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No a la Guerra

De lágrimas de cocodrilo, silencios mediáticos y otras comparaciones

Carlos Revello / RODELU

Para el latinoamericano del sur, la guerra del Paraguay, el exterminio del pueblo paraguayo, es un recordatorio de los crímenes horrendos que pueden practicarse en nombre de "la lucha por la libertad" contra las supuestas "tiranías". No existía entonces, el arquetipo del "comunista" y el concomitante "peligro" que ha sido un sucedáneo tan miserablemente explotado en los últimos casi 50 años. La "libertad" sin embargo, era la libertad de comercio, la libre navegación de los ríos de la América del Sur. Lo solicitaba Inglaterra. Hoy, "la libertad" que es "la libre circulación de bienes y servicios" se traduce en la libre circulación de los capitales especulativos. Ahora la solicitan los Estados Unidos e Inglaterra decidió –al fin de la segunda gran guerra- seguirlo en todos esos vericuetos. En nombre de esa "libertad" se cambian fronteras y se masacran pueblos enteros. Irak, será posiblemente, la nueva manifestación de ese cinismo occidental.
Recientemente decía en un monólogo con intenciones de respuesta a sus críticos –un presidente muy reaccionario español- que Irak es similar a Kosovo. Ponía el acento sobre una complicidad occidental, canallesca: el último acto de la desmembración yugoslava. Del episodio, todos los cómplices del crimen, tienen múltiples motivos para callarse ahora. Han aprendido muy bien su lección, pero prefieren todavía, no hacerse el mea culpa. Y el tema de lo que Occidente aliado, a través de la OTAN hizo en Yugoslavia y prescindiendo de las Naciones Unidas, inaugura la época actual, en la cual, Estados Unidos –"el gato se ha salido de la bolsa", decía un parlamentario británico, recientemente- le muestra al mundo como entiende la reorganización "del nuevo orden mundial".
Si Munich fue el punto más álgido de "la guerra boba", Kosovo y lo que sucedió con Yugoslavia, es un recordatorio que las tragedias históricas pueden repetirse no como farsas, sino desdoblarse en algo peor.
En consecuencia el Sr. Zoran Djindjic –recientemente asesinado- no el "estadista" que se han apresurado a catalogar ciertas crónicas de Falsimedia por el mundo. Cualquier estudio biográfico más o menos serio demostraría que el epíteto le está mal colocado. Es una crónica de circunstancias hecha por todos los que fueron cómplices, en Occidente, del crimen que perpetraron en Yugoslavia y del que el occiso fue finalmente beneficiado. Djindjic era un politicastro de los Balcanes, serbio, del mismo tipo que Druc Vraskovic su colega. En la constelación de estos politicastros se encuentra, en Montenegro, otro –curiosamente también defendido por los voceros occidentales a capa y espada- a pesar de que es un golpista fallido y un criminal común y corriente: Milo Djukanovic.
Con todos estos personajes, más la "Víbora" albano kosovar, el jefe de la banda de contrabandistas, tratantes de blanca y patrones de burdeles, de la mafia albano-kosovar, Occidente hizo su comedia. Cualquiera de ellos no resiste el menor intento de pintarlos como un "estadista" o "un amigo de los ideales de Occidente" fórmula –por otra parte- que tanto sirve para un lavado como para un barrido.
Son todos ellos, en cambio, marionetas al estilo de Karzai, el que gobierna en Afganistán.
Con estos personajes, se hizo la "ingenieria social" occidental, de destruir el proyecto federal yugueslavo, construido por la Liga de los Comunistas, de Tito, que para todos estos copetudos personajes es un anatema. Y cegados por su anticomunismo visceral, ideológico, no reconoceran jamás que aquel proyecto era politica, moral y practicamente muy superior a lo que han producido las naciones occidentales mas ricas del mundo con la antigua Yugoeslavia.
En la Yugoslavia fraccionada en republiquetas débiles, lo único que Occidente ha producido es genocidio de pueblos contra pueblos, odios que tardarán siglos en cerrarse y, en vez de democracia y crecimiento económico, lo único que se ha impuesto es una subcultura de la intolerancia, el peor enemigo de cualquier proyecto democrático digno de su nombre.
Después de la agresión de Kosovo, no solamente los antiguos aliados albano-kosovares del UCK (lo denominaron Ejército de la Liberacion) se han convertido repentinamente en "terroristas" y hasta ahora estamos buscando una explicación de estos virajes, una sola crónica que se anima a meterle diente al asunto, un editorial que reflexione; después de Kosovo, se encaramó en Serbia "el pequeño Slovo" Djindjic, diminutivo popular por Slodovan Milocevic. Y con él en el poder se han producido dos elecciones en las cuales el pueblo ni siquiera ha concurrido a votar. Dos elecciones en Serbia y dos elecciones en Montenegro, agreguemos, con el mismo resultado: el pueblo no participa. El pueblo no cree en la "liberación" que circula sólo entre las redacciones occidentales y en las cancillerias, de la boca para afuera, porque nadie es imbécil. Esto tampoco puede explicarse, es un misterio de la sociologia, de la politología y de cualquier otra ciencia, en la que nuestros macaneadores, muy sueltos de cuerpo, son tan expertos.
Lo que hay en cambio como vida económica es el contrabando desenfrenado, la trata de blancas hacia los mercados italianos, la droga proveniente de Turquía (otro aliado) hacia Europa. Y es comercio de dos vías: se producen asaltos y robos de automóviles en Europa que se saldan con droga, prostitutas y contrabando vía los Balcanes. Hasta ahora la OTAN no ha podido frenarlo. Otro tema que generalmente ni se analiza (aunque se informa, en orden disperso, esperando que los lectores no aten los cabos)
Pero para el latinoamericano que conoce su historia, la historia de que se hizo por otros latinoamericanos con el Paraguay, el asunto no es ningún misterio. Los mismos esquemas ideológicos que llevaban a la lucha entre "la civilizacion y la barbarie" y que ahora llevan al "humanismo" neoliberal, se saldan para los pueblos en guerras, atraso, ruina y la consiguiente apatía moral. Paraguay tenia la desgracia de estar situado en ríos necesarios para la navegación interior, como Yugoslavia tiene la desgracia de ser colindante con el Danubio. La diferencia está en la Balcanización en la región es un concepto más antiguo acuñado por otros que han proliferado siempre del asunto.
Que otros nos hagan la comedia de las lágrimas "sinceras" por el Sr. Djindjic, que otros -que alientan golpes contra presidentes legitimanente elegidos (en Venezuela)- nos cuenten cuentos de colores con los elefantes voladores incluídos. Nosotros digamos, simplemente: a otro perro con ese hueso!!!.

13 de Marzo de 2003
Carlos Revello
carlos.revello@chello.se