), fue aplastado en Edessa, por el ejército persa, dirigido por el emperador Chapur. Sesenta mil legionarios se rindieron y murieron en cautiverio, tal como Valeriano.
La Habana, 21 de marzo 2003.
Traducción de Marla Muñoz.

Palestina: Cuerpos destrozados y leyes inquebrantables.

Laurie King-Irani.
The Electronic Intifada.

Las muertes de civiles en los territorios palestinos ocupados ya no son noticia. Son pan de cada día -a centavo la docena. Por disparos, ataques de helicópteros Apache, obstáculos para el acceso al cuidado médico, o con aplanadoras, cientos de inocentes hombres, mujeres y niños palestinos han muerto a manos del ejército de Israel o de colonos israelíes desde el comienzo de la Segunda (Al-Aqsa) Intifada en septiembre de 2000.
Considerando la falta de cualesquiera esfuerzos internacionales concertados, efectivos y oportunos para detener los cotidianos asesinatos, evidentes violaciones del Derecho Humanitario Internacional (DHI), el coste en vidas de civiles sólo puede seguir aumentando.
El fin de semana pasado, sin embargo, el asesinato de una civil por el ejército de Israel en la Franja de Gaza ocupada, dominó los titulares en las noticias internacionales, provocando pesar e indignación en todo el mundo.
En este caso la víctima fue una brillante, elocuente y valerosa activista estadounidense de 23 años, Rachel Corrie, estudiante del Evergreen State College en Olympia, Washington, que había estado actuando como observadora del Movimiento Internacional de Solidaridad (ISM, en inglés) en Gaza desde enero. Rachel, como miles de otros activistas de los derechos humanos preocupados y comprometidos de EE.UU., Canadá, Europa, Australia y Japón, abandonó la comodidad y la seguridad de su hogar para enfrentar los considerables riesgos de controlar y disminuir un conflicto crecientemente letal y desmandado.
Rachel fue a Palestina ocupada para testimoniar e impedir las diarias infracciones del derecho internacional por Israel. Al leer sus informes en el sitio web del Movimiento Internacional de Solidaridad, se hace evidente que tenía agallas y madurez superiores a su edad. Día tras día, ella y sus compañeros confrontaron peligros, no cedieron, y jamás dudaron en su compromiso con la protección de los derechos e incluso de las vidas de civiles palestinos vulnerables.
El asesinato de Rachel el domingo pasado no fue la primera vez que sufrió la hostilidad del ejército de Israel. A pesar de los constantes peligros y de la repetida pesadilla de la amenaza por tanques y aplanadoras, que mencionó en escalofriantes relatos en sus correos electrónicos a su madre, Rachel nunca se acobardó o escapó.
Al ser una profesora a la que frecuentemente sus colegas le preguntan, "¿No le da miedo al escribir y hablar tan abiertamente sobre los derechos palestinos? ¿No es insensato meterse con Ariel Sharon?", el coraje de Rachel me da una lección de humildad, y me siento avergonzada por mis colegas estadounidenses que no son capaces reunir la entereza necesaria para ponerse de pie en la relativa seguridad de una sala de clases para decirle la verdad al poder. Evidentemente, no otorgan Ph.D.s por coraje o integridad.
La valentía de Rachel no provenía sólo de su intelecto, sino de algo más profundo: una convicción inconmovible de que todos los seres humanos merecen libertad, seguridad y dignidad. Rachel creía que el Derecho Internacional Humanitario debería ser defendido y respetado en los territorios ocupados, escenario de un modelo bien documentado de abusos de los derechos humanos durante casi 40 años. Una y otra vez Rachel, como otros activistas del ISM, puso su cuerpo en el camino de los instrumentos de una brutal ocupación militar para defender y proteger esos derechos y a los que deberían ser amparados por ellos: los hombres, mujeres y niños palestinos, que carecen todos hasta de la más básica protección de una ciudadanía, ya que también carecen de un estado.
