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Libros sí, Alpargatas también

5 de septiembre de 2003

Del otro lado de la mirilla

Se presenta « Del otro lado de la mirilla », libro colectivo testimonial de ex-presos políticos de la Cárcel de Coronda, Santa Fe, 1974-1979

A más de veinte años de acaecidos los hechos narrados y en momentos en que Argentina confronta una particular resurrección de su «memoria histórica», será presentado el primer libro colectivo testimonial elaborado por ex-presos políticos de una cárcel de la dictadura.

La prisión de máxima seguridad de Coronda, cuya Dirección fue asumida por Gendarmería nacional, fue concebida luego del golpe de Estado de 1976 como un verdadero laboratorio experimental. Dentro de la jurisdicción territorial del II Cuerpo de Ejército, se aplicó en ella uno de los más sistemáticos planes de destrucción física y psicológica con el claro objetivo de quebrar ideológicamente a los presos que pasamos por sus celdas.

La resistencia colectiva cotidiana constituyó así la otra cara de la moneda corondina. Al laboratorio de destrucción le respondimos con ingenio y convicción. Al regimen brutal, con nuestra lucha por la Vida. A los barrotes y candados, con el sueño de la Utopía y la Libertad.

Risas y llantos, soledad y resistencia grupal, pérdidas y rescates, se suceden en las 300 páginas de relatos personalizados que adquieren valor de colectivo. Todo lo que cada uno relata fue vivido por la mayoría de los más de mil presos políticos que pasamos por Coronda.

Más de 60 de esos ex-detenidos participamos directa y activamente en el proceso de redacción y recopilación. Más de 150 acompañaron de una u otra forma, en reuniones y encuentros colectivos, este trabajo horizontal que se iniciara en enero del año 2000. Varias compañeras de miembros del colectivo se convirtieron en puntales adicionales de este largo proceso que ahora llega a su primer objetivo.

« Del otro lado de la mirilla », está prologado por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel quien afirma: « La memoria no es para quedarse en el pasado, la memoria nos debe iluminar el presente, porque es a través del presente donde podemos generar el futuro ». Intenta ser un aporte a la reconstrucción de la memoria colectiva. Contamos hoy sobre Coronda con la principal convicción de « ¡Coronda, nunca más! »

Eduardo Galeano comentó para la contratapa : « Este testimonio de los presos de Coronda es otro aporte al rescate de la memoria colectiva. Ella respira, escondida bajo la amnesia obligatoria. »

Presentaciones: « Del otro lado de la mirilla » será presentado el 18 de setiembre en la sala « C » del C. C. San Martín en Buenos Aires. Y entre el 25 y el 27 del mismo mes en el Teatro de la Comedia de la Ciudad de Rosario y en la Feria del Libro de la Ciudad de Santa Fe. Otras presentaciones se realizarán posteriormente en distintas ciudades del país.

Santa Fe, Rosario y Buenos Aires, 2 de setiembre del 2003

Cuando la memoria habla...

Textos seleccionados para la contratapa

Como se ve, no fuimos héroes. Ninguno de nosotros lo fue. Simplemente fuimos seres humanos comunes y corrientes, puestos sistemáticamente en situaciones límites, que las enfrentamos y salimos de ellas más o menos airosamente, pero pagando algún costo, mayor o menor.

Se ha repetido en estos días, y es verdad, que uno de los aspectos más horribles del fascismo es, justamente ése. No solamente degrada a los victimarios, a los verdugos, sino que de alguna manera hace participar de esa condición a las propias víctimas. Todo el que alguna vez fue impulsado a callar, a hacer como que no veía y negarse a saber lo que estaba pasando, entenderá perfectamente de qué estoy hablando.

Y por eso debemos luchar. Para no ser obligados nunca más al temor y al silencio. Para no volver a sentir el mal de ser malos y tener vergüenza, para poder luchar dignamente contra los males que sufrimos, sin tener que pagar el precio de la cárcel, la tortura o la muerte.

Mis afectos más queridos, mis complicidades más grandes, mis cambios en mi forma de ser, en superar mis propios defectos en cuestiones individuales, tiene que ver con esta vivencia colectiva.

