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Respuesta a Yonie Moreno 
¿Qué persiguen los Consejos Obreros del Ministro del Trabajo?
Simón Rodríguez Porras 
Yonie Moreno, de la Corriente Marxista Revolucionaria (CMR), ha escrito un 
artículo llamado "¿Cuál debe ser la actitud de la UNT ante los consejos de 
trabajadores propuestos por Chávez?" (http://www.aporrea.org/ideologia/a54497.html). 
Allí ha planteado lo siguiente: "La propuesta del ministro del trabajo y ahora 
del presidente Chávez de formar consejos de trabajadores debería ser tomada por 
el conjunto del movimiento obrero y sindical revolucionario para ser llevado a 
la práctica. Si se extendieran consejos de fábrica en toda Venezuela o al menos 
en las fábricas más importantes estos serían la base junto a los sindicatos del 
futuro estado revolucionario que necesita la revolución."
Moreno justifica su posición en virtud del siguiente argumento:
"¿En qué país del mundo el presidente de un gobierno plantea la necesidad de 
formar consejos de trabajadores? En ninguno, porque el consejo de trabajadores, 
o de fábrica, plantea inmediatamente la cuestión del control obrero de la 
producción y esto está en contradicción con la propiedad en manos de la 
burguesía de los medios de producción y con la existencia del estado burgués. 
Por eso el movimiento obrero revolucionario venezolano debe tomar esa iniciativa 
y desarrollarla por la base sin esperar a que el gobierno la implemente."
En el propio texto de Moreno se señala la autoría de la propuesta. Esta proviene 
del Ministro del Trabajo, José Ramón Rivero, representante del gobierno y de la 
FSBT, corriente minoritaria de la Unión Nacional de Trabajadores. Moreno 
reconoce en su artículo que "muchos trabajadores están confundidos y más cuando 
desde sectores de la FSBT se plantea que efectivamente los sindicatos son algo 
desfasado inventado por los capitalistas y que hay que formar únicamente 
consejos de trabajadores. Esta es una postura reaccionaria ya que los sindicatos 
son instrumentos de lucha de la clase trabajadora para la defensa de sus 
intereses". Lejos de entenderse como la base de un Estado revolucionario, los 
consejos obreros vienen a ser una fórmula burocrática para sustituir a las 
organizaciones sindicales, en el marco de una economía capitalista. Confirma 
Moreno que "los sectores reformistas de la FSBT, con el ministro del trabajo al 
frente, pueden querer plantear esos consejos de trabajadores de un modo 
burocrático con el fin de hacerse con una base entre los trabajadores y luchar 
contra la organización sindical revolucionaria, sobre todo en su pelea contra 
otros sectores de la UNT."
¿Qué busca la burocracia de la FSBT? ¿Debilitar la autonomía sindical y atacar 
al sindicalismo revolucionario, o instaurar el control obrero en los medios de 
producción?
Moreno sugiere que la intención del ministro Rivero, en representación de la 
FSBT y del gobierno, es la de atacar la autonomía sindical y a las corrientes 
revolucionarias del sindicalismo venezolano. Aún así, considera que el 
movimiento obrero debe "llevar a la práctica" esos consejos obreros, por cuanto 
suponen el control obrero de los medios de producción. ¿Pueden los consejos 
obreros hacer las dos cosas al mismo tiempo? No. Se trata de planteamientos 
mutuamente excluyentes. Para constatar cuál es la intención del gobierno con 
relación a los consejos obreros y su actitud frente al control obrero, basta con 
analizar las experiencias concretas de las tomas de empresas. La experiencia de 
Sanitarios Maracay, que el mismo Moreno cita como ejemplar, demostró qué tipo de 
consejo obrero no quiere el gobierno, precisamente por su carácter 
revolucionario. El ministro Rivero, quien promueve los consejos obreros, fue 
quien se encargó de coordinar junto con el dueño de la empresa y el sindicalismo 
patronal, el desalojo del sindicato revolucionario y la disolución del comité de 
fábrica, en una de las mayores traiciones a la lucha obrera en tiempos 
recientes. La ocupación de la fábrica por parte del sindicalismo patronal fue 
una victoria del Ministerio del Trabajo, que organizó la ofensiva antiobrera, y 
sobre esa victoria materializó una gigantesca estafa a los trabajadores de 
Sanitarios Maracay en el pago de los pasivos laborales. Pero el caso de 
Sanitarios Maracay no es una excepción, y no se debe a "errores de método" de 
los camaradas del sindicato, como ha planteado la CMR en otra ocasión. Lo 
ocurrido en Sanitarios Maracay refleja una política sistemática. La Planta de 
Tratamiento de Desechos Sólidos, en Mérida, también estructuró un comité de 
empresa y gestionó exitosamente la recicladora, hasta que los cuerpos policiales 
y los mercenarios del patrono comenzaron los ataques físicos a la planta y a los 
trabajadores, y finalmente, al cabo de tres meses de resistencia, los 
trabajadores fueron desalojados de la planta. ULA TV, un medio de comunicación 
que los trabajadores le han arrebatado valerosamente al fascismo universitario, 
permanece en silencio por la indiferencia del gobierno. Poco ha pesado ante el 
gobierno el hecho de que estos trabajadores planteen el control obrero del 
canal. Estamos de acuerdo con Moreno en que nada de esto "es de extrañar puesto 
que la dirección de la FSBT es el sector sindical más ligado a la burocracia 
reformista de la revolución bolivariana". Esa es también la explicación de por 
qué Rivero ha sido nombrado Ministro del Trabajo, y ha sido ratificado en el 
cargo este año. La política del ministro es pública y muy notoria, no se trata 
de las actuaciones clandestinas de una misteriosa "derecha endógena". 