¿De dónde sacó Rachel, que creció en una ciudad pacífica e idílica del Estado de Washington, el coraje para enfrentar a tanques, a los disparos de soldados coléricos y, en el último día de su vida, a una aplanadora blindada Caterpillar D-9 suministrada por EE.UU., que se le acercó, amenazante, más de una vez, antes de atropellarla, aplastando su cuerpo y dejándola mortalmente herida sobre el suelo arenoso de Gaza? ¿Cómo esta joven mujer, que en sus fotos se ve tan delicada y tímida, reunió el valor para desafiar a una máquina militar masiva y bien financiada, con su megáfono en la mano, ordenando a una descomunal aplanadora que abandonara y desistiera de su tarea de demoler ilegalmente otra casa palestina más? ¿Quién le dio a Rachel esa autoridad, ese sentido de que no sólo tenía el derecho, sino también el deber, de decir "no" a las violaciones israelíes de los derechos humanos palestinos? El espíritu y los textos del Derecho Humanitario Internacional seguramente motivaron e inspiraron considerablemente a Rachel. Sus propias creencias políticas y espirituales se reflejan en las emocionantes cartas que escribió a su familia y a sus amigos, pero los derechos que estaba tratando de defender, y las bases de su defensa, están claramente codificados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y las Convenciones de Ginebra.
La Cuarta Convención de Ginebra establece claramente reglas para salvaguardar la dignidad y la integridad física de las personas que viven bajo ocupación militar, incluyendo a detenidos y prisioneros. Prohíbe todas las formas de tortura y coerción física y mental, el castigo colectivo, y las represalias contra personas o la propiedad protegidas. También prohíbe la transferencia de partes de la población civil de la Potencia Ocupante al territorio ocupado (como sucede con la política ya afianzada de asentamientos de Israel), la transferencia forzada o la deportación de personas protegidas del territorio ocupado, y la destrucción de la infraestructura pública o de propiedad privada, con la excepción de cuando esa destrucción se hace absolutamente necesaria por operaciones militares.
Aunque el Derecho Humanitario Internacional es violado a diario en todo el mundo, tal como cuerpos de civiles aplastados por tanques y aplanadoras, su espíritu y su visión siguen existiendo, y siguen siendo sorprendentemente inquebrantables y convincentes. Tal vez porque sigue siendo tan necesario, o puede ser porque sus directivas e implicaciones son tan inequívocas: Todos los que han ratificado la Convención de Ginebra saben que tienen no sólo el derecho, sino que, por cierto, el deber, de llevar ante la justifica a los que violan el Derecho Humanitario Internacional, de asegurar la responsabilidad, impedir la impunidad, y defender así por doquier los derechos de los civiles.
Evidentemente, la tarea de respetar y defender el Derecho Humanitario Internacional (DHI) la tienen los firmantes de las convenciones y de los tratados que comprenden este cuerpo legal. En lenguaje legal, son conocidos como "Las Altas Partes Contrayentes". Son estados-nación, no jóvenes mujeres que alzan megáfonos. Es su deber, no el de estudiantes universitarias de Olympia, asistentes sociales de Londres, contadores jubilados de Ann Arbor, o fotógrafos de Madison y de Tokio, asegurar que Israel cumpla con el DHI, y así salvaguardar los derechos y la integridad física de los civiles palestinos que viven bajo una ocupación militar cada vez más dura y despiadada.
Durante los últimos cuatro años, se hicieron dos intentos de convocar a reuniones de las Altas Partes Contrayentes de la Cuarta Convención de Ginebra, con la intención expresa de impedir las violaciones israelíes de las Convenciones, una en julio de 1999 y la más reciente en diciembre de 2001. Además, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la ONU han llamado a Israel, en numerosas ocasiones, a respetar las Convenciones de Ginebra en su trato de la gente y de las tierras que ocupa en Cisjordania y en la Franja de Gaza. Fuera de algunos comunicados de prensa informativos, de discursos elocuentes, y de una amplia documentación burocrática, sin embargo, nada ha resultado de estos esfuerzos.
En una declaración oficial entregada a la Conferencia de las Altas Partes Contrayentes de la Cuarta Convención de Ginebra el 5 de diciembre de 2001 en Ginebra, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, de aquel entonces, Mary Robinson, subrayó que: "La protección de la víctima debería ser la preocupación prioritaria de la ONU y de sus agencias y programas. Sin embargo, el que no se resuelva el problema fundamental de la ocupación -una ocupación que ha continuado durante más de 34 años- junto con el hecho de que sucesivos gobiernos israelíes no han cumplido con las provisiones de la Cuarta Convención de Ginebra y las normas internacionales de derechos humanos, ha dejado a la población de los territorios palestinos ocupados en una situación de vulnerabilidad, careciendo de protección y expuestos a una amplia gama de violaciones.
"Hay que asegurar la protección a la gente de los territorios ocupados en estricto cumplimiento con la Cuarta Convención de Ginebra... El Artículo 1 de la Convención especifica el deber de las Altas Partes Contrayente de 'respetar y asegurar el respeto de las provisiones de la Convención en toda circunstancia'. Para cumplir con esta tarea, existen mecanismos legales y diplomáticos bajo la Carta de las Naciones Unidas, además de aquellos creados por la propia Convención.
