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Noviembre 3, 2025
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II.
Argumentos del mito del "Mundo sin estados-naci�n"
Los
que abogan por la tesis del "mundo sin estados-naci�n"
, a quienes llamaremos "te�ricos de la globalizaci�n"
parten de un conjunto de premisas muy dudosas. Existen variaciones
y matices entre ellos: algunos argumentan que el concepto del estado-naci�n
es anacr�nico, otros argumentan que est� en decadencia, otros, que
ya no es una realidad. Mientras estas diferencias contin�an generando
debate, lo que es m�s significativo son las premisas comunes de
los te�ricos de la globalizaci�n. Estas premisas cuestionables incluyen
las siguientes:
Premisa
1: Las EMN son corporaciones globales que no tienen ninguna localizaci�n
espec�fica en ning�n estado-naci�n en particular. Constituyen, pues,
una nueva econom�a mundial divorciada de los controles nacionales
y son parte de una nueva clase dirigente mundial.
Esta
premisa se basa en el hecho de que las empresas multinacionales
operan en un buen n�mero de pa�ses, son m�viles y tienen el poder
de evadir impuestos y regulaciones de muchas jurisdicciones nacionales.
Existen varios problemas tanto a nivel conceptual como emp�rico
con esta hip�tesis.
En primer
lugar, el hecho que las EMNs operen en muchos pa�ses no excluye
que los cuarteles generales en donde se toman las decisiones estrat�gicas
m�s importantes y en donde se concentran directores y beneficios
est�n situadas en USA, UE y Jap�n.
En segundo
lugar, la movilidad se basa en decisiones estrat�gicas tomadas por
la direcci�n en los cuarteles generales de los centros imperiales.
Estas decisiones dependen de las condiciones pol�ticas y econ�micas
creadas por el estado imperialista y sus representes en las IFIs.
La movilidad est� supeditada a las relaciones entre estados.
En tercer
lugar, la evasi�n de impuestos y regulaciones son posibles por pol�ticas
deliberadas llevadas a cabo por los estados imperialistas y sus
bancos multinacionales. La no promulgaci�n de leyes contra la transferencia
de ganancias il�citas desde pa�ses neo-coloniales hacia los estados
imperialistas es una forma que tiene el estado para favorecer la
concentraci�n de riqueza a gran escala que fortalece las cuentas
exteriores de las econom�as imperialistas. El desprecio por parte
de las EMNs de las regulaciones de los pa�ses neo-coloniales es
parte de un conjunto m�s amplio de relaciones de poder ancladas
en las relaciones entre estados neo-coloniales e imperialistas.
Premisa
2: Los gobiernos de los viejos estados-naci�n han sido desbancados
por un nuevo gobierno mundial, constituido por los mandatarios de
las IFI, de la OMC y los de las EMNs. �ste es un argumento basado
en una discusi�n superficial del epifen�meno, m�s que en una visi�n
anal�tica de la estructura del poder. Aunque es cierto que las IFIs
toman importantes decisiones en gran n�mero de puntos geogr�ficos
afectando de forma importante distintos sectores econ�micos y sociales,
estas decisiones y quienes las toman est�n �ntimamente relacionados
con los estados imperialistas y las EMNs que los influencian. Los
altos cargos de las IFIs han sido nombrados por sus gobiernos nacional/imperialistas.
Todas las pol�ticas que dictan las condiciones para la concesi�n
de cr�ditos son establecidas por los ministros del tesoro, finanzas
y econom�a de los estados imperialistas. La inmensa mayor�a de la
financiaci�n de las IFIs proviene de los estados imperialistas.
La representaci�n en el consejo ejecutivo de las IFIs es proporcional
a la financiaci�n otorgada por los distintos estados imperialistas.
El FMI y el BM han sido siempre dirigidos desde USA o la Uni�n Europea.
La visi�n
que tienen los globalistas sobre el poder de las IFIs est� basada
en la discusi�n del poder derivado, no en su origen en el estado
imperialista. En este sentido, el poder internacional est� basado
en los estados imperialistas, no en entidades supra-nacionales.
El �ltimo concepto sobrestima en gran medida la autonom�a de las
IFIs y subestima su subordinaci�n a los estados imperialistas. El
significado real de las IFIs se encuentra en c�mo magnifican, extienden
y profundizan el poder de los estados imperialistas y c�mo se convierten
en terreno para la competencia entre estados imperialistas rivales.
Lejos de desplazar a los viejos estados, las IFIs han fortalecido
sus posiciones.
Premisa
3: Uno de los argumentos m�s comunes de los te�ricos de la globalizaci�n
sostiene que ha tenido lugar una revoluci�n de la informaci�n, eliminando
las fronteras entre los estados y creando una nueva econom�a global.
Las TG argumentan que una nueva revoluci�n tecnol�gica ha transformado
el capitalismo aportando un nuevo �mpetu al desarrollo de las fuerzas
productivas. La afirmaci�n de que las tecnolog�as de la informaci�n
han revolucionado las econom�as y, en consecuencia, han creado una
nueva econom�a global en la cual los estados-naci�n y las econom�as
nacionales se han convertido en superfluos es extremadamente dudosa.
La comparaci�n
del crecimiento de la productividad en USA en los �ltimos 50 a�os
no apoya el argumento globalizador. Entre 1953-73, antes de la llamada
revoluci�n de la informaci�n, en USA la productividad creci� una
media del 2,6%; con la introducci�n de los ordenadores, la productividad
creci� entre 1972-95 menos de la mitad. Incluso en el llamado boom
de 1995-99, el crecimiento de la productividad se situ� en el 2,2%,
todav�a por debajo de las cifras del periodo anterior a los ordenadores.
