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Volver al Listado Documentos de Noam Chomsky

14 de junio de 2002
Entrevista a Chomsky para Lateline

ZNet en Español
Traducido por Juan Aballe y revisado por Joana Llinàs

TONY JONES: Noam Chomsky, en este momento la posición del presidente Bush en la crisis de Oriente Próximo evoluciona rápidamente, pero hasta ahora ha habido señales confusas y contradictorias desde su administración. ¿Qué cree que ha estado ocurriendo?

PROFESOR NOAM CHOMSKY, ESCRITOR: La confusión dentro de la administración creo que es una confusión sobre los objetivos.

Quiero decir, el ala derecha, la derecha dura está a favor de una escalación de la violencia contra los palestinos hasta aplastarlos. Otros están preocupados por el impacto en el mundo árabe, que es algo complicado e intentan encontrar políticas que tengan esto en cuenta.

La situación está tan deteriorada que es difícil incluso hablar sobre ella. No existe una simetría en ella. Hay mucha violencia y terror a ambos lados, lo cual es horrible e injustificable, pero el hecho es que los palestinos han estado bajo una ocupación militar durante 35 años. Ésta ha sido desde el comienzo violenta, brutal y llena de racismo, humillación y destrucción. Ha sido completamente apoyada por EE.UU. de forma unilateral. La ocupación incluye la expansión de los asentamientos en los territorios ocupados. Fue de hecho Barak, en su último año, quién batió todos los récords desde Oslo, siempre apoyado por EE.UU. Simplemente no hay una simetría.

En la escena diplomática se puede criticar mucho a los estados árabes, de hecho pocas cosas buenas pueden decirse sobre ellos. Pero la verdad de la cuestión es que lo que ha estado bloqueando lo que es ahora el plan de Arabia Saudita, es la oposición unilateral de EE.UU.-Israel.

Dado lo que Usted está afirmando sobre la ocupación, ¿cree que los suicidas palestinos son luchadores por la libertad o terroristas?

Terroristas, en realidad ambas cosas. Están intentando luchar por la libertad pero de una forma totalmente inaceptable e inmoral.

Claro que son terroristas, y ha habido terrorismo palestino a lo largo de toda la ocupación. Siempre he estado en su contra, como lo estoy ahora. Pero es muy pequeño comparado con el terrorismo israelí apoyado por EE.UU.

Habitualmente la violencia responde a los medios violentos. No es inusual. El terror de Estado es casi siempre mucho más extremo que el terror minoritario, y este caso no es ninguna excepción.

Si acepta que los suicidas no tienen justificación, la cuestión pasa a ser si las víctimas de estos atentados terroristas tienen derecho a tomar cualquier acción que consideren necesaria para terminar con esto, lo que ha constituido la justificación de Ariel Sharon desde el comienzo de su ataque.

Ciertamente está justificado que se defiendan, pero no está justificado que ocupen a otro pueblo violando abiertamente el derecho internacional con su propio terror y brutalidad. Eso no es justificable y viene ocurriendo desde hace 35 años.

Si se alcanza un acuerdo político, si se dan pasos hacia un verdadero acuerdo político y EE.UU. e Israel lo aceptan estará justificado que se defiendan a sí mismos. Pero no se puede hablar de autodefensa cuando se lleva a cabo una ocupación militar. Esto no justifica los atentados terroristas, pero el concepto de autodefensa tampoco tiene cabida.

¿Son de algún modo comparables los atentados suicidas con los del 11 de septiembre?

De ninguna manera. Al Qaeda no estaba bajo una ocupación militar estadounidense. Ellos afirman que sí lo estaban, igual que se justifican diciendo que EE.UU. estaba ocupando Arabia Saudita. Se puede discutir sobre su afirmación pero en ningún caso justifica sus actos.

Con respecto a cual sería una respuesta correcta a los atentados terroristas del 11 de Septiembre, eso es otra cuestión. Si queremos hablar sobre ello deberíamos estar dispuestos a establecer ciertos principios. Por ejemplo, un principio elemental es que si algo es apropiado para nosotros también lo es para los demás. Si es equivocado para el resto, entonces es equivocado para nosotros. Si no aceptamos este principio no podemos siquiera hablar de lo que está bien y lo que está mal.

Así que los que creen que la manera adecuada de responder al 11 de Septiembre consiste en bombardear afganos, deberían también creer que la forma correcta de responder al terror estadounidense es bombardear Washington. No conozco a nadie que crea esto. Estoy seguro.

O sea que casi todo lo que se ha discutido sobre esta materia desde el 11 de Septiembre puede ser refutado ya que no alcanza ni el mínimo nivel moral.

Esto deja abierta la cuestión de cual hubiera sido la respuesta adecuada el terrorismo de Al Qaeda -y creo que existía una respuesta adecuada- pero no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo en Israel y Palestina.

En el caso de Israel, ¿ocurre precisamente que se realizan comparaciones y así se justifica la aplicación de remedios estadounidenses contra el terrorismo, incluyendo un cambio un régimen?

El paralelismo es ridículo. Israel ha estado llevando a cabo, ha llevado a cabo durante 35 años una ocupación que desde el comienzo ha sido brutal, violenta y destructiva. Simplemente no hay comparación. Ello no justifica los actos terroristas palestinos ni el terrorismo más extremo de Israel, que continúa, pero simplemente no se puede hacer la comparación de ninguna manera razonable.

Podemos ampliar ahora el análisis hacia los planes de Bush de atacar Irak, que obviamente se ven muy afectados por lo que está ocurriendo en Oriente Próximo. ¿Podría una amenaza creíble de un ataque terrorista con armas de destrucción masiva justificar un ataque preventivo contra Irak?

