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Noviembre 3, 2025
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James Petras
Especial para Rebeli�n
Traducci�n para Rebeli�n: J. M. Rib�


I. Introducci�n
Uno de los mitos m�s extendidos e insidiosos de nuestro tiempo es la idea que vivimos en un mundo sin estados-naci�n. Nada podr�a estar m�s lejos de la verdad. En todas las regiones del mundo el estado -ya sea imperial, capitalista o neo-colonial- se ha reforzado, sus actividades se han expandido, su intervenci�n en la econom�a y sociedad civil es omnipresente. El estado en las naciones imperialistas -lo que podr�amos llamar estado imperialista- es particularmente activo en lo que respecta a la concentraci�n del poder en el interior de la naci�n y en su proyecci�n exterior con la ayuda de una gran variedad de instituciones, circunstancias econ�micas y pol�ticas y mediante el establecimiento de vastas esferas de influencia y dominio. El estado imperialista de los Estados Unidos (USA) lidera el camino, seguido por la Uni�n Europea (UE), liderada por Alemania y Francia, y Jap�n. El poder del estado imperialista se extiende a las instituciones financieras internacionales (IFI) como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM), el Banco Asi�tico (BA), la Organizaci�n Mundial de Comercio (OMC), etc. Los estados imperialistas proporcionan la mayor parte de los apoyos econ�micos, nombran a los lideres de las IFIs y los mantienen responsables de implantar pol�ticas que favorezcan a las empresas multinacionales (EMN) de sus pa�ses respectivos. Los que abogan por un mundo sin estados-naci�n o sostienen teor�as globalizadoras (TG) no aciertan a comprender que las IFIs no son una m�s elevada o nueva forma de gobierno m�s all� de los estados-naci�n sino m�s bien instituciones cuyo poder deriva de los estados imperialistas.
Este ensayo se ocupar� de discutir y criticar los argumentos infundados de las teor�as globalizadoras y, a continuaci�n, detallar y discutir el significado del estado en la econom�a actual en los �mbitos mundial, regional y local. La tercera secci�n del ensayo mostrar� una explicaci�n de las razones del crecimiento de la estatalizaci�n en las econom�as neoliberales del mundo.

