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ARGENTINA, LALUCHA CONTINUA....

Barbarie tributaria

Alfredo Grande
APE

"las dictaduras toman lo diferente como incompatible y asesinan.
Las democracias toman lo incompatible como diferente y se suicidan"
"si al que no tiene dientes dios le da pan, invoca a satán"
(Aforismos Implicados)

"generoso plan para empresas de cualquier tamaño y particulares
Moratoria pa' todo el mundo

"Pasamos por momentos mucho peores, donde el resto del mundo estaba muy bien, y esta vez es al revés: hay que hacer esfuerzos para que los coletazos de la crisis no lleguen a los argentinos", consideró la jefa de Estado durante un acto en Mar del Plata, en el que anunció ayudas para la industria pesquera. (Clarín 3/12/08)

Según el titular de la AFIP, Claudio Moroni, el objetivo de la medida oficial "no es recaudar más sino mantener el nivel de empleo y de actividad, respetando los derechos de los trabajadores". A su juicio, la moratoria que envió el Gobierno al Congreso y los planes de refinanciación ya vigentes (como el lanzado la semana pasada) "son absolutamente compatibles, porque quien entra y determina su deuda ante la AFIP puede usar este plan o cualquier otro".
(Crítica de la Argentina 27/11/08)

Hace poco escuché un video del acto de cierre de la campaña del partido justicialista del año 1983. Ítalo Luder, cuyo nombre inevitablemente evoca la compañía que "privatizó" Martínez de Hoz, dijo ante la multitud vitoreante: "voy a encabezar un proceso de reconstrucción nacional". Después Herminio quemó el cajón y nada pasó a mayores. Pero si de memoria se trata, o al menos de algunos recuerdos, esta frase martilló mi cabeza. Una sola palabra, reconstrucción por reorganización, algunas sílabas de más, pero la misma idea fuerza: proceso/nacional/jefatura fuerte/verticalismo rígido. Las armas de la dominación, el sometimiento, la explotación. Por cierto: con la pluma, con la espada y la palabra. Y ahora con la más formidable herramienta de la dependencia: bailando por una repatriación de capitales. No es lo mismo pararse para los "coletazos de la crisis" que esquivar la jeringa de los "culetazos de la catástrofe". ¿Y para eso le pagamos al FMI que ni siquiera pudo prever el godzilla de las subprimes? Si los consumidores del mundo corren el riesgo de dejar de estar uníos, al menos en nuestra argentina para armar inventemos algo que nos solidarice. Autos, plasmas, splitt (no el banana split que era un megahelado de la antigüedad) electrodomésticos varios (incluidos maridos a batería recargable) más autos, reducidores de celulitis, incluso las nostálgicas licuadoras y algún lumpen exprimidor de naranjas. Demostremos al orgulloso primer mundo que si hay que salir de la crisis comprando todo, hasta pagando por lo inútil, inservible, perjudicial, tóxico, estamos dispuestos a que nos abran el bolsillo y nos rompan la billetera con tal de sostener la utopía que vino del frío: el cambio recién empieza. Los amargados de siempre dirán que la batalla cultural contra el consumismo se perderá otra vez. Pero la guerra limpia de la bancarización total está por ganarse una y otra vez. Parecía que se perdía en el 2001, cuando el pueblo, o parte de él, arremetía contra las persianas bajas de los bancos, y muchos creímos con alguna o mucha ingenuidad, que por fin se acordaban de las enseñanzas de Bertold Brecht. Pero todo pasa y poco queda, y si para el caminante no hay camino, para el consumidor hay autopistas con muchos carriles para llegar rapidísimo a las diferentes mecas del mercado. (una paciente rezaba todas las tardes mirando a la sucursal de Garbarino) "¡qué grande es esta tarjeta! nos sermonea un gran humorista en retiro efectivo. Juro que estoy esperando verlo sentado en el inodoro sin papel higiénico y mirando con duda a su tarjeta. Por lo tanto el sistema actual es confrontar a la burbuja financiera con la burbuja del consumo.

El ser nacional que parió el menemismo es el "ser del endeudamiento". La forma de liberarse es endeudarse, y el Grito de Alcorta fue reemplazado por los alaridos en el Paseo Alcorta. La duda no es si: deuda sí o deuda no. La duda es: ¿a qué tasa? Una regresión de la política a la aritmética. Por lo tanto, más allá o más acá de los beneficios del blanqueo de capitales, la impunidad que implica aceptar las condiciones generosas del gobierno (dime cuántos repatrias y no te preguntaré quién eres) es una brutal transferencia de cultura libertaria hacia cultura represora. Quizá el compañero de fórmula de Ítalo, el inolvidable Bittel tuvo razón cuando dijo en encendido discurso (de tan encendido se quemó para siempre) "entre libertad o dependencia, yo elijo dependencia". No solamente la dependencia a las metrópolis imperiales. La peor dependencia es la que implica la re-construcción de un sujeto sujetado, donde además de venderle gato por liebre todo el tiempo, hay que cantar a voz en cuello La Marcha del Buen Gato.
Consumismo que en el país de la carencia para millones, evidencia la crueldad del sistema predador. Insisto. No se trata de compensar los males del capitalismo con una especie de manía solidaria. La Serenísima ya implantó el "solidarísimos", por lo tanto estamos a la derecha de Mastellone Hnos. Hay solidaridad porque sigue habiendo y aumentando la injusticia. La nueva cultura tributaria y su gran sacerdote Montoya y la orden templaria del ARBA, no alcanzan a disimular, más bien evidencian, que ni siquiera en el capitalismo serio, profecía fundadora del kirchnerismo, estamos a salvo de estas formas de la barbarie tributaria. Para ellos, el hambre jamás será un crimen. Ni les importará encontrar a los criminales. Es cierto: en la justicia burguesa, nadie está obligado a declarar en su contra.

Fuente: lafogata.org