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No a la Guerra

Comenzó la masacre

Por Arleen Rodríguez Derivet / TRICONTINENTAL
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Bagdad, la ciudad de Las mil y una noches, aquel fascinante libro que nuestros padres nos leían antes de dormir en espera del cuento de la noche siguiente, está otra vez bajo las bombas. Pero nadie hable de guerra. Como ha dicho Noam Chomsky, no puede haber guerra entre un país del Tercer Mundo –exhausto tras 12 años de bloqueos, inspecciones, destrucción de sus armamentos– y dos potencias económicas y militares como Estados Unidos y el Reino Unido de Gran Bretaña..
Aunque los primeros reportes –quizás escritos de antemano en el Pentágono– hablen de poco más de un muerto y catorce heridos, y de "blancos escogidos", la única verdad que no puede ser silenciada es que comenzó una masacre al mismo tiempo que se enterraba al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas..
Horas después de iniciado el ataque, ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, el canciller cubano Felipe Pérez Roque recordaba la reiterada advertencia de la Isla sobre los peligros de que a la Humanidad se le estuviera imponiendo una dictadura global. Los hechos acaban de confirmar aquel oportuno aviso que no fue atendido..
No hace falta ni un solo dato con los que hoy nos atiborran los medios de comunicación en alardes informativos sobre los costos de la guerra y las desproporciones de los arsenales de cada parte –a nosotros nos basta la certeza de que otra vez las armas irán contra la gente–, para entender el significado de esta agresión a la cual se alían los miserables de antes, de ahora y de siempre, esperando quién sabe si la migaja o el perdón del imperio, como si con ello pudieran evitar que la próxima guerra sea contra ellos..
Hay que volver al indispensable poeta y dramaturgo alemán Bertolt Brecht. Recordar con sus versos previsores que los nazis:.
Primero cogieron a los comunistas,
y no dije nada por que yo no era un comunista.
Luego se llevaron a los judíos,
y no dije nada porque yo no era un judío.
Luego vinieron por los obreros,
y no dije nada porque no era ni obrero ni sindicalista.
Luego se metieron con los católicos,
y no dije nada porque yo era protestante.
Y cuando finalmente vinieron por mí,
no quedaba nadie para protestar.
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Por suerte son unos cuantos gobiernos los cómplices del crimen, pero son millones las personas que están hoy mismo desenmascarando a las "democracias occidentales" (que desconocen su voluntad) al grito unánime de PAREN LA GUERRA, incluido lo mejor del pueblo norteamericano, a pesar de la densa cortina de mentiras y las promesas de su gobierno de que lo harán por ellos y de que reconstruirán al país que hoy bombardean. .
La esperanza está en los pueblos y en esa lúcida observación de Fidel Castro mucho antes de que toda esta crisis llegara a su clímax: "de las grandes crisis salen las grandes soluciones." El reto de la Humanidad de hoy es encontrarlas en medio de la incertidumbre y el desconcierto de una masacre anunciada y ejecutada en pleno Tercer Milenio..
No olvidar que también Brecht dijo:.
No aceptéis lo que es hábito
como cosa natural,
pues en tiempo de desorden sangriento,
de confusión organizada,
de arbitrariedad consciente,
de humanidad deshumanizada,
nada debe parecer natural
.
Nada debe parecer imposible de cambiar..