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Libros sí, Alpargatas también

15 de septiembre del 2003

Presentación del libro "Los Disidentes" en la fiesta del PCE en Madrid. Entrevista con la autora Rosa Miriam Elizalde
"Hasta el momento, no han desmentido nada de lo que se cuenta en el libro"

Jose Daniel Fierro
Rebelión
Ayer fue presentado el libro "Los Disidentes" en la fiesta que el Partido Comunista de España realiza anualmente en la Casa de Campo de Madrid. La presentación estuvo a cargo de la periodista Rosa Miriam Elizalde -coautora del trabajo-, y en la misma estuvieron presentes la embajadora de Cuba en Madrid, Isabel Allende, y el periodista Jorge Risquet –miembro del Comité Central del Partido Comunista Cubano-, quien compartió con el Ché la etapa boliviana. Es este un libro de "periodismo de urgencia", como lo definió Rosa Miriam, cuyo propósito es acercar la información "desde la otra parte". La silenciada por la prensa occidental.

- ¿Qué opinión le merece el hecho de que la prensa occidental haya tratado de minimizar y silenciar las pruebas aportadas por el ministro cubano Pérez Roque y también las presentadas en su libro?

Yo creo que la presentación del libro les sorprendió. Es cierto que días atrás, Oswaldo Payá había realizado una nota -que fue publicada en la prensa internacional- en la que trataba de advertir sobre la posibilidad de que estas pruebas salieran a la luz pública. Se adelantaron para ir preparando el terreno. En cualquier caso, ni entonces ni después desmintieron las acusaciones sino que trataron de disminuir su impacto deslegitimando a los periodistas que se hicieron eco. De nosotros dijeron que éramos periodistas del régimen y que nuestro trabajo era parte de la conjura comunista contra los intelectuales independientes. Pero hasta el momento, no han desmentido nada de lo que se cuenta en el libro, y son muchas cosas. El libro es una recopilación de información, una síntesis. Pero que daría para hacer más libros.

- ¿Entrevistaron a todos los infiltrados en la disidencia?

No. Únicamente a los que la seguridad cubana desveló como tales. Es evidentemente –y la ha dicho incluso el ministro- que aún quedan agentes trabajando por la seguridad de Cuba en el interior de los grupos contrarrevolucionarios. ¿Cuántos? Eso es lo que no se sabe. Algún corresponsal de la prensa extranjera en Cuba decía hace poco que en las filas disidentes de cada 3 miembros, 2 son agentes de la seguridad.

- ¿Cómo analiza el caso de Elizardo Sánchez y su repercusión en la prensa internacional?

Se adelantaron a decir que no había pruebas. La repercusión fue de nuevo ignorar los puntos importantes de la denuncia (recogidos en el libro El Camaján). La prensa informa de todos estos casos como si fuera un show, como si fuera un escándalo cubano. Pero el elemento esencial de la operación norteamericana para desestabilizar al sistema cubano, la brutal ofensiva canalizada a través de los grupos "disidentes" para justificar incluso una invasión, esos datos son ocultados. El trasfondo es haber podido desarticular un programa de intervención donde la disidencia hacía un papel de desestabilización. Este trasfondo es del que nunca se habla en la prensa internacional.

- ¿Puede afectar de algún modo este golpe a la disidencia a la suerte de los cinco prisioneros cubanos en cárceles estadounidenses?

Yo creo que no. La sanción más dura contra ellos no son las cadenas perpetuas, sino el silencio informativo entorno a su caso. En los EE.UU. no se publica absolutamente nada. La opinión pública desconoce por completo los hechos que han motivado su condena y las circunstancias que rodean a un juicio (que en la actualidad está pendiente de revisión) repleto de falsedades, manipulaciones y carencia de pruebas. El principal problema es que no se habla de todo esto ni de las violaciones de su régimen carcelario, ni de la falta absoluta de reconocimiento de sus derechos más básicos. Es la evidencia de algo tan importante como que la verdad es muy subversiva.

- ¿Cuál es su apreciación sobre la relaciones presentes en el interior de la disidencia?

Desconozco la situación actual en el interior de los grupos contrarrevolucionarios, pero tengo la impresión de que deben tener mucho temor a raíz de esto. Las desconfianzas y las malas relaciones que existían ya con anterioridad entre todos ellos no habrán hecho más que ampliarse.