"Quisiera reiterar mi llamado al establecimiento de una presencia internacional de control en los territorios palestinos ocupados. Exhorto tanto a israelíes como a palestinos a trabajar por el fin del ciclo mutualmente destructivo de la violencia y a buscar un retorno a las negociaciones, cuyo objetivo debería ser el logro de la paz mediante una solución justa y durable, conforme a las normas fundamentales de los derechos humanos y del derecho humanitario.
En ausencia del respaldo de EE.UU., y de la aceptación israelí, para las proposiciones de Robinson, la defensa y la protección de la Cuarta Convención de Ginebra y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ha caído sobre los frágiles hombros de jóvenes mujeres como Rachel Corrie en la Franja de Gaza y en Cisjordania ocupadas por Israel. Sin el respaldo, el apoyo, y la afiliación de las Altas Partes Contrayentes a esa Convención, Rachel y otros observadores del ISM carecen de los poderes y de la protección necesarios que poseen los ministros de exteriores, los pacificadores de la ONU y los representantes diplomáticos para emprender esa urgente tarea. Pero es gente valerosa como Rachel la que mantiene vivo el espíritu del Derecho Humanitario Internacional, protegiendo su vacilante llama durante tiempos tan tenebrosos como el nuestro.
Rachel Corrie murió por los pecados de todas las Altas Partes Contrayentes de las Convenciones de Ginebra que no han cumplido con sus obligaciones legales de proteger los derechos humanos e impedir la impunidad de los violadores confirmados de los derechos. No debería recaer sobre los hombros de estudiantes de Olympia, Washington, la rectificación de los desastres y tragedias que los estados-nación ayudaron a crear y que tienen la obligación de impedir.
El indomable coraje y la fuerza de voluntad que mostró Rachel al confrontar no sólo a la aplanadora que la asesinó, sino las políticas arraigadas en la impunidad que ésta representaba, son elogiables -más bien, imponentes. Pero sin muestras similares de resolución y coraje de Estados Unidos y de otras Altas Partes Contrayentes de las Convenciones de Ginebra, más civiles palestinos, e, indudablemente, más observadores del ISM, serán asesinados por el ejército de Israel en los días y semanas por venir, ya que se espera que Ariel Sharon aprovechará al máximo las ventajas que le ofrece una guerra de EE.UU. contra Irak, para emprender más operaciones de limpieza étnica en Palestina ocupada.
Ante el rostro de la impunidad La última cara que Rachel vio, al mirar al conductor en la cabina de la aplanadora que extinguió su tan breve existencia, no fue la de Israel o del pueblo judío. No, fue la cara banal y horrible de la impunidad, la cara del desdén total por el derecho internacional, por la justicia, y la moralidad, una imagen del triunfo del poder sobre el derecho. Una cara inhumana.
Irónicamente, el asesino de Rachel recibió un honor y un privilegio que pocos de nosotros conoceremos en nuestras vidas. Pudo mirar directamente a los ojos de una joven mujer humanitaria de extrema valentía, profundas convicciones, y coraje desinteresado, una persona que, al verse confrontada con la violencia y el odio, se negó a devolver el golpe para salvarse ella o a aquellos a quienes había prometido proteger, sino que se basó, en lugar de hacerlo, en la fuerza pura de su espíritu y de su firme creencia en los sagrados principios del Derecho Humanitario Internacional. Vio la humanidad en su mejor expresión. Ella fue una víctima de la humanidad en su peor momento.
A Rachel no la lloran como a una víctima en Gaza, sino más bien, la celebran y la honran como a una mártir, una shahida, lo que también significa "testigo" en árabe. Aunque Rachel fue a Gaza como una testigo en el sentido convencional, legal, de la palabra, y no tenía la idea o el deseo de morir, ella, como todos los participantes del ISM, sabía que morir o ser herida era una posibilidad concreta. Al dar su vida, sin embargo, se convirtió en una testigo de verdades, principios e imperativos superiores, de la misma manera como los que murieron durante el movimiento por los Derechos Cívicos de EE.UU. en los años 60 dieron testimonio de su fe en la lucha por el triunfo final de la justicia y la democracia.