Cuando se ha transitado en el límite, realmente en el límite entre la vida y la muerte donde uno ha vivido todo ese tipo de situaciones, se convence que lo único que lo mantiene vivo es la fuerza de la vida colectiva, la fuerza de los compañeros, el funcionamiento en grupo, el defenderse mutuamente.

Nuestra mejor recompensa sería saber que aportamos un grano de arena en la prolongada tarea de reconstrucción de la memoria: transmitir un mensaje que desde hace 20 años nos debemos a nosotros mismos, a los que hoy no están, a nuestras familias y a la conciencia colectiva de nuestro pueblo.


Textos seleccionados para las solapas

¿Cuál es el límite de la resistencia de un hombre? ¿Hasta dónde puede soportar la persecución, los castigos, el aislamiento, la pérdida de los más elementales derechos y hábitos de la vida cotidiana? Pensé que era buena oportunidad para averiguarlo y me dije a mí mismo: para suicidarse siempre hay tiempo y formas, pero ahora, vamos a ver hasta dónde se aguanta. Así descubrí que la capacidad humana para soportar el sufrimiento parece no tener límites. A medida que se agudizaban los problemas, aparecían en nosotros reservas para enfrentarlos, que desconocíamos y que nunca hubiéramos creído tener.

¿Odiamos realmente a esa cárcel?. Sé que odié a los hombres que me verduguearon, se que odié las rejas que me separaron de la libertad, al régimen injusto y aberrante que me impidió abrazar a mis seres queridos cuando más los necesitaba. Pero no odié a ese edificio que fue, de alguna manera, nuestra casa, nuestro territorio, nuestro único refugio contra las agresiones.

Los muros lloran y nosotros reímos... ,simplemente, porque seguimos caminando. Viajando por la estrecha franja de la ruta, transitando entre esos dos mundos, como un símbolo que quisiera recordarnos que nuestro camino transcurre en el frágil límite entre la vida y la muerte, entre Coronda y la libertad.

Este libro está dedicado a

- Daniel Gorosito, arrancado de la cárcel y asesinado en Rosario
- Luis Alberto Hormaeche
- Raúl Manuel San Martín, y
- Juan Carlos Voisard, los tres muertos en la cárcel por falta de atención médica

- A nuestros familiares

- A nuestros compañeros muertos y desaparecidos; y a todos los que como ellos lucharon y luchan por la Vida


PRÓLOGO

La Argentina vivió situaciones límite desde el asalto de las Fuerzas Armadas al poder institucional del Estado; se impuso una Dictadura Militar y se transformó a las mismas en tropas de ocupación del propio pueblo argentino; se violaron los derechos humanos y se implementaron políticas que llevaron a la destrucción de la capacidad productiva del país sometiéndolo a los grandes intereses corporativos financieros, nacionales e internacionales.

Estas políticas se implementaron a través de la Doctrina de la Seguridad Nacional desarrollada por los EE.UU. para toda América Latina. Más de 80 mil militares latinoamericanos se formaron en la Escuela de las Américas en Panamá y en las academias militares de los EE.UU. Las consecuencias fueron trágicas para los pueblos; en particular para nuestro país dónde se aplicaron en forma sistemática el secuestro, la prisión, la tortura y la desaparición de personas.

Por otra parte surgieron numerosos grupos de resistencia social que buscaron dar respuestas al sistema de dominación a través de su accionar. Algunos, optaron por asumir la violencia armada contra la opresión militar política y económica. Otros, optaron por la resistencia no-violenta y buscaron alternativas de presión nacional e internacional para denunciar las graves violaciones de los derechos humanos de la dictadura militar. A pesar del tiempo transcurrido, y por las graves consecuencias que tuvo el asalto al poder del Estado por las Fuerzas Armadas, transformadas en señores de la vida y de la muerte del pueblo argentino, debemos hacer hoy una lectura de los hechos, de la historia vivida; una lectura serena y crítica a través de la memoria, teniendo en cuenta que la misma no es para quedarse en el pasado.

