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ALCA

La zanahoria envenenada

La Jornada

En Quito, capital ecuatoriana, se realiza una nueva reunión para discutir el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), o sea la vistosa zanahoria económica de una zona de unión comercial formada por 800 millones de personas que en 1994 comenzó a ofrecer el entonces presidente Bill Clinton y que desde entonces forma parte esencial de la política de Washington para su patio trasero, al extremo de que el presidente George W. Bush obtuvo del Congreso de su país la autorización para realizar una negociación rápida. .
En la cita actual negocian los ministros (de Comercio o de Relaciones Exteriores) de los países de América mientras, simultáneamente, están reunidos en el Foro Empresarial las trasnacionales y las grandes empresas, que se enfrentan a las organizaciones sociales de todo tipo concentrad
as en el foro Otra América es posible, contrario al ALCA. .
Antes que nada hay que decir que la propuesta no tiene nada que ver con la integración europea (la Unión Europea, (UE) en efecto, no es sólo económica sino que también es política, legal, financiera, cultural) o con el Mercosur (que se acerca al proyecto de la UE). El ALCA es más bien una ampliación del actual, funesto y muy discutido Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o sea, un acuerdo de libre mercado que favorece al país más fuerte (Estados Unidos) a expensas de los más débiles. .
Hay que agregar que los documentos que se discuten son secretos, y que a pesar de ello la negociación que Estados Unidos impulsa a todo vapor debería llevar al ALCA en el 2005, dentro de un par de años, presentando a todos un hecho consumado. Esa es una de las principales críticas de la Alianza Social Continental (la gran red de organizaciones sindicales, campesinas y sociales que lucha contra el ALCA), pero también es el eje de la oposición venezolana, que plantea que los documentos deben ser públicos, sostiene que la formación de un ente extranacional debe ser sometida, según la Constitución bolivariana, a un referéndum previo en Venezuela y que pide que la fecha límite se alargue en cinco años y llegue al 2010. Otro gran problema que enfrenta el ALCA es la decisión de varios países de exigir el fin de las barreras no arancelarias a sus productos que impone Estados Unidos, al igual que el cese del dumping y la competencia desleal de los productos agrícolas estadunidenses, que están siendo subsidiados con más de 18 mil millones de dólares anuales por Washington, mientras pretende el desmantelamiento total de los aranceles y protecciones latinoamericanos, ya muy bajos, al mismo tiempo que mantiene su proteccionismo en ramos claves de la economía. .
El otro problema que enfrenta el ALCA se llama Mercosur y se pronuncia Brasil. En efecto, la reproposición del ALCA en 1994 se debió al desarrollo del Mercosur y a los contactos entre éste y la Unión Europea. Ahora el neopresidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, se opone al ALCA más que su antecesor, que también se oponía, y privilegia el Mercosur. Es muy difícil pues que, en la actual situación brasileña y argentina, pueda resultar atractiva una propuesta que reduciría aún más la soberanía de cada país, quitaría más atribuciones al Estado nacional y daría gran capacidad de regulación de las economías a las trasnacionales. Puesto que éstas deberían transferir inmensas masas de capitales (poco disponibles dada la recesión mundial y que no están dispuestas a arriesgar, dada la situación en el Cono Sur), tampoco se ve bien cómo podría Washington imponer en pocos años la transformación de toda América Latina en un simple apéndice de Estados Unidos. .
Lo más probable, entonces, es que la oposición de Venezuela y del Mercosur (Argentina y Brasil, ya que el gobierno uruguayo, como el chileno, mordió la zanahoria envenenada) se vea reforzada por la protesta popular y por la creciente oposición social y política que en todos los países de nuestro continente se alza contra el ALCA y Estados Unidos. El fast track para el ALCA en el Congreso estadunidense y en la cabeza de algunos mandatarios latinoamericanos no concuerda con los retrasos que impondrán al proyecto las diversas oposiciones. .