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No a la Guerra

2 de abril del 2003

La bastarda ayuda humanitaria

Marcos Roitman Rosenmann
La Jornada

La guerra es un buen negocio. Las mayores empresas transnacionales y el capital financiero se frotan las manos en cada ocasión que se declara una acción bélica de grandes proporciones. Las expectativas de beneficios se alzan sin contemplación ninguna sobre consideraciones éticas o morales. El negocio es el negocio y no hay lugar para remordimientos de conciencia. Si se esta en el bando ganador nadie de los involucrados esta dispuesto a ceder terreno y perder tajada a la hora de componer los platos rotos. Nadie se quiere rezagar y perder posiciones. Desde un comienzo, la agenda incorpora las dádivas a los cómplices y los pagos por servicios prestados en tiempo de guerra. La planificación de la reconstrucción es una parte destacada de la estrategia política cuando se trata de conseguir aliados y disminuir el número de enemigos potenciales. Decidir quienes son los destinatarios de los fondos no es un trabajo baladí. Como buitres huelen la muerte y se abalanzan sobre los cadáveres sin mas contemplación que ser alimento para los vivos. Esta y no otra es la razón por la cual entre mas daño se genere mas contentos se ponen aquellos industriales y empresarios que viven de la muerte. (Esto me recuerda, como un mal chiste, las películas del oeste estadounidense donde los duelos eran una bendición de Dios para los dueños de pompas fúnebres. El cadáver del perdedor inexorablemente acababa en el cajón mortuorio de su propiedad, aumentando sus beneficios.) .
Por otro lado, en cualquier guerra, máxime en esta de Aúltima generación@ se trata de usar todo el arsenal previsto. Misiles, aviones, helicópteros, tanques y demás pertrechos militares. Nada debe quedar al margen de la contienda. Se trata de un bacanal en honor al dios de la guerra. Poner en funcionamiento, probar y gastar el armamento es un ritual. Entre mas cantidad se demande mejor para la industria bélica y el complejo militar-industrial. No hay que escatimar, ahorrando munición no se gana una guerra. La demostración del poderío se inicia con un acto de soberbia en potencial destructivo. Mil misiles en una noche, treinta mil toneladas de dinamita, cinco mil obuses. El despliegue de fuerzas debe apabullar al enemigo. Doscientos mil soldados. En fin una ostentación de la fuerza imperial. Las bajas son lo de menos. Hombres, mujeres, soldados, civiles, personas definitiva, se convierten en datos estadísticos. AEsta guerra tiene pocos muertos@. ALas víctimas colaterales son escasas@. AEs una guerra limpia@. Frases que indican el grado de deshumanización de sus hacedores..
Los carros de combate blindados, los misiles, las metralletas, los uniformes, los misiles, los aviones espías, los B-52, portaaviones, etcétera pueden ser repuestos. Nada es irremplazable si se habla de una guerra. La muerte alienta a los halcones y la industria bélica. Por ello, si se inutilizan mil carros de combate y se convierten en chatarra no importa, el objetivo lo han cumplido, sirvieron para derrotar al enemigo. El problema esta resuelto, basta con pedir a las empresas de fabricación de tanques otros cinco mil de nuevo tipo. Pingues beneficios para todos los implicados: militares, fabricantes, científicos, ingenieros, técnicos, académicos, personal del gobierno e intelectuales institucionales prestos a cumplir la función de legitimar dicha proliferación de armamento en nombre de una guerra preventiva. También es un reto para los hacedores de la nueva corrupción. Trabajo a destajo. Maletines con sobornos, regalías para políticos débiles de carácter y banqueros habidos de ganancias fáciles. Nada se deja la azar. Por ello cualquier actividad dependiente de la guerra cobra tanta importancia en el proceso de toma de decisiones. Así, por ejemplo, un ex-general colaborador de Donald Rumsfeld, Jay Garner sera el coordinador de la oficina para la reconstrucción y ayuda humanitaria. Ex-Director de la empresa SY Technology, fabricante de sistemas de comunicación y dirección de misiles. Manejará un total de 1.900 millones de dolares considerada Aayuda humanitaria@. Las compañías privilegiadas serán estadounidenses aunque algo caerá a los incondicionales. Por ello, mas misiles lanzados, mas misiles repuestos. Mas edificios en ruinas mas edificios reedificados. Mas miseria engendrada por la masacre mas ayuda humanitaria..
No estamos ante una catástrofe natural donde las organizaciones no gubernamentales prestan su colaboración y demuestran su grado de altruismo o misericordia humana. Huracanes, tifones, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, etcétera. Un conjunto de Aplagas@ naturales donde el ser humano sólo puede levantar un grito de rabia y dolor. Nada de ello es producto de su voluntad. Por esta razón poco que objetar a países y organizaciones prestos en enviar ayuda con el fin de disminuir el sufrimiento humano en los casos de tragedias donde la voluntad humana no es responsable. Destinar fondos pecuniarios para tales efectos podemos considerarlo desde todo punto de vista una acción fundada en valores solidarios. )Pero sucede lo mismo cuando la ayuda se produce como consecuencia de una guerra y quienes deciden y determinan su contendido y dirección son parte beligerante del conflicto?..
La respuesta no puede ser mas que condenatoria. La prostitución de la ayuda humanitaria llega cuando esta cumple funciones de apoyo logístico al bando invasor, en el caso de la guerra contra Irak. España envía buques de guerra y hospitales móviles para atender a los soldados de la coalición. Los barcos ingleses con supuesta ayuda humanitaria tienen como objetivo apoyar sus fuerzas desplegadas en el desierto. El agua, los alimentos, las medicinas cumplen una doble función: 1) solventar problemas de logística de las tropas y 2) utilizar dichos pertrechos como un señuelo para comprar a la población y evitar resistencia. En cualquier caso no es ayuda humanitaria, es complemento de la acción de guerra. No estamos en presencia de la cruz roja o la media luna cuyo cometido es asistencial y neutral. Asistimos a una interesa concepción de la ayuda humanitaria entendida como parte de la invasión. No resulta extraño que muchas organizaciones no gubernamentales se hayan planteado declinar la oferta para participar en el reparto espurio ofrecido por los gobiernos británico o español y de Naciones Unidas al eufemísticamente nombrado proceso de reconstrucción de Irak. Un callar la boca y comprar voluntades. Otros, sin embargo, aprovechandose de las circunstancias se montan en el carro para fortalecer sus organizaciones caso de OXFAM INTERMÓN que reclama nuevos socios para luchar contra la guerra. En fin, son intereses bastardos los principios que en la guerra de Irak se presentan como ayuda humanitaria, su denuncia debe realizarse para evitar posteriores mal entendidos. Otra cosa es apoyar esta masacre en nombre de la guerra preventiva.