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Paraguay: Padre, somos sus hijos
Flavia Mameli 
ARTEMISA
El escándalo que involucra al actual presidente de Paraguay Fernando Lugo no 
deja de sorprender al mundo. El primer mandatario ya reconoció a un hijo de casi 
dos años, y otras cuatro mujeres aseguran que el ex obispo también es padre de 
sus niños. Mientras tanto, Lugo declaró que no renunciará a su cargo y aseguró 
que colaborará con la Justicia para establecer los casos. Una historia en la que 
se combinan el poder de de la política y la Iglesia, el derecho a la identidad y 
la voz de las mujeres.
El martes 21 de abril pasado el presidente de Paraguay Fernando Lugo reconoció 
formalmente la paternidad de Guillermo Armindo Carrillo, quien cumplirá dos años 
el próximo 4 de mayo. El niño fue concebido por Viviana Carrillo – quien 
entonces sólo tenía 16 años – y por Lugo cuando él todavía se desempeñaba como 
obispo de San Pedro, una de las áreas más pobres del país.
Lugo renunció al sacerdocio en diciembre de 2006, fue elegido presidente en 
abril de 2007, y asumió el cargo en agosto del mismo año representando al 
partido Alianza Patriótica para el cambio. Por ello, la dimensión del escándalo 
es doble: se lo acusa de violar el celibato mientras fue sacerdote, y de ocultar 
su paternidad durante la campaña y asunción de su mandato.
Tras la noticia difundida el martes 21 comenzaron a aparecer detalles que 
derivaron en una discusión que involucra el poder de la iglesia y la política, 
la moral de los sacerdotes, el celibato y la voz de las mujeres.
Pero horas después de que Lugo reconociera la paternidad del hijo de Carrillo, 
dos mujeres más denunciaron que sus niños también serían hijos del primer 
mandatario.
Una de ellas es Benigna Leguizamón, madre de Lucas Fernando de 6 años, quien ya 
inició el trámite de paternidad ante la Justicia paraguaya. La otra es Damiana 
Morán, una conocida dirigente sindical con quien el ex obispo habría mantenido 
una relación durante la campaña presidencial que lo llevó a ganar las elecciones 
y a asumir la presidencia a mediados de agosto de 2008. Morán, a diferencia de 
Carrillo y de Leguizamón, aseguró a los medios que no presentará una demanda 
para que Lugo asuma la paternidad de su hijo Juan Pablo, nombre que le dio en 
honor al anterior papa. Además, la mujer paraguaya de 39 años afirmó días 
pasados a la prensa local: ''Hay seis hijos que son del presidente Fernando Lugo 
y quiero que él se haga cargo de todos y que les mantenga como tiene que ser''.
La historia no termina ahí: poco tardaron los reclamos de paternidad por parte 
de dos mujeres más. Incluso, en Paraguay corren versiones que afirman que el ex 
obispo tendría unos 12 hijos.
Ante el escándalo instalado en el país, el viernes 24 pasado Lugo dio un 
discurso desde el palacio de gobierno de Asunción en el que señaló que no 
permitirá que los trascendidos relacionados con su vida privada ''afecten el 
interés nacional'', y aseguró que colaborará con la Justicia para esclarecer los 
casos. ''No estuvo en mi intención ofender a nadie y si alguien de la comunidad 
eclesial se ha sentido molesto o agraviado por esta situación a mí no me cuesta 
pedir perdón cuando reconozco que he faltado a la Iglesia, al país, a los 
ciudadanos, a los que han depositado la confianza en mí'', sostuvo.
Pero las palabras del Presidente no pudieron evitar que su imagen como 
gobernante "honrado" cayera drásticamente durante la última semana, y que la 
oposición encabezada por los partidos de derecha Colorado, UNACE (Unión Nacional 
de Ciudadanos Éticos) y Querida Patria acuse al ex obispo por haber eludido su 
responsabilidad como padre.
Así, el caso que involucra la integridad moral de Lugo resulta por estas horas 
el mejor argumento de la derecha que gobernó el país durante los últimos 61 
años.
Si los tres partidos de la oposición mencionados deciden sumarse a los 
franquistas liberales – quienes apoyan al vicepresidente Federico Franco -, se 
podría llegar al mínimo de votos (dos tercios del total) requerido para 
destituir a Lugo, tal como está contemplado en la Constitución.
Sin embargo, analistas creen poco probable que el affaire acabe con el Gobierno 
inaugurado en agosto de 2008, aunque muchos paraguayos dicen sentirse burlados 
por un presidente que era considerado moralmente intachable y que tuvo a la 
honestidad como primera virtud para llegar al poder.
Por estas horas, la oposición hace todo tipo de bromas de subido tono en 
relación al ya llamado "semental de la Patria". Por otro lado, los opositores, 
que suman mayoría en el Congreso, ya barajan la posibilidad de iniciar un pedido 
de juicio político contra el actual presidente. Así lo demostró una declaración 
emitida días pasados, en la que se expresó el repudio ''contra las violaciones 
de los derechos de los niños a consecuencia de la irresponsabilidad del 
presidente Fernando Lugo ante su múltiple paternidad''.
Pero el ministro del Interior Rafael Filizzola desestimó la posibilidad de la 
medida prevista por la oposición: ''La Constitución establece claramente cuáles 
son las razones por las cuales se puede enjuiciar a un presidente y una cuestión 
personal no puede ser una causa'', subrayó.
Mientras tanto, la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la 
Adolescencia (CDIA), colectivo de 26 organizaciones de la sociedad civil que 
trabajan en el sector de los Derechos de niños, niñas y adolescentes, emitió 
días atrás un comunicado en el que ratifica que los niños "tienen derecho a la 
nacionalidad, a un nombre que se inscribirá en los registros respectivos, a 
conocer y permanecer con sus padres y madres y, a promover ante la Justicia las 
investigaciones que sobre sus orígenes estimen necesarias, sin distinción de 
clase o cargo que se ocupa".
Además, la CDIA insta a trabajar en un proceso en el que se puedan ''erradicar 
prácticas tradicionales de discriminación hacia las mujeres y vínculos de 
personas, en su mayoría hombres adultos en posición de poder o autoridad en 
relación a adolescentes mujeres, que desencadenen en abusos''.
Por último, el comunicado subraya que la sociedad paraguaya todavía se encuentra 
inmersa ''en una cultura patriarcal, perpetuando roles de victimización y de 
falta de oportunidades reales de desarrollo e inserción igualitaria en la 
sociedad y en el mercado laboral''.
Dejar de negar
Uno de los puntos más fuertes del debate iniciado con el escándalo es el que 
gira en torno a la paternidad no asumida por los varones paraguayos.
En medio del revuelo, el miércoles 22 de abril la Secretaría de la Niñez y la 
Adolescencia anunció el lanzamiento de una campaña de paternidad responsable en 
un país donde uno de cada cuatro menores no es reconocido por su padre.
''Lo que nosotros decimos es que esto sirva para movilizar a los cientos de 
miles de hombres paraguayos que están negando la paternidad y el apoyo a sus 
hijos'', señaló a la prensa local la titular de la Secretaría de la Mujer, 
Gloria Rubín.
Además, y en relación al caso que mantiene convulsionado al país, Rubin criticó 
a quienes se ''rasgan las vestiduras'' en denunciar al jefe de Estado, que nunca 
trabajaron a favor de las mujeres, y que se han negado a apoyar una ley de 
paternidad responsable, ''que está durmiendo en el Parlamento'', y que también 
se han negado a tratar una ley de salud reproductiva.