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 Luis Mattini

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Neo -Post - Neo- Liberalismo y otras barbaries

Por Luis Mattini
La Fogata

Cuando era muy joven tuve a mi alcance el libro de Jan Valtin, un comunista alemán, trabajador embarcado, quien, con solo la ropa puesta, casi sin dinero, con un pasaporte y un cepillo de dientes en el bolsillo, llevaba las instrucciones de la Tercera Internacional por todos los puertos del mundo y realizaba tareas de agitación y organización huelguista, contra el capitalismo, durante las décadas del veinte y treinta. Un día lo capturaron los nazis, sufrió las peores torturas y describe cómo fue el momento en que lograron quebrarlo. Después logró evadirse y, al ponerse de nuevo a la orden de la Internacional dirigida en ese entonces por Stalin, se encontró con el PACTO entre Stalin y Hitler para repartirse Polonia. Mientras los alemanes, en 1939 entraban en Polonia por el sureste, el Ejército Rojo la invadió por el este, desarmando al Ejército nacional polaco, que había lanzado ataques de caballería contra los modernos blindados de Hitler. Más adelante los rusos fusilaron al el Comité Central del Partido comunista polaco y a 22.000 oficiales, al estilo KGV, es decir de una bala en la nuca. (¡Hay que matar mas de veintemil personas de a una!) Jan Valtin, como buen comunista, protestó, pero fue ninguneado y a partir de allí perseguido a muerte, ahora por el stalinismo. Terminó sus días en los EE.UU y escribió un libro célebre en su época. "La noche quedó atrás" Libro de cabecera que hemos leído con admiración y espanto todos los jóvenes de mi generación. Un curioso detalle de época es que Jan Valtin, activando en los puertos de Buenos Aires y de Valparaiso, relata lo relativamente bien que estaba la clase obrera argentina y chilena en esos años, comparada con la europea. Hacía notar que argentinos y chilenos carecían de confort, de viviendas o servicios de salud, pero estaban muy bien alimentados, aunque la dieta a base casi exclusiva de cordero o carne de vaca, fuese "aburrida". En Europa, en cambio, el hambre arrasaba.

Lo cierto es que este sacrificado revolucionario me impactó con su expresión "la noche quedo atrás" o sea, para él todos los sufrimientos de la clase obrera quedaron en el pasado, porque caía el nazismo y Stalin disolvía la Internacional . Por eso, cuando yo escribí "Hombres y Mujeres del PRT ERP", después del terrible pasado con el terrorismo de estado, pensé titularlo "Nuestro amanecer será Rojo" como una manera metafórica y agitativa de expresar que aquí también la noche había quedado atrás…. (Puede verse qué papelón hubiera sido)

Pero hoy, a mas de treinta años de la caída del Muro de Berlín, yo diría que, al contrario de lo que pregonaba el optimismo histórico de la burguesía, y la propia Rosa Luxemburgo y los comunistas alemanes, antes de 1920 , el siglo veinte … que iba a ser el siglo del socialismo, fue el regreso a la barbarie mayor de la historia En efecto, fue tanto lo que la caída de ese muro puso a la luz, que podemos afirmar que no existieron, al menos en toda la historia de occidente, sistemas mas modernamente bárbaros que el nazismo y el stalinismo, con el agravante que Stalin mató mas comunistas que Hitler. Para colmo de males, la segunda guerra mundial fue ganada por una parte de esos bárbaros. Porque la destrucción masiva y perfectamente planificada por sistemáticos bombardeos a las ciudades alemanas, objetivos civiles sin razones bélicas, que agregaron mas de medio millón de civiles muertos "innecesarios", por parte de la aviación inglesa, fue también crimen de guerra, como así también el remate de la bomba atómica sobre Japón. Si el Tribunal de Núremberg hubiera sido un tribunal de los Pueblos juzgando en nombre de la humanidad, hubiera mandado a la horca no solo a los nazis sino a los cuatro criminales de guerra: Hitler, Stalin, Churchill y Roosevelt; pero, al contrario, esa historia criminal no hizo mas que verificar lo acertado de la prevención de Marx en alguno de sus escritos cuando nos adelantó que si al momento de la crisis capitalista el proletariado no hace la revolución, la humanidad puede regresar a la barbarie

Una vez mas Marx pareciera tener razón. Hoy los bárbaros están entre nosotros.

En primer lugar, tras la derrota de Guevara y el guevarismo, la ética dejó de asegurar la fidelidad al deseo. La ética está hoy casi ausente de la política y por eso frecuentemente se la confunde con la moral.

En segundo lugar, un siglo de luchas sociales encarnizadas, de notable creatividad, de formidables iniciativas…….. no pudo, pese a todo ese empuje, resolver el elemental prejuicio ideológico o político, (o de gentilicio ) a la hora de valorar, la creatividad, la inteligencia o el talento artístico: Esto tanto en el conocimiento popular o de especialistas, tanto en la izquierda como en la derecha o en el populismo y también la hora de la entrega de consagrados premios: Se rechaza a Jorge Luis Borges, por ejemplo, porque "supuestamente" es conservador; se niega el talento de Vargas Llosa porque es "liberal"; o Neruda porque es comunista; se desvaloriza el pensamiento de Hanna Arendt porque fue amante de Heidegger. Y de este prejuicio participaron destacados intelectuales: por ejemplo: Anatole France habría expresado en forma elocuente de la "modestia" francesa: "Sólo le faltó ser francés, para sentarse al lado del Gran Hugo" refiriéndose al gran escritor colombiano Vargas Vila. Es como si nosotros negáramos el genio poético de José Martí por su odio a los anarquistas de origen alemán que el mundo del trabajo reverencia como "Los mártires de Chicago", expresado en su crónica siendo corresponsal del diario La nación de Argentina, en EE.UU. Texto cargado de prejuicios paradójicamente, bien yanquis, que, sin embargo, no hace mella a su genialidad poética.
Hoy los bárbaros no están a las puertas de Roma, Berlín o Nueva York o Buenos Aires, sino a la cabeza de las Academias y en las tribunas de los grandes Estadios masculinos sin fronteras o eligiendo látigo en las "segundas vueltas"
De lo que se trata entonces es de cómo enfrentar la noche que tenemos por delante.

 Fuente: lafogata.org