Jap�n, el pa�s que hace un uso m�s extenso de ordenadores y robots
ha sido testigo de una d�cada de estancamiento y crisis. Entre los
a�os 2000-01, el sector de la informaci�n se sumi� en una profunda
crisis. Decenas de miles de trabajadores fueron despedidos, cientos
de empresas suspendieron pagos, la cotizaci�n de las acciones cay�
alrededor del 80%. La burbuja especulativa, que defini� la llamada
"econom�a de la informaci�n" explot�. A�n m�s, la mayor
fuente de crecimiento de la productividad seg�n los globalizadores
estaba en la informatizaci�n del �rea de la fabricaci�n de ordenadores.
Algunos estudios han mostrado que los ordenadores usados en los
centros de trabajo se dirigen m�s al trabajo personal que al intercambio
de ideas. Algunas estimaciones sit�an en el 60% el tiempo de ordenador
destinado a actividades no relacionadas con la empresa. Las empresas
de fabricaci�n de ordenadores suponen el 1,2% de la econom�a de
los USA y menos del 5% del capital.
A�n
m�s, el censo de poblaci�n de USA proporciona otra explicaci�n a
las cifras de alta productividad -los cinco millones de trabajadores
americanos -mayoritariamente inmigrantes ilegales que inundaron
el mercado de trabajo norteamericano en los 90s. Si consideramos
que la productividad se mide por la producci�n por trabajador estimado,
los cinco millones de trabajadores no contabilizados inflaron los
datos de productividad. Si se incluyen los cinco millones, las cifras
bajar�an m�s all� del 2%.
Con
la ca�da de la econom�a de la informaci�n y su valor en bolsa, se
hace claro que la revoluci�n de la informaci�n no es la fuerza trascendente
que define a las econom�as de los grandes estados imperialistas
y menos a�n configura un nuevo orden mundial. El hecho de que la
mayor�a de la gente disponga de ordenadores y que algunas empresas
tengan mayor control sobre sus inventarios, etc. no significa que
el poder se haya alejado de los estados-naci�n. Las afirmaciones
de los publicistas sobre la "revoluci�n de la informaci�n"
no tienen fundamento ya que los inversores en bolsa trasladan sus
inversiones hacia la econom�a real y lejos de las empresas ficticias
de alta tecnolog�a, que no obtienen beneficios y s�, en cambio,
p�rdidas crecientes.
Premisa
4: En relaci�n con la premisa anterior, los globalistas argumentan
que vivimos en una nueva Econom�a que ha desplazado la Vieja Econom�a
industrial, minera, agr�cola y de servicios sociales. Seg�n los
globalistas, el 'mercado' crea una 'democracia real' en la cual
'la gente corriente' elige su futuro, y la eficiencia de las nuevas
tecnolog�as asegura un alto crecimiento. La recesi�n del final de
2000 y de 2001 ciertamente rechaza las afirmaciones de los ide�logos
de la Nueva Econom�a: el ciclo de negocio contin�a operando y, a�n
m�s, el ciclo se acent�a particularmente por la naturaleza altamente
especulativa de la 'Nueva Econom�a. De hecho, la 'Nueva Econom�a'
manifiesta todas las caracter�sticas de una econom�a vol�til y especulativa,
orientada a la obtenci�n de beneficios desorbitados. En la ausencia
de beneficios o incluso en periodo de recesi�n, sucede que mucho
de lo que fue calificado de 'Nueva Econom�a' fue una estafa financiera
colosal, en donde los grandes beneficios de los primeros inversores
llev� a la ruina de los inversores posteriores.
La nueva
eficiencia prometida por los publicistas de la 'Nueva Econom�a'
no pudo resistir la l�gica del ciclo de negocio capitalista. La
producci�n "Just in time" estaba basada en un crecimiento
estable y continuo de la demanda: la recesi�n de 2001, la ca�da
repentina de la demanda, llevaron a una acumulaci�n de stocks entre
productores y vendedores, y los despidos resultantes. Los problemas
de liquidez incrementaron las deudas y las bancarrotas propias de
la "Vieja Econom�a".
Est�
claro que la llamada "Nueva Econom�a" no trasciende la
crisis capitalista; de hecho, es m�s vulnerable y dispone de menos
recursos en qu� apoyarse ya que buena parte de sus movimientos de
capital dependen de expectativas especulativas de beneficios altos
continuados. La brusca ca�da de ganancias en publicidad de los sitios
web y la saturaci�n del mercado inform�tico ha llevado a una crisis
estructural de los productores de hardware y software, que, a su
vez, ha producido una enorme sacudida en la 'industria' -el desorbitado
valor de las acciones ha ca�do a una fracci�n de su valor y las
m�s grandes empresas de Internet est�n luchando por sobrevivir,
no para definir la naturaleza de una 'Nueva Econom�a'.
Premisa
5: Algunos te�ricos sobre la globalizaci�n, como Toni Negre, escriben
sobre un 'sistema imperialista' en oposici�n a los estados imperialistas
-como si uno pudiera existir sin los otros. El 'sistema' no tiene
'centro' puesto que todos los estados han perdido su significaci�n
especial ante las todopoderosas EMNs que dominan los mercados. Una
explicaci�n basada en los sistemas no acierta a reconocer la clase
y el poder institucional de los bancos y empresas p�blicas. A�n
peor, los te�ricos de los sistemas no aciertan a relacionar las
estructuras, operaciones, c�digos legales y enlaces entre los estados
imperialistas, las empresas multinacionales y sus filiales en las
IFIs. El vasto alcance de su poder se concentra en beneficios, intereses,
rentas y royalties en los pa�ses imperialistas. El 'sistema' se
deriva y se sostiene por las fuerzas combinadas de los estados imperialistas
y sus EMNs. Hacer abstracci�n de las especificidades de la propiedad
y el poder estatal para describir un sistema imperialista es perder
de vista las contradicciones b�sicas y los conflictos, las rivalidades
entre los estados imperialistas y las luchas por el poder del estado.