II. Argumentos del mito del "Mundo sin estados-naci�n"

Los que abogan por la tesis del "mundo sin estados-naci�n" , a quienes llamaremos "te�ricos de la globalizaci�n" parten de un conjunto de premisas muy dudosas. Existen variaciones y matices entre ellos: algunos argumentan que el concepto del estado-naci�n es anacr�nico, otros argumentan que est� en decadencia, otros, que ya no es una realidad. Mientras estas diferencias contin�an generando debate, lo que es m�s significativo son las premisas comunes de los te�ricos de la globalizaci�n. Estas premisas cuestionables incluyen las siguientes:
Premisa 1: Las EMN son corporaciones globales que no tienen ninguna localizaci�n espec�fica en ning�n estado-naci�n en particular. Constituyen, pues, una nueva econom�a mundial divorciada de los controles nacionales y son parte de una nueva clase dirigente mundial.
Esta premisa se basa en el hecho de que las empresas multinacionales operan en un buen n�mero de pa�ses, son m�viles y tienen el poder de evadir impuestos y regulaciones de muchas jurisdicciones nacionales. Existen varios problemas tanto a nivel conceptual como emp�rico con esta hip�tesis.
En primer lugar, el hecho que las EMNs operen en muchos pa�ses no excluye que los cuarteles generales en donde se toman las decisiones estrat�gicas m�s importantes y en donde se concentran directores y beneficios est�n situadas en USA, UE y Jap�n.
En segundo lugar, la movilidad se basa en decisiones estrat�gicas tomadas por la direcci�n en los cuarteles generales de los centros imperiales. Estas decisiones dependen de las condiciones pol�ticas y econ�micas creadas por el estado imperialista y sus representes en las IFIs. La movilidad est� supeditada a las relaciones entre estados.
En tercer lugar, la evasi�n de impuestos y regulaciones son posibles por pol�ticas deliberadas llevadas a cabo por los estados imperialistas y sus bancos multinacionales. La no promulgaci�n de leyes contra la transferencia de ganancias il�citas desde pa�ses neo-coloniales hacia los estados imperialistas es una forma que tiene el estado para favorecer la concentraci�n de riqueza a gran escala que fortalece las cuentas exteriores de las econom�as imperialistas. El desprecio por parte de las EMNs de las regulaciones de los pa�ses neo-coloniales es parte de un conjunto m�s amplio de relaciones de poder ancladas en las relaciones entre estados neo-coloniales e imperialistas.
Premisa 2: Los gobiernos de los viejos estados-naci�n han sido desbancados por un nuevo gobierno mundial, constituido por los mandatarios de las IFI, de la OMC y los de las EMNs. �ste es un argumento basado en una discusi�n superficial del epifen�meno, m�s que en una visi�n anal�tica de la estructura del poder. Aunque es cierto que las IFIs toman importantes decisiones en gran n�mero de puntos geogr�ficos afectando de forma importante distintos sectores econ�micos y sociales, estas decisiones y quienes las toman est�n �ntimamente relacionados con los estados imperialistas y las EMNs que los influencian. Los altos cargos de las IFIs han sido nombrados por sus gobiernos nacional/imperialistas. Todas las pol�ticas que dictan las condiciones para la concesi�n de cr�ditos son establecidas por los ministros del tesoro, finanzas y econom�a de los estados imperialistas. La inmensa mayor�a de la financiaci�n de las IFIs proviene de los estados imperialistas. La representaci�n en el consejo ejecutivo de las IFIs es proporcional a la financiaci�n otorgada por los distintos estados imperialistas. El FMI y el BM han sido siempre dirigidos desde USA o la Uni�n Europea.
La visi�n que tienen los globalistas sobre el poder de las IFIs est� basada en la discusi�n del poder derivado, no en su origen en el estado imperialista. En este sentido, el poder internacional est� basado en los estados imperialistas, no en entidades supra-nacionales. El �ltimo concepto sobrestima en gran medida la autonom�a de las IFIs y subestima su subordinaci�n a los estados imperialistas. El significado real de las IFIs se encuentra en c�mo magnifican, extienden y profundizan el poder de los estados imperialistas y c�mo se convierten en terreno para la competencia entre estados imperialistas rivales. Lejos de desplazar a los viejos estados, las IFIs han fortalecido sus posiciones.
Premisa 3: Uno de los argumentos m�s comunes de los te�ricos de la globalizaci�n sostiene que ha tenido lugar una revoluci�n de la informaci�n, eliminando las fronteras entre los estados y creando una nueva econom�a global. Las TG argumentan que una nueva revoluci�n tecnol�gica ha transformado el capitalismo aportando un nuevo �mpetu al desarrollo de las fuerzas productivas. La afirmaci�n de que las tecnolog�as de la informaci�n han revolucionado las econom�as y, en consecuencia, han creado una nueva econom�a global en la cual los estados-naci�n y las econom�as nacionales se han convertido en superfluos es extremadamente dudosa.
La comparaci�n del crecimiento de la productividad en USA en los �ltimos 50 a�os no apoya el argumento globalizador. Entre 1953-73, antes de la llamada revoluci�n de la informaci�n, en USA la productividad creci� una media del 2,6%; con la introducci�n de los ordenadores, la productividad creci� entre 1972-95 menos de la mitad. Incluso en el llamado boom de 1995-99, el crecimiento de la productividad se situ� en el 2,2%, todav�a por debajo de las cifras del periodo anterior a los ordenadores. Jap�n, el pa�s que hace un uso m�s extenso de ordenadores y robots ha sido testigo de una d�cada de estancamiento y crisis. Entre los a�os 2000-01, el sector de la informaci�n se sumi� en una profunda crisis. Decenas de miles de trabajadores fueron despedidos, cientos de empresas suspendieron pagos, la cotizaci�n de las acciones cay� alrededor del 80%. La burbuja especulativa, que defini� la llamada "econom�a de la informaci�n" explot�. A�n m�s, la mayor fuente de crecimiento de la productividad seg�n los globalizadores estaba en la informatizaci�n del �rea de la fabricaci�n de ordenadores. Algunos estudios han mostrado que los ordenadores usados en los centros de trabajo se dirigen m�s al trabajo personal que al intercambio de ideas. Algunas estimaciones sit�an en el 60% el tiempo de ordenador destinado a actividades no relacionadas con la empresa. Las empresas de fabricaci�n de ordenadores suponen el 1,2% de la econom�a de los USA y menos del 5% del capital.
A�n m�s, el censo de poblaci�n de USA proporciona otra explicaci�n a las cifras de alta productividad -los cinco millones de trabajadores americanos -mayoritariamente inmigrantes ilegales que inundaron el mercado de trabajo norteamericano en los 90s. Si consideramos que la productividad se mide por la producci�n por trabajador estimado, los cinco millones de trabajadores no contabilizados inflaron los datos de productividad. Si se incluyen los cinco millones, las cifras bajar�an m�s all� del 2%.
Con la ca�da de la econom�a de la informaci�n y su valor en bolsa, se hace claro que la revoluci�n de la informaci�n no es la fuerza trascendente que define a las econom�as de los grandes estados imperialistas y menos a�n configura un nuevo orden mundial. El hecho de que la mayor�a de la gente disponga de ordenadores y que algunas empresas tengan mayor control sobre sus inventarios, etc. no significa que el poder se haya alejado de los estados-naci�n. Las afirmaciones de los publicistas sobre la "revoluci�n de la informaci�n" no tienen fundamento ya que los inversores en bolsa trasladan sus inversiones hacia la econom�a real y lejos de las empresas ficticias de alta tecnolog�a, que no obtienen beneficios y s�, en cambio, p�rdidas crecientes.
Premisa 4: En relaci�n con la premisa anterior, los globalistas argumentan que vivimos en una nueva Econom�a que ha desplazado la Vieja Econom�a industrial, minera, agr�cola y de servicios sociales. Seg�n los globalistas, el 'mercado' crea una 'democracia real' en la cual 'la gente corriente' elige su futuro, y la eficiencia de las nuevas tecnolog�as asegura un alto crecimiento. La recesi�n del final de 2000 y de 2001 ciertamente rechaza las afirmaciones de los ide�logos de la Nueva Econom�a: el ciclo de negocio contin�a operando y, a�n m�s, el ciclo se acent�a particularmente por la naturaleza altamente especulativa de la 'Nueva Econom�a. De hecho, la 'Nueva Econom�a' manifiesta todas las caracter�sticas de una econom�a vol�til y especulativa, orientada a la obtenci�n de beneficios desorbitados. En la ausencia de beneficios o incluso en periodo de recesi�n, sucede que mucho de lo que fue calificado de 'Nueva Econom�a' fue una estafa financiera colosal, en donde los grandes beneficios de los primeros inversores llev� a la ruina de los inversores posteriores.
La nueva eficiencia prometida por los publicistas de la 'Nueva Econom�a' no pudo resistir la l�gica del ciclo de negocio capitalista. La producci�n "Just in time" estaba basada en un crecimiento estable y continuo de la demanda: la recesi�n de 2001, la ca�da repentina de la demanda, llevaron a una acumulaci�n de stocks entre productores y vendedores, y los despidos resultantes. Los problemas de liquidez incrementaron las deudas y las bancarrotas propias de la "Vieja Econom�a".
Est� claro que la llamada "Nueva Econom�a" no trasciende la crisis capitalista; de hecho, es m�s vulnerable y dispone de menos recursos en qu� apoyarse ya que buena parte de sus movimientos de capital dependen de expectativas especulativas de beneficios altos continuados. La brusca ca�da de ganancias en publicidad de los sitios web y la saturaci�n del mercado inform�tico ha llevado a una crisis estructural de los productores de hardware y software, que, a su vez, ha producido una enorme sacudida en la 'industria' -el desorbitado valor de las acciones ha ca�do a una fracci�n de su valor y las m�s grandes empresas de Internet est�n luchando por sobrevivir, no para definir la naturaleza de una 'Nueva Econom�a'.
Premisa 5: Algunos te�ricos sobre la globalizaci�n, como Toni Negre, escriben sobre un 'sistema imperialista' en oposici�n a los estados imperialistas -como si uno pudiera existir sin los otros. El 'sistema' no tiene 'centro' puesto que todos los estados han perdido su significaci�n especial ante las todopoderosas EMNs que dominan los mercados. Una explicaci�n basada en los sistemas no acierta a reconocer la clase y el poder institucional de los bancos y empresas p�blicas. A�n peor, los te�ricos de los sistemas no aciertan a relacionar las estructuras, operaciones, c�digos legales y enlaces entre los estados imperialistas, las empresas multinacionales y sus filiales en las IFIs. El vasto alcance de su poder se concentra en beneficios, intereses, rentas y royalties en los pa�ses imperialistas. El 'sistema' se deriva y se sostiene por las fuerzas combinadas de los estados imperialistas y sus EMNs. Hacer abstracci�n de las especificidades de la propiedad y el poder estatal para describir un sistema imperialista es perder de vista las contradicciones b�sicas y los conflictos, las rivalidades entre los estados imperialistas y las luchas por el poder del estado. La quimera de los "imperios sin estado" contiene los mismos problemas que la idea de un 'mundo sin naciones-estado' -exagera la autonom�a del capital respecto al estado y propaga las proposiciones falsas de las 'ideolog�as del mercado libre', que argumentan que el 'mercado' (o, en palabras de Negri, el "capitalismo colectivizado") domina el sistema imperialista.
Premisa 6: Cuando los globalistas definen las configuraciones de poder operan en un nivel de abstracci�n tan alto que amalgama las variaciones m�s significativas en reg�menes, estados, configuraciones de clase. Como resultado, no tienen una concepci�n muy convincente de los cambios socioecon�micos. El malentendido m�s flagrante se halla en su aproximaci�n al sistema mundial, con sus categor�as de 'n�cleo' o 'centro' y semi-periferia y periferia. Este tipo de estratificaci�n abstracta y simplista de la econom�a y del poder mundial subordina la din�mica de las relaciones de clase a una distribuci�n est�tica de las acciones de los mercados. Las categor�as abstractas oscurecen las diferencias fundamentales en los intereses de clase entre naciones de cada categor�a; diferencias que determinan c�mo las acciones del mercado son distribuidas en el interior de las naciones, la posesi�n de la propiedad, los niveles de vida as� como diferencias entre pa�ses din�micos y estancados. M�s fundamentalmente, contemplando las posiciones del mercado, los globalistas pasan por alto la ubicuidad del estado en la preservaci�n y desaf�o de las relaciones entre los estados y las econom�as y en la reconfiguraci�n de la econom�a mundial.

