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No a la Guerra

Una marea de voces protesta por segunda vez en un mes en las calles del mundo.

Cientos de miles de personas protestaron contra sus gobiernos en italia y EL Estado español En londres y Paris se calentaron motores para grandes marchas el dia que comience la invasion.
Desde Milán hasta Melbourne, pasando por las calles de la ocupada Hebrón, cientos de miles de personas salieron a la calle para advertir al eje de la guerra contra sus planes en Irak. Italia y el Estado español albergaron las marchas más multitudinarias. En la «Vieja Europa», las protestas coincidieron con los preparativos de una nueva jornada histórica de rechazo a la guerra para el día que comiencen los bombardeos. Hubo protestas en los continentes asiático y oceánico. En la africana Túnez, el Gobierno permitió una manifestación pero «a puerta cerrada». La desgracia del pueblo árabe.
Por segunda vez en un mes, y en pleno impasse diplomático que ha forzado al eje de la guerra a improvisar una cumbre en medio del Atlántico, millones de personas volvieron a salir a la calle para protestar contra una guerra anunciada.
EN BUENOS AIRES, Miles de personas manifestaron frente a la Embajada de Estados Unidos bajo el lema "Contra la guerra imperialista en Irak" y convocaron a movilizarse espontáneamente rodeando embajadas y consulados estadounidenses en caso de un ataque militar.
"Haremos lo necesario para que la tierra tiemble bajo los pies de los imperialistas en todo el mundo", indica un documento difundido en la marcha organizada por organizaciones sociales y políticas nucleadas en el Comité de Solidaridad con Irak.
La movilización partió desde la intersección de Las Heras y Pueyrredón conformando una columna de diez cuadras sobre la avenida Las Heras, y desde allí cubrió un trayecto de unos tres kilómetros hasta la Embajada de Estados Unidos.
EN ITALIA, de la mano del sindicato mayoritario italiano (CGIL), cientos de miles de personas (400.000 o más de 700.000 según las fuentes) colapsaron las calles de la industriosa Milán.
Fue la más multitudinaria de las múltiples citas que tuvieron lugar en el país gobernado por un ultimamente muy silencioso pro guerra Silvio Berlusconi.
Las calles de las principales ciudades ESPAÑOLAS, con Madrid a la cabeza (300.000), volvieron a exigir a su presidente, José María Aznar, que abandone su alineamiento entusiasta con los planes de invasión de Bush. Los convocantes cifraron en más de 300.000 los manifestantes en Zaragoza.
En CATALUNYA, una cadena humana (300.000 personas, según el Consistorio) escenificó en Barcelona el abrazo entre el consulado USA y la sede del PP.
En GALICIA, más de 300.000 personas salieron a la calle, la mitad de ellas en Vigo.
El ESTADO FRANCES acogió un centenar largo de manifestaciones, la más numerosa en la capital, con cerca de 100.000 personas. 50.000 más hicieron lo propio en Bruselas, entre ellas varios ministros belgas.
En LONDRES, 5.000 musulmanes protagonizaron una peculiar «ruta de las embajadas» árabes, para denunciar la pasividad de sus gobiernos.
La capital británica se prepara para otra protesta que se perfila tanto o más multitudinaria que la del 15-F, esta vez cuando comience el ataque, y con una meta: el Parlamento.
Hubo marchas y, en su caso, concentraciones ante embajadas USA, en Moscú, Copenhague, Estocolmo y en un sinfín de ciudades de la «Vieja Europa» que tanto aborrece el jefe del Pentágono, Rumsfeld.
En el continente asiático, más de 100.000 yemeníes salieron a las calles de la capital, Sana. Miles de personas hicieron lo propio en Turquía, Líbano, Egipto, e incluso en la Cisjordania ocupada, concretamente en Hebrón, donde cientos de mujeres enviaron un mensaje de solidaridad a las «hermanas iraquíes». En una muestra de justamente lo contrario, el «democrático» Gobierno tunecino autorizó una manifestación pero a puerta cerrada, para «evitar acciones irrelevantes».
En Australia, los manifestantes salieron en masa, sobre todo en Sydney y Melbourne. Hubo protestas en Japón. En EEUU, Washington abrió la jornada con la primera del centenar de concentraciones, frente a la Casa Blanca. San Francisco y Los Angeles tomaban el testigo. Testigo por la paz.