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Argentina: La lucha continúa

La explotación en los Call Centers (Centros de llamados)
Primera parte

Paul Cosseddu
.Colectivo Agencia Walsh

Tanto la crisis económico – social del año 2001, como la devaluación del peso argentino, hicieron que nuestro país se infestara aún más de nuevas empresas explotadoras e inescrupulosas. La devaluación transformó al país en un albergue transitorio de compañías europeas y norteamericanas, quienes empezaron a comprar la mano de obra nacional por monedas: si tenían éxito y comenzaban a reunir dinero ilimitadamente se quedaban, caso contrario, levantaban "todo" literalmente y marchándose a otro país, dejaban a los trabajadores preguntando por qué de un día para el otro se habían quedado sin sus empleos.

Las empresas que se quedaron en la Argentina, y quienes llevan juntando millones de pesos, dólares y euros tanto mensual como anualmente desde el año 2001, siguieron manejándose de manera explotadora, consiguiendo sus tan ansiados millones de papeles verdes a costa del sudor tanto físico como psíquico de sus explotados o trabajadores, según desde que punto de vista se mire esta situación. De esta forma, nuestro país se transformó en una multimillonaria inversión, que tiene como únicos ganadores a los dueños de las multinacionales y a los gobernantes que "defienden el derecho del pueblo a trabajar", quienes alientan este tipo de inversiones por parte de las empresas extranjeras.

Las principales operadoras de call centers, que se llevan la mayor parte de la torta son Atento - Telefónica, TeleTech, ActionLine, Teleperfomance, Apex América, EDS y Telecom. Concentran el 80 por ciento del negocio local. El 20 por ciento restante se lo reparten entre 36 empresas más. Se suman algunas compañías extranjeras que se radican en Argentina, pero prestan servicios telefónicos a sus clientes en diversos países del mundo. Estas firmas son: Motorola, Microsoft, Hewlett Packard, IBM, Orange, Sony, Telecom., Reuters y HBO entre otras empresas inversoras que por supuesto conocen el ambiente que se sufre día a día en los edificios en cuestión. Esta actividad se practica tanto en la Ciudad de Buenos Aires, como en Córdoba y Salta y está en tratativas en Mendoza, provincia de Buenos Aires y Santa Fe.

Y vaya si no es una inversión para dichas agrupaciones: el sueldo promedio de un teleoperador en España es de 1000 euros. El rol de un operador en Argentina es el mismo, no así el sueldo: 800 pesos de promedio. Calculadora en mano, si 1 euro es igual a 4, 30 pesos al mes de septiembre del corriente año, el salario promedio de un teleoperador argentino es de 187 euros. El empleador europeo se ahorra de contratar a casi... ¡9 trabajadores!. Hay que pensar que el "patrón" no sólo ahorra dinero en los sueldos, sino que el tipo de cambio en nuestra moneda hace que todo gasto que la empresa haga en Argentina (energía eléctrica, telecomunicaciones -las empresas consiguen convenios económicos con las telefónicas por la gran cantidad de llamados que realizan-) le cuesta ¼ de lo que le costaría en el viejo continente. Cerca del 70 % de la mano de obra en los "centros de llamados" son, jóvenes universitarios, terciarios y multilingües.. Por lo tanto, los "calls" no sólo reclutan mano de obra barata, sino que también aprovechan sus altos currículos.

Y si agregamos que la principal –si no la única- doctrina de una empresa es ganar dinero, queda claro por qué el negocio -para unos pocos- de los call center tiene cerca de 60000 empleados (registrados). ¿Cuántos puestos de trabajo se está ahorrando un empresario? Cientos de miles. Esta situación no solo sucede en Argentina, sino por supuesto y como siempre, en casi toda Latinoamérica.

Las empresas del Capital remarcan una "afinidad cultural" de nuestro país con Europa y Estados Unidos, pero a la hora de respetar los derechos de las personas que trabajan para ellos, esa afinidad queda reducida al mínimo. La explotación y los paupérrimos salarios comparados con las ganancias lo marcan.

La vida útil de un trabajador de call center habla de la cifra del triple seis: seis meses, a seis días semanales, de seis horas cada uno. Si cualquiera llama o envía un currículum vitáe a algunos de estos calls centers (no recomendado ni para la salud ni para el bolsillo del lector), será llamado rápidamente, lo que indica que los trabajadores son despedidos con una velocidad tan alta como el crecimiento de las ganancias económicas de las mencionadas firmas.

La lista de negatividades con respecto al trabajo en los centros de llamados sigue. A ella se le suma el hecho de que los empleados son mal catalogados ante el Estado: se los indica como empleados de comercio, cuando lógicamente son telefónicos. Por lo tanto todos sus "derechos legales" no son los que en realidad deberían ser, pasando por obra social, sindicato, sueldo básico, etcétera. Al ser erróneamente clasificados, estos trabajadores no tienen el reconocimiento de posibles enfermedades laborales, propias de dicha explotación: nódulos en la garganta, problemas de audición, tendinitis, stress y ataques de pánico.

Desde la Secretaría de Industria del Ministerio de Economía opinan que este tipo de tercerización es un primer empleo para jóvenes, que les permite seguir estudiando a la vez que es una forma de ingresar al mercado laboral; y siguen: "En algunos casos además reciben capacitación y los forman en habilidades informáticas y en resolución de problemas". Este testimonio es, además de la mera opinión de un funcionario del Ministerio de Economía K, la opinión más común que se escucha desde el altavoz mediático que se les otorga a los que ganan fortunas con este negoción de los call centers. Una vez más, un gobierno de la mano de empresas neoliberales. "Cuando uno es de derecha neoliberal es de derecha neoliberal" diría el populista Kirchner refiriéndose al empresario Mauricio Macri.

Y mientras más empleados son despedidos y otros contratados al unísono, el siguiente fragmento de esta nota, relatará como es la explotación psico-física de este tipo de empleo, contado por sus protagonistas.     

Fuente: lafogata.org