III La Centralidad del Estado

En el mundo actual, el estado-naci�n, tanto en su forma imperial como neo-colonial ha multiplicado y expandido su actividad. Lejos de ser un anacronismo, el estado se ha convertido en un elemento central en la econom�a mundial y en el seno de los estados-naci�n. De todos modos, las actividades del estado var�an seg�n su "car�cter de clase", es decir, si son imperialistas o neo-coloniales.

Estados imperialistas

En los recientes a�os la centralidad de los estados imperialistas se ha evidenciado en �reas fundamentales de actividad pol�tico-econ�mica, cultural y econ�mica que refuerzan la posici�n de los poderes imperialistas, particularmente los de USA.

Gesti�n de la crisis

En la d�cada pasada diversas e importantes crisis econ�micas y financieras tuvieron lugar en varias regiones del mundo. En todos los casos, los estados imperialistas, particularmente los USA intervinieron para salvar las EMNs, y evitar el colapso de los sistemas financieros. Por ejemplo, en 1994, cuando el sistema financiero mexicano estaba al borde del hundimiento, el entonces presidente Clinton intervino para enviar 20.000 millones de d�lares al estado Mexicano para salvar a los inversores estadounidenses y estabilizar el peso. En segunda instancia, durante la crisis Asi�tica de 1998, los USA y los gobiernos europeos aprobaron una ayuda multimillonaria del FMI-BM a cambio de una apertura en las econom�as de esos pa�ses (particularmente Corea del Sur) que permitiese las absorciones extranjeras de industrias b�sicas. En la crisis brasile�a de 1999 y en la crisis argentina de 2001, Washington presion� a las IFIs para salvar los reg�menes. Dentro de USA la amenaza de quiebra de un importante banco internacional de inversiones llev� a la intervenci�n de la reserva federal (Banco Central), salvando, de este modo, a un banco privado. En una palabra, con gran frecuencia y con ingentes recursos, el estado imperialista ha jugado un papel dominante en la gesti�n de las crisis, salvando a importantes inversores de la quiebra, apuntalando EMNs insolventes e impidiendo el desplome de las monedas. M�s que nunca, las EMNs y la llamada "econom�a global" dependen de la constante y masiva intervenci�n de los estados imperialistas para gestionar las crisis y asegurar los beneficios (compra de acciones de empresas locales).

