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Heinz Dieterich Steffan

22 de noviembre del 2003

Cuba: potencia mundial biomédica

Heinz Dieterich

Alrededor de 150 conferencistas, entre ello dos premios Nóbel, y más de 800 delegados de Europa, Estados Unidos, América Latina, Australia, Japón, Singapur, Tailandia, Indonesia y Africa, acudieron al congreso científico internacional "Biotecnología Habana 2003", que se está llevando a cabo en el "Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología " ( CIGB) de la capital cubana.

El tema central del evento son "Las aplicaciones médicas de la Biotecnología", que está subdividido en torno a cuatro grandes áreas de trabajo: cáncer, enfermedades infecciosas, bioinformática e inmunomodulación.

Los dos premios nóbel que participan con ponencias magistrales, son el químico alemán Robert Huber, quien fue galardonado en 1988 con la presea por sus trabajos de cristalografía en proteínas, y el médico estadounidense Stanley Cohen, quien elaboró importantes conocimientos sobre los así llamados "factores de crecimiento".

Entre las exposiciones de los avances de la biotecnologia y medicina cubana que se escucharán en el congreso, hay varios que son de enorme importancia para la salud de la población mundial, entre ellos, la vacuna contra el VIH/SIDA.

La decisión de las autoridades cubanas de desarrollar un proyecto de investigación sobre el VIH, fue tomada en 1992, con el objetivo de lograr la elaboración de una vacuna preventiva. A tal fin se definieron dos estrategias de exploración: una, tendiente a generar anticuerpos neutralizantes de amplio espectro y otra, enfocada hacia la producción de células T citotóxicas.

Después de un lustro de trabajo, se probaron los primeros productos obtenidos en estudios clínicos con voluntarios. Estos ensayos empíricos proporcionaron datos importantes para reelaborar las hipótesis de trabajo y redefinir la direccionalidad de las siguientes etapas del proceso investigativo. Hasta la fecha de hoy, ese candidato vacunal ha sido el único producido íntegramente en un país del Tercer Mundo, lo que constituye una auténtica hazaña científica.

A partir del año 2000, el trabajo se ha concentrado en el desarrollo de una vacuna terapéutica para pacientes seropositivos, mediante la estrategia de las respuestas de células T citotóxicas al virus. Estos trabajos han avanzado tanto que los científicos cubanos planean realizar el primer estudio clínico con ese nuevo candidato vacunal, para el año entrante. Al mismo tiempo, la búsqueda de una vacuna preventiva sigue su camino, concentrándose esos esfuerzos en el subtipo "C" del virus que está devastando a grandes regiones de Asia y África.

Otra esperanza para cientos de millones de personas en el Tercer Mundo radica en las pesquisas cubanas sobre la bacteria vibro cholerae. Ese flagelo causa la enfermedad diarreica aguda del cólera que infecta anualmente entre cinco a siete millones de personas, de las cuales alrededor de 120,000 fallecen. Después de once años de arduos labores, los especialistas cubanos han logrado cepas atenuadas, así como su evaluación preclínica en modelos animales y la evaluación de su seguridad e inmunogenecidad en voluntarios.

De las más de treinta cepas cubanas obtenidas en el laboratorio, cuatro fueron probadas en quince ensayos con alrededor de 230 voluntarios sanos, en la isla, obteniéndose resultados altamente satisfactorios para determinadas cepas. En otro tipo de ensayo, la cepa protectora demostró su efecto en un grupo de voluntarios que habían sido infectados con una cepa altamente virulenta de la bacteria.

Sobre estos avances, los investigadores están preparando ya ensayos clínicos en regiones endémicas de cólera. Su hipótesis fundada es que en el año 2006 se registrará ya la primera vacuna eficaz contra el temible flagelo que amenaza a 1.1 mil millones de pobres en el Tercer Mundo que carecen de agua potable, y a 2.5 mil millones, que no tienen acceso a instalaciones sanitarias adecuadas.

La investigación para desarrollar vacunas contra los múltiples tipos de cáncer, es otra prioridad de los especialistas de la isla. Al respecto, el Centro de Inmunoensayo Molecular (CIM) está realizando actualmente 23 ensayos clínicos en mas de 18 hospitales, en siete países y tramitando el próximos inicio de otros quince ensayos.

Entre esos ensayos en seres humanos se encuentra, en la fase II, una vacuna contra el cáncer de pulmón avanzado. En hospitales de Cuba, Argentina y España, se prueba una vacuna en melanoma y en cáncer de mama. Otro producto que ha mostrado un efecto anti-metastásico en animales de laboratorio, se encuentra también en ensayos clínicos en melanoma y el cáncer mamario.

El cáncer de próstata y los tumores de colon son también abordados en estudios clínicos de fase II, con vacunas, y el anticuerpo monoclonal R3 radioactivo se está probando para el tratamiento de tumores cerebrales, en hospitales de Cuba e Italia.

Las áreas de concentración de la biotecnología cubana son cuatro; enfermedades infecciosas y vacunas; cáncer; enfermedades cardiovasculares y padecimientos neuropsiquiatricas. Alrededor del 50 por ciento de los recursos disponibles para esas actividades se emplean en el desarrollo de vacunas, inclusive de algunas epidemias, como el cólera y el déngue, que no se presentan dentro de la isla.

Esta concentración de fondos y capacidades en la prevención de enfermedades mediante vacunas económicas, contrasta fuertemente con las estrategias de investigación de las transnacionales capitalistas que concentran sus inversiones en mercancías terapéuticas para lo, que el mercado farmacéutico llama, "enfermedades rentables", es decir, enfermedades crónicas que obligan al consumo permanente de medicamentos costosos.

El desarrollo y la producción de la primera vacuna en el mundo contra la bacteria del Haemophilus influenzae tipo b (Hib), a partir de un antígeno totalmente sintético que reúne todos los requisitos para ser empleado en lactantes, es otra hazaña de la biotecnología cubana. El Hib es una de las principales causas de enfermedades invasivas en el niño, a nivel mundial, particularmente en los menores de cinco años, en los cuales se manifiesta clínicamente en neumonía, meningitis, sepsis y artritis reumatoide.

Sin embargo, el alto precio de la vacuna tradicional la ha hecho inaccesible para la gran mayoría de los países, resultando en que solo alrededor del dos por ciento de los niños del mundo en riesgo de contraer la enfermedad, están protegidos. Esta deplorable situación cambiará a partir de este año, por la innovación cubana.

Cuba ha transferido también parte de esa alta tecnología a países desarrollados, como muestra el ejemplo del acuerdo comercial entre el Instituto Finlay de Cuba y la transnacional occidental Glaxo SmithKline (ventas de $32 mil millones, ganancias de $9,7 mil millones), para la comercialización de la vacuna cubana contra la Neisseria meningitis de los serogrupos B y C.

Actualmente, se están negociando o ya operando convenios con catorce países del mundo, entre ellos: Brasil, Canadá, la República Popular de China, India, México, Rusia, Africa del Sur, Gran Bretaña y Venezuela. Esas operaciones incluyen la construcción de fábricas en la India, en China y en Irán.

En 1959, Fidel Castro dijo, que "el futuro de nuestra patria tiene que ser, necesariamente, un futuro de hombres de la ciencia". Hoy, la revolución está alcanzando esta grandiosa meta.