El cuerpo de Rachel era frágil, no pudo nada contra la aplanadora blindada Caterpillar suministrada por EE.UU.; ha sido quebrantado ahora, su vida extinguida. Los objetivos y visiones por los que sacrificó su vida, sin embargo, son tan fuertes y resistentes como su espíritu, y no son tan fáciles de eliminar. Ojalá que la tragedia de su muerte, y la nobleza y el coraje de su vida, inspiren a las Altas Partes Contrayentes de las Convenciones de Ginebra a cumplir con su sagrado deber y que detengan la impunidad israelí.
19 de marzo de, 2003.
*Dr. Laurie King-Irani, uno de los cuatro fundadores de Electronic Intifada, es Coordinadora Norteamericana de la Campaña Internacional por la Justicia para las Víctimas de Sabra y Chatila (www.indictsharon.net). Enseña antropología social en Victoria, British Columbia.

¿Posmoderna?.

Juan Gelman.

Caen las bombas sobre Irak y uno se pregunta qué clase de civilización es ésta. ¿Realmente posmoderna? Bush hijo anunció que reescribirá la historia del mundo y los que fabrican el pensamiento halcón ya están prescribiendo los nuevos pasos. "Aunque Hussein se vaya, otras tiranías, como las de Irán y Corea del Norte, seguirán amenazando la paz del mundo", afirma Max Boot, del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York.
"No requiere mucha imaginación pensar en otros escenarios que podrían demandar una acción militar preventiva, por ejemplo, Pakistán", aporta Thomas Donelly, del muy pro-Likud Instituto Empresarial Estadounidense. Cabe reconocer que el británico Robert Cooper, gurú de Tony Blair en materia de política exterior, es mucho más claro. "El mundo posmoderno debe acostumbrarse a aplicar dos pesos y dos medidas", sostiene en un texto recopilado en el volumen Reordering the World: the long-term implications of September 11 que el Foreign Policy Centre de Londres publicó el año pasado.
Y no se anda con chiquitas.
"Entre nosotros (el Norte que se considera el único Occidente, desde luego) debemos actuar de acuerdo con las leyes y en el contexto de un sistema de seguridad abierto y cooperativo. Pero cuando se trata de Estados anticuados que están fuera del continente europeo posmoderno, debemos volver a utilizar los métodos más duros de una época anterior: la fuerza, el ataque preventivo, el engaño, todo lo necesario para tratar con quienes siguen inmersos en el mundo de cada Estado para sí, propio del siglo XIX", declara Mr. Cooper sin ambages. "La manera más lógica para enfrentar el caos (el nuestro, el tercermundista, el de los países que ahora llaman "fracasados", desde luego), y la que se empleó con más frecuencia en el pasado, es la colonización... Se necesita una nueva forma de imperialismo... un imperialismo cuya finalidad, como la de todo imperialismo, es imponer el orden y la organización." No otra cosa proclamó en el 2000, bastante antes de los atentados del 11/9, el "Proyecto para el nuevo siglo estadounidense" (véase Página/12 del 3/10/02): que "el liderazgo de EE.UU. es bueno tanto para EE.UU. como para el mundo", que sus fuerzas armadas deben realizar "tareas policiales" en todo el planeta y que esto "exige el liderazgo de EE.UU. más que el de las Naciones Unidas". Más claro, échele sangre iraquí, mañana qué otra se verá.
¿A dónde fue a parar el viejo humanismo de Occidente" ¿O la deshumanidad se origina en el centro mismo de la civilización occidental, como sospecha George Steiner? ¿El pensamiento deshumano no estuvo presente acaso en el nacimiento mismo de la modernidad? ¿Los teólogos españoles no discutían si los indígenas de las Américas colonizadas y saqueadas tenían alma o no la tenían? ¿Voltaire no aseguró que los negros están más cerca del mono que del ser humano? Y como recuerda Carl Amery, ¿no existió en el siglo XVIII un entomólogo danés llamado Johann Christian Fabricius que "probó" la inferioridad de la raza negra porque uno de sus parásitos, la pulga pediculus nigritarius, era menos desarrollada ?según él? que la padecida por la raza blanca, la pediculus humanus? Nótese el racismo de la ilustrada Ilustración: las pulgas del blanco son humanas, las otras no. La globalización posmoderna entraña la vuelta al peor proyecto civilizatorio de Occidente, el que acentúa el genocidio por hambre, el que fomenta el peor individualismo, el del ?sálvese quien pueda?, el que empobrece espiritualmente, divide y fragmenta a la humanidad, crea una temperatura inédita en la lucha por la supervivencia acelerando el incremento de la pobreza, la indigencia, la desocupación, y ahora impone nuevamente la guerra, las guerras que vendrán. Esta clase de globalización pretende la gestión del mundo, destruye sin miramientos los recursos naturales y es administrada por gobiernos que convierten a la democracia en un cascarón hueco. El poder que globaliza considera que el planeta es una gran empresa en la que sobran millones de empleados que hay que despedir. Es una ilusión creer que vivimos el después de Auschwitz. Seguimos en Auschwitz.