La quimera de los "imperios sin estado" contiene los mismos
problemas que la idea de un 'mundo sin naciones-estado' -exagera
la autonom�a del capital respecto al estado y propaga las proposiciones
falsas de las 'ideolog�as del mercado libre', que argumentan que
el 'mercado' (o, en palabras de Negri, el "capitalismo colectivizado")
domina el sistema imperialista.
Premisa
6: Cuando los globalistas definen las configuraciones de poder operan
en un nivel de abstracci�n tan alto que amalgama las variaciones
m�s significativas en reg�menes, estados, configuraciones de clase.
Como resultado, no tienen una concepci�n muy convincente de los
cambios socioecon�micos. El malentendido m�s flagrante se halla
en su aproximaci�n al sistema mundial, con sus categor�as de 'n�cleo'
o 'centro' y semi-periferia y periferia. Este tipo de estratificaci�n
abstracta y simplista de la econom�a y del poder mundial subordina
la din�mica de las relaciones de clase a una distribuci�n est�tica
de las acciones de los mercados. Las categor�as abstractas oscurecen
las diferencias fundamentales en los intereses de clase entre naciones
de cada categor�a; diferencias que determinan c�mo las acciones
del mercado son distribuidas en el interior de las naciones, la
posesi�n de la propiedad, los niveles de vida as� como diferencias
entre pa�ses din�micos y estancados. M�s fundamentalmente, contemplando
las posiciones del mercado, los globalistas pasan por alto la ubicuidad
del estado en la preservaci�n y desaf�o de las relaciones entre
los estados y las econom�as y en la reconfiguraci�n de la econom�a
mundial.
III
La Centralidad del Estado
En el
mundo actual, el estado-naci�n, tanto en su forma imperial como
neo-colonial ha multiplicado y expandido su actividad. Lejos de
ser un anacronismo, el estado se ha convertido en un elemento central
en la econom�a mundial y en el seno de los estados-naci�n. De todos
modos, las actividades del estado var�an seg�n su "car�cter
de clase", es decir, si son imperialistas o neo-coloniales.
Estados
imperialistas
En los
recientes a�os la centralidad de los estados imperialistas se ha
evidenciado en �reas fundamentales de actividad pol�tico-econ�mica,
cultural y econ�mica que refuerzan la posici�n de los poderes imperialistas,
particularmente los de USA.
Gesti�n
de la crisis
En la
d�cada pasada diversas e importantes crisis econ�micas y financieras
tuvieron lugar en varias regiones del mundo. En todos los casos,
los estados imperialistas, particularmente los USA intervinieron
para salvar las EMNs, y evitar el colapso de los sistemas financieros.
Por ejemplo, en 1994, cuando el sistema financiero mexicano estaba
al borde del hundimiento, el entonces presidente Clinton intervino
para enviar 20.000 millones de d�lares al estado Mexicano para salvar
a los inversores estadounidenses y estabilizar el peso. En segunda
instancia, durante la crisis Asi�tica de 1998, los USA y los gobiernos
europeos aprobaron una ayuda multimillonaria del FMI-BM a cambio
de una apertura en las econom�as de esos pa�ses (particularmente
Corea del Sur) que permitiese las absorciones extranjeras de industrias
b�sicas. En la crisis brasile�a de 1999 y en la crisis argentina
de 2001, Washington presion� a las IFIs para salvar los reg�menes.
Dentro de USA la amenaza de quiebra de un importante banco internacional
de inversiones llev� a la intervenci�n de la reserva federal (Banco
Central), salvando, de este modo, a un banco privado. En una palabra,
con gran frecuencia y con ingentes recursos, el estado imperialista
ha jugado un papel dominante en la gesti�n de las crisis, salvando
a importantes inversores de la quiebra, apuntalando EMNs insolventes
e impidiendo el desplome de las monedas. M�s que nunca, las EMNs
y la llamada "econom�a global" dependen de la constante
y masiva intervenci�n de los estados imperialistas para gestionar
las crisis y asegurar los beneficios (compra de acciones de empresas
locales).
Competencia
inter-imperialista
La competencia
entre poderes imperialistas rivales y las EMNs ha sido esencialmente
estimulada por los estados imperialistas rivales. Por ejemplo, el
estado imperialista norteamericano est� dirigiendo la lucha para
abrir los mercados europeos a la ternera de USA y las exportaciones
estadounidenses de pl�tanos provenientes de Am�rica Central y Sudam�rica.
Mientras, los estados japoneses y europeos negocian con los USA
para incrementar la 'cuota' de una serie de exportaciones que incluyen
acero, materiales textiles? El comercio y los mercados se definen
de forma muy importante por acuerdos estado-estado. La globalizaci�n
no es s�lo un producto del 'crecimiento de las EMNs' sino m�s bien
un artificio de los acuerdos estado-estado. La competencia en t�rminos
capitalistas est� mediatizada, influenciada y dirigida por los estados.
Los mercados no trascienden los estados sino que operan en sus fronteras.
Conquista
de los mercados
El estado
juega un papel extendido y profundo en la conquista de mercados
exteriores y en la protecci�n de los mercados locales. En primera
instancia, el estado proporciona subsidios directos e indirectos
hacia los sectores exportadores. En USA las exportaciones agr�colas
reciben ayudas para el agua y la energ�a el�ctrica y tambi�n en
forma de rebajas impositivas. En segundo lugar, el estado imperialista
v�a IFI presiona a los pa�ses receptores de pr�stamos en el tercer
mundo para reducir o eliminar barreras comerciales y privatizar
empresas a trav�s de acuerdos condicionados. Esto permite a las
EMNs de USA, Europa y Jap�n penetrar en los mercados y comprar empresas
locales. La mayor�a de las exportaciones est�n financiadas por agencias
estatales. La llamada "globalizaci�n" no existir�a si
no fuera por la intervenci�n estatal. De igual modo, los mercados
no estar�an abiertos si no fuera por la intervenci�n militar y electoral,
las amenazas pol�tico-econ�micas o la presi�n y reclutamiento de
clientes locales llevadas a cabo por los estados imperialistas.
