VOLVER A LA PAGINA  PRINCIPAL
Libros sí, Alpargatas también

11 de diciembre de 2002

Federico Luppi exige políticas culturales a gobiernos latinoamericanos

La Ventana

"Nunca América Latina ha sido pobre por falta de talentos, jamás. Hay nombres en abundancia para demostrar que aquí hay capacidad creativa en todos los campos artísticos, desde la cinematografía hasta la literatura", señaló Luppi en diálogo con la AFP y otros dos medios de prensa.

El popular actor, ganador de múltiples premios por su labor en teatro, cine y televisión, consideró que la cinematografía regional es "muy buena", tanto en el presente como en el pasado, y señaló que "con pocos medios se ha hecho mucho y de muy buen nivel".

Sin embargo, dijo que "hacen falta políticas culturales en nuestros países". "Los creadores no pueden trabajar de forma exclusiva en base al voluntarismo, hacen falta políticas de gobierno, que los dirigentes políticos entiendan que eso forma parte del acervo de un país", subrayó Luppi, quien reside actualmente en España desencantado y defraudado por la situación económica y social en Argentina.

A la ciudadanía argentina "le han pegado muy duro, aunque seguramente una gran parte de la culpa es nuestra", dijo el protagonista de Tiempo de Revancha, Un lugar en el mundo, Plata Dulce y El último tren, entre otros filmes. Tomando como referencia una frase del presidente electo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, Luppi recordó: los argentinos "nos hemos empeñado en votar a los verdugos", al explicar las razones que lo llevaron al exilio económico.

"Sólo el escuchar hablar a este canallaje infame que regula los destinos del país, me producía síntomas físicos de clara y galopante enfermedad.

Entonces me dije, bueno, intento ver que puedo hacer afuera, aunque no es fácil, no tengo 22 años", comentó el actor nacido en 1938 en Ramallo, provincia de Buenos Aires. Pero Luppi estimó que "hacer cine político" para denunciar esa situación no era de su agrado. "Yo descreo del cine político en el sentido del cine ideologizado, que baja línea y crea una especie de bocado premasticado. No me gusta eso".

"Me gusta que mis historias tengan las contradiciones suficientes para que a partir del comportamiento de los personajes y de los antagonismos, aparezca claramente el telón de fondo para ver donde viven, que comen, como se mueven" esos mismos personajes, dijo.

"Me irritan las películas en que los protagonistas son como atemporales, que hablan de que les falta el empleo pero tienen un coche de cuatro metros de largo, y se producen ese tipo de anacronismos", añadió. El laureado actor consideró que "el cine debe de ser la cantera antropológica en la cual reconocernos dentro de poco tiempo más".

"Me gustaría, por ejemplo, que para conocer Cuba a fondo, en lugar de hacer excavaciones o egiptología, me tenga que ir a una cinemateca a ver películas, porque ahí veremos cómo se comía, qué se pensaba, qué sentíamos... Eso es lo que el cine tiene de genial. Por eso los personajes deben de tener una relación real con el mundo que los circunda", afirmó.

Luppi será homenajeado la noche del jueves por los organizadores del XXIV Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, que dedicaron varias funciones a exhibir la prolífica obra del actor argentino, que protagonizó más de 30 filmes en las últimas dos décadas.

Sin embargo, y paradójicamente, Luppi admite que en la actualidad no tiene nada previsto en cuanto a trabajo. "El futuro es para mí un azaroso vidrio oscuro", advirtió el protagonista de El romance del Aniceto y la Francisca.

"Cuando a un individuo lo dejan sin trabajo, lo dejan sin ocupación laboral, eso se convierte en una especie de despojo a la autoestima. Creo que no hay nada más perverso en el mundo capitalista que esto", denunció Luppi al comentar su situación personal y la de miles de sus compatriotas que se encuentran desempleados.

"Hoy me siento como un conejo en un polígono de tiro", afirmó el actor, que precisó: "igualmente estoy estudiando algunas propuestas de cine y teatro" que le han presentado en España.