Para enfrentar el nuevo desorden mundial que la Casa Blanca y sus aliados empujan tal vez no haya otro camino que insistir, es decir, resistir. Las manifestaciones por la paz que tuvieron lugar en todo el mundo, esos millones de seres humanos de diferente nacionalidad, religión, sexo, edad, color de piel, que ocuparon y seguirán ocupando las calles del mundo para decir No a la guerra construyen el comienzo de una defragmentación de la humanidad. La paz se ha convertido en una causa de humanidad por primera vez en la historia. Es un momento de resistencia contra, de resistencia negativa, pero puede preparar la materialización de un núcleo utópico, un motor de futuro. ?No valdría la pena mirar un mapamundi en el que no figurase la utopía, porque le faltaría el único país donde la Humanidad se posa a diario?, dijo Oscar Wilde. El siglo que pasó demuestra que ningún régimen, por totalitario que fuere, logró impedir que por sus grietas y resquicios respiraran los pulmones del sueño y el deseo.

El apoyo a los musulmanes iraquíes.

Mufti: Shayj Ahmad Kutty.

(Respuesta del Mufti Shayj Ahmas Kutty a la consulta de un musulmán austríaco que preguntaba lo siguiente: ¿Cómo puede un musulmán canadiense, británico, americano y europeo ayudar a sus oprimidos hermanos musulmanes en Iraq? ).
Querido interlocutor, gracias por ponerse en contacto con nosotros, rogamos de todo corazón a Allah, nuestro Señor, que guíe a la humanidad por el sendero recto y elimine la opresión de todos los pueblos oprimidos de la tierra.
No solamente se supone que deben ser los musulmanes quienes apoyen a sus hermanos iraquíes oprimidos así como a todos los pueblos sometidos en todo el mundo, sino que toda la humanidad debería jugar un papel activo que urge ponerlo en práctica para rechazar la injusticia, la opresión y las atrocidades cometidas en cada rincón del mundo hoy en día.
Es la conciencia innata, el latido de un corazón pacífico cuyas llamadas son desatendidas. Aquí y allí, hay millones de seres amantes de la paz, musulmanes y no musulmanes, que han protagonizado manifestaciones a favor de la paz, haciéndose ellos mismos ³escudos humanos² para impedir la acción militar del agresor que es indiferente al sufrimiento humano en Iraq, Palestina, Cachemira, Afganistán y muchos otros países.
Por tanto, cuando nosotros (musulmanes y no musulmanes) unimos nuestras manos, cuando decimos un rotundo NO al agresor, cuando expresamos claramente hasta que punto nuestras religiones condenan la agresión y hasta que punto ellos violan de forma criminal los derechos humanos, entonces nuestras demandas, nuestras llamadas y esfuerzos tendrán su fruto algún día.
Centrándonos más en el papel de los musulmanes en esta crisis, hay que subrayar que uno de los principales deberes de los musulmanes es ayudar a sus hermanos y hermanas musulmanes en todas las partes del mundo, darles los medios necesarios para fortalecerlos, y ayudarles hasta que Allah le otorgue la victoria sobre el enemigo agresor. An-Un¹man Ibn Bashir (que Allah esté complacido con él) narró del Profeta (s.a.s.) quien dijo: ³Veis como los musulmanes se muestran misericordiosos entre ellos, y se muestran amor y delicadeza entre ellos, asemejándose a un cuerpo, de tal forma que, si una parte de este cuerpo sufre entonces todo el cuerpo comparte su dolor y su fiebre.² (Transmitido por Al-Bujari).
Sin duda alguna, los musulmanes pueden aliviar el sufrimiento de sus hermanos musulmanes en Iraq a través del pago de su Zakat, de sus donaciones, e incluso de su dinero obtenido ilícitamente purificándolo de este modo. Allah el Todopoderoso dice, ³...Y todo aquello que gastéis en el bien Él os lo devolverá. Pues Él es el Mejor de los Proveedores.² .
Los musulmanes fuera de los Estados Unidos y Gran Bretaña deben boicotear los productos de aquellos países que perpetran ataques contra el islam y los musulmanes. Esto es lo menos que podemos hacer para disuadir al enemigo y aliviar la difícil situación a la que hacen frente los musulmanes.