El imperialismo toma muchas formas pero persigue objetivos similares:
la conquista de los mercados del tercer mundo, la penetraci�n en
econom�as competidoras y la protecci�n de los mercados dom�sticos.
Europa, los USA y Jap�n han construido una serie de barreras comerciales
en una gran gama de productos de importancia estrat�gica: las importaciones
de veh�culos est�n limitadas por cuotas, lo mismo que las de az�car,
materias textiles, acero, etc. Hay una multiplicidad de restricciones
no tradicionales y acuerdos informales que limitan la entrada de
productos al mercado estadounidense (todo ello negociado en base
a acuerdos estado-estado). En muchos casos, en sus acuerdos con
pa�ses neo-coloniales, como Brasil durante la presidencia de Cardoso,
USA rechaza la reciprocidad, exigiendo y asegurando la liberalizaci�n
de la indutria de la informaci�n al mismo tiempo que se restring�an
las exportaciones brasile�as de acero, argumentando el falso pretexto
de evitar la inundaci�n del mercado.
Acuerdos
comerciales
Todos
los grandes acuerdos econ�micos que liberalizan el comercio y que
establecen una nueva regulaci�n de las inversiones son negociados
por los estados, exigidos por los estados y sujetos a modificaciones
estatales. GATT, WTO, Lome, etc., que establecieron las regulaciones
comerciales e instauraron el marco legal para las redes de comercio
globales fueron formuladas por los estados. Adem�s, los pactos de
comercio bilaterales, regionales y multilaterales, como NAFTA, LAFTA,
etc. son iniciados por estados imperialistas para abrir nuevos mercados
para sus multinacionales. El
estado
imperialista opera en sinergia con sus corporaciones multinacionales.
Los "mercados en expansi�n" no tienen nada que ver con
empresas multinacionales que desplazan los estados anacr�nicos.
Al contrario, la mayor�a de los movimientos de capital a nuevos
mercados dependen de la intervenci�n del estado para hacer caer
barreras y, en algunos casos, desestabilizar reg�menes nacionalistas.
Acuerdos
de inversiones
Los
nuevos acuerdos de inversiones multilaterales y bilaterales est�n
formulados a nivel de estado con el acuerdo y la participaci�n activa
de las EMNs. La raz�n est� clara: las EMNs desean la participaci�n
estatal para garantizar que su capital no ser� expropiado , sujeto
a impuestos "discriminatorios" o restringido en la obtenci�n
de beneficios. El estado se encarga de garantizar las inversiones,
un elemento crucial en las inversiones para la expansi�n de las
corporaciones. En muchos casos, los estados imperialistas usan sus
representantes en las IFIs para imponer nuevos c�digos de inversiones
como condiciones para cr�ditos de 'estabilizaci�n' y desarrollo.
Protecci�n,
subsidios y adjudicaci�n
El estado
imperialista de USA impone poderosas barreras protectoras a sus
productos agr�colas. USA y los estados europeos subvencionan fuertemente
la agricultura con bajas tarifas para la electricidad y el uso del
agua. La investigaci�n y desarrollo de nuevas tecnolog�as est�n
financiadas fuertemente por el estado y, m�s tarde revierte en las
multinacionales. En cada estadio previo, durante y despu�s de la
expansi�n de las EMNs en el mercado internacional, el estado se
implica profundamente. M�s todav�a, donde las empresas nacionales
no son competitivas, los estados imperialistas inventan pretextos
para protegerlas de productores m�s eficientes. Jap�n protege sus
productores de arroz, a pesar que sus precios son diez veces superiores
para los consumidores. USA proporciona grandes subsidios a las empresas
agrarias exportadoras de California en forma de investigaci�n, tarifas
de agua baratas y cr�ditos ligados a la compra de cereales exportados
por USA. La UE subvenciona la formaci�n de sus industrias de alta
tecnolog�a, agricultura, etc.
La estatalizaci�n
o la neo-estatalizaci�n es la pieza central de la 'expansi�n global'
de las EMNs. El estado ha crecido, su alcance se ha expandido, su
papel en la econom�a internacional es esencial. La ret�rica vac�a
de los 'mercados libres' promovida por los ide�logos conservadores
ha sido consumida y repetida por la izquierda 'globalizadora'. Mientras
que la izquierda habla de la p�rdida de peso del estado, la derecha
ha mantenido una posici�n activa en la promoci�n de la actividad
estatal para fomentar los intereses de las EMNs. Mientras la izquierda
habla de 'globalizaci�n de mercados' , las EMNs desde los pa�ses
imperialistas y sus estados se reparten los mercados, ampliando
sus esferas de dominaci�n y control.
Por
encima de todo, el estado imperialista no es simplemente una instituci�n
econ�mica; la expansi�n de las EMNs hacia mercados exteriores depende
en gran medida del papel pol�tico y militar del estado imperialista.
Expansi�n
del poder pol�tico y econ�mico del estado imperialista
La expansi�n
exterior de las EMNs ha sido posible gracias a la expansi�n pol�tica
y militar del imperialismo euro-americano v�a OTAN y ej�rcitos adl�teres
en el sur de �frica, Latinoam�rica y Asia. En Rusia (la antigua
URSS) y Europa del este, los estados imperialistas han apoyado reg�menes
clientelistas, preparando el terreno para hacerse con una gran cantidad
de industrias estrat�gicas, fuentes de energ�a, etc. El triunfo
del estado imperialista de USA sobre la URSS aport� el �mpetu necesario
para desmantelar los estados del bienestar en Europa y lo que pretend�a
ser un estado del bienestar en USA. Las guerras Euro-americanas
en el Golfo y los Balcanes consolidaron la dominaci�n de los estados
imperialistas y extendieron su influencia sobre los estados disidentes.
