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No a la Guerra

Los muertos civiles y la prostitución de los medios

Niko Schvarz / La Republica

Un misil Tomahawk arrojado por un bombardero B-52 provocó 68 muertos y 107 heridos el viernes en un mercado del barrio popular de Shula, en Bagdad, dos días después de otro bombardeo que dejó 15 muertos y 30 heridos en otro mercado de la capital. La invasión anglo-yanki se traduce en una masacre sistemática de civiles, lo cual suscita una protesta mundial mantenida en estos diez días a niveles nunca vistos. Los criminales de guerra quieren disfrazar sus objetivos y sus métodos, y los medios de difusión más prostituidos de la historia se han colocado al servicio de estos fines deleznables. Apareció una nueva categoría de agentes del Pentágono disfrazados de periodistas que ocupan a toda hora la pantalla de los canales, transformados en reducto de alcahuetes de la peor especie y panegiristas de los planes de guerra total de Bush.
Pentagonistas disfrazados de periodistas
Esta gente desempeña una misión funesta, que degrada la profesión y podría extenderse en el futuro en la medida en que Bush y Rumsfeld planean una extensión de la guerra, de imprevisibles consecuencias. Empantanados con sus 90 mil hombres, y 30 mil más en lo inmediato, proyectan desembarcar otros 120 mil en el sur de Irak, al tiempo que amenazan con represalias a Siria (que denunció a Bush como criminal de guerra) y a Irán, y lanzaron advertencias al ejército turco, que se niega a dejarles las manos libres en el norte de Irak. Los medios de difusión de EEUU han pasado a ser un arma de esta guerra en varios frentes.
Un hecho paradigmático: decenas de periodistas de las cadenas yankis viajan en los tanques de los invasores. Mezclado con ellos, como corresponsal de la cadena Fox (vocero oficial del Pentágono, que en sus informativos habla de "nuestras tropas") anda nada menos que el teniente coronel Oliver North, condenado por los negociados con que se llenó los bolsillos en el escándalo Irán-contras. North declaró: "Mis crónicas no son profesionales, ni objetivas, ni mierdas como ésas. Me encanta estar con los marines".
Acabo de ver una conferencia de prensa del comando central de EEUU en Qatar, a cargo del general Víctor Renuart. Primera comprobación: el general le dice a los periodistas que por orden del general Tommy Franks no deben publicar nada que no sea autorizado por el comando. Alegando razones de seguridad, enfatiza que sólo pueden difundir lo que el comando indica, y callar todo lo demás. Esto no es limitar la libertad de información, of course, sino un gentil pedido a los periodistas que viajan en los tanques y disponen de aparatos sofisticados que les proporciona el propio ejército. El general dice que deben destruir los sistemas de comunicación iraquíes (para que sólo se difunda la versión yanki, o sus silencios estruendosos, o sus explicaciones que insultan la inteligencia). Se dijo que así "bombardean el derecho a la información mundial".
Triple insulto a la inteligencia
Cuando un periodista (no estadounidense) pregunta cómo es posible que un misil haya matado civiles en el mercado, el general Renuart responde que harán una investigación que durará algunos días y luego comunicarán sus resultados. Las hipótesis son de que las armas fueron disparadas por Irak (sic), o que se trató de un error. (También deben investigar por qué sus misiles mataron a los tripulantes de un Tornado británico, a los sirios que viajaban en un vehículo cerca de la frontera o impactaron en territorio saudí). Le preguntaron si estaba luchando Al Qaeda, y respondió que no tenían indicios pero que era muy posible. Le preguntaron si habían encontrado armas de destrucción masiva, respondió que no y que no podía proporcionar más información. CNN trasmitía en vivo la conferencia y concluyó orgullosamente que el hecho de que los periodistas viajaran con las tropas era una experiencia nueva, y que CNN tenía varios en esas condiciones. Lo que se nota a la legua.
Estos pentagonistas disfrazados han divulgado como plausibles las siguientes explicaciones del ejército: 1) que los misiles en los mercados de Bagdad los dispararon los iraquíes; 2) que en un lugar se encontraron trajes de protección contra agentes químicos, lo que demostraba que Irak tenía e iba a emplear arsenales de esas armas; 3) que en otro lado descubrieron una foto del avión impactando las Torres Gemelas al que le habían pintado los colores de la bandera de Irak, lo que demostraba la conexión Saddam-Al Qaeda.
Los grandes alcahuetes
El miércoles 26 la CNN trasmitía en directo desde Bagdad una conferencia de prensa del ministro de Información iraquí. Cuando hizo referencia a las tropas extranjeras atascadas en el puerto de Umm Qasr, la responsable le quitó la palabra sin miramientos, diciendo: "Cortaremos esta trasmisión porque esto es algo que no le gustaría al gobierno de Estados Unidos".
A veces estos alcahuetes se encuentran con la horma del zapato. Ayer de mañana trasmitían una versión (muy recortada) de las manifestaciones por la paz que se suceden a ritmo impresionante en todo el mundo. Una corresponsal describió las formidables demostraciones en Seúl, que por dos veces lograron que el Parlamento postergara el envío de tropas a Irak. El conductor quiso inducirla a decir que los manifestantes eran "los activistas de siempre". La respuesta fue tajante: "No, estaban los estudiantes, estaba el ciudadano común, todos los sectores de la sociedad coreana". Ahí cortaron.
Los misiles y el bulldozer
Existe un paralelismo entre las explicaciones de Washington y las del gobierno de Israel por los crímenes de sus tropas de ocupación. El ministro de Defensa israelí adujo que la muerte de la militante estadounidense Rachel Corrie, aplastada por un bulldozer, fue un "lamentable accidente", producto de la "irresponsabilidad" de los pacifistas. La TV israelí canta loas a Bush y a la invasión a Irak. En el colmo de un cinismo repulsivo, en el encuentro de Bush-Blair se mencionó la "hoja de ruta" del proceso palestino-israelí, sustituido en los hechos por la ocupación total de los territorios palestinos, con anuencia expresa de EEUU.