La memoria debe iluminar el presente, porque es a través del presente desde donde podemos generar el futuro.

El libro DEL OTRO LADO DE LA MIRILLA Olvidos y Memoria de ex Presos Políticos de Coronda- surge como una necesidad de los protagonistas de ver en perspectiva lo que vivieron por su compromiso social: la prisión y años de desamparo, incomprensiones y acontecimientos que marcaron sus vidas. Hoy, estos ex presos corondinos pueden volver a mirarse, pensar y recordar; compartir experiencias y vivencias. No se trata de hacer catarsis; se trata de poder contribuir a la memoria colectiva.

Bien señalan en la introducción las motivaciones que los llevaron a reunirse y reflexionar juntos sobre esa etapa vivida: Alguien preguntó entonces: ¿Hasta cuándo vamos a decir que los ex presos políticos, testigos directos del terrorismo de Estado, todavía no hemos dado testimonio colectivo a la sociedad, acerca del funcionamiento de esa maquinaria del horror? Y terminó diciendo: - Empecemos por Coronda. Aquellos que hemos sufrido la prisión e injusticias de los señores de la muerte de la Dictadura Militar, quedamos marcados por las vivencias dentro de las prisiones. Cada experiencia y testimonio son valiosas y un aporte a la memoria colectiva de los pueblos y en particular a las nuevas generaciones que no vivieron esa época de terror. La creatividad y la resistencia permitieron dentro de la cárcel sobrevivir, mantener los ideales y forjar nuevas alternativas. El tiempo no ha desdibujado el pensamiento y la capacidad de construir nuevos paradigmas sociales, culturales y políticos.

La idea es construir y recrear el pensamiento frente a la realidad que hoy vive el pueblo argentino, teniendo presente que el pensamiento sin sentimiento es la gran tragedia de la vida. Y ese sentimiento surge a través del libro que clama Coronda, nunca más. En la prisión el sistema de opresión trata de uniformar; de anular a la persona humana y someterla al sistema represivo, que impone no pensar, responder mecánicamente al miedo; la persona desaparece y sólo se es un número. Hay quienes se quebraron bajo las torturas, la fuerte presión psicológica y el aislamiento. Otros, tuvieron la capacidad de resistir, de conservar la memoria y la voluntad de sobrevivir y de continuar luchando a pesar de la situación y la cárcel.

Poco a poco se van tejiendo vínculos de hermanos en la desgracia y eso ayuda a saber que no se está solo en la lucha, y que hay que evitar que nos quiebren. Resistir es la consigna, la meta para continuar los caminos de liberación. Conocerse dentro de la prisión es de una riqueza incalculable; en la escuela carcelaria se aprende como si fuera la universidad de la vida y la resistencia. Una gran diversidad de personas que sufren los mismos males, víctimas de la opresión: grupos de base, dirigentes sindicales, políticos, sectores religiosos, campesinos, estudiantes. Muchos con una larga militancia social, otros por primera vez en esa dolorosa situación; padeciendo el desarraigo, las ausencias, la impotencia frente a los guardias. Tienen que comenzar el aprendizaje carcelario; desde el idioma y las señas, hasta los códigos de conducta y de comunicación interna. Cada persona es un mundo, y cada experiencia expresa los valores y contenidos que lo llevaron al compromiso y a la resistencia.

Re-encontrarse para compartirlas y socializarlas es un aporte valioso a las presentes generaciones, contribuye y ayuda a la construcción de la memoria colectiva del pueblo

. Muchas veces escuchamos que determinados sectores dicen: hay que mirar para adelante y dejar el pasado. Han pasado muchos años de los hechos y el tiempo tiene que servir para cubrir con un manto de olvido y resignación. El pasado es pasado y el futuro demanda poner las energías y el pensamiento hacia adelante...

Sobre el olvido no se puede construir una sociedad más justa y humana; la impunidad jurídica pone en serio riesgo el proceso democrático y posibilita que hechos aberrantes como los vividos durante la Dictadura Militar se repitan.

