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No a la Guerra

La fatwa fue emitida por el muftí supremo del país, Talgat Tadyuddin
Sector de la jerarquía islámica rusa declara la jihad contra Estados Unidos

La decisión divide a la cúpula musulmana; los conservadores rechazan la orden clerical
Atenuar las críticas internas a Washington por la invasión, nueva política del Kremlin

Juan Pablo Duch Corresponsal

Moscu, 3 de abril. Un sector de la jerarquía clerical islámica, al interpretar el sentir de una parte importante de los musulmanes de Ru-sia, que suman 30 millones de personas y representan cerca de 20 por ciento de la población del país, se rebeló este jueves y declaró la jihad, guerra santa, contra Estados Unidos por su agresión a Irak.
La respectiva fatwa u orden clerical fue emitida por el muftí supremo del país, Talgat Tadyuddin, quien dijo que la decisión fue aprobada por los 29 muftíes del Departamento Islámico Central de los Musulmanes de Rusia, cuyo líder espiritual es él mismo.
Tadyuddin no precisó qué formas concretas va a tomar esta jihad, medida que no se había vuelto a proclamar en Rusia desde 1941, cuando los musulmanes declararon la guerra santa contra los invasores nazis, pero anticipó que los primeros resultados "se ve-rán dentro de dos o tres días".
La jihad contra Estados Unidos recibió entusiasta respaldo de una multitud que se congregó en la plaza principal de la ciudad de Ufa, capital de la república musulmana de Bashkiria, para aclamar el anuncio he-cho por el propio Tadyuddin.
El muftí supremo exhortó a los reunidos a aportar recursos a un fondo especial que se acaba de instituir con el fin de "adquirir alimentos para el pueblo iraquí y armamento para combatir a Estados Unidos".
Esto último provocó que el Ministerio de Justicia ruso hiciera una seria advertencia a los impulsores de la guerra santa contra Washington: "Desde el punto de vista de sus vínculos confesionales -aclaró Serguei Nikulin, director general de legislación de dicha dependencia gubernamental- los musulmanes rusos pueden brindar apoyo moral y humanitario a los creyentes de su misma religión en Irak, pero ninguna mo-dalidad de esa ayuda debe violar las leyes nacionales ni internacionales".
La procuraduría federal, por su parte, inició una investigación para determinar si el comportamiento de "algunas personas y or-ganizaciones religiosas" se corresponden con la legislación rusa, según reveló el vo-cero de esa institución, Leonid Troshin.
La iniciativa de Tadyuddin tampoco en-contró eco en su eterno rival, el jeque Ravil Gainutdin, líder espiritual del Departamento de los Musulmanes de la Parte Centroeuropea de Rusia, que ahora también encabeza el Consejo de Muftíes del país, una instancia coordinadora de los distintos departamentos regionales y, por lo común, ali-neada con las posiciones del Kremlin.
Por eso, a nadie llamó la atención aquí que Gainutdin haya asegurado que los mu-sulmanes rusos "no tienen la intención de declarar la guerra santa a ningún país, incluido Estados Unidos", sino que consideran más apropiado "pedir al todopoderoso que ponga fin al sufrimiento del pueblo iraquí y apoyar la política en favor de la paz del gobierno de Rusia".
El Consejo de Muftíes, en una declaración difundida esta noche, arremetió contra Tadyuddin al calificar de "inadmisible y peligroso" que una organización religiosa resuelva "de manera arbitraria" proclamar la jihad contra un país con el que el Rusia no está en guerra.
Fisuras y focos de tensión
Los líderes espirituales de otras regiones musulmanas del país también se pronunciaron en contra de la jihad. El muftí Nafigula Ashirov, jefe del Departamento de los Musulmanes de la Parte Asiática de Rusia, consideró que las organizaciones religiosas "no deben inmiscuirse en una confrontación entre estados".
El máximo dirigente del Departamento de los Musulmanes de Tatarstán, muftí Gusman Isjakov, sentenció: "La política del presidente ruso, Vladimir Putin, en relación con la guerra en Irak, coincide por completo con la opinión de los musulmanes rusos".
La jihad declarada por el muftí Tadyuddin pone de manifiesto que hay fisuras en el liderazgo musulmán de Rusia, las cuales pueden derivar en focos de tensión y potencial violencia, y es un gesto significativo por dos razones, al menos.
La primera es que los dirigentes de los distintos departamentos regionales adoptan posturas conservadoras que no necesariamente reflejan los ánimos mayoritarios en su zona de influencia; entre los jóvenes

musulmanes, sobre todo, cunden los ánimos radicales.
En ese sentido, la iniciativa de Tadyuddin dista de ser la ocurrencia de un desquiciado y refleja el hecho de que tiene adeptos entre los musulmanes rusos.
Y la segunda razón tiene que ver la tendencia del Kremlin a atenuar las críticas a Estados Unidos por su invasión a Irak, perfilada ayer por Putin, y que hoy se confirmó en similares declaraciones del mandatario ruso, así como en el encuentro que sostuvo en Bruselas el canciller Igor Ivanov con su colega estadunidense, Colin Powell.
No parece fortuito que el mismo día en que Putin se comprometió a hacer todo lo que esté a su alcance para "evitar que Rusia de alguna manera se involucre en la crisis de Irak" y cuando los cancilleres reafirmaron "la voluntad de sus gobiernos para superar las discrepancias", el muftí supremo de Rusia anunciara el comienzo de la jihad contra Estados Unidos.
Coincidencia o no, y aunque la guerra santa declarada por Tadyuddin se quede es-ta vez en simple desahogo verbal, los estrategas políticos del Kremlin no deberían ol-vidar que en diciembre del presente año ha-brá elecciones legislativas para renovar la Duma, el Parlamento ruso. .