Competencia inter-imperialista

La competencia entre poderes imperialistas rivales y las EMNs ha sido esencialmente estimulada por los estados imperialistas rivales. Por ejemplo, el estado imperialista norteamericano est� dirigiendo la lucha para abrir los mercados europeos a la ternera de USA y las exportaciones estadounidenses de pl�tanos provenientes de Am�rica Central y Sudam�rica. Mientras, los estados japoneses y europeos negocian con los USA para incrementar la 'cuota' de una serie de exportaciones que incluyen acero, materiales textiles? El comercio y los mercados se definen de forma muy importante por acuerdos estado-estado. La globalizaci�n no es s�lo un producto del 'crecimiento de las EMNs' sino m�s bien un artificio de los acuerdos estado-estado. La competencia en t�rminos capitalistas est� mediatizada, influenciada y dirigida por los estados. Los mercados no trascienden los estados sino que operan en sus fronteras.

Conquista de los mercados

El estado juega un papel extendido y profundo en la conquista de mercados exteriores y en la protecci�n de los mercados locales. En primera instancia, el estado proporciona subsidios directos e indirectos hacia los sectores exportadores. En USA las exportaciones agr�colas reciben ayudas para el agua y la energ�a el�ctrica y tambi�n en forma de rebajas impositivas. En segundo lugar, el estado imperialista v�a IFI presiona a los pa�ses receptores de pr�stamos en el tercer mundo para reducir o eliminar barreras comerciales y privatizar empresas a trav�s de acuerdos condicionados. Esto permite a las EMNs de USA, Europa y Jap�n penetrar en los mercados y comprar empresas locales. La mayor�a de las exportaciones est�n financiadas por agencias estatales. La llamada "globalizaci�n" no existir�a si no fuera por la intervenci�n estatal. De igual modo, los mercados no estar�an abiertos si no fuera por la intervenci�n militar y electoral, las amenazas pol�tico-econ�micas o la presi�n y reclutamiento de clientes locales llevadas a cabo por los estados imperialistas. El imperialismo toma muchas formas pero persigue objetivos similares: la conquista de los mercados del tercer mundo, la penetraci�n en econom�as competidoras y la protecci�n de los mercados dom�sticos. Europa, los USA y Jap�n han construido una serie de barreras comerciales en una gran gama de productos de importancia estrat�gica: las importaciones de veh�culos est�n limitadas por cuotas, lo mismo que las de az�car, materias textiles, acero, etc. Hay una multiplicidad de restricciones no tradicionales y acuerdos informales que limitan la entrada de productos al mercado estadounidense (todo ello negociado en base a acuerdos estado-estado). En muchos casos, en sus acuerdos con pa�ses neo-coloniales, como Brasil durante la presidencia de Cardoso, USA rechaza la reciprocidad, exigiendo y asegurando la liberalizaci�n de la indutria de la informaci�n al mismo tiempo que se restring�an las exportaciones brasile�as de acero, argumentando el falso pretexto de evitar la inundaci�n del mercado.

Acuerdos comerciales

Todos los grandes acuerdos econ�micos que liberalizan el comercio y que establecen una nueva regulaci�n de las inversiones son negociados por los estados, exigidos por los estados y sujetos a modificaciones estatales. GATT, WTO, Lome, etc., que establecieron las regulaciones comerciales e instauraron el marco legal para las redes de comercio globales fueron formuladas por los estados. Adem�s, los pactos de comercio bilaterales, regionales y multilaterales, como NAFTA, LAFTA, etc. son iniciados por estados imperialistas para abrir nuevos mercados para sus multinacionales. El
estado imperialista opera en sinergia con sus corporaciones multinacionales. Los "mercados en expansi�n" no tienen nada que ver con empresas multinacionales que desplazan los estados anacr�nicos. Al contrario, la mayor�a de los movimientos de capital a nuevos mercados dependen de la intervenci�n del estado para hacer caer barreras y, en algunos casos, desestabilizar reg�menes nacionalistas.

Acuerdos de inversiones

Los nuevos acuerdos de inversiones multilaterales y bilaterales est�n formulados a nivel de estado con el acuerdo y la participaci�n activa de las EMNs. La raz�n est� clara: las EMNs desean la participaci�n estatal para garantizar que su capital no ser� expropiado , sujeto a impuestos "discriminatorios" o restringido en la obtenci�n de beneficios. El estado se encarga de garantizar las inversiones, un elemento crucial en las inversiones para la expansi�n de las corporaciones. En muchos casos, los estados imperialistas usan sus representantes en las IFIs para imponer nuevos c�digos de inversiones como condiciones para cr�ditos de 'estabilizaci�n' y desarrollo.

Protecci�n, subsidios y adjudicaci�n

El estado imperialista de USA impone poderosas barreras protectoras a sus productos agr�colas. USA y los estados europeos subvencionan fuertemente la agricultura con bajas tarifas para la electricidad y el uso del agua. La investigaci�n y desarrollo de nuevas tecnolog�as est�n financiadas fuertemente por el estado y, m�s tarde revierte en las multinacionales. En cada estadio previo, durante y despu�s de la expansi�n de las EMNs en el mercado internacional, el estado se implica profundamente. M�s todav�a, donde las empresas nacionales no son competitivas, los estados imperialistas inventan pretextos para protegerlas de productores m�s eficientes. Jap�n protege sus productores de arroz, a pesar que sus precios son diez veces superiores para los consumidores. USA proporciona grandes subsidios a las empresas agrarias exportadoras de California en forma de investigaci�n, tarifas de agua baratas y cr�ditos ligados a la compra de cereales exportados por USA. La UE subvenciona la formaci�n de sus industrias de alta tecnolog�a, agricultura, etc.
La estatalizaci�n o la neo-estatalizaci�n es la pieza central de la 'expansi�n global' de las EMNs. El estado ha crecido, su alcance se ha expandido, su papel en la econom�a internacional es esencial. La ret�rica vac�a de los 'mercados libres' promovida por los ide�logos conservadores ha sido consumida y repetida por la izquierda 'globalizadora'. Mientras que la izquierda habla de la p�rdida de peso del estado, la derecha ha mantenido una posici�n activa en la promoci�n de la actividad estatal para fomentar los intereses de las EMNs. Mientras la izquierda habla de 'globalizaci�n de mercados' , las EMNs desde los pa�ses imperialistas y sus estados se reparten los mercados, ampliando sus esferas de dominaci�n y control.
Por encima de todo, el estado imperialista no es simplemente una instituci�n econ�mica; la expansi�n de las EMNs hacia mercados exteriores depende en gran medida del papel pol�tico y militar del estado imperialista.