Este libro de ex prisioneros de Coronda, quienes decidieron después de varios años, reunirse y hacer memoria; aporta a la conciencia colectiva, rescata los valores humanos y la capacidad de resistencia frente a la opresión. Los hechos cotidianos vividos en la prisión contribuyeron a generar una red solidaria entre ellos que ha perdurado en el tiempo. Y esa red fructifica en el libro, el cual constituye un aporte a la sociedad argentina en momentos de tanta incertidumbre, frente a la falta de valores de sectores político-jurídicos que han perdido la memoria, en los laberintos de sus propias pequeñeces.

Es necesario que los jóvenes puedan recuperar una etapa de la historia vivida por el pueblo argentino y en ese sentido aportan aquellos que vivieron el drama del pueblo, y contribuyen a generar un país mejor para todos.

Adolfo Pérez Esquivel

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INTRODUCCIÓN

Aquel sábado de diciembre de 1999, las paredes de una escuela pública, sus bancos y sus mesas, fueron mudos testigos de un encuentro y marco del inicio de un proyecto que hoy comienza a ser realidad.

Allí nos reunimos veteranos compañeros de las cárceles de la dictadura genocida, protagonistas de una época trágica que marcó a fuego a nuestra sociedad y a parte de los sobrevivientes de una generación política que se atrevió a enfrentar a los dueños de nuestro país y del mundo. Junto con nosotros llegaban los recuerdos y las emociones, los abrazos apretados del reencuentro. Poco a poco se fueron formando grupos en distintos lugares del salón, en algunos casos reunidos por viejas identidades políticas, en otros, por amistades forjadas en el encierro carcelario.

De pronto, rodeando una mesa, algunos nos encontramos en las miradas de una identidad común; sin darnos cuenta, los ex presos corondinos presentes en aquella reunión nos habíamos agrupado dejando de lado toda pertenencia política del pasado. Sentimos que el espíritu unitario que habíamos forjado tras los muros dos décadas atrás, seguía latente y predominaba entre nosotros.

Alguien preguntó entonces: - ¿Hasta cuándo vamos a decir que los ex presos políticos, testigos directos del terrorismo de Estado, todavía no hemos dado testimonio colectivo a la sociedad, acerca del funcionamiento de esa maquinaria del horror? Y terminó diciendo: - Empecemos por Coronda. La aceptación de la propuesta fue unánime, sin detenernos a pensar en detalles. Solamente acordamos encontrarnos un mes después. Así, a casi 25 años de una resistencia protagonizada conjuntamente, un grupo grande de "corondinos" comenzamos a reunirnos para encarar esta experiencia absolutamente inédita de escribir un libro en forma colectiva.

La solidaridad y el amor a la vida que nos permitieron existir y volver a ser hombres comunes que trabajan, tienen familia y son capaces de reír, debía expresarse de una manera nueva, rescatarse en las condiciones concretas de nuestro tiempo.

A los pocos meses de haber lanzado aquella semilla al aire, un terreno fecundo la recibió. Alrededor de cien compañeros nos congregamos en la ciudad de Santa Fe, muchos provenientes de los lugares más recónditos de la geografía nacional; algunos viajando desde lejanos rincones de su antiguo exilio. Sobraron las emociones, no faltaron las dudas, pero primaron los afectos y el compromiso de dejar un nuevo testimonio escrito sobre aquellos años del horror.

Durante largos meses fueron y vinieron correos con los aportes más diversos. Poco a poco, casi todos los aspectos de nuestra vida carcelaria aparecieron en los escritos. Los relatos circularon entre un nutrido grupo de compañeros, y al cabo de un año se nos volvió imperioso comenzar a decidir qué forma tomaría el libro.

La reunión de Rincón, en febrero del 2001, marcó un hito en esa toma de decisión; por tal motivo, algunas frases pronunciadas en dicho encuentro han sido transcriptas textualmente.