El Shayj Ahmad Kutty profesor del Instituto Islámico de Toronto, Ontario, Canadá, afirma lo siguiente:.
³He aquí algunas de las cosas que podemos de forma realista llevar a cabo:.
1) Debemos unir nuestras manos y voces con aquellos ciudadanos amantes de la paz que se oponen a la guerra.
2) Debemos sacar a la luz la verdad y los hechos de la situación a través de cualquiera de los medios de comunicación a nuestro alcance. Los medios de comunicación, en general, sistemáticamente distorsionan y proyectan una falsa imagen para vender la falsedad. Como musulmanes, debemos tomar la iniciativa para movilizar nuestros recursos paraexpresar la verdad de forma objetiva.
3) Debemos ayudar a todos los oprimidos contribuyendo con toda la ayuda humanitaria que nos sea posible.
4) Debemos participar activamente en la política y asegurarnos de contactar con nuestros representantes electorales para defender la verdad y la justicia.
5) Por último, y no lo menos importante, debemos pedir de todo corazón a Allah el Todopoderoso que le de la victoria a los oprimidos. Debemos recitar qunut an-nazilah, una especie de súplica especial recomendada en tiempos de calamidades y tragedias. Normalmente, qunut an-nazilah se hace cuando estamos incorporados después de haber hecho el ruku¹a del salat. Como musulmanes, debemos cerrar filas y suplicar con nuestros corazones por los hermanos y hermanas que están sufriendo terriblemente; es nuestro deber pedir a Allah que les otorgue la victoria y el descanso. Qunut an-nazilah puede ser recitado tanto individualmente como colectivamente. Si se hace colectivamente, es preferible hacerlo durante el salat del Fayr, ŒIsha y el Yumu¹a.
Fuente: Islam Online.
Traducción: LamAlif.

Los musulmanes se expiden.

LLAMAMIENTO AL YIHAD PARA RESPALDAR A IRAQ.

El Yihad es la movilización urgente, eficaz y comprometida de todas las capacidades del Islam en favor de los inocentes y en contra de los criminales. Ahora, es la obligación que pesa sobre todo musulmán y toda musulmana de auxiliar a los irakíes y oponerse a los yanquis, poniendo en el asunto sus fuerzas, su inteligencia y los medios de los que disponga. El Yihad, que nace de la íntima convicción de que hay que oponerse de forma activa a la mentira, la injusticia y el crimen es la poderosa arma del Islam para la resistencia y la victoria sobre el mal. El Yihad se ha convertido en un wây–ib, en una obligación, en una prescripción que afecta a cada miembro de la Umma (ha pasado a ser, por la gravedad de la situación actual, un fard Œáin, como lo son el Salât, el Zakât o el ayuno en Ramadán).
Además de las grandes y numerosas desgracias que afectan al Islam, calamidades a cuya cabeza está la ocupación sionista de Palestina, otra viene a sumarse a las tragedias que viven los musulmanes, y es la agresión imperialista contra el pueblo de Irak. Todas esas sumas hacen del Yihad una necesidad ineludible.
Los Estados Unidos de Norteamérica han puesto al servicio de sus mezquinos intereses una fuerza descomunal que han dirigido contra un pueblo indefenso, y ello es suficiente para que todos seamos concientes de la urgencia de una amplia movilización contra esa agresión cobarde. Desde el aire, y por mar y tierra, un ejército inmenso ataca para desbastar una tierra noble, para después ocuparla y saquearla como hacen los asesinos y ladrones, a la vez que todo ello se ofrece como un espectáculo a la humanidad, que la denigra en su totalidad.
El Yihad es obligatorio y urgente, y todos los musulmanes estamos comprometidos a ello, cada uno según sus capacidades y utilizando los medios de los que disponga. El carácter obligatorio de combatir a los criminales y sus aliados está claramente expresado en el Corán y en la Sunna. Con el Yihad respondemos a un imperativo que no nace simplemente de nosotros mismos en tanto que seres humanos, sino que nos viene de lo más profundo de la existencia. Realizar el Yihad en las condiciones actuales es lo que exige la Verdad que está en la raíz de todas las cosas.
