VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
No a la Guerra

CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA.
Bush y su banda de periodistas felones.

Matt Taibbi.

El cuerpo de prensa de la Casa Blanca se aferra cortésmente a sus tobillos.
Luego de ver la conferencia de prensa de George W. Bush la noche del jueves pasado, estoy más convencido que nunca: el cuerpo de prensa de la Casa Blanca debería ser reunido en pleno en un avión de carga, lanzado a una altitud de 30000 pies y expulsado, pataleando y chillando, sobre el Atlántico Norte.
Cualquier personal remanente en las agencias de Washington debería ser acorralado por la justicia sumaria. Los rusos solían usar camiones de panadería, grandes camiones de paneles grises con la palabra "Pan" a los costados, las víctimas serían acorraladas en medio de la noche y llevadas para un último viaje por las oscurecidas calles.
La guerra casi valdría la pena sólo para ver a Wolf Blitzer dando golpes en el interior de un camión de Pepperidge Farm, confesando e implorando entre lágrimas "volvamos todo atrás".
Para mí, la conferencia de prensa de Bush fue como un mini-Alamo para el periodismo norteamericano, una anuncio final de que la prensa ya no cumple más nada que esté relacionado con una función real.
Particularmente revulsivo fue el espactaculo de la flor y nata del cuerpo nacional de prensa sometiéndose cortesmente a la afrenta de cuestiones obviamente pre-aprobadas, con Bush ni siquiera tomándose la molestia de disimular que el asunto fue pautado.
Abandonando la tradicional ostentación de espontaneidad, Bush no eligio el orden de los interrogadores examinado la sala y escogiendo las manzos alzadas, sino bajando la vista y leyendo de una lista predeterminada. Los reporteros, sin embargo, levantaban sus manos entre preguntas - como aún esperando captar de improviso la atención del presidente En otras palabras, los reporteros no sólo estuvieron saliéndose de su camino evidenciando que sus pelotas de softball estuvieron pre-aprobadas, sino que aún fueron tan lejos como para obrar en favor de Bush, levantando sus manos y maniobrando en sus asientos a fin de mejorar la apariencia de una conferencia de noticias espontánea.
Ni el mismo Bush podría ignorar lo absurdo de todo. En un notable intercambio que de algún modo logró evitar ser comentado en los relatos de noticias al día siguiente, Bush reprobó al corresponsal político de CNN, John King cuando éste último sobreactuó su papel, ondeando su mano demasiado entusiastamente cuando en apariencia, de acuerdo con la pauta, era su turno de todos modos.
KING: "Sr. Presidente.
BUSH: "Estaremos allí en un minuto. King, John King. Está pautado....
Un murmucllo de risas nerviosas atravesó el Salón Este. Momentos después, el ángulo de cámara de la conferencia se movió hacia la toma de un lateral, revelando un círculo de plantas enmacetadas alrededor del podio presidencial. Sería difícil concebir una imagen que describa más a la perfección el actual periodismo político norteamericano: George Bush, rodeado por una fila de plantas enmacetadas, en sucesión rodeado por el cuerpo de prensa de la Casa Blanca.
Los periódicos al día siguiente ignoraron completamente la cuestión de las preguntas pautadas. (King mismo, casualmente, la dejó fuera de su reporte CNN.com.). De los principales agencias y diarios de noticias, sólo uno -el Washington Post- tan siquiera consignó el asunto entre paréntesis.
Bastante más abajo, en el resumen de la conferencia de Dana Millbank y Mike Allen, el periódico comentó eufemísticamente: "El presidente siguió un listado de nombres para elegir cuáles reporteros podrían hacerle una pregunta, y recibió preguntas generales y amigables .
[El énfasis es mío] "Preguntas generales y amigables" es una subestimación como la que más. Tomen este tributo de April Ryan del American Urban Radio Networks: "Sr. Presidente, como la nación está en discordia acerca de la guerra, con muchas organizaciones como el Congressional Black Caucus promoviendo la diplomacia continuada a través de la ONU, ¿cómo lo está guiando su fe?" Grandioso. En la primera conferencia de prensa de Bush desde su decisión de sostener una infinita restauración de acción positiva, la primera reportera negra en tener un instante frente a él - ¿y ésto es con lo que se sale? El equivalente periodístico de: "Sr. Presidente, hoy luce espléndido, ¿cuál es su secreto?" Los periódicos de toda Norteamérica se apresuraron en hacer circular la prominente grabación de Bush pateando la pregunta de Ryan fuera de la cancha. El Boston Globe: "Mientras Bush parmaneció calmo en el atril presidencial, los ojos se le llenaron de lágrimas cuando se le preguntó cómo estaba guiándolo su fe". El Globe and Mail: "Con lágrimas en los ojos, el Sr. Bush dijo que oraba diariamente para que la guerra pueda ser impedida".