Allí comprendimos que había dos pilares acordados por consenso- sobre los cuales debía asentarse el trabajo. Uno era el carácter testimonial. Más allá de los recuerdos y olvidos de nuestra memoria, lo que importaba era escribir como protagonistas de una experiencia concreta de resistencia en un campo de detención de presos políticos. Como tales nos presentamos en los relatos: militantes populares decididos libremente a enfrentar en forma colectiva un plan sistemático de represión, aislamiento y aniquilamiento de personas.

El segundo acuerdo fue que aquella unidad forjada en la resistencia carcelaria al terror dictatorial, debía reflejarse hoy en la concreción del libro, pero no en la búsqueda de un testimonio único y homogéneo. Así comenzamos a hablar de la voz de las distintas voces.

Se nos presentó de inmediato un difícil problema: ¿cómo organizar una gran cantidad de escritos individuales en el marco de un trabajo colectivo? Diferentes visiones, diversas formas de expresión, estilos tan variados, distintas etapas represivas... ¿Cómo empezar el libro, qué relatos seleccionar, cómo enlazar cada testimonio?

Finalmente, las cosas se fueron encarrilando. Cada ocasión en que nos encontramos trabados, alguien llegó a tiempo para aportar una idea novedosa que nos hizo retomar el cauce. Como en la cárcel, la creatividad de cada uno fue la herramienta más rica con que contamos. Como en Coronda, todos fuimos protagonistas: desde el que acompañó cebando mate hasta el que escribió el aporte más literario.

Así, como en una ronda o en una típica ranchada carcelaria, los relatos se fueron acomodando, saltando de un tema a otro y jugando con los tiempos y las emociones. Un buen día nos pareció que habíamos llegado al momento del cierre y convocamos al conjunto de ex presos corondinos, para presentarles los borradores del libro y hacer una última invitación para recibir nuevos testimonios. Aquel domingo de octubre del 2002, junto con la llegada de un centenar de compañeros, la presencia de muchas familias dio el marco propicio para el cierre que tanto habíamos soñado.

Este tapiz de relatos, escritos y testimonios que finalmente presentamos a la sociedad y especialmente a las nuevas generaciones- creemos que tiene los colores particulares del mundo pequeño, pero propio, activo, organizado y solidario, que supimos construir entre los muros de la Carcel de Coronda.

No pretendemos ser voceros de nadie, ni mucho menos apropiarnos de una experiencia que pertenece a más de un millar de hombres que vivieron del otro lado de la mirilla. Nuestra intención arqueológica de desenterrar, des-olvidar, contar, narrar, relatar, decir, historiar, recuperar la palabra como instrumento de la Resistencia, tiene el valor de un testimonio que nos dignifica como sujetos y que está fundamentalmente dirigido a los nuevos sin palabra, a los a-memoriados y los des-memoriados, para convertir su olvido en lo in-memorial.
Nuestra mejor recompensa sería saber que aportamos un grano de arena en la prolongada tarea de reconstrucción de la memoria: transmitir un mensaje que desde hace 20 años nos debemos a nosotros mismos, a los que hoy no están, a nuestras familias y a la conciencia colectiva de nuestro pueblo.

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Ficha Técnica del libro

Ediciones El Periscopio : el libro ha sido editado por la Asociación Civil « El Periscopio », entidad sin fines de lucro, cuyo propósito central es contribuir a la promoción y el apoyo de proyectos de recuperación de la memoria histórica.

Su nombre se debe al pequeño adminículo utilizado por los presos corondinos para vigilar desde sus celdas los movimientos del personal penitenciario.
Consistía en un trozo muy pequeño de vidrio, pegado sobre masa de pan (oscurecida con ceniza) o encapsulado parcialmente en plástico verde (de las tapitas de tubo de dentífrico) y sostenido por una pajita de escoba. Se sacaba por los agujeros de la parte inferior de la puerta, para observar todo el interior del pabellón.

Formato : 15 x 23 304 páginas con fotografías e ilustraciones
Papel : obra blanco de 80 gs.
Tapas y solapas : cartulina ilustración de 270 gs., impreso a 4 colores
Encuadernación : cosido
Precio de tapa : $ 23.-
En venta a partir de la semana próxima : acercaremos a la mayor brevedad el listado de librerías e instituciones