Allah nos dice en su Libro: ³Luchad por Allah combatiendo a los que os combatan. No seáis vosotros los agresores. Allah no ama a los agresores². En este noble versículo se nos dice claramente que debemos luchar contra los que nos han declarado la guerra, que no tenemos derecho a dejarnos aplastar. La agresión contra Irak es una guerra declarada a nuestros hermanos ³que somos nosotros mismos². Ellos, los kuffâr, los yanquis, han venido a nuestras casas para destruirlas, matar a nuestra gente y robarles. Allah, en el Corán, nos dice ³luchad², que es una orden. No es un consejo, no es una recomendación, no nos deja elegir. Luchar contra los agresores es una obligación, un wây–ib inapelable, un fard Œáin que incumbe a cada musulmán y musulmana en concreto. Y musulmanes son los que responden al imperativo de Allah, son los que responden a lo que hace ser las cosas, por tanto, en el Yihad está la vida, mientras que echarse atrás es humillación, vileza y muerte...
Allah dice en su Libro: ³Vosotros, los que asentís y me abrís vuestros corazones, no toméis como aliados a mis enemigos y vuestros enemigos, no vayáis a su encuentro presentándoles vuestro amor². En este versículo, Allah nos prohíbe categóricamente considerar amigos o aliados a sus enemigos y a nuestros enemigos. Los que agreden a los musulmanes son enemigos de Allah y enemigos de los musulmanes. Por tanto, los yanquis son nuestros enemigos, los agresores que nos han atacada en nuestras casas, y estamos en guerra con ellos. No es legítima ninguna alianza con ellos, ni el Islam nos permite ninguna relación amistosa hasta que no depongan las armas.
Allah también dice en el Corán: ³Que los musulmanes no hagan de los kuffâr sus aliados al margen de otros musulmanes. Quien lo haga, nada tiene que ver con Allah...². Según esto, ningún musulmán está autorizado a prestar ayuda a los yanquis, al contrario, debe ponerse inmediatamente del lado de sus hermanos irakíes contra los kuffâr, es decir, contra los enemigos, los yanquis.
En su Sunna, Sidnâ Muhammad (s.a.s.) nos dice:.
³El musulmán es hermano del musulmán, y ni lo maltrata ni lo vende², es decir, Rasûlullâh (s.a.s.) nos prohíbe traicionar o abandonar a su suerte a todo musulmán que se encuentre en apuros. ¿Qué mayor apuro que el que está sufriendo desde hace muchos años todo el pueblo irakí a causa de Estados Unidos, que es el mayor cáncer del mundo? Obligación de todo musulmán es ayudar a los irakíes, socorrerles en su lucha, defenderlos contra los agresores, luchar por ellos en todos los frentes hasta derrotar tarde o temprano a sus enemigos, los enemigos de toda la humanidad.
Sidnâ Muhammad (s.a.s.) también dijo: ³Ayuda a tu hermano musulmán, ya sea un oprimido o un opresor², y se le preguntó al Profeta (s.a.s.): ³¿Cómo vamos a ayudar al opresor?², y respondió: ³Impidiéndole ser opresor².
Es obligación de los musulmanes socorrer a los oprimidos, y luchar contra los opresores, aunque sean musulmanes (y con ello se les hace un bien).
Según esto, es absolutamente obligatorio socorrer a los irakíes en la agresión que están sufriendo a manos de los opresores yanquis, utilizando en su favor y contra sus enemigos todos los medios posibles, empezando con una ruptura total con los criminales, boicoteándolos, denunciándolos, manifestándonos contra ellos, avergonzándoles ante el mundo, y todo lo que los medios permitan.
Nuestros alfaquíes han dicho: ³El Yihad es la lucha contra los kuffâr agresores cuando ocupen cualquier país del Islam, o lo pretenden y hacen avanzar sus vanguardias. En ese caso, el Yihad es obligatorio para todo musulmán con fuerzas para combatir. En esas condiciones, el Yihad es un fard Œáin, una obligación personal ineludible². Los alfaquíes añaden: ³Incluso la mujer está obligada a salir a luchar, aunque su marido se oponga a ello, y hasta los hijos deben prescindir en ese caso de la autorización de sus padres, y hasta el esclavo tiene la obligación de luchar abandonando a su dueño². Puesto que los yanquis están decididos a ocupar Irak y han puesto en marcha sus ejércitos y han lanzado contra el país sus vanguardias, es obligación de todos los irakíes luchar contra esa agresión. Esa guerra impuesta al pueblo irakí no puede ser eludida por ningún miembro del pueblo.