Expansi�n del poder pol�tico y econ�mico del estado imperialista

La expansi�n exterior de las EMNs ha sido posible gracias a la expansi�n pol�tica y militar del imperialismo euro-americano v�a OTAN y ej�rcitos adl�teres en el sur de �frica, Latinoam�rica y Asia. En Rusia (la antigua URSS) y Europa del este, los estados imperialistas han apoyado reg�menes clientelistas, preparando el terreno para hacerse con una gran cantidad de industrias estrat�gicas, fuentes de energ�a, etc. El triunfo del estado imperialista de USA sobre la URSS aport� el �mpetu necesario para desmantelar los estados del bienestar en Europa y lo que pretend�a ser un estado del bienestar en USA. Las guerras Euro-americanas en el Golfo y los Balcanes consolidaron la dominaci�n de los estados imperialistas y extendieron su influencia sobre los estados disidentes. La desestabilizaci�n de los antiguos reg�menes comunistas, las guerras destructivas contra los reg�menes nacionalistas del sur de �frica, Latinoam�rica y donde fuera necesario abrieron estas regiones a prescripciones pol�ticas neo-liberales. La expansi�n militar imperialista relacionada directamente con los aparatos militares de estado acompa�� y promovi� la expansi�n de las EMNs en el exterior. La llamada globalizaci�n creci� a punta de pistola (por supuesto, una pistola de un estado imperialista). Para proteger a�n m�s el capital en el exterior, USA y la UE han creado una nueva doctrina de la OTAN que legitima las guerras ofensivas, dentro y fuera de Europa, contra cualquier pa�s que amenace los intereses econ�micos (de sus EMNs). La OTAN se ha expandido para incorporar nuevos estados-clientes en Europa del este y nuevos "asociados de paz" entre los estados B�lticos y las antiguas rep�blicas de la URSS (Georgia, Kazahkstan, etc...) En otras palabras, las alianzas militares de los estados imperialistas incorporan nuevos estados, con m�s y mayores aparatos estatales armados que nunca anteriormente -para asegurar la entrada de las EMNs europeas y americanas en sus pa�ses y facilitar el flujo de los beneficios de �stas hacia sus cuarteles generales en USA o Europa Occidental.

El estado y los Medios de comunicaci�n de masas

Mientras los medios de comunicaci�n de masas y su aparato pol�tico-cultural cruza m�s fronteras que nunca, la propiedad y el control est�n altamente concentradas en las manos de EMNs europeas y americanas. El mensaje es cada vez m�s homog�neo, y la fuente de inspiraci�n est� �ntimamente coordinada con los estrategas de Washington, Berl�n, Londres, etc. Flujos globales, controles imperiales, �sta es actualmente la esencia de los medios de comunicaci�n de masas. Las multinacionales de los medios de comunicaci�n miran hacia los estados imperialistas para establecer la l�nea pol�tica y para definir los par�metros de la discusi�n, mientras ellos recogen los beneficios.
En conclusi�n los estados imperialistas, lejos de ser desplazados por la expansi�n del capital exterior, han crecido y se han convertido en componentes esenciales de la pol�tica econ�mica mundial. Los te�ricos de la globalizaci�n confunden el papel del estado imperialista, un adversario esencial, en la defensa de los privilegios y poder de las EMNs.
Mientras algunos escritores globalistas podr�an reconocer la importancia del estado imperialista, argumentar�an que los estados recolonizados est�n debilitados ante las corporaciones globales que socavan su capacidad de tomar decisiones y regular las econom�as nacionales.