Aún peores fueron los juicios de valor de los diarios más importantes acerca de la actuación de Bush. Mientras observaba la conferencia, estaba seguro de estar presenciando en vivo una catástrofe política histórica. En sus mejores momentos Bush estaba transtornado y poco comunicativo; y en sus peores momentos, los cuales fueron la mayoría de la conferencia de prensa, se balanceaba de lado a lado como un luchador aturdido, por momentos pronunciando incorrectamente sus palabras y aparentemente aferrándose de por vida a oasis verbales de grases como"desarme total", "cambio de régimen" y "destrucción masiva".
Repetidamente declinó responder preguntas directas. En un momento, cuando un periodista le preguntó dos veces si el podría considerar la guerra como un exito aún si Saddam Hussein no fuera capturado o matado, Bush respondió: "Uh, nosotros cambiaremos el régimen de Irak, para el bien del pueblo iraquí".
Sin embargo, lo más cercano a una caracterizacón negativa de la actuación de Bush en los principales medios fue en la nota de David Sanger y Felicity Barringer, del New York Times, donde lo calificaban como "sedado": "El Sr.
Bush, sonando sedado en una singular y exclusiva conferencia de noticias, se retrató a si mismo como el protector del país...
Aparentemente, incluso esta absolutamente oblicua descripción, que permaneció en el sitio de Internet del Times por horas luego de la conferencia de prensa, fue demasiado para los editores del diario. Así es como se leía el pasaje cuando los diarios llegaron a las calles la semana siguiente: "El Sr. Bush, en una singular y exclusiva conferencia de prensa, se retrató a si mismo como el protector del país...
Mientras tanto, aquellos aspectos de la actuación de Bush que la Casa Blanca estaba claramente ansiosa por resaltar, fueron reportados entusiastamente.
Era obvio que Bush había sido entrenado para prescindir de dos de sus trucos favoritos al dirigirse al público - su permanente sonrisa de satisfacción y sus advertencias con el dedo típicas de cowboy. El nuevo y sombrío decreto de Bush de "la guerra es el infierno" fue comentado, sin ironía, en los análisis post-mortem posteriores.
Presentándose en Hardball luego de la conferencia de prensa, Howard Fineman de Newsweek(uno de los peores monstruos del negocio) se deshizo en elogios cuando se le preguntó si el Bush que acabábamos de ver era realmente un "cowboy": "Si él es un cowboy, es el guerrero reacio, él es Shane porque debe hacerlo, para proteger a su familia". ¿Newsweek piensa que Bush es Shane? Esta fue la octava conferencia de prensa de Busch desde que asumió su cargo, y cada una de ellas ha sido una farsa. En la primera, el 22 de febrero de 2001, un mes después de su controvertida asunción, no se le hizo una sola pregunta acerca de la elección, Al Gore o la Corte Suprema. Por otro lado, se le hicieron cinco preguntos sobre los "perdones" de Bill Clinton.
Los periodistas argumentan que no tienen opción. Dirán que no pueden protestar o boicotear el formato establecido, porque se arriesgan a ser despojados de su asiento en la comunidad de prensa. Por la misma razón, dicen que no pueden escribir nada demasiado negativo. No pueden escribir, por ejemplo: "El presidente Bush, luciendo como un retardado demente en la víspera de la guerra". Eso los deja con la única opción de "trabajar dentro del sistema" y, como les gusta decir, "intentar meter nuestros bocadillos cuando podemos".
Pero la idea del cuerpo de prensa sobre "meter bocadillos" es David Sanger preguntándole a Bush qué piensa del ministro de relaciones exteriores británico Jack Straw, que dijo que el cambio de régimen no era necesariamente un objetivo de la guerra. Y después, apoyando dócilmente su trasero en la silla cuando Bush ignora la pregunta.
No pueden escribir lo que piensas, ni hacer preguntas reales. ¿Qué demonios están haciendo allí?. Si la respuesta es "sus trabajos" es harto tiempo de que empecemos a preguntarnos qué es lo que eso significa.
fuente: New York Press - 12 de marzo de 2003 Traducción para Resumen Latinoamericano: Stella Maris Torre