Los ataques preventivos necesitan de una evidencia extremadamente fuerte y es mucho lo que hay que justificar. No existe nada remotamente parecido a esto.

Es muy difícil tomar en serio a Bush y sus consejeros cuando hablan de las razones por las que quieren deponer a Saddam Hussein. Saddam Hussein es un monstruo, de eso no hay duda. Deshacerse de él sería un adelanto para los iraquíes y para el mundo pero los consejeros de Bush no se oponen a él por sus crímenes o porque intente desarrollar armas de destrucción masiva, y todos lo sabemos.

Cuando cometió sus peores crímenes fue con el apoyo del padre de este presidente. El apoyo continuó -también por parte de Gran Bretaña- hasta bastante más tarde. Era un amigo y aliado fiel.

Más aún, tanto Gran Bretaña como EE.UU. continuaron proveyéndole con los medios para desarrollar armas de destrucción masiva. Era mucho más peligroso de lo que lo es ahora.

Es más, si se fija en la gente a la que EE.UU. intenta reunir para destituirle -como el general que no puede acudir a la reunión porque está siendo investigado en Dinamarca por su participación en una masacre-, ¿muestra esto algún interés por resolver la situación de una manera aceptable para el pueblo iraquí?

La cuestión de qué hacer con Saddam Hussein es muy seria, pero no se puede tomar en serio a estas personas.

¿Qué tipo de pruebas tendría que aportar? Porque presentar este tipo de pruebas parece estar fuera del alcance de las agencias internacionales. Al final, ¿no tendrían que terminar confiando en sus propias agencias de inteligencia?

No están confiando en su inteligencia, están confiando en sus propias intenciones, que es algo bastante diferente.

No tenemos ninguna razón para creer que a ningún estado -y menos a uno con el historial de los EE.UU.- se le deba dar autorización alguna para actuar independientemente de forma violenta y basada en sus grupos de poder. Es ridículo. No se lo permitimos a nadie más, ¿por qué a los Estados Unidos?

¿Qué hay del ataque preventivo sugerido recientemente por un ex-director de la CIA, dirigido específicamente a instalaciones que creen armas químicas nucleares o biológicas?

En primer lugar no han aportado ninguna evidencia sobre tales instalaciones ni han indicado que supongan una amenaza o que pretendan atacarlas.

Eso no es a lo que están apuntando.

A lo que están apuntando como todos sabemos, no seamos inocentes, es a que Irak tiene la segunda reserva de petróleo más grande del mundo. De una forma o de otra EE.UU. va a intentar volver a hacerse con su control y denegar el acceso a los adversarios que ya están dentro, sobre todo Francia y Rusia, y quizá piensen que éste es un buen pretexto para lograrlo.

Saddam Hussein sigue siendo el mismo monstruo que era cuando EE.UU. y Gran Bretaña le apoyaban con gusto activamente durante sus peores crímenes en el período en que desarrollaba armas de destrucción masiva. Esto sigue siendo cierto. Pero no nos dejemos distraer de los verdaderos motivos por las razones que son usadas como pretexto.

Sin embargo hay una tendencia creciente en las declaraciones de líderes políticos estadounidenses así como en la prensa y en las declaraciones filtradas por las agencias de inteligencia, a dar pruebas para al menos convencer al público estadounidense de la necesidad de un ataque a Irak.

No cabe duda de que se están llevando a cabo grandes esfuerzos para construir pretextos -yo quitaría la palabra pruebas- con los que justificar un ataque contra Irak para intentar recobrar el control sobre la segunda reserva mundial de petróleo.

Un ataque, quiero decir, liberarse de Saddam Hussein sería un adelanto como he dicho, pero no es el objetivo.

El objetivo es exactamente el que se ha descrito. Recuerde que justo después de la guerra del Golfo, cuando EE.UU. poseía el control total sobre la región, hubo un levantamiento chiíta que probablemente hubiera derrocado a Saddam Hussein, sólo que George Bush autorizó a Saddam Hussein a acabar con él utilizando helicópteros militares y otros medios. Esto fue explicado públicamente.

Thomas Friedman, que era el corresponsal diplomático del New York Times, escribió que fue necesario, porque como explicaba, el mejor de los mundos para EE.UU. sería una junta militar con mano de hierro que gobernara Irak tal y como lo hizo Saddam Hussein, en beneficio de los aliados estadounidenses como Turquía, Arabia Saudita y por supuesto -aunque no lo mencionaba- el jefe en Washington.

Esa fue la actitud cuando EE.UU. permitió a Saddam Hussein aplastar la rebelión chiíta. No ha cambiado nada. Si EE.UU. hace algo para recuperar el control en Irak por la fuerza tiene que mantener esas condiciones.

No puede permitir que surja un régimen democrático, ni siquiera una democracia limitada, porque la mayoría de la población es chiíta y si hay participación democrática lo más probable es que evolucione hacia una alianza con Irán, o al menos hacia conexiones con Irán, que serían bloqueadas por EE.UU. Exactamente por eso EE.UU. intenta ahora organizar a los generales iraquíes que tomaron parte en algunas de las peores atrocidades, para que constituyan la junta militar de mano dura -que sería una junta militar de etnia Sunni- que gobierne Irak igual que lo hizo Saddam Hussein, como Thomas Friedman describió y de hecho apoyó.

Tendremos que dejarlo en este punto, Noam Chomsky. Gracias por tomarse el tiempo para acompañarnos esta noche.

De acuerdo. Encantado de estar con Ustedes.

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