La desestabilizaci�n de los antiguos reg�menes comunistas, las guerras
destructivas contra los reg�menes nacionalistas del sur de �frica,
Latinoam�rica y donde fuera necesario abrieron estas regiones a
prescripciones pol�ticas neo-liberales. La expansi�n militar imperialista
relacionada directamente con los aparatos militares de estado acompa��
y promovi� la expansi�n de las EMNs en el exterior. La llamada globalizaci�n
creci� a punta de pistola (por supuesto, una pistola de un estado
imperialista). Para proteger a�n m�s el capital en el exterior,
USA y la UE han creado una nueva doctrina de la OTAN que legitima
las guerras ofensivas, dentro y fuera de Europa, contra cualquier
pa�s que amenace los intereses econ�micos (de sus EMNs). La OTAN
se ha expandido para incorporar nuevos estados-clientes en Europa
del este y nuevos "asociados de paz" entre los estados
B�lticos y las antiguas rep�blicas de la URSS (Georgia, Kazahkstan,
etc...) En otras palabras, las alianzas militares de los estados
imperialistas incorporan nuevos estados, con m�s y mayores aparatos
estatales armados que nunca anteriormente -para asegurar la entrada
de las EMNs europeas y americanas en sus pa�ses y facilitar el flujo
de los beneficios de �stas hacia sus cuarteles generales en USA
o Europa Occidental.
El estado
y los Medios de comunicaci�n de masas
Mientras
los medios de comunicaci�n de masas y su aparato pol�tico-cultural
cruza m�s fronteras que nunca, la propiedad y el control est�n altamente
concentradas en las manos de EMNs europeas y americanas. El mensaje
es cada vez m�s homog�neo, y la fuente de inspiraci�n est� �ntimamente
coordinada con los estrategas de Washington, Berl�n, Londres, etc.
Flujos globales, controles imperiales, �sta es actualmente la esencia
de los medios de comunicaci�n de masas. Las multinacionales de los
medios de comunicaci�n miran hacia los estados imperialistas para
establecer la l�nea pol�tica y para definir los par�metros de la
discusi�n, mientras ellos recogen los beneficios.
En conclusi�n
los estados imperialistas, lejos de ser desplazados por la expansi�n
del capital exterior, han crecido y se han convertido en componentes
esenciales de la pol�tica econ�mica mundial. Los te�ricos de la
globalizaci�n confunden el papel del estado imperialista, un adversario
esencial, en la defensa de los privilegios y poder de las EMNs.
Mientras
algunos escritores globalistas podr�an reconocer la importancia
del estado imperialista, argumentar�an que los estados recolonizados
est�n debilitados ante las corporaciones globales que socavan su
capacidad de tomar decisiones y regular las econom�as nacionales.
IV Estados
re-colonizados: El estado como terreno para la lucha
El punto
de partida para cualquier discusi�n sobre los estados del TercerMundo
(ETM) es hist�rico -la mayor parte de los ETM desarrollaron pol�ticas
socioecon�micas contrarias a las directrices del FMI y del BM durante
el periodo 1945-1975. La raz�n b�sica ten�a poco que ver con la
existencia o no de la URSS. La raz�n principal eran las clases sociales,
las alianzas pol�ticas y la ideolog�a que dirigi� la pol�tica de
los ETM y las presiones de los movimientos de masas. Durante este
per�odo de 30 a�os los estados imperialistas, espec�ficamente USA,
presionaron a los ETM para lograr la liberalizaci�n de sus econom�as,
la privatizaci�n de empresas p�blicas, etc. La mayor parte de los
ETM resistieron ante estas presiones imperialistas (ahora bautizadas
como 'globalizaci�n'). Dos cambios b�sicos tuvieron lugar y alteraron
este escenario: los poderes imperialistas dirigidos por USA lanzaron
una ofensiva militar, utilizando fuerzas mercenarias en el sur de
�frica, Am�rica central y del sur y Asia para destruir las econom�as
y derribar a los reg�menes nacionalistas y socialistas que rechazaron
el programa liberal. El segundo cambio fue la ascendencia en el
Tercer Mundo de una nueva clase capitalista transnacional (CCT)
(incluyendo altos funcionarios pol�ticos) ligada a circuitos financieros
internacionales, con cuentas de banco e inversiones en el extranjero
e involucrada de forma importante en el mercado de exportaci�n.
Esta CCT, compartiendo el programa neoliberal de los poderes imperialistas,
se convierte en la clase dominante en los ETM y procede a la implantaci�n
de pol�ticas que conceden privilegios a los intereses de los poderes
imperialistas. La interacci�n din�mica entre las CCT y los poderes
imperialistas, produce lo que se conoce por error como globalizaci�n.
Lo que realmente emerge es la re-colonizaci�n del Tercer Mundo v�a
el rol de pivote de las CCT en los pa�ses del Tercer Mundo.
Los
ETM son descritos por los te�ricos de la globalizaci�n como desprovistos
de cualquier poder, sin los atributos de un estado e incapaces de
resistir las fuerzas de la globalizaci�n. Existen algunos problemas
con esta aproximaci�n. En primer lugar, agrupa a todos los estados
del Tercer Mundo en la misma categor�a sin distinguir aqu�llos que,
en el pasado tuvieron atributos diferentes de los de los estados
contempor�neos neo-coloniales. Segundo, no considera el hecho que
los ETM fueron agentes activos en el desarrollo de pol�ticas que
facilitaron la liberalizaci�n de las econom�as. En tercer lugar,
los te�ricos de la globalizaci�n no pueden explicar las variaciones
de la pol�tica de los ETM en relaci�n a la agenda liberal de los
poderes imperialistas. En cuarto, pasan por alto la importancia
de la nueva clase, la CCT, que ha ganado ascendencia en el Estado
e impulsa la agenda liberal. Quinto, los globalistas subestiman
el alcance y profundidad de la intervenci�n estatal en la econom�a
y sociedad liberales, equiparando un estado d�bil con la ausencia
de estado del bienestar. De hecho, el estado neo-colonial es tan
activo, regulador e intervencionista como el populista o el estado
del bienestar, pero su actividad, reglas e intervenci�n se dirigen
a servir los intereses de una clase diferente: el capital extranjero
y la CCT.