Nuestros alfaquíes han dicho: ³Si el país musulmán invadido no tiene capacidad para repeler por sí mismo la agresión de los kuffâr, sus vecinos musulmanes están obligados a entrar en esa lucha, y si juntos aún no son capaces, la obligación se traslada a todos los musulmanes del mundo². Es evidente que los irakíes por sí solos no pueden oponerse a la agresión yanqui si tenemos en cuenta el poderoso ejército que los criminales y sus miserables aliados han puesto en movimiento. Por tanto, es nuestra obligación participar en esa lucha al lado de los inocentes hasta que Allah decida quién tenga que vencer. Además, todas estas consideraciones denuncian el papel rastrero que están jugando los Estados vecinos de Irak.
Por último, nuestros alfaquíes han dicho: ³Ayudar a los kuffâr contra los musulmanes es kufr². En esto hay una terrible advertencia: ponernos del lado de los yanquis nos excluiría del Islam.
En resumen, el musulmán que desee en su corazón que los yanquis ocupen Irak, como quiera que justifique en sus adentros esa ocupación, por aparentemente noble que sea el objetivo que crea que hay en esa ocupación, es vil y miserable. Al contrario, hay que desear que triunfe el pueblo de Irak y que los yanquis vuelvan a su país derrotados y humillados, y hacer todo lo posible para que ello sea así. Y junto a ello, luchar contra todas las tiranías, esforzarnos por liberar a los musulmanes de todas las opresiones, ya sean los dictadores musulmanes o no lo sean.
Especialmente, los musulmanes debemos dirigir críticas severas a los gobernadores musulmanes que intentan complacer a los yanquis y se justifican detrás de las resoluciones de las Naciones Unidas para seguir siendo perros al servicio de los yanquis y de los sionistas.
Por último, nos dirigimos a los Œulamâ de toda la Umma recordándole sus obligaciones para con los musulmanes. No pueden ser tibios en estos momentos, ni abstenerse de expresar y hacer público con un acento rotundo todo lo que hemos dicho en este llamamiento, que forma parte de las enseñanzas más básicas del Islam. Es obligación de los Œulamâ animar a los musulmanes en el Yihad contra los yanquis. Allah dice en el Corán: ³La obligación de un trasmisor es la de comunicar², y los Œulamâ son los que cumplen con esa función, que han heredado de Sidnâ Muhammad (s.a.s.).
Al final de este llamamiento, pedimos a Allah que nos guía a todos, que de fuerzas a los Œulamâ e ilumine a los gobernantes, que de la victoria a los oprimidos y destruya a los asesinos y a sus aliados.

Musulmanes convocan al Boicot como Yihad.

El boicot a los productos yanquis y sionistas es un arma en manos de los musulmanes en su lucha contra el imperialismo. Preguntado sobre ello, el Sháij Yusuf al-Qaradawi respondió:.
En cuanto al boicot a los productos fabricados por el Estado sionista, entra dentro del capítulo de lo indiscutible. Está prohibida por el Islam cualquier transacción comercial con ese Estado y toda transacción comercial que lo favorezca de cualquiera manera. Este juicio deriva de una evidencia: todos los israelíes son militares en constante situación de guerra contra nosotros, han ocupado nuestra tierra, han pisoteado nuestras mezquitas, han violado todo lo que estimamos, y siguen agrediéndonos constantemente. Allah nos ha dicho en el Corán: ³Allah os ordena cortar relaciones con los que os combaten porque seáis musulmanes, los que os han expulsado de vuestras casas y los que se esfuerzan en expulsaros; Allah os prohíbe considerarlos vuestros amigos. De entre vosotros, sólo los opresores se alían a ellos². Es más, refiriéndose a ellos, Sidnâ Muhammad (s.a.s.) nos ha dicho: ³Combatidlos con vuestras manos, con vuestros bienes y con vuestras lenguas², y si ahora no estamos en disposición de combatirlos con armas, tenemos en nuestras manos la herramienta del boicot. Es obligación de los musulmanes boicotear los productos sionistas, y luchar contra ellos con los medios de los que se disponga.
Otro tanto cabe decir de las demás naciones en guerra con los musulmanes, como Serbia, los Estados Unidos o la India. A sus productos se les debe aplicar la misma medida que a los fabricados en o por el Estado sionista.
En cuanto a los países que no están en guerra contra los musulmanes, no hay inconveniente alguno en que se comercie con ellos y se consuman sus productos, exportando o importando, pues el comercio de lo lícito es lícito. Allah nos dice en el Corán: ³Allah no os prohíbe mantener relaciones con los que no os combaten ni os expulsan de vuestras casas. Sed amables y justos con ellos. Allah ama a los ecuánimes². En la Sunna hay testimonios de que el Profeta (s.a.s.) no dudaba en comerciar con los kuffâr siempre que no fueran combatientes contra el Islam