Lamentablemente, la FSBT refleja la concepción del gobierno en materia sindical.
Es cierto que muchos sindicatos son corruptos. También lo son todas las 
universidades públicas, prácticamente todas las grandes empresas privadas, la 
Iglesia… en todas las instituciones representativas del orden capitalista está 
presente la corrupción, pues los modos legales e ilegales de enriquecimiento 
están profundamente entrelazados en una sociedad como la nuestra. Pero el 
debilitamiento de la autonomía sindical sólo conlleva a índices de explotación 
cada vez más salvajes. Donde no hay sindicatos autónomos, los patronos imponen 
condiciones de trabajo esclavo o semiesclavo, como ocurre hoy en día en China. 
Para depurar al medio sindical, es necesario propiciar un marco de luchas en el 
que sean las personas más luchadoras y más consecuentes quienes encabecen los 
sindicatos, un marco revolucionario en el que la presión de las bases por 
reivindicaciones cada vez mayores deje poco espacio para el sindicalismo 
corrupto, patronal y entreguista. Las fórmulas burocráticas propuestas por el 
ministro no apuntan a atacar el problema de la corrupción, sino a tener un 
movimiento obrero disciplinado a su estrategia de colaboración de clases. 
Evidentemente, la burguesía sólo establece alianzas que sirvan a sus fines, y un 
gobierno que quiera buenas relaciones con los patronos tiene que mostrarse útil. 
La corporativización del movimiento obrero es un propósito que sirve a esa 
política reformista.
Decir que en los consejos obreros propuestos está implícito el control obrero es 
un error de óptica.
Es como decir que los ministros son todos socialistas revolucionarios porque los 
ministerios tienen la denominación "del Poder Popular". Esa denominación no 
implica que en la práctica se trate de una forma de organización revolucionaria. 
El control obrero como una táctica para la toma del poder por parte de la clase 
trabajadora, como un paso hacia la abolición la propiedad privada de los medios 
de producción, es algo que está completamente por fuera de las intenciones del 
gobierno nacional. El presidente Chávez ha sido bastante claro sobre el tema: 
"Tesis como la de la clase obrera como el motor del socialismo y de la 
revolución están obsoletas… El trabajo hoy es otra cosa, es distinto, está la 
informática y la telemática, y Carlos Marx ni siquiera podía soñar con estas 
cosas". (Agencia Bolivariana de Noticias, 22/7/2007. http://www.aporrea.org/ideologia/n98401.html)
"(No hay que dejarse) chantajear por voces del extremismo, de tesis pasadas de 
moda que en ninguna parte del mundo las van a conseguir: que si eliminación de 
la propiedad privada... ¡no, no, no! Esa no es nuestra tesis". "No podemos 
dejarnos arrastrar por las corrientes extremistas. Nosotros no somos extremistas 
ni podemos serlo. ¡No! Tenemos que buscar alianzas con las clases medias, 
incluso con la burguesía nacional". "Lukachenko viene de la era soviética, y vio 
como cayó la Unión Soviética. Y una de las cosas que me dijo fue: 'los 
empresarios, esa burguesía nacional, hay que tratar de que tengan sentido 
nacional, amor por su Nación y su Patria, aún cuando sean empresarios y tengan 
dinero. ¡Pero que hagan inversiones en el país!'" (YVKE Mundial, 4/1/2008 http://www.aporrea.org/ideologia/n107017.html)
El gobierno nacional seguirá intentando afianzar esa alianza con esa supuesta 
burguesía nacional. Para ello tendrá que continuar actuando como en el conflicto 
en Sidor, actuación que le ha valido elogios públicos por parte de la burguesía 
criolla, a través de los remitidos pagados por la Alianza de Cooperación 
Empresarial Siderúrgica (ACES), por ejemplo. Esta asociación patronal ha 
reconocido "el rol mediador que ha puesto el Gobierno Nacional en manos del 
Ministro del Trabajo…" (Últimas Noticias, 30-3-2008). Conocemos a qué costo 
vienen esos elogios.
Quienes queremos impulsar una política comprometida con la clase trabajadora, 
revolucionaria y no de conciliación con los burgueses, socialista y no 
capitalista, no podemos prestar nuestros esfuerzos a crear falsas expectativas 
en los trabajadores con relación a los consejos obreros, tratándose en este caso 
de una figura impulsada por el gobierno en este contexto de alianza con la 
burguesía. Para impulsar verdaderos órganos de poder popular, para avanzar hacia 
la democracia obrera y la socialización de las empresas, sólo podemos contar con 
nuestras propias fuerzas y nuestra organización independiente: sindicatos 
clasistas, colectivos populares autónomos, y un Partido de los Trabajadores.