Mientras
los estados recolonizados (ER) act�an para servir los intereses
de capitalistas extranjeros, banqueros y estados, requieren y retienen
recursos sustanciales que permiten a los ER cumplir su misi�n. De
hecho, sin un estado (recolonizado) fuerte los objetivos imperialistas
estar�an en peligro. La fuerza se mide en este contexto por la capacidad
de los actores del estado y las instituciones para llevar a cabo
importantes cambios estructurales y asegurar su estabilizaci�n contra
la mayor�a de movimientos sociales populares, sindicatos y partidos
pol�ticos. Mientras que el estado recolonizado aparece d�bil ante
las demandas de las IFIs, es fuerte cuando traduce esas demandas
en pol�ticas nacionales. De hecho, el concepto de estado d�bil es
de valor dudoso, puesto que el estado recolonizado comparte las
pol�ticas del estado imperialista y se compone de los socios de
las EMNs -su propia CCT-y, por tanto, no puede ser concebido como
capitulando ante las IFIs ni dominado por las llamadas "fuerzas
globales".
La centralidad
de los ER en la contrarrevoluci�n liberal es evidente en varias
�reas pol�ticas interrelacionadas.
Privatizaci�n
Los
ER en consulta con las IFI implementan su agenda liberal por medio
de la privatizaci�n de empresas p�blicas estrat�gicas y lucrativas.
La privatizaci�n requiere una intervenci�n intensiva por parte del
estado, incluyendo el establecimiento de alianzas pol�ticas, represi�n
de los sindicatos y/o el despido de trabajadores militantes, socializando
las deudas de las empresas, asegurando el asesoramiento de bancos
inversores extranjeros en la organizaci�n de la venta, interviniendo
para asegurar que los compradores favorecidos tengan ventajas en
la compra, y eliminando cualquier control de precios, cuando la
empresa p�blica operaba con tarifas fijas.
Imposici�n
de pol�ticas de ajustes estructurales (PAE)
Esencialmente,
el significado de PAE va mucho m�s all� de los t�rminos econ�micos
"ajuste" y "estructural". Se refiere a poder
de clase, riqueza y control. En este caso, el ER es extremadamente
importante y activo puesto que las PAE incluyen cambios en la propiedad
(de p�blico a privado, de capital nacional a capital extranjero),
imponiendo impuestos regresivos (aumentar el IVA en lugar de impuestos
progresivos al capital extranjero), reconcentrando ganancias y propiedad
(pol�ticas salariales regresivas, congelando los salarios m�nimos,
promocionando las industrias agrarias a expensas de los agricultores,
etc.), reduciendo las barreras de aranceles (quiebra de los productores
nacionales, permitiendo a las EMNs mayores acciones en mercados
locales, etc.) reduciendo gastos sociales tanto sanitarios como
de educaci�n e incrementado los subsidios para las exportaciones.
La PAE es una estrategia dise�ada por y para la clase dirigente
CCT y el capital exterior y en contra de la gran mayor�a de los
productores locales, trabajadores y agricultores. Incrementa la
desigualdad y la pobreza. La implantaci�n de las PAE requiere un
estado fuerte dispuesto a resistir la oposici�n de la mayor�a. Un
estado ideol�gicamente comprometido, dispuesto a ocultar su rol
hist�rico como entidad independiente y a rechazar la idea de la
soberan�a popular para as� poder implantar pol�ticas por v�as autoritarias,
por real decreto.
Quien
habla de un r�gimen neoliberal habla de un estado poderoso que impone
e implanta sus pol�ticas.
Flexibilidad
laboral
�ste
es un eufemismo para la concentraci�n del poder en las manos de
los empresarios y de los ER. La llamada Reforma laboral y de las
pensiones constituyen pol�ticas que incrementan los poderes de los
empresarios para contratar trabajadores en precario y despedirlos
sin apenas indemnizaci�n. Representa la total sumisi�n del trabajo
al capital . Los trabajadores no tienen derecho a negociar sus condiciones
laborales, seguridad y condiciones sanitarias. Los contratos precarios
no ofrecen a los trabajadores ninguna seguridad laboral puesto que
el empleo est� basado en contratos cortos sin vacaciones, pensiones,
etc. La privatizaci�n de los fondos de pensi�n puso miles de millones
de d�lares en las manos de los inversores privados, que reciben
exorbitantes comisiones y acceso a los fondos para especular y realizar
fraudes, enriqueciendo a unos pocos y amenazando la pensi�n de jubilaci�n
de millones de personas. La implantaci�n de una legislaci�n laboral
y de pensiones tan regresiva requiere un estado poderoso que pueda
intervenir en contra de los sectores populares de la sociedad civil
y reprimir y resistir las protestas de los sindicatos. Su ejecuci�n
requiere la consolidaci�n del apoyo de la clase capitalista y asegurar
la ayuda de las IFIs, que ya est� disponible. Un estado d�bil no
ser�a capaz de resistir las presiones de las clases populares; har�a
concesiones. Un estado fuerte puede ignorar las protestas y proceder
a implantar una legislaci�n laboral y de pensiones regresiva.
Examinando
las pol�ticas m�s importantes perseguidas por los ER, est� claro
que el alcance y profundidad de la intervenci�n del estado es tan
fuerte como siempre. La diferencia m�s importante se encuentra en
la direcci�n socioecon�mica del activismo y la intervenci�n estatales:
el neo-estatismo liberal conlleva la intervenci�n para transferir
riqueza y propiedad al capital privado, especialmente extranjero.
El ER no ha desregulado la econom�a, ha establecido nuevas reglas
para gobernar las pol�ticas de ingresos, pensiones, relaciones laborales,
pol�ticas de importaci�n-exportaci�n, flujo de capital, etc. Las
nuevas reglas, que favorecen a las CTT y el capital extranjero,
requieren un nuevo r�gimen regulador, en el cual trabajo-capital
populistas-nacionalistas sean reemplazados por representantes de
la nueva clase dirigente liberal.
En el
desmantelamiento del anterior r�gimen regulador y la econom�a social
y en la construcci�n de las nuevas sociedades y econom�as liberales,
el estado recolonizado juega un papel esencial activista e intervencionista,
a pesar de operar bajo la dominaci�n del estado imperial.
Por
qu� el estado juega un papel central
Los
poderes imperialistas y las CCT del Tercer Mundo tienen una comprensi�n
mucho m�s realista y pragm�tica de la centralidad del estado- ya
sea imperial o recolonizado- que los llamados te�ricos de la globalizaci�n
que pretenden mantener posiciones de izquierdas. Mientras los publicistas
de la clase dirigente lanzan su ret�rica globalizadora, en la pr�ctica
trabajan unidos en fortalecer y extender el poder del estado, porque
es necesario para la expansi�n y la supervivencia de sus intereses.
Existen varias razones por las cuales el estado contin�a jugando
un papel relevante en el mundo contempor�neo.
Volatilidad
de los mercados
La econom�a
del mundo actual est� profundamente influenciada por los sectores
financieros y por la actividad especulativa que es altamente vol�til
y requiere constantemente de la intervenci�n estatal para evitar
que las crisis financieras peri�dicas de regiones particulares se
extiendan por toda la econom�a mundial. Los especuladores de los
mercados financieros de los pa�ses imperialistas dependen altamente
de los tipos de inter�s fijados por los bancos centrales. El colapso
financiero y de los sistemas bancarios depende de la intervenci�n
del estado para "reestructurar" los malos cr�ditos (pago
a los acreedores con el dinero de los contribuyentes) como es el
caso en Jap�n, Corea del Sur y Rusia. Las econom�as estancadas dependen
de la intervenci�n estatal para estimular su crecimiento como en
Jap�n y China. El n�mero de ejemplos se podr�a multiplicar, pero
la idea esencial es que el incremento de movimientos del capital
especulativo ha aumentado el papel del estado para tratar de estabilizar
la anarqu�a del mercado, con cualesquiera recursos que puedan ser
movilizados desde dondequiera que est�n disponibles, pero especialmente
por la v�a de a�adir cargas a los contribuyentes de ingresos bajos.
Desregulaci�n
financiera
El decremento
del control del estado sobre las transacciones financieras ha incrementado
el papel de la intervenci�n del estado para en la superaci�n de
crisis a caballo de sistemas financieros y empresa, como fue el
caso en las crisis de Ahorros y Cr�ditos en los USA. La falta de
controles sobre el capital y el libre cambio ha permitido la especulaci�n
en las monedas y las masivas huidas de capital en tiempos de p�nico.
El estado ha intervenido manteniendo las monedas o dej�ndolas flotar
y/o dificultando los cr�ditos con incrementos de los tipos de inter�s.
La frecuencia y la creciente intensidad de las crisis ha transformado
el papel del estado desde polic�a a bombero -apagando el fuego de
las conflagraciones financieras.
Competencia
inter-imperialista
Los
estados imperialistas han tomado parte creciente en la lucha por
las acciones de los mercados, cada uno defendiendo sus propias EMNs.
Los estados recolonizados participan activamente en promover proyectos
conjuntos entre sus empresas transnacionales y EMNs. Los estados
imperialistas han negociado cuotas en las importaciones, llevado
competidores a la OMC, organizado boicots, etc. para fortalecer
sus EMNs a expensas de sus rivales. El estado imperialista estadounidense
ha luchado para sus exportadores ganaderos contra la UE, amenazando
con boicots y medidas de represalia; ha limitado las importaciones
de productos agr�colas, del az�car producido en pa�ses tropicales
-en una palabra, la competencia entre EMNs nacionales se ha convertido
en conflictos entre estados, en los cuales los estados se convierten
finalmente en los �rbitros. Considerando los mercados menguantes
y la recesi�n creciente de 2001, podemos esperar mayor intervenci�n
estatal y m�s pol�ticas proteccionistas.
El alcance
y la profundidad de las transformaciones
Ninguna
EMN (o grupo de ellas) ha tenido, por s� misma, el poder y la autoridad
para transformar la econom�a y estructuras sociales que permiten
al capital circular masivamente en los mercados exteriores. El estado
ha creado un caparaz�n dentro del cual el capital fluye y ha establecido
las reglas del juego que gu�an la expansi�n exterior. Dada la fragilidad
de estas estructuras el estado debe involucrarse continuamente para
salvar el capital y sostener reg�menes recolonizados.
Apoyando
las IFIs
Como
las IFIs dependen directamente de los estados imperialistas por
lo que respecta a sus l�deres, programas y prioridades, el apoyo
de los estados imperialistas es esencial para permitir a las IFIs
continuar interviniendo en los estados re-colonizados. La subvenci�n
de las IFIs depende de los estados imperialistas, sin los cuales
no podr�an tener ninguna influencia ni ninguna autoridad para forzar
sus prescripciones. Si consideramos hasta qu� punto las IFIs sirven
para enlazar los estados imperialistas con los recolonizados, su
posici�n como centro de poder se basa en el poder derivado de los
centros imperialistas. Por estas razones, el estado contin�a y continuar�
siendo esencial en la econom�a pol�tica mundial. Lejos de ser un
poder residual derivado del pasado, la relevancia continua del estado
forma parte estructural del sistema imperialista actual.
Conclusi�n
Las teor�as
derivadas del paradigma de la globalizaci�n no aciertan a explicar
el papel central que el estado juega en las econom�as pol�ticas
del mundo actual. Igualmente, la idea de un sistema imperialista
no tiene sentido a menos que entendamos las actividades de los estados
imperialistas y la multiplicidad de papeles que juegan en la apertura
de mercados para la expansi�n de sus EMNs.
El aspecto
te�rico fundamental es que la actual configuraci�n de poder en la
econom�a mundial no est� basada en una "ausencia de estados"
o en "corporaciones globales" sino en EMNs que colaboran
�ntimamente con sus estados imperialistas. Las IFIs, como el BM
y el FMI no conforman un nuevo estado global sino que derivan su
poder y subvenciones de los estados imperialistas. El imperialismo
y la no globalizaci�n son los conceptos clave para entender los
conflictos interestatales y la competencia entre las empresas. Los
estados imperialistas y las EMNs no son polos opuestos. Son sinergias
entre el neo-estatalismo y el neoliberalismo. En el mundo actual,
en contra de la ideolog�a neoliberal del libre mercado, los estrategas
pol�ticos tanto de los estados imperialistas como de los recolonizados
eligen a los ganadores y a los perdedores a trav�s de incentivos,
subsidios, y tarifas. El resultado es la expansi�n de las grandes
agrupaciones capitalistas y la ca�da de las empresas peque�as y
medianas y tambi�n de las grandes que no mantienen v�nculos con
el r�gimen.
El debate
entre los economistas burgueses es si la intervenci�n a gran escala
y a largo plazo y las ayudas a las EMNs es un "riesgo moral",
es decir, si el conocimiento por parte de los directores de las
corporaciones de que el estado subvencionar� las p�rdidas estimula
un comportamiento de "especulaci�n imprudente". Los economistas
de la Nueva Econom�a dejan en un segundo plano su ideolog�a del
libre mercado cuando se enfrentan con una crisis y miran hacia el
estado en busca de recursos financieros que les pongan a salvo de
la bancarrota. Por otra parte, los neo-liberales fundamentalistas
argumentan que los beneficios se ganan en base a los riesgos en
las inversiones y, por tanto, si el estado elimina el riesgo, socava
la colocaci�n eficiente de recursos por parte del mercado y promueve
la especulaci�n destructiva.
El problema
b�sico con la teor�a de la globalizaci�n es que mira al epifen�meno
-la expansi�n de las corporaciones nacionales en el exterior y no
acierta a considerar sus v�nculos con los cuarteles generales de
estas corporaciones. Las EMNs compran y venden globalmente pero
sus decisiones estrat�gicas en relaci�n a la tecnolog�a y a las
inversiones est�n controladas por los cuarteles generales nacionales
en su estado imperialista. Multinacional en forma pero nacional
en contenido -particularmente cuando analizamos los �ntimos lazos
entre las sedes de las EMNs y los altos cargos de los estados imperialistas.
La afirmaci�n
de los globalistas de un nuevo "r�gimen global" basada
en la supremac�a de las IFIs est� basada en la extrapolaci�n superficial
de las actividades del FMI y del BM desde las redes de los grandes
estados imperialistas de las que ellos forman un punto subordinado.
Como resultado, las teor�as globalizadoras inflan el poder de las
IFIs y desinflan los poderes de los estados -particularmente de
los estados imperialistas.
Los
globalistas mezclan sus errores m�s all� confundiendo un desplazamiento
en el activismo del estado desde el estado del bienestar a los subsidios
a las empresas por un "menor peso del estado" o un "debilitamiento
del estado". Como hemos demostrado, el estado recolonizado
es muy activo, intervencionista y fuerte en la implantaci�n de la
agenda neo-liberal. Al negar la importancia del "estado"
porque el estado del bienestar ha sido eclipsado por el estado neoliberal,
los globalistas ocultan uno de los m�s importantes terrenos de lucha.
Tal
como hemos argumentado, el estado retiene potencialmente grandes
recursos, capacidad y una posici�n estrat�gica entre los productores
y la econom�a mundial. La cuesti�n pues, se convierte no tanto en
la globalizaci�n de la lucha como en la transformaci�n de la naturaleza
del estado, reconfigurando su relaci�n con las EMNs y las CCT: esto
significa que la lucha de clase dentro de la naci�n por el poder
del estado es esencial en lo que respecta a asegurar los recursos
econ�micos -centros de investigaci�n tecnol�gica, medios de producci�n,
tierra -para redistribuir la riqueza y restablecer los mercados
nacionales. Las m�ltiples y profundas actividades que los estados
imperialistas y recolonizados realizan para las EMNs y CCTs indica
que se trata de un lugar de recursos, poder y actividades que pueden
transformar y mejorar las vidas de los trabajadores si se obra una
revoluci�n. La ideolog�a de reducci�n o desaparici�n del estado
en una maniobra de desorientaci�n imperialista dise�ada para desviar
los movimientos populares hacia instituciones secundarias que reciben
su poder del estado.
El internacionalismo
de los globalistas de la izquierda est� basado en eventos -reuniones
del FMI, BM, etc. donde un gran conglomerado de grupos se encuentran,
protestan y se dispersan. Aunque el valor publicitario es bueno,
estas actividades no ponen en peligro los fundamentos del estado
y las estructuras del poder imperial y neo-colonial.
El internacionalismo es fuerte s�lo en la medida que los movimientos
pol�ticos nacionales son poderosos, donde las clases oprimidas tienen
poder estatal y pueden intervenir en apoyo de sus camaradas en el
extranjero. Los movimientos nacionales fuertes construyen una solidaridad
internacional poderosa.