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No a la Guerra

16 de marzo del 2003

En la localidad se encuentran tres empresas clave
Desde Getafe denuncian la complicidad de su complejo militar industrial en la guerra

Colectivo Paremos la Guerra de Getafe

Nos encontramos en un momento histórico en el que varios millones de personas a nivel mundial han expresado un rotundo rechazo a la guerra. Al calor de las diferentes iniciativas llevadas a cabo (manifestaciones, acciones directas, paros, encierros, huelgas de hambre, concentraciones, recogida de firmas, brigadas por la paz, escudos humanos, vigilias, etc...) esta expresión ciudadana exige, cada vez con mayor ahínco, que su grito no sea silenciado.

Desde Getafe, diferentes redes, foros, colectivos y personas, pretenden mantener las iniciativas arriba descritas, que hoy se traducen en una propuesta para realizar una marcha sobre la Base Aérea de Getafe, lo que los colectivos abajo firmantes saludamos, no sin antes realizar algunas matizaciones.

Consideramos que esta y otras iniciativas tienen que ser propuestas de carácter integral.

Esto quiere decir que no podemos lanzar un grito contra la guerra mientras ignoramos -consciente o inconscientemente- que desde Getafe esta guerra se hace posible.

No podemos tirar la piedra y esconder la mano, mientras en el término municipal se ubican al menos tres empresas clave en el entramado del complejo militar industrial que nutre de material a quienes hoy apuestan por la vía de la guerra. Las empresas CASA y CESA -que forman parte de la Sociedad Europea Aeroespacial y de Defensa (EADS), y BÓREAS -esta última recién inaugurada a bombo y platillo por el gobierno municipal que se enorgullece de ubicar en territorio municipal a estas empresas- se dedican a fabricar componentes para los aviones militares C101, C212, CN235, y el famoso avión de combate Eurofighter.

EADS produce misiles nucleares, produce aviones militares y está participando en el sistema de navegación basado en los satélites Galileo, cuya última meta es aumentar la eficacia militar en el campo de batalla. Es la segunda compañía de defensa del mundo, tras la estadounidense Boeing. En los últimos años EADS ha entregado armas a Turquía, Malasia, Pakistán, Corea del Sur, Taiwán, EE.UU y Jordania -armas en muchos de los casos producidas en Getafe-, presionando mediante lobbies a funcionarios públicos para apoyar sus negocios mortales y para aumentar los presupuestos de defensa del conjunto de los países europeos -en el Estado español el gasto militar de 2003 asciende a 17.610 millones de euros (2,93 BILLONES de pesetas), mientras numerosas necesidades sociales están al descubierto-.

EADS tiene un especial interés en que en el mundo persistan altos niveles de tensión internacional. En tiempo de guerra, o cuando hay rumores, ve aumentar sus exportaciones e ingresos. EADS utilizó los acontecimientos del 11 de septiembre para pedir más dinero para investigación y desarrollo, lo que en el Estado español supone una sangría para el conjunto de los Presupuestos Generales del Estado, que para 2003 gastará en I+D la friolera de 1432 millones de euros, algo que viene siendo denunciado por numerosos sectores de la sociedad civil (universidades, centros de investigación, catedráticos, científicos...) para producir armamentos como las Fragatas F-100, el avión de transporte militar A-400M, el Eurofighter, y los tanques Leopard.

Getafe cuenta con una Base Aérea sobre la que no se tiene ningún control acerca del apoyo logístico que puede estar prestando a la guerra. La firma del Convenio Bilateral de Defensa entre EE.UU. y el Estado español, recientemente rubricado, posibilita de hecho su utilización.

No podemos ocultar esta dura realidad. No podemos decir una cosa y hacer justo la contraria. Es hora de parar la guerra y desmilitarizar Getafe, que sufre de manera importante una presencia militar en su terriorio, mediante los 4,85 km2 que ocupa la Base Aérea -una extensión similar a la que ocupan juntos los barrios de La Alhóndiga, Centro, Juan de la Cierva y San Isidro- y con los 60.000 m2 del Escuadrón de Enseñanza de Automoción de la avenida John Lennon.

Nuestras iniciativas contra la guerra (contra las guerras) deben afrontar críticamente estas cuestiones. No se puede decir NO A LA GUERRA y apoyar la OTAN. No se puede decir NO A LA GUERRA y estar orgullosos de tener ubicadas en nuestro municipio empresas productoras de armas que figuran entre las principales del ranking mundial.

No se puede decir NO A LA GUERRA y obviar que desde nuestro municipio se puede estar colaborando con esta mediante un apoyo logístico.

Debemos hacer frente a estos problemas sin caer en demagogias y en planteamientos confrontativos.

No se puede acusar a quienes reclaman que se detenga la producción militar en Getafe de atentar contra los puestos de trabajo. Son los propios procesos de globalización económica los que poco a poco van diezmando las necesidades de fuerza de trabajo por la cada vez mayor aportación tecnológica a los procesos productivos. Esto lo afirmamos basándonos en los últimos datos de EADS, que en los próximos meses va a realizar una reducción de 1.700 empleos, o a la creciente disminución de puestos de trabajo en CASA, que en los últimos años ha despedido a más de 2.000 trabajadores y trabajadoras. Debemos articular un discurso radical ( del latín radix, -icis, raíz) que ponga en jaque la idea de que da igual producir misiles que alimentos, que lo mismo vale crear un avión de combate que un avión contra incendios.

Debemos exigir que aquellos terrenos que un día fueron enajenados al municipio "por el bien de la defensa nacional" nos sean devueltos sin contraprestación alguna. Los 4,85 km2 que ocupa la base aérea y los 60.000 m2 del Escuadrón de Enseñanza de Automoción, antes pertenecieron al municipio, es decir, a todas y todos sus habitantes.

No queremos comprarlos, porque con el dinero que sacan compran más armas, contra lo que estamos en contra, como hemos expuesto anteriormente. Queremos que estos terrenos nos sean devueltos, para uso y disfrute de la población en forma de zonas verdes, centros de ocio activo y creativo, y no para ser pasto de la especulación de los ladrilleros que pretenden hacer de Getafe un inmenso paisaje muerto, de cemento y asfalto -el censo sobre vivienda de 2001 recientemente publicado, afirma que en el Estado español las viviendas vacías duplican a las de alquiler, algo que en Getafe no es, desgraciadamente, una excepción-.

En definitiva, queremos un pueblo que no colabore con la guerra desde ningún frente, que recupere espacios hoy ocupados por los militares y que dé respuesta a los crecientes procesos de globalización económica que poco a poco van degradando nuestras vidas y nuestro medio ambiente.

NO A LA GUERRA. NO A LA GLOBALIZACIÓN