IV Estados re-colonizados: El estado como terreno para la lucha

El punto de partida para cualquier discusi�n sobre los estados del TercerMundo (ETM) es hist�rico -la mayor parte de los ETM desarrollaron pol�ticas socioecon�micas contrarias a las directrices del FMI y del BM durante el periodo 1945-1975. La raz�n b�sica ten�a poco que ver con la existencia o no de la URSS. La raz�n principal eran las clases sociales, las alianzas pol�ticas y la ideolog�a que dirigi� la pol�tica de los ETM y las presiones de los movimientos de masas. Durante este per�odo de 30 a�os los estados imperialistas, espec�ficamente USA, presionaron a los ETM para lograr la liberalizaci�n de sus econom�as, la privatizaci�n de empresas p�blicas, etc. La mayor parte de los ETM resistieron ante estas presiones imperialistas (ahora bautizadas como 'globalizaci�n'). Dos cambios b�sicos tuvieron lugar y alteraron este escenario: los poderes imperialistas dirigidos por USA lanzaron una ofensiva militar, utilizando fuerzas mercenarias en el sur de �frica, Am�rica central y del sur y Asia para destruir las econom�as y derribar a los reg�menes nacionalistas y socialistas que rechazaron el programa liberal. El segundo cambio fue la ascendencia en el Tercer Mundo de una nueva clase capitalista transnacional (CCT) (incluyendo altos funcionarios pol�ticos) ligada a circuitos financieros internacionales, con cuentas de banco e inversiones en el extranjero e involucrada de forma importante en el mercado de exportaci�n. Esta CCT, compartiendo el programa neoliberal de los poderes imperialistas, se convierte en la clase dominante en los ETM y procede a la implantaci�n de pol�ticas que conceden privilegios a los intereses de los poderes imperialistas. La interacci�n din�mica entre las CCT y los poderes imperialistas, produce lo que se conoce por error como globalizaci�n. Lo que realmente emerge es la re-colonizaci�n del Tercer Mundo v�a el rol de pivote de las CCT en los pa�ses del Tercer Mundo.
Los ETM son descritos por los te�ricos de la globalizaci�n como desprovistos de cualquier poder, sin los atributos de un estado e incapaces de resistir las fuerzas de la globalizaci�n. Existen algunos problemas con esta aproximaci�n. En primer lugar, agrupa a todos los estados del Tercer Mundo en la misma categor�a sin distinguir aqu�llos que, en el pasado tuvieron atributos diferentes de los de los estados contempor�neos neo-coloniales. Segundo, no considera el hecho que los ETM fueron agentes activos en el desarrollo de pol�ticas que facilitaron la liberalizaci�n de las econom�as. En tercer lugar, los te�ricos de la globalizaci�n no pueden explicar las variaciones de la pol�tica de los ETM en relaci�n a la agenda liberal de los poderes imperialistas. En cuarto, pasan por alto la importancia de la nueva clase, la CCT, que ha ganado ascendencia en el Estado e impulsa la agenda liberal. Quinto, los globalistas subestiman el alcance y profundidad de la intervenci�n estatal en la econom�a y sociedad liberales, equiparando un estado d�bil con la ausencia de estado del bienestar. De hecho, el estado neo-colonial es tan activo, regulador e intervencionista como el populista o el estado del bienestar, pero su actividad, reglas e intervenci�n se dirigen a servir los intereses de una clase diferente: el capital extranjero y la CCT.
Mientras los estados recolonizados (ER) act�an para servir los intereses de capitalistas extranjeros, banqueros y estados, requieren y retienen recursos sustanciales que permiten a los ER cumplir su misi�n. De hecho, sin un estado (recolonizado) fuerte los objetivos imperialistas estar�an en peligro. La fuerza se mide en este contexto por la capacidad de los actores del estado y las instituciones para llevar a cabo importantes cambios estructurales y asegurar su estabilizaci�n contra la mayor�a de movimientos sociales populares, sindicatos y partidos pol�ticos. Mientras que el estado recolonizado aparece d�bil ante las demandas de las IFIs, es fuerte cuando traduce esas demandas en pol�ticas nacionales. De hecho, el concepto de estado d�bil es de valor dudoso, puesto que el estado recolonizado comparte las pol�ticas del estado imperialista y se compone de los socios de las EMNs -su propia CCT-y, por tanto, no puede ser concebido como capitulando ante las IFIs ni dominado por las llamadas "fuerzas globales".
La centralidad de los ER en la contrarrevoluci�n liberal es evidente en varias �reas pol�ticas interrelacionadas.

Privatizaci�n

Los ER en consulta con las IFI implementan su agenda liberal por medio de la privatizaci�n de empresas p�blicas estrat�gicas y lucrativas. La privatizaci�n requiere una intervenci�n intensiva por parte del estado, incluyendo el establecimiento de alianzas pol�ticas, represi�n de los sindicatos y/o el despido de trabajadores militantes, socializando las deudas de las empresas, asegurando el asesoramiento de bancos inversores extranjeros en la organizaci�n de la venta, interviniendo para asegurar que los compradores favorecidos tengan ventajas en la compra, y eliminando cualquier control de precios, cuando la empresa p�blica operaba con tarifas fijas.

Imposici�n de pol�ticas de ajustes estructurales (PAE)

Esencialmente, el significado de PAE va mucho m�s all� de los t�rminos econ�micos "ajuste" y "estructural". Se refiere a poder de clase, riqueza y control. En este caso, el ER es extremadamente importante y activo puesto que las PAE incluyen cambios en la propiedad (de p�blico a privado, de capital nacional a capital extranjero), imponiendo impuestos regresivos (aumentar el IVA en lugar de impuestos progresivos al capital extranjero), reconcentrando ganancias y propiedad (pol�ticas salariales regresivas, congelando los salarios m�nimos, promocionando las industrias agrarias a expensas de los agricultores, etc.), reduciendo las barreras de aranceles (quiebra de los productores nacionales, permitiendo a las EMNs mayores acciones en mercados locales, etc.) reduciendo gastos sociales tanto sanitarios como de educaci�n e incrementado los subsidios para las exportaciones. La PAE es una estrategia dise�ada por y para la clase dirigente CCT y el capital exterior y en contra de la gran mayor�a de los productores locales, trabajadores y agricultores. Incrementa la desigualdad y la pobreza. La implantaci�n de las PAE requiere un estado fuerte dispuesto a resistir la oposici�n de la mayor�a. Un estado ideol�gicamente comprometido, dispuesto a ocultar su rol hist�rico como entidad independiente y a rechazar la idea de la soberan�a popular para as� poder implantar pol�ticas por v�as autoritarias, por real decreto.
Quien habla de un r�gimen neoliberal habla de un estado poderoso que impone e implanta sus pol�ticas.

Flexibilidad laboral

�ste es un eufemismo para la concentraci�n del poder en las manos de los empresarios y de los ER. La llamada Reforma laboral y de las pensiones constituyen pol�ticas que incrementan los poderes de los empresarios para contratar trabajadores en precario y despedirlos sin apenas indemnizaci�n. Representa la total sumisi�n del trabajo al capital . Los trabajadores no tienen derecho a negociar sus condiciones laborales, seguridad y condiciones sanitarias. Los contratos precarios no ofrecen a los trabajadores ninguna seguridad laboral puesto que el empleo est� basado en contratos cortos sin vacaciones, pensiones, etc. La privatizaci�n de los fondos de pensi�n puso miles de millones de d�lares en las manos de los inversores privados, que reciben exorbitantes comisiones y acceso a los fondos para especular y realizar fraudes, enriqueciendo a unos pocos y amenazando la pensi�n de jubilaci�n de millones de personas. La implantaci�n de una legislaci�n laboral y de pensiones tan regresiva requiere un estado poderoso que pueda intervenir en contra de los sectores populares de la sociedad civil y reprimir y resistir las protestas de los sindicatos. Su ejecuci�n requiere la consolidaci�n del apoyo de la clase capitalista y asegurar la ayuda de las IFIs, que ya est� disponible. Un estado d�bil no ser�a capaz de resistir las presiones de las clases populares; har�a concesiones. Un estado fuerte puede ignorar las protestas y proceder a implantar una legislaci�n laboral y de pensiones regresiva.
Examinando las pol�ticas m�s importantes perseguidas por los ER, est� claro que el alcance y profundidad de la intervenci�n del estado es tan fuerte como siempre. La diferencia m�s importante se encuentra en la direcci�n socioecon�mica del activismo y la intervenci�n estatales: el neo-estatismo liberal conlleva la intervenci�n para transferir riqueza y propiedad al capital privado, especialmente extranjero. El ER no ha desregulado la econom�a, ha establecido nuevas reglas para gobernar las pol�ticas de ingresos, pensiones, relaciones laborales, pol�ticas de importaci�n-exportaci�n, flujo de capital, etc. Las nuevas reglas, que favorecen a las CTT y el capital extranjero, requieren un nuevo r�gimen regulador, en el cual trabajo-capital populistas-nacionalistas sean reemplazados por representantes de la nueva clase dirigente liberal.
En el desmantelamiento del anterior r�gimen regulador y la econom�a social y en la construcci�n de las nuevas sociedades y econom�as liberales, el estado recolonizado juega un papel esencial activista e intervencionista, a pesar de operar bajo la dominaci�n del estado imperial.

Por qu� el estado juega un papel central

Los poderes imperialistas y las CCT del Tercer Mundo tienen una comprensi�n mucho m�s realista y pragm�tica de la centralidad del estado- ya sea imperial o recolonizado- que los llamados te�ricos de la globalizaci�n que pretenden mantener posiciones de izquierdas. Mientras los publicistas de la clase dirigente lanzan su ret�rica globalizadora, en la pr�ctica trabajan unidos en fortalecer y extender el poder del estado, porque es necesario para la expansi�n y la supervivencia de sus intereses. Existen varias razones por las cuales el estado contin�a jugando un papel relevante en el mundo contempor�neo.

Volatilidad de los mercados

La econom�a del mundo actual est� profundamente influenciada por los sectores financieros y por la actividad especulativa que es altamente vol�til y requiere constantemente de la intervenci�n estatal para evitar que las crisis financieras peri�dicas de regiones particulares se extiendan por toda la econom�a mundial. Los especuladores de los mercados financieros de los pa�ses imperialistas dependen altamente de los tipos de inter�s fijados por los bancos centrales. El colapso financiero y de los sistemas bancarios depende de la intervenci�n del estado para "reestructurar" los malos cr�ditos (pago a los acreedores con el dinero de los contribuyentes) como es el caso en Jap�n, Corea del Sur y Rusia. Las econom�as estancadas dependen de la intervenci�n estatal para estimular su crecimiento como en Jap�n y China. El n�mero de ejemplos se podr�a multiplicar, pero la idea esencial es que el incremento de movimientos del capital especulativo ha aumentado el papel del estado para tratar de estabilizar la anarqu�a del mercado, con cualesquiera recursos que puedan ser movilizados desde dondequiera que est�n disponibles, pero especialmente por la v�a de a�adir cargas a los contribuyentes de ingresos bajos.

Desregulaci�n financiera

El decremento del control del estado sobre las transacciones financieras ha incrementado el papel de la intervenci�n del estado para en la superaci�n de crisis a caballo de sistemas financieros y empresa, como fue el caso en las crisis de Ahorros y Cr�ditos en los USA. La falta de controles sobre el capital y el libre cambio ha permitido la especulaci�n en las monedas y las masivas huidas de capital en tiempos de p�nico. El estado ha intervenido manteniendo las monedas o dej�ndolas flotar y/o dificultando los cr�ditos con incrementos de los tipos de inter�s. La frecuencia y la creciente intensidad de las crisis ha transformado el papel del estado desde polic�a a bombero -apagando el fuego de las conflagraciones financieras.

Competencia inter-imperialista

Los estados imperialistas han tomado parte creciente en la lucha por las acciones de los mercados, cada uno defendiendo sus propias EMNs. Los estados recolonizados participan activamente en promover proyectos conjuntos entre sus empresas transnacionales y EMNs. Los estados imperialistas han negociado cuotas en las importaciones, llevado competidores a la OMC, organizado boicots, etc. para fortalecer sus EMNs a expensas de sus rivales. El estado imperialista estadounidense ha luchado para sus exportadores ganaderos contra la UE, amenazando con boicots y medidas de represalia; ha limitado las importaciones de productos agr�colas, del az�car producido en pa�ses tropicales -en una palabra, la competencia entre EMNs nacionales se ha convertido en conflictos entre estados, en los cuales los estados se convierten finalmente en los �rbitros. Considerando los mercados menguantes y la recesi�n creciente de 2001, podemos esperar mayor intervenci�n estatal y m�s pol�ticas proteccionistas.

El alcance y la profundidad de las transformaciones

Ninguna EMN (o grupo de ellas) ha tenido, por s� misma, el poder y la autoridad para transformar la econom�a y estructuras sociales que permiten al capital circular masivamente en los mercados exteriores. El estado ha creado un caparaz�n dentro del cual el capital fluye y ha establecido las reglas del juego que gu�an la expansi�n exterior. Dada la fragilidad de estas estructuras el estado debe involucrarse continuamente para salvar el capital y sostener reg�menes recolonizados.

Apoyando las IFIs

Como las IFIs dependen directamente de los estados imperialistas por lo que respecta a sus l�deres, programas y prioridades, el apoyo de los estados imperialistas es esencial para permitir a las IFIs continuar interviniendo en los estados re-colonizados. La subvenci�n de las IFIs depende de los estados imperialistas, sin los cuales no podr�an tener ninguna influencia ni ninguna autoridad para forzar sus prescripciones. Si consideramos hasta qu� punto las IFIs sirven para enlazar los estados imperialistas con los recolonizados, su posici�n como centro de poder se basa en el poder derivado de los centros imperialistas. Por estas razones, el estado contin�a y continuar� siendo esencial en la econom�a pol�tica mundial. Lejos de ser un poder residual derivado del pasado, la relevancia continua del estado forma parte estructural del sistema imperialista actual.

Conclusi�n

Las teor�as derivadas del paradigma de la globalizaci�n no aciertan a explicar el papel central que el estado juega en las econom�as pol�ticas del mundo actual. Igualmente, la idea de un sistema imperialista no tiene sentido a menos que entendamos las actividades de los estados imperialistas y la multiplicidad de papeles que juegan en la apertura de mercados para la expansi�n de sus EMNs.
El aspecto te�rico fundamental es que la actual configuraci�n de poder en la econom�a mundial no est� basada en una "ausencia de estados" o en "corporaciones globales" sino en EMNs que colaboran �ntimamente con sus estados imperialistas. Las IFIs, como el BM y el FMI no conforman un nuevo estado global sino que derivan su poder y subvenciones de los estados imperialistas. El imperialismo y la no globalizaci�n son los conceptos clave para entender los conflictos interestatales y la competencia entre las empresas. Los estados imperialistas y las EMNs no son polos opuestos. Son sinergias entre el neo-estatalismo y el neoliberalismo. En el mundo actual, en contra de la ideolog�a neoliberal del libre mercado, los estrategas pol�ticos tanto de los estados imperialistas como de los recolonizados eligen a los ganadores y a los perdedores a trav�s de incentivos, subsidios, y tarifas. El resultado es la expansi�n de las grandes agrupaciones capitalistas y la ca�da de las empresas peque�as y medianas y tambi�n de las grandes que no mantienen v�nculos con el r�gimen.
El debate entre los economistas burgueses es si la intervenci�n a gran escala y a largo plazo y las ayudas a las EMNs es un "riesgo moral", es decir, si el conocimiento por parte de los directores de las corporaciones de que el estado subvencionar� las p�rdidas estimula un comportamiento de "especulaci�n imprudente". Los economistas de la Nueva Econom�a dejan en un segundo plano su ideolog�a del libre mercado cuando se enfrentan con una crisis y miran hacia el estado en busca de recursos financieros que les pongan a salvo de la bancarrota. Por otra parte, los neo-liberales fundamentalistas argumentan que los beneficios se ganan en base a los riesgos en las inversiones y, por tanto, si el estado elimina el riesgo, socava la colocaci�n eficiente de recursos por parte del mercado y promueve la especulaci�n destructiva.
El problema b�sico con la teor�a de la globalizaci�n es que mira al epifen�meno -la expansi�n de las corporaciones nacionales en el exterior y no acierta a considerar sus v�nculos con los cuarteles generales de estas corporaciones. Las EMNs compran y venden globalmente pero sus decisiones estrat�gicas en relaci�n a la tecnolog�a y a las inversiones est�n controladas por los cuarteles generales nacionales en su estado imperialista. Multinacional en forma pero nacional en contenido -particularmente cuando analizamos los �ntimos lazos entre las sedes de las EMNs y los altos cargos de los estados imperialistas.
La afirmaci�n de los globalistas de un nuevo "r�gimen global" basada en la supremac�a de las IFIs est� basada en la extrapolaci�n superficial de las actividades del FMI y del BM desde las redes de los grandes estados imperialistas de las que ellos forman un punto subordinado. Como resultado, las teor�as globalizadoras inflan el poder de las IFIs y desinflan los poderes de los estados -particularmente de los estados imperialistas.
Los globalistas mezclan sus errores m�s all� confundiendo un desplazamiento en el activismo del estado desde el estado del bienestar a los subsidios a las empresas por un "menor peso del estado" o un "debilitamiento del estado". Como hemos demostrado, el estado recolonizado es muy activo, intervencionista y fuerte en la implantaci�n de la agenda neo-liberal. Al negar la importancia del "estado" porque el estado del bienestar ha sido eclipsado por el estado neoliberal, los globalistas ocultan uno de los m�s importantes terrenos de lucha.
Tal como hemos argumentado, el estado retiene potencialmente grandes recursos, capacidad y una posici�n estrat�gica entre los productores y la econom�a mundial. La cuesti�n pues, se convierte no tanto en la globalizaci�n de la lucha como en la transformaci�n de la naturaleza del estado, reconfigurando su relaci�n con las EMNs y las CCT: esto significa que la lucha de clase dentro de la naci�n por el poder del estado es esencial en lo que respecta a asegurar los recursos econ�micos -centros de investigaci�n tecnol�gica, medios de producci�n, tierra -para redistribuir la riqueza y restablecer los mercados nacionales. Las m�ltiples y profundas actividades que los estados imperialistas y recolonizados realizan para las EMNs y CCTs indica que se trata de un lugar de recursos, poder y actividades que pueden transformar y mejorar las vidas de los trabajadores si se obra una revoluci�n. La ideolog�a de reducci�n o desaparici�n del estado en una maniobra de desorientaci�n imperialista dise�ada para desviar los movimientos populares hacia instituciones secundarias que reciben su poder del estado.
El internacionalismo de los globalistas de la izquierda est� basado en eventos -reuniones del FMI, BM, etc. donde un gran conglomerado de grupos se encuentran, protestan y se dispersan. Aunque el valor publicitario es bueno, estas actividades no ponen en peligro los fundamentos del estado y las estructuras del poder imperial y neo-colonial.
El internacionalismo es fuerte s�lo en la medida que los movimientos pol�ticos nacionales son poderosos, donde las clases oprimidas tienen poder estatal y pueden intervenir en apoyo de sus camaradas en el extranjero. Los movimientos nacionales fuertes construyen una